Escrito por: Alejandro Rutto Martínez
El Espíritu Santo vive con nosotros y entre nosotros, pero lo
más maravilloso es el hecho de que habita DENTRO de nosotros, pues somos SU templo, tal como
lo afirma el apóstol Pablo en 1 de
Corintios 6:19.
Es un gozo enorme saber
que, a pesar de la ilimitada extensión del universo, el Gran Consolador haya
elegido nuestro cuerpo para alojarse allí y hacer de éste un templo, y como
templo, un centro de santidad.
A pesar
de lo anterior, la mayoría de los creyentes tienen un concepto difuso sobre el
Espíritu Santo y este es uno de los motivos por los cuales el libro que ahora
usted ahora lee cobra vital importancia, pues nos conduce a tener un mayor
conocimiento de su majestuosa y resplandeciente figura.
Su autor, José Duque es un joven estudioso de la Biblia que
aprovecha distintos escenarios y medios para predicar la Palabra de Dios: el púlpito ubicado en la acera de una vieja
calle bañada por el inclemente sol dela media mañana del Caribe; las páginas
inmaculadas de los libros en los que ha consignado el mensaje que florece en el
fondo de su corazón; los canales de
televisión comunitaria en los que se ha convertido en un símbolo de una juventud que piensa diferentes; por medio
de las veloces ondas hertzianas de las pequeñas emisoras populares; y, desde luego,
en el púlpito de las iglesias a donde frecuentemente lo invitan para llevar la
enseñanza de la Biblia.
La sonrisa sincera, plena y
permanente de este hombre de Dios oculta los avatares del pasado,
desnudados con destreza en las páginas de este libro. Fueron varias e impactantes las experiencias
que la vida le ofreció antes de que decidiera dedicarse, de manera, definitiva
e irrevocable, al llamado que Dios le había hecho. Con las fuerzas renovadas y la llama del
Espíritu encendida en todo su ser, José Duque logra superar una crisis
existencial que lo llevó al borde del abismo, un encuentro personal con las
huestes del maligno y se ve de frente con la difícil situación de tener a su
señora madre agobiada por una de las enfermedades denominadas interminables.
En uno de los más crudos episodios de su vida se encuentra
solo en una pequeña habitación, rodeado de todo y de nada y de pronto siente un
deseo superior a sus fuerzas de quitarse la vida y cuando está a punto de
hacerlo siente la presencia física de Jesucristo quien lo invita a seguir
adelante y tener un nueva oportunidad en donde le servirá solo a él, con sus
fuerzas, su alma y su talento.
Recién salido de los surcos inconmensurables de la tristeza,
dobla rodillas, entrega su vida a Jesús, y promete hablar, escribir y
testificar de lo que el Espíritu Santo ha hecho en su vida. El bullicioso entorno de su ciudad natal y el
embriagador llamado de los placeres que rodean a la juventud no lo seducen. Por el contrario, con paso firme y seguro decide
caminar por el camino estrecho de la sabiduría,
bajo las pocas y generosas sombras del trópico ardiente en una vida que
dedicará por entero a su Creador.
De todas esas experiencias nace un libro de buenas enseñanzas
espirituales, cuyas líneas están guardadas
en un empaque autobiográfico y que será de gran utilidad para quienes deseen
mejorar su vida espiritual y conocer mejor a Aquel de quien nos habló Jesús
cuando nos dijo: Pero el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, los consolará y les enseñará
todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho. (Juan 14:26)