En la gráfica los escritores Gladys Aqueveque (Chile), Alejandro Rutto Martínez, el periodista Didier Hernández y Orlando Trovat (Venezuela)
El Molino-. Más de cuarenta hombres y mujeres de letras de cinco departamentos y de tres países asistieron al VIII Encuentro de Escritores de la Guajira realizado durante los días 26 y 27 de agosto en la Institución Educativa Ismael Rodríguez Fuentes de este municipio del sur del departamento.
El evento, organizado por la Fundación Letras Guajiras, contó con la presencia de la escritora chilena Gladys Aqueveque, el venezolano Orlando Trovat y representantes de Magdalena, Córdoba, Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira. Por el Magdalena concurrió Rafael Jiménez, natural de Aracataca, en donde dirige el taller “Muchos años después” y coordina la Casa Museo Gabriel García Márquez”. Por el departamento de Bolívar acudió el tallerista Matías Salas; por el departamento de Códoba Naudín Gracián.
En representación de La Guajira concurrieron artesanos de la palabra de la talla de Abel Medina Sierra, Enmanuel Pichón, Jack Soto, Pedro Córdoba, Gustavo Maceas, Alejandro Rutto y Julio Larios, entre otros.
Todo nació como una estrategia dentro del aula
Edgar Camargo, fundador del encuentro, manifestó que todo nació dentro del aula de clases cuando llevaba a sus estudiantes textos de autores guajiros para que los leyeran, disfrutaran y analizaran. A través de los libros, textos y fragmentos los estudiantes empezaron a encariñarse con los autores nativos de la península y le solicitaron a sus profesores y directivos de la institución que los llevaran al plantel para conocerlos. De esa manera se programó el primer encuentro en el año 2.003 cuando, sin embargo, por razones de tiempo y la complicada agenda de los autores, solo pudo asistir Abel Medina Sierra.
En adelante el evento siguió su curso y cada día fue mayor el número de asistentes hasta la edición del año 2.010 cuando la asistencia superó los cuarenta participantes.
Los talleres, estrategia para fomentar el hábito de la lectura y escritura
En su última versión el Encuentro versó acerca de la metodología utilizada por los talleres y colectivos de distintos lugares de la Costa Atlántica para fomentar el hábito de la lectura y formar nuevos escritores en cada uno de los rincones de la Costa Caribe.
Algunos directores de talleres se mostraron partidarios de hacer un cuidadoso trabajo de creación y revisión, evitando la prisa por publicar y con la mira en trabajar con esmero cada producción de los nuevos escritores.
Sin embargo hubo otra tendencia: la de quienes se inclinaron por la publicación de los textos como un elemento necesario para estimular el trabajo de quienes se están iniciando en los caminos de la creación literaria.
Un recital al pie de la Ermita
Uno de los momentos más emocionantes de este festival de las letras y los versos es el recital que se llevó a cabo en la noche del 26 de agosto en el atrio de la ermita de San Lucas de El Molino. Uno a uno los poetas, los estudiantes y aún anónimos ciudadanos fueron desfilando ante los micrófonos y las lámparas para expresar el sentimiento a través de hermosos poemas de su autoría.
El recital fue seguido por unas setecientas personas que desafiaron el aguacero que esa noche cayó sobre el Sur de La Guajira y dieron un paso más para constituir a El Molino en uno de los municipios en donde más florece la cultura en el departamento de La Guajira.
El evento, organizado por la Fundación Letras Guajiras, contó con la presencia de la escritora chilena Gladys Aqueveque, el venezolano Orlando Trovat y representantes de Magdalena, Córdoba, Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira. Por el Magdalena concurrió Rafael Jiménez, natural de Aracataca, en donde dirige el taller “Muchos años después” y coordina la Casa Museo Gabriel García Márquez”. Por el departamento de Bolívar acudió el tallerista Matías Salas; por el departamento de Códoba Naudín Gracián.
En representación de La Guajira concurrieron artesanos de la palabra de la talla de Abel Medina Sierra, Enmanuel Pichón, Jack Soto, Pedro Córdoba, Gustavo Maceas, Alejandro Rutto y Julio Larios, entre otros.
Todo nació como una estrategia dentro del aula
Edgar Camargo, fundador del encuentro, manifestó que todo nació dentro del aula de clases cuando llevaba a sus estudiantes textos de autores guajiros para que los leyeran, disfrutaran y analizaran. A través de los libros, textos y fragmentos los estudiantes empezaron a encariñarse con los autores nativos de la península y le solicitaron a sus profesores y directivos de la institución que los llevaran al plantel para conocerlos. De esa manera se programó el primer encuentro en el año 2.003 cuando, sin embargo, por razones de tiempo y la complicada agenda de los autores, solo pudo asistir Abel Medina Sierra.
En adelante el evento siguió su curso y cada día fue mayor el número de asistentes hasta la edición del año 2.010 cuando la asistencia superó los cuarenta participantes.
Los talleres, estrategia para fomentar el hábito de la lectura y escritura
En su última versión el Encuentro versó acerca de la metodología utilizada por los talleres y colectivos de distintos lugares de la Costa Atlántica para fomentar el hábito de la lectura y formar nuevos escritores en cada uno de los rincones de la Costa Caribe.
Algunos directores de talleres se mostraron partidarios de hacer un cuidadoso trabajo de creación y revisión, evitando la prisa por publicar y con la mira en trabajar con esmero cada producción de los nuevos escritores.
Sin embargo hubo otra tendencia: la de quienes se inclinaron por la publicación de los textos como un elemento necesario para estimular el trabajo de quienes se están iniciando en los caminos de la creación literaria.
Un recital al pie de la Ermita
Uno de los momentos más emocionantes de este festival de las letras y los versos es el recital que se llevó a cabo en la noche del 26 de agosto en el atrio de la ermita de San Lucas de El Molino. Uno a uno los poetas, los estudiantes y aún anónimos ciudadanos fueron desfilando ante los micrófonos y las lámparas para expresar el sentimiento a través de hermosos poemas de su autoría.
El recital fue seguido por unas setecientas personas que desafiaron el aguacero que esa noche cayó sobre el Sur de La Guajira y dieron un paso más para constituir a El Molino en uno de los municipios en donde más florece la cultura en el departamento de La Guajira.
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