Realizada por Alejandro Rutto Martínez
La historia de Roberto Enrique
Pineda no puede contarse sin la voz y la memoria de quien compartió con él sus
días, sus triunfos y desafíos, su amor por la radio y su compromiso con la
comunidad. Reina Murieles de Pineda no solo fue su esposa, sino también su
compañera de vida, testigo de su crecimiento profesional y del impacto que dejó
en Maicao y en el periodismo regional. En esta entrevista, Reina nos permite
adentrarnos en la vida íntima de Roberto, más allá de los micrófonos y las
cabinas de radio, ofreciéndonos un retrato del hombre detrás de la voz que
nunca se apagó.
Maicao, en los años en que Roberto estuvo en la cúspide de su carrera, era un hervidero de comercio y cultura. La radio era el medio de comunicación más influyente, y Roberto Enrique Pineda era su principal referente. Su voz acompañaba a la gente desde la madrugada con noticias, análisis y entretenimiento. Pero, además de periodista, fue esposo, padre y un hombre profundamente entregado a su comunidad.
Los carnavales de aquella
época eran celebraciones llenas de color, música y entusiasmo, en las que
Roberto tenía un papel destacado. Su participación como locutor y cronista de
las festividades le dio un lugar especial en el corazón de los maicaeros. Paralelamente,
en la radio, se rodeó de un equipo de trabajo con el que construyó una escuela
de periodismo y un estilo de comunicación que aún se recuerda.
Alejandro Rutto Martínez
(ARM): Señora Reina, hablemos de su esposo. ¿Cómo era Roberto
Enrique Pineda en su vida cotidiana, más allá del periodista reconocido?
Reina Murieles de Pineda
(RMP): Roberto era un hombre apasionado por lo que hacía, pero
también un esposo y padre muy dedicado. En casa, lejos del micrófono, era un
hombre tranquilo, bromista y muy protector con su familia. Siempre tenía un
libro en la mano y le encantaba compartir historias. Nunca se desconectaba del
todo del periodismo, pero cuando estaba con nosotros, se aseguraba de que
sintiéramos su presencia y cariño.
ARM: ¿Cómo
era Roberto como padre?
RMP: Era
un padre amoroso y presente dentro de sus posibilidades. A pesar de su trabajo
en la radio, siempre encontraba tiempo para sus hijos. Les inculcó valores como
la honestidad, la responsabilidad y el amor por el conocimiento. Siempre se
preocupaba por su educación y por transmitirles su pasión por la lectura y la
historia.
ARM:
¿Cuáles fueron los valores más importantes que les inculcó a sus hijos?
RMP: El
respeto por los demás, la integridad y el esfuerzo por alcanzar sus metas.
Siempre decía que la clave del éxito estaba en la disciplina y la constancia.
ARM: ¿Cómo
lograba equilibrar su trabajo en la radio con su rol de esposo y padre?
RMP: No
fue fácil, porque su trabajo lo absorbía mucho. A veces tenía que madrugar para
estar en la emisora y otras veces se quedaba hasta tarde preparando sus
noticias. Pero siempre buscaba un momento para nosotros. Cuando los niños eran
pequeños, les contaba historias antes de dormir y los domingos eran sagrados
para compartir en familia.
ARM: ¿Cómo se vivían los carnavales en aquella época y qué papel jugaba
Roberto en esas festividades?RMP: Los
carnavales eran una explosión de alegría. Todo el pueblo se involucraba en la
organización y las comparsas llenaban las calles con música y color. Roberto no
solo cubría el evento para la radio, sino que también era parte activa de la
organización. Era el encargado de anunciar a las candidatas y narrar los
momentos más importantes del carnaval. Su voz era la que daba inicio a la gran
celebración.
ARM: ¿Cómo
recuerda la candidatura de Reina Isabel al reinado del carnaval?
RMP: Fue
una época emocionante. Las candidatas tenían el apoyo de toda la comunidad, y
Roberto fue un gran impulsor del evento desde la radio. Él siempre resaltaba la
importancia cultural del carnaval y el impacto que tenía en la identidad del
pueblo.
ARM:
¿Quiénes fueron sus principales compañeros de trabajo en la radio?
RMP:
Trabajó con grandes profesionales como Tomás Domingo Ocando, Tulio Pizarro
Herrera, Ignacio Ramírez Pinzón y muchos otros. También fue mentor de jóvenes
como Gustavo Múnera y Alejandro Rutto Martínez. Siempre decía que la radio era
un trabajo en equipo y que todos debían aprender de todos.
ARM: ¿Cómo
era su relación con ellos dentro y fuera de la cabina?
RMP:
Roberto tenía una relación cercana con sus compañeros. Dentro de la cabina era
muy profesional y exigente, pero fuera de ella era un amigo leal y solidario.
ARM: ¿Cómo
seleccionaba a los jóvenes que quería formar en el periodismo?
RMP:
Siempre buscaba gente con pasión por la comunicación. No le importaba si tenían
experiencia o no, lo que él quería era compromiso y ganas de aprender.
ARM: ¿Qué
enseñanzas dejaba a quienes trabajaban con él?
RMP: La
ética, la responsabilidad y el respeto por la verdad. Siempre les recordaba que
un periodista debía ser una voz confiable para la comunidad.
ARM: ¿Cómo
lo recuerda la gente en Maicao?
RMP: Con
mucho cariño y respeto. Aún hoy muchas personas me dicen que extrañan
escucharlo en la radio.
ARM: ¿Qué
impacto tuvo en la vida pública y en el periodismo regional?
RMP: Fue
un referente. Su estilo de hacer periodismo dejó huella y muchos de sus colegas
siguen su ejemplo.
ARM: ¿Cómo
cree que ha cambiado la radio desde su época hasta ahora?
RMP: La
tecnología ha cambiado muchas cosas, pero la esencia del buen periodismo sigue
siendo la misma: informar con veracidad y compromiso.
ARM: ¿Qué
le gustaría que las nuevas generaciones aprendieran de él?
RMP: Su
amor por la profesión, su entrega y su ética inquebrantable.
ARM: ¿Cómo
cree que Roberto querría ser recordado?
RMP: Como
un hombre que amó su profesión y su tierra, que luchó por informar con
responsabilidad y que nunca dejó de soñar con un Maicao mejor.
ARM: Por
último, si pudiera decirle algo a Roberto hoy, ¿qué le diría?
RMP: Que
lo extraño todos los días, que su voz sigue viva en nuestros corazones y que
estoy orgullosa de todo lo que construyó.
ARM:
Señora Reina, gracias por compartir estos recuerdos tan valiosos sobre la vida
y legado de Roberto Enrique Pineda.
RMP:
Gracias a usted por recordarlo con tanto cariño.