miércoles, 29 de septiembre de 2010

Riohacha invisible hasta para lo negativo.

Por: Martín López González

Injusto que el campeonato nacional de ciudad violenta se lo estén dando a Cali con 73 homicidios por cada 100.000 habitantes por año, dato que cualquier riohachero con mínimos conocimientos de aritmética podría comprobar que su capital está muy cercana o lo sobrepasa.

Cali con 2.730.796 habitantes tiene 5,5 homicidios diarios en su área metropolitana. Por otro lado, de acuerdo con la proyección oficial del DANE para el 2010 Riohacha tiene una población de 178.162 en el área urbana y un total de 213.046. Si se asume que con la cifra del párrafo anterior la campeona nacional es la localidad y no los vallunos, equivaldría a decir que se tienen 156 homicidios por año o que en todo el Municipio de Riohacha asesinan a tres personas semanalmente. Esto está bien distante de la contundente realidad actual.

¿Será que Riohacha se parece a Ciudad Juárez de México, campeona mundial, con 191 homicidios por cada 100.000 habitantes por año? Lo que equivale a 7 muertos diarios por su población de 1.391.623 habitantes. Si se adopta el valor de la ciudad mexicana para Riohacha, por regla de tres simple, se registra 1,12 asesinatos en promedio diario, o 34 por mes. ¿Qué tan cerca, o por encima se está o se ha estado de esa cifra?

Al parecer se podría, por fin, fácilmente tener un título mundial.
Es difícil conseguir los datos de homicidios en Colombia, pero sabido es por la Interpol, que el país fue uno de los más violentos del mundo desde finales de los noventas hasta el 2003. De acuerdo con reportes dados a conocer por la Policía Nacional, en 2004 hubo cerca de 200 homicidios en Riohacha.

Para ese entonces la población debería andar por 163.070; o sea, 122 homicidios por 100.000 habitantes por año, dato que sobrepasa la cifra de la campeona nacional actual en un 67%.
Dentro de la escasez de las estadísticas, la Policía Nacional afirma que Riohacha pasó de 71 homicidios en el 2008 a 60 en el 2009.

Seguro, que si un grupo de amigos se sientan a recordar y contar los asesinatos del año pasado, sobrepasarían esa cifra. Los datos que manejan la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal no son unificados y por lo tanto poco confiables. Esto se evidenció en un coloquio realizado el año pasado sobre Seguridad Ciudadana.
Ya los riohacheros se han acostumbrado a una aparente calma por un par de días, luego vienen rachas que alcanzan hasta 5 homicidios diarios, ratificando las conocidas advertencias de la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, no ha existido una respuesta contundente que busque frenar esta ola de muertes. La población civil tiene miedo. El reciente asesinato del dirigente Wayuu Luis Socarrás puede elevarse a la categoría de crimen de lesa humanidad. Por su aberrante naturaleza, ofende, agravia, injuria a la Humanidad en su conjunto.

Se cumplen continuamente los consejos de seguridad, en donde las autoridades evalúan causas y diseñan planes de acción para detener a la muerte que ronda, pero han sido tan eficaces como son las danzas indígenas para que caiga un aguacero. Al final, pocos o ninguno son los resultados que se muestran a la comunidad para que todos puedan dormir tranquilos.

A esto se suma la ola de robos reinante. Los ciudadanos son víctimas de atracos a mano armada en sus residencias, al salir de bancos, cuando hacen cualquier transacción económica o simplemente para despojarlo del celular, el computador o cualquier objeto.

¿Será que Riohacha es la ciudad más violenta de país? ¿No es hora que el Alcalde siente su voz de alarma por la delicada situación ante el Ministerio de Defensa, como en una oportunidad lo hizo Alejandro Char en Barranquilla? Para tranquilidad de los ciudadanos debería informar sobre las acciones que está gestionando su despacho para hacer frente a la situación.

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