jueves, 14 de marzo de 2024

Yorledys Pabón Aguilar, versos entre la esperanza y el amor


Yorledys camina por las calles de Manaure y recorre los caminos polvorientos de La Guajira en busca de las pequeñas vetas de donde surge el fuego irreversible que origina sus versos
cargados de fe y de esperanza para complementar las letras que han brotado de los pequeños surcos dejados por las cicatrices del sufrimiento a lo largo de su ciclo vital como mujer, madres y maestra.

Hoy es una de las escritoras afro con más reconocimiento en el país, con el plus de que pertenece a la etnia wayüu por la línea de los Aguilar. O sea, en sus versos reposan la impetuosa herencia africana y la inefable resistencia amerindia.


Desde temprana edad ha invertido su tiempo en escribir sus versos para que rimen con la vida como riman los colores del cardenal guajiro con los silbidos del viento en las dunas y los desiertos de la península.

Hace poco quisimos explorar su pensamiento acerca de temas de nuestros días y también de los detonantes que la han llevado a producir sus letras. Le hemos preguntado por un tema que hoy desvela a la humanidad y amenaza a la mayoría de las profesiones, la inteligencia artificial.


Nuestra pregunta fue: Yorledys, ¿Usted piensa que la inteligencia artificial, que puede hacer casi todo, hasta escribir un poema rimado, amenaza la profesión del escritor?

Ella sonríe, como si no le preocupara el peligro vecino y responde pausadamente:

“Es una pregunta muy interesante sé de personas que han utilizado la inteligencia artificial para crear textos, poesía, contar una experiencia vivida. Sólo se utiliza para producir textos, pero jamás podrá tener esas vivencias, esas emociones, esos sentimientos… nunca podrá reemplazar el sentir de un escritor”


Ella sabe de tristezas silenciosas y de sílabas elocuentes. En algunas épocas la vida la ha golpeado con dureza, lo sabemos. Pero no está demás preguntarle ¿Cuál es el manantial en donde calma su sed de escribir, es decir, qué es lo que en realidad la estimula? He aquí su inspiradora respuesta:

“En mi primer poemario hubo muchos eventos que me impactaron como fue la separación, la pérdida de mi padre… fueron sentimientos que guardé dentro de mí y al escribir con esas emociones hice como una catarsis pude soltar todo lo que me estaba haciendo daño cambié el dolor por letras y transformé el dolor en poesía”

Desde Manaure, el pueblo en donde la poesía se posa en los pezones de las pequeñas montañas de sal frente al indescifrable mar Caribe, ella aprovecha las franjas de la noche y las ventanas del día para verter letras expresivas sobre la superficie del papel.  Sin embargo, cada línea, cada párrafo, cada página que escribe se convierten en un nuevo estímulo para superar el más grande desafío de un escritor de provincia. Ella misma nos responde cuál es ese desafío:

“Aunque en Colombia se realizan muchos eventos literarios el poder tener un libro en nuestras manos es lo mejor, pero es bastante difícil el apoyo, la impresión y publicación de un libro ese es uno de los desafíos más importantes a los que me he tenido que afrontar”

En medio de sus clases, sus bailes rítmicos de danzarina experta su sonrisa espontánea aprendida en sus tiempos de reina del Carnaval en el colegio, atiza el fogón y prende la antorcha para iluminar el camino de su estilo propio, original e inconfundible.   Ella vive inspirada, pero lo está aún más en determinadas circunstancias:

“Particularmente me inspiro en sentimientos, en emociones, amor, desamor, soledad, ausencia, pérdidas…en mi segundo poemario me inspiro más que todo de mi cultura, mi cultura wayüu, hago un homenaje a esa mujer guerrera, a esa mujer luchadora, a esta etnia que pesar de las tecnologías y la modernización en la que estamos viviendo ha luchado por preservarse, por tener ese arraigo en su historia, preservarla y por tenerla siempre presente y que siempre siga adelante”

Ella no se detiene y su literatura tampoco. Mañana es otro día y de seguro nos sorprenderá de nuevo con otros versos orondos y bellas palabras que se contonean entre la línea recta de los propósitos y las redondas curvaturas del amor.

viernes, 3 de noviembre de 2023

La Ranger de Aldo Ariza

 


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Los carros legendarios de Maicao

Parte del paisaje urbano de una ciudad lo componen los vehículos que se desplazan por sus calles. En Maicao aún ruedan varios carros que hacen tránsito hacia la leyenda y otros ya no circulan pero transitan por las avenidas del recuerdo.

Voy a presentarles en estos días algunos vehículos de esos a los que sus dueños quieren como la niña de sus ojos y vamos a comenzar con la Ranger XLT modelo 1979 de Aldo Ariza.

Tal vez ustedes estén pensando en el Willis de Fidel Cordero, el carrotanque de Rafael Calixto en el barrio El Carmen, los dos Nissan Patrol de Mingo Ocando o el busetón de Jhon Sánchez, sobreviviente de los días en que hubo servicio de transporte urbano. Mi preferido sólo existe en las llanuras de la memoria: la volqueta roja de vagón verde del señor Ernesto Rutto un señor italiano que me quiso mucho.

Por ahora les presento a...
LA RANGER XLT DE ALDO ARIZA


Es una camioneta de dos colores, crema y mostaza a la que el hombre de radio Chitopito bautizó en el nombre de La Canaria.

Fue comprada por Aldo a instancias de uno de sus hijos a quien le pareció muy buena idea que su papá tuviera un vehículo que le ayudara a pasar la tusa que le había dejado la ausencia de su flamante camioneta F-100 roja modelo 1976 que se vio obligado a venderle a precio de gallina flaca a su vecino “Mono Sucio”.

La Roja era un carro muy querido, pero se la robaron y pudo recuperarla tras el pago de un rescate a los delincuentes, pero se la entregaron en muy malas condiciones: le habían cambiado las llantas, le robaron el pasacintas y tenía el chasis doblado.

La Canaria, identificada con placas ICJ 620, llegó a Maicao en el año 2012. Fue comprada en Bogotá por 8 millones de pesos y su primer gran reto fue hacer el viaje hasta Maicao por la vía de San Alberto-Curumaní-Valledupar Maicao.

Es modelo 1.979, con una caja de cuatro velocidades más la reversa, y cuando Aldo la adquirió tenía 33 años de antigüedad, pero estaba en excelente estado. Hoy, cuando acumula 44 años de rodaje se encuentra casi tan nueva como cuando fue adquirida hace más de una década.

“La Canaria” es el carro adecuado para su dueño. Éste, con sus 197 centímetros de estatura difícilmente se acomodaría en un vehículo pequeño.
Mientras observamos la leve llovizna de noviembre en la casa de Aldo en el barrio El Carmen le pregunto si tiene alguna anécdota especial:
- “No hay mucho que contar. Me ha salido muy buena, la uso como taxi pero ahora casi no trabajo en ella, la gente prefiere el motocarro o la moto. Un día me propusieron que la alquilara para una película sobre la bonanza marimbera pero cuando me dijeron que era en la Alta Guajira me negué, porque a mí una vez me atracaron por allá y me despojaron de La Roja, mi camioneta anterior”.

Dice que varias veces le han propuesto comprársela pero él no está dispuesto a desprenderse de su compañera.

- “Ella tiene para mi un valor que no puede pagar ningún dinero del mundo”, manifiesta con su sonrisa amplia.

En los tiempos en que la gasolina era económica tanqueaba con dos pimpinas que le duraban bastante. Hoy le ordena al bombero que detenga el despacho cuando van 30 mil pesos, y si mucho 50.000, pero le alcanza para cuatro o cinco días. Me sorprendo al saber esto, y me explica:

- “La Ranger es un carro económico en la ciudad. En carretera es donde gasta bastante, pero yo nunca salgo del pueblo. Lo más lejos que he ido es a Carraipía y no paso de 70 kilómetros por hora”

Aldo Ariza nació en Tomarrazón el 29 de marzo de 1954, pero desde muy niño su familia lo trajo a Maicao en donde se ha hecho célebre por su don de gentes, su estatura y la serenidad que transmite cuando habla.

Hoy se dedica a dos de sus más grandes pasiones: manejar La Canaria y estar temprano a casa para dejarse consentir de su esposa Griselda y el resto de su familia tal como él consiente a su Ranger XLT modelo 1979.

martes, 31 de octubre de 2023

Mohamed Elnesser y su familia son mi familia


Mohamed y Narwal formaron una de las más lindas parejas, compartieron juntos años y años de dicha y felicidad y continuarían juntos de no ser porque Dios llamó a mi amigo a vivir en los balcones de la eternidad.

Mohamed Elnesser fue uno de los amigos que me regaló la vida a través de la literatura. Año tras año me invitaba a la Feria del libro del colegio Colombo Árabe (cuánta falta nos hace esa feria hoy desaparecida) y me presentaba a los grandes escritores que allí se presentaban.

Gracias a él conocí a David Sánchez Juliao, Meyra del Mar y Fernando Soto Aparicio. Con éste último tuve, además el privilegio de alternar en uno de los maravillosos conversatorios que por esa época se organizaban.

El día en que salió la primera edición de "Si mañana fuera Hoy", mi primer libro, estaba muy feliz, me invitó de nuevo a la Feria y se tomó el trabajo de ofrecer el libro a los visitantes, como si fuera uno de los más valiosos productos de su almacén. Ese año Si mañana fuera Hoy quedó en el top 1 de los libros más vendidos, y todo gracias a las cualidades de Mohamed como vendedor.

Algunas veces salimos juntos a tertuliar y a componer el mundo. A hablar de libros, un tema que tanto nos gustaba. Nos acompañaban siempre el profesor Pedro Delgado, el médico Omar Elnesser y el profe Ramiro Choles. La terraza del Maicao Juan Hotel nos albergó en alguna ocasión para que disfrutáramos de una hermosa velada en que degustábamos pizza, mirábamos las luces de la ciudad y pasábamos las páginas imaginarias de nuestros libros preferidos.

Una de sus mejores facetas la conocí después de su partida y me la hizo conocer su familia:

-Mi papá hablaba mucho de usted", me dicen sus hijas.


El mismo mensaje me lo ha dado su esposa.

¿Y yo que hice para que él hablara bien de mí?

Lo único que recuerdo es caminar a su lado unos minutos, visitarlo en su almacén y hablar de lo que más nos gustaba: los libros.

Pero él le dijo a su familia que me estimaba mucho...y eso me hace feliz.


Dios bendiga a su familia, ojalá lo vuelva a ver en la eternidad, para seguir la charla alrededor de los buenos libros, la buena literatura y, si es posible, con una buena taza de café entre los dos.

La historia del fundador de la radio en Maicao: todos los episodios

 


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Primer episodio: El misterioso  ruido del banco

Segundo episodio:  Matrimonio y un descubrimiento de su esposa

Tercer episodio: Fundación de la primera emisora del pueblo

Episodio final:  Nuevos planes activismo social

Tomás Domingo Ocando, pionero de emisoras y aerolíneas (Episodio final)


Escrito por:
Alejandro Rutto Martínez

Resumen del episodio anterior:   Mingo estaba dedicado a impulsar Ondas de Maicao, la emisora que había creado,  pionera de la radiodifusión en el pueblo. Un día dejó a un lado la máquina de escribir y el radio, se puso a analizar la contabilidad de  su novedosa empresa y lo que descubrió le causó una gran sorpresa.

Las cuentas no cuadraban con la sintonía y el fervor que generaba la programación. Las huellas del lápiz rojo sobre los números de la contabilidad delataban el mal momento financiero por el que atravesaba la empresa. Los oyentes apoyaban a la emisora, pero los anunciadores no pautaban.

La tristeza hizo su aparición, pero no se desesperó. Llamó a su esposa y consultó con ella la gravedad de la situación.  

-       Tenemos que salvar la emisora dijo Mingo

-       Pero, ¿Cómo lo haremos, esos números que dejan lugar a dudas?  Estamos al borde de la quiebra, le respondió Josefina.

-       No sé, pero no podemos cerrar Ondas de Maicao, tenemos que salvarla.

Y encontraron la fórmula para salvarla, aunque para ello se vieron obligados a tomar una dolorosa decisión: venderla a un empresario que tuviera el suficiente músculo financiero para mantenerla en el aire.

Logró contactarse con empresarios radiales de Barranquilla quienes a su vez la vendieron a Aroldo Zapata  y de esta operación nacieron Radio Península y Radio Tribuna, dos de las más recordadas estaciones de radio del departamento de La Guajira.

Tomás Domingo,  por su parte, se dedicó de nuevo al comercio y a la familia. El cariño y el tiempo que le dedicaba a la emisora lo orientó hacia su flamante campero Nissan Patrol, que en adelante sería su compañero inseparable y su mejor amigo  y compañero de trabajo.

Incursionó en la compra de sal, pero prefería la de Bahía Honda, porque según sus conocimientos esta era de mejor calidad para el consumo humano y la curtiembre. Después la trajo también desde Manaure. 

También en el procesamiento de sal fue pionero, el suyo fue el primer molino para el procesamiento del mineral en Maicao. En algún momento fue distribuidor del hilo que utilizan las artesanas guajiras para elaborar sus artesanías.  


El negocio avanzaba bien y tenía cara de que mejoraría en las siguientes temporadas.   Y se volvió tan buen cliente que sus proveedores le hicieron una sorprendente propuesta: le enviarían sólo hilos blancos y él se encargaría de tinturarlos de acuerdo con la demanda del mercado  local.  

Una vez manifestara su aceptación le dieron las instrucciones necesarias y las herramientas para montar su pequeña factoría.  El proveedor le enviaba los hilos blancos y él, a través de un complejo proceso químico, los teñía de rojo, verde, morado amarillo…de acuerdo con las solicitudes de la clientela.

En el plano familiar contemos que el  hogar se llenó de alegría con la llegada de sus siete hijos Shirley de Jesús, Tomás Domingo, Indira Jazmín, Lenin Jesit, Osiris Carolina, Henry Rafael, Erica Joselina.

Incursionó también en el trabajo social a través de programas de pavimentación comunitaria lo que le valió el agradecimiento de decenas de familias y dirigentes locales quienes decidieron bautizar con su nombre un barrio de la ciudad, el cual se levantó en los mismos terrenos en donde se instalaron por primera vez los transmisores de Ondas de Maicao.  

También existe una avenida llamada Mingo Ocando: la carrera 12 en el tramo que va desde el Cuerpo de Bomberos hasta la antigua pista del Aeropuerto San José.

Jaime Mendoza Pitre, el gran profesor Pitre, define a Mingo Ocando como un ícono de los maicaeros, éstas son sus palabras:

-   “Mingo Ocando es un ícono por su seriedad, su permanencia y su querer y amor a Maicao. Lo considero y lo he llamado 'mi jefe único' por que es la persona que se ha ganado el cariño de los maicaeros. A través de la emisora logró que La Guajira y Colombia supieran qué era Maicao y cómo era Maicao. Aún sigue insistiendo en eso. Quien no conozca a Mingo Ocando es porque es muy joven o no es de Maicao. Es un mito, muy popular y su Nissan Patrol lo hace aún más popular, cuando pasa la gente dice “ahí va Mingo Ocando. Es una persona a quien le tengo gran aprecio, cariño y estima”

Mingo Ocando camina por las calles de Maicao como el hombre del millón de amigos, al que todos quieren y respetan, como un símbolo del civismo y del progreso y como pioneros de la emisora y las aerolíneas.

FIN

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