Por: Vespaciano Ruiz Pichón
Maicao es una ciudad muy joven, que de ser en sus inicios un caserío poblado por los wayúu, acompañados por personas no wayuu o a su decir “alijunas”, en un momento posterior. Desde entonces, apenas han transcurrido ocho décadas, correspondiéndole por consiguiente una historia viva, con algunos de sus protagonistas todavía vivitos y coleando por sus calles. La primera escuela de niños fue la “Escuela Urbana de Varones”, hoy la “Institución Educativa N0. 10” (Colegio Rodolfo Morales y Escuela José Domingo Boscán), que con una nómina de unos diez profesores por allá en aquella época de “La letra con sangre entra”, cuenta ahora con 93 docentes, la mayoría egresados de facultades de Ciencias de la Educación (algunos de ellos dignos maicaeros puros; nacidos en Maicao de padres también nacidos en Maicao), y consecuentes con la educación condescendiente y tolerante que hoy se estila.
Nombrar la “Institución Educativa N0. 10”, es citar a los personajes que la forjaron, por ejemplo a la profesora Clara Gómez de Pichón, e indiscutiblemente a la profesora Lilia Mora de Pichón; alma y nervio por muchos años de esta institución, quienes sabia y prudentemente se jubilaron en su respectivo tiempo, dando así oportunidad a los nuevos y jóvenes docentes con sangre fresca e ideas actualizadas.
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