viernes, 15 de abril de 2016

Marcos Mejía Ortiz, héroe de los que se necesitan hoy

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Marcos Mejía es un hombre de hablar sereno y espíritu pausado. Esas dos características resumen en parte  la vida de una persona cuyo comportamiento ha sido siempre
apegado al respeto de la ley y al cumplimiento de las buenas costumbres.   En un mundo convulsionado como el de hoy, en el que todos tenemos variadas razones para desconfiar de los demás, es necesario resaltar la vida y obra de seres humanos como el protagonista de la crónica que nos ocupa. 

Si buscáramos un ejemplo de vida de alguien que pueda ganarse el adjetivo de confiable: Marcos Mejía aparece en la corta lista como una de las mejores opciones.   Desde niño, en las reuniones en que los mayores de antes enseñaban a los niños de antes, aprendió que una de las cosas más importantes en la vida era la seriedad. Y se enseñaron que una persona seria era responsable y decía siempre la verdad.  

Por eso cuando Marcos  dice algo, hay que creerle. Por una razón simple: nunca ha tenido necesidad de mentir ni de engañar a alguien para conquistar uno de los múltiples logros que Dios y la vida le han concedido.   Y, además, es una de las pocas personas de quienes se puede decir que su palabra es un documento. Y, para ser sinceros, mejor que algunos documentos que han servido para engañar a quienes consideran que la firma de una persona en representación propia o de una organización es prenda de garantía.  La realidad se ha cansado de demostrar que en algunos casos vale más la palabra de un hombre serio que la firma de quien no tiene credibilidad. 

¿Por qué razón tenemos que hablar así de Marcos? Acaso para proyectarlo a un cargo de elección popular o para adularlo y ganar puntos con él?  Definitivamente, por ninguna de las razones anteriores. El día que Marcos retorne a la política, terreno que ya exploró un tiempo con éxito, no necesitará quien hable bien de él, porque su testimonio de vida habla por sí mismo. Y en cuanto a adulaciones debemos decir con franqueza que él no las necesita ni las acepta.

La única razón por la que se hace una nota destacada de Marcos es porque es un buen ciudadano y un buen referente para las nuevas generaciones. Los niños de hoy han crecido viendo y leyendo noticias que podrían llevarlos a formarse una imagen equivocada de la vida. La televisión les enseña que las mujeres más lindas son las que salen desnudas en la televisión o internet; se le ha enseñado que los mejores futbolistas son los que se dibujan extraños tatuajes en cada milímetro de su piel; se le ha dicho, a través de diferentes medios que todo vale con tal de conseguir lo que te propones, desde engañar a un árbitro de fútbol fingiendo una falta que no ha ocurrido, hasta hacer trampas para ganar un examen.

Por eso y por muchas más razones, yo de manera particular, decidí cambiar las fotos de los héroes a quienes amaba en la infancia, porque eran fuertes y valerosos y se dedicaban todo el tiempo a hacer el bien. Los cambié por personas de verdad, de carne y hueso, que sufren y sienten y que viven entre nosotros, como Marcos Mejía alguien que es testimonio viviente de lo que es hacer el bien y lo hace en cada momento en que la vida le brinda la oportunidad.




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