Amylkar D. Acosta M1
Bien se ha dicho que todo lo que sube baja y esto es exactamente lo que está pasando con todos los commodities, sin excepción alguna.
El boom de las materias primas ha llegado a su fin, no sabemos hasta cuando y la caída de sus precios se ha visto precipitada por la recesión global y la desbandada de los inversionistas en los mercados de futuros.
Además de la caída en la demanda, tanto en el mundo desarrollado como, en menor medida, en China e India, también está influyendo en el desplome de los precios de los productos básicos la corrida de los fondos de inversión y de cobertura, los cuales presos del pánico han optado por liquidar posiciones en los mercados de futuros de materias primas y se vuelven a guarecer nuevamente en el dólar y en los bonos del Tesoro de los EEUU, lo cual no deja de ser paradójico.
Y lo hacen, además, presionados por los inversionistas cada vez más reacios a asumir riesgos, lo cual termina obligándolos a vender en momentos inoportunos, lo cual autorefuerza la tendencia a la baja, pues el afán de vender suscita más interés en vender por parte de los demás operadores del mercado.
Ello explica el por qué los commodities han dejado de ser alternativa para diversificar el riesgo de portafolio, pues sus precios caen a la par con la cotización de las acciones.
Con el desplome de los precios de estos productos, que son el fuerte de las exportaciones de países emergentes como Colombia, les ha sobrevenido una inesperada mala racha a estos, que se ven ahora en calzas prietas para defender el crecimiento y el empleo que están ahora en un grave predicamento. Los precios de los principales renglones de exportación de Colombia, petróleo, carbón, níquel y café, como todos los commodities, están a la baja.
El precio del petróleo que había alcanzado su clímax el 11 de julio de este año al situarse en US $147.50 por barril cayó estrepitosamente y hoy está rondando los US $50; el carbón que había alcanzado su máximo histórico el 1º de julio al alcanzar los US $143.25 la tonelada ahora anda alrededor de los US $70; el níquel por su parte que llegó a cotizarse a US $26.67 la libra en mayo de 2007, en julio de este año se colocó a US $9.14; y qué decir del café, que pasó de US $1.55 la libra a $1.35, no sin antes pasar por los US $1.29.
Y según un análisis de investigadores del B de la R, la caída de un punto en los precios de los commodities afectará a la economía nacional en 0.21 puntos porcentuales.
El alza de los precios de los alimentos también ha cedido, por las mismas razones: la baja en la demanda a consecuencia de la recesión y la retirada de los inversionistas en commodities.
Precios como el del maíz y el trigo han bajado desde junio un 50% y un 30%, respectivamente. Pero, qué sucede?
A consecuencia de ello se desalienta el sector agrícola, bajarán las siembras, se reducirán las cosechas y ello incidirá a muy corto plazo en los precios de los alimentos y la crisis alimentaria volverá con mayor fuerza.
Según informes recientes de Basse, se prevé un declive de casi 3% en la producción de maíz y de más de 4% en la de trigo, dos productos esenciales de la dieta alimenticia de media humanidad.
En cuanto a la caída de los precios del crudo, tampoco hay que hacerse muchas ilusiones. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), superada la recesión, que no sabemos cuánto va a durar, la tendencia al alza de sus precios retornará y estima que estos oscilarán en torno a los US $100 el barril entre 2008 – 2015 y, ojo, pronostica que hacia el 2030 se situará en los US $200. Como para no bajar la guardia, no?
Bogotá, noviembre, 21 de 2008
www.amylkaracosta.net
1 Ex presidente del Congreso de la República
Bien se ha dicho que todo lo que sube baja y esto es exactamente lo que está pasando con todos los commodities, sin excepción alguna.
El boom de las materias primas ha llegado a su fin, no sabemos hasta cuando y la caída de sus precios se ha visto precipitada por la recesión global y la desbandada de los inversionistas en los mercados de futuros.
Además de la caída en la demanda, tanto en el mundo desarrollado como, en menor medida, en China e India, también está influyendo en el desplome de los precios de los productos básicos la corrida de los fondos de inversión y de cobertura, los cuales presos del pánico han optado por liquidar posiciones en los mercados de futuros de materias primas y se vuelven a guarecer nuevamente en el dólar y en los bonos del Tesoro de los EEUU, lo cual no deja de ser paradójico.
Y lo hacen, además, presionados por los inversionistas cada vez más reacios a asumir riesgos, lo cual termina obligándolos a vender en momentos inoportunos, lo cual autorefuerza la tendencia a la baja, pues el afán de vender suscita más interés en vender por parte de los demás operadores del mercado.
Ello explica el por qué los commodities han dejado de ser alternativa para diversificar el riesgo de portafolio, pues sus precios caen a la par con la cotización de las acciones.
Con el desplome de los precios de estos productos, que son el fuerte de las exportaciones de países emergentes como Colombia, les ha sobrevenido una inesperada mala racha a estos, que se ven ahora en calzas prietas para defender el crecimiento y el empleo que están ahora en un grave predicamento. Los precios de los principales renglones de exportación de Colombia, petróleo, carbón, níquel y café, como todos los commodities, están a la baja.
El precio del petróleo que había alcanzado su clímax el 11 de julio de este año al situarse en US $147.50 por barril cayó estrepitosamente y hoy está rondando los US $50; el carbón que había alcanzado su máximo histórico el 1º de julio al alcanzar los US $143.25 la tonelada ahora anda alrededor de los US $70; el níquel por su parte que llegó a cotizarse a US $26.67 la libra en mayo de 2007, en julio de este año se colocó a US $9.14; y qué decir del café, que pasó de US $1.55 la libra a $1.35, no sin antes pasar por los US $1.29.
Y según un análisis de investigadores del B de la R, la caída de un punto en los precios de los commodities afectará a la economía nacional en 0.21 puntos porcentuales.
El alza de los precios de los alimentos también ha cedido, por las mismas razones: la baja en la demanda a consecuencia de la recesión y la retirada de los inversionistas en commodities.
Precios como el del maíz y el trigo han bajado desde junio un 50% y un 30%, respectivamente. Pero, qué sucede?
A consecuencia de ello se desalienta el sector agrícola, bajarán las siembras, se reducirán las cosechas y ello incidirá a muy corto plazo en los precios de los alimentos y la crisis alimentaria volverá con mayor fuerza.
Según informes recientes de Basse, se prevé un declive de casi 3% en la producción de maíz y de más de 4% en la de trigo, dos productos esenciales de la dieta alimenticia de media humanidad.
En cuanto a la caída de los precios del crudo, tampoco hay que hacerse muchas ilusiones. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), superada la recesión, que no sabemos cuánto va a durar, la tendencia al alza de sus precios retornará y estima que estos oscilarán en torno a los US $100 el barril entre 2008 – 2015 y, ojo, pronostica que hacia el 2030 se situará en los US $200. Como para no bajar la guardia, no?
Bogotá, noviembre, 21 de 2008
www.amylkaracosta.net
1 Ex presidente del Congreso de la República
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