Hermes Figueroa es uno de esos maicaeros a quienes no podremos olvidar nunca, pues su vocación de servicio y su capacidad de trabajo en los cargos que desempeñó le dan un lugar importante en nuestra historia en construcción.
El autor de esta nota disfruta de su amistad desde hace más de treinta años, cuando lo conoció en la Sección de Almacén en la Gobernación del departamento. En ese entonces era yo un estudiante universitario y lideraba la Asociación de Estudiantes de la Universidad de La Guajira Residentes en Maicao, Eugrem.
De manera permanente tocábamos puertas de innumerables dependencias públicas y empresas privadas para que que nos ayudaran a movilizarnos desde Maicao hacia la Universidad en Riohacha. Muy pocas de esas puertas se abrían, muchas se cerraban y casi en ninguna encontrábamos una solución.
Creo que estábamos rotulados como los "estudiantes molestosos".
Sin embargo, hubo una puerta que siempre se abrió, que nunca se cerró y una persona que nunca se nos negó. Fue precisamente el señor Hermes Figueroa, quien nos trataba con mucha caballerosidad, aprecio y comprensión. Y siempre nos ayudaba a encontrar una solución cuando a nuestro vehículo le hacía falta el combustible, el aceite o las llantas.
Por eso, creo que le estoy debiendo un homenaje en vida y quiero hacérselo a través de un perfil biográfico, con el fin de que sea conocido por sus conciudadanos como lo que siempre ha sido: un funcionario ejemplar y un ciudadano humilde y servicial.
Continuará...