viernes, 22 de septiembre de 2023

El maestro Guillermo Ospina Vélez, constructor de casas y promotor de felicidades ajenas (Tercer episodio)

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez


Resumen del episodio anterior:
 Un día, al regresar a casa, después de los recorridos y tareas de la Jornada Guillermo regresa a casa, en donde Sara lo recibe con una noticia sobre un hecho que les cambiaría la vida para siempre….

TERCER EPISODIO

- “Mi amor, vamos a tener un hijo”, le dice ella emocionada.  

Celebran con una copa de vino y buena música, pero se acuestan temprano, porque al día siguiente Guillermo deberá cumplir sus tareas militares.

Unos meses después nace una hermosa niña, a quien bautizan con el nombre de Mariselda cuya venida al mundo une mucho más a los jóvenes esposos, quienes no caben de la felicidad.  

Sin embargo, unos días después de nacida la bebé tuvo quebrantos de salud y fue recluida en el hospital en donde los médicos le diagnosticaron una grave afección cardíaca.  

Los médicos brindan todos los  cuidados, la familia se aferra a Dios y confía en que todo resulta bien. Con el credo en la mano quedan a la espera de un milagro. 

Sin embargo, la noticia que los médicos dan no es la esperada:  la niña falleció cuando aún no había cumplido los dos meses de vida.

Guillermo y Sara estaban destrozados. Se refugiaron en la fe y solo así pudieron recuperar un buen estado de ánimo y reincorporarse a sus actividades cotidianas.

Guillermo secó las lágrimas de Sara y la consoló con las palabras del sufrido patriarca Job: Dios dio, y Dios quitó; sea el nombre de Dios bendito

Un tiempo después Sara vuelve a concebir y da a luz a un vigoroso niño al que bautizan con el nombre de Herbert.

Dos años después nace Adelmo Osvaldo y por último son bendecidos con el nacimiento de una niña a la que bautizan con el nombre de Nubia Sandra.

Nunca pueden olvidar a la pequeña Mariselda, consideran que ella es un angelito que tienen en el cielo y que siempre hará parte de su recuerdo y siempre estará en sus corazones.

La vida militar es fuerte, pero Guillermo tiene las energías de la juventud y unas ganas muy grandes de servirle a su país.   

Además, el trabajo duro es lo de menos, porque desde muy niño trabajó al lado de sus mayores en labores agrícolas y en la construcción. Sus manos estaban llenas de callos, signo inequívoco de sus luchas diarios y su piel blanca estaba bronceada por el fuerte sol que recibía en sus interminables jornadas como ayudante de albañilería.

Guillermo Ospina en sus tiempos como militar

Su esposa y sus tres hermosos hijos eran un motivo adicional para enamorarse de la vida y cumplir las órdenes de sus superiores.  Se hizo famoso como el soldado ideal, por las virtudes que exhibía: fortaleza física, disciplina, obediencia, resistencia y respeto a los soldados a su cargo.

Sus cualidades eran conocidas, así que el sargento Ospina era destinado a delicados operativos que sólo podían asignarse a los hombres de más confianza en el territorio.  Con el tiempo varios batallones solicitaron sus servicios porque deseaban contar con el talento de tan destacado hombre de armas.

Lo anterior le valió la posibilidad de ser trasladado a otros lugares de la geografía nacional a donde iba acompañado siempre de su pequeña familia. Lo primero que hacía al llegar a su nuevo lugar de destino era conseguir una casa cómoda y segura en donde Sara y los tres pequeños pudieran estar sin ningún problema cuando él se ausentara en cumplimiento de sus frecuentes excursiones militares.

Los constantes traslados tenían un lado bueno, porque Guillermo sabía que era en reconocimiento a su labor. Podía conocer más lugares y hacer nuevos amigos, aunque también significaba dejar atrás a sus antiguas amistades y algunas dificultades para la adaptación de los niños. Pero él no se quejaba de nada y, por el contrario, disfrutaba cada una de sus tareas. Tomaba sus viajes y sus nuevos lugares de residencia como un regalo de Dios.

A veces compartía con su padre y tíos, una familia dedicada a la construcción de casas, edificios, caminos y carreteras. Podría decirse que Efraín su padre era el mejor amigo que tenía y a quien podía contarle todo y pedirle sus sabios consejos. La familia completa era su más valiosa posesión, sin lugar a dudas. 

Cierto día al terminar la jornada se dirigió a una mesa del comedor en el casino de suboficiales y empezó a redactar una carta. 

Una hora después, había terminado de escribir. Dobló el papel y lo introdujo en un sobre de color blanco. Se dirigió a la oficina de correos del batallón, pero se detuvo un momento, sacó el papel del sobre y lo volvió a leer, quería verificar que el mensaje estaba bien escrito y no había cometido errores de redacción o de ortografía.

En ese momento lo asaltó de nuevo la duda entre enviar la carta o dar media vuelta, romperla y regresar a casa.

 ¿Entregaría el documento? ¿Qué era lo que había escrito en esa hoja tamaño carta?  

Leer el cuarto episodio

jueves, 21 de septiembre de 2023

El maestro Guillermo Ospina Vélez, constructor de casas y promotor de felicidades ajenas (Segundo episodio)

Sara y Guillermo, siempre juntos

Escrito por:
 Alejandro Rutto Martínez

Resumen del episodio anterior: He llegado a la casa del maestro Guillermo y, sólo en ese momento me doy cuenta de un detalle en el que no había pensado…

El detalle consiste en el maestro Ospina y su esposa se encuentran padeciendo algunos quebrantos de salud y preferirían no recibir visitas por esos días. Pero yo estoy ahí, en su casa y ellos sólo tienen la opción de despacharme o de recibirme. Para mi fortuna, ellos escogen la segunda posibilidad.

Antes de mi llegada ocupaban sus sillas de tardear. La de él tiene cojines especiales y pieceros, la de ella en cambio es una mecedora normal. 

Han estado juntos desde que se dieron el sí en la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Puerto López, departamento del Meta, en una ceremonia efectuada a finales de los años cincuenta cuando eran muy jóvenes.

Renovación de votos de Guillermo y Sara cuando cumplen 50 años de matrimonio

Una vez que se ha roto el hielo me invitan a entrar a la casa más acogedora y famosa del barrio San Antonio.  En la conversación me entero que   Guillermo Ospina Vélez nació en Ibagué, departamento del Tolima viernes el 13 de septiembre de 1938. Sara nació en Villavicencio el 10 de agosto de 1.940.

Él era un joven trabajador y respetuoso y, además con un espíritu de aventurero heredado de su padre Efraín Ospina Castillo, un constructor andariego que fijaba su lugar de residencia donde quiera que consiguiera un nuevo trabajo y en esto era apoyado por su esposa Tirza Vélez Latorre, una ama de casa experta en animar a su esposo para que siguiera siempre adelante. 

Además, era experta en empacar los trastos cada vez que había necesidad de una nueva mudanza. Era consciente de la necesidad de trabajar duro donde fuera, para poder levantar a la numerosa familia que Dios le había regalado, integrada por su compañero y sus hijos Efraín, Wilson, Alaín, Campo Ignacio, Guillermo, Walkiria, Tirza y Díber.

Guillermo conoció a una joven blanca, esbelta de frondosa cabellera y muy buena conversadora. Se propuso ser su amigo y de la amistad surgió la llama del amor.

Eran muy jóvenes, se enamoraron perdidamente el uno del otro y deseaban casarse cuanto antes, pero debieron esperar algún tiempo porque él se preparaba para comenzar el curso como suboficial del ejército y uno de los requisitos exigidos era el de ser soltero.  La celebración de la boda tendría que esperar un tiempo más.

Guillermo salió adelante en sus estudios, comenzó una brillante carrera en la que ganó varios ascensos hasta obtener el grado de sargento. Era un militar recio, disciplinado y convincente para ganarse el aprecio y el respeto de los soldados a su cargo.

Además, los conocimientos aprendidos al lado de su padre en el arte de la construcción le permitían abrir nuevos espacios en la vida militar, porque en el tiempo libre podía ayudar en obras sociales de las comunidades aledañas, tales como reparar un parque, construir el aula de una escuela, pintar la casa comunal o refaccionar la iglesia en donde escuchaba misa todos los domingos.

Llegó el día en que se sintió preparado para asumir una nueva responsabilidad, así que decidió pedir la mano de Sara. Se vistió con su mejor traje y habló con sus futuros suegros, quienes accedieron sin presentar objeciones. Los padres de Guillermo también dieron el visto bueno.

-         “Me parece bien que te cases, ya estás grandecito y es bueno que tengas tu propia familia”, le dijo doña Tirza.

La hora del matrimonio, por fin había llegado.   La ceremonia se efectuó, como ya dijimos, en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen en Puerto López, Meta. Ella iba ataviada como una princesa extraída de un cuento de hadas y Guillermo vestía a la usanza de los caballeros mejor vestidos del siglo veinte.    Los dos no cabía de felicidad cuando el sacerdote pronunció las consabidas palabras:

-         “Los declaro marido y mujer”

Guillermo recuerda que ese fue el mejor día de su vida, en el que ha recibido el mejor premio y una de las mejores bendiciones que ha podido tener.

A la media noche la pareja desapareció de la fiesta y sus familiares sólo volvieron a saber de ellos una semana después cuando regresaron de la luna de miel.  

Guillermo dejó a Sara en su nueva casa y se reincorporó al batallón una vez terminado el permiso que le habían concedido.

Un día, al regresar a casa, después de los recorridos y tareas de la Jornada Guillermo regresa a casa, en donde Sara lo recibe con una noticia sobre un hecho que les cambiaría la vida para siempre…. (Continuará)

Leer el tercer episodio


martes, 19 de septiembre de 2023

El maestro Guillermo Ospina Vélez, constructor de casas y promotor de felicidades ajenas (Primer episodio)


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Son las 5 de la tarde de un día caluroso en Maicao y mi hija ha pasado a recogerme en la puerta del Maicao Juan Hotel, en donde me había dejado un poco antes. Al embarcarme le pido que me lleve a la casa del maestro Guillermo Ospina Vélez en la Comuna Número Cuatro en una lugar que no preciso, pero del  cual recuerdo que está ubicado en la calle 22 muy cerca del templo católico del barrio San Antonio.

Mi hija conduce su automóvil Renault color vino tinto con la pericia de quien lleva más de quince años en el oficio. Uno de mis hobbies es acompañarla en la silla del copiloto.  La miro y me retrato yo mismo un montón de años atrás cuando era pasajero frecuente en el puesto de la ventanilla, en la volqueta de mi padre a la que todos llamábamos El Cotorrón. Tiempos idos que nunca olvidaré.

Cruzamos las calles de la Comuna, una antigua zona cenagosa, recuperada gracias a las calle-canal y a programas oficiales de pavimentación. Los niños juegan descalzos en los solares, la gente se refugia del fuerte calor debajo de los árboles de nin que existen en las aceras y la tarde comienza a morirse.  

La Comuna Cuatro se precia de albergar el estadio Hernando Urrea Acosta y el coliseo Jorge Toyota Novoa y la iglesia de San Antonio.    En sus límites se encuentra una emblemática empresa de la familia Terraza conocida como “Las Carrocerías”, que le da su  nombre a las manzanas adyacentes. En sus talleres se han fabricado desde los años setenta las carrocerías tipo estaca que utilizan los vehículos de carga de todo el departamento. Su época dorada fue la de los años de bonanza comercial cuando fabricaban las carrocerías de  los camiones grandes llamados “siete y medio” en los que se transportaba la mercancía desde el puerto hasta las bodegas y almacenes de Maicao. Aún funciona,  pero no como en aquellos tiempos cuando caravanas interminables de estos vehículos transportaban café o mercancías extranjeras.

Cuando estamos en el sector indicado le preguntamos a la primera persona que encontramos y ésta, un hombre de unos cincuenta años, nos señala un árbol de mango y nos dice:

-Es ahí, vayan con confianza.

Al maestro Guillermo todos los conocen en el barrio y, si no me niegan su dirección es porque saben que a él nunca lo van a buscar para algo malo. 

Hemos llegado al lugar indicado y en la puerta de la casa veo una hermosa pareja de octogenarios quienes disfrutan del sencillo paisaje consistente en una cantina frente a su casa en donde los parroquianos juegan billar y beben cerveza, los motocarros que pasan y las motocicletas que ruedan a toda velocidad a pesar de que es día sin moto.

Antes de dejarme bajar del auto mi hija me pregunta:

- ¿Qué vienes a hacer acá?

- Voy a entrevistar al maestro Ospina, le contesté

- ¿Y él quién es?, volvió a preguntarme

- Él es la persona que ha construido varias de las casas y de los edificios que vimos en todo el camino. Además, fue fundador de la emisora del barrio y es el padre de la navidad.

- ¿El padre de qué?, alcanzó a preguntarme.

Pero no escuchó mi respuesta porque el parlante de un altanero equipo de sonido en el volumen más fuerte posible, se hacía sentir con una canción de Diomedes Díaz. 

He llegado a la casa del maestro Guillermo y, sólo en ese momento me doy cuenta de un detalle en el que no había pensado…(CONTINUARÁ)

Leer el segundo episodio

lunes, 18 de septiembre de 2023

Homenaje a Roberto Solano: un auditorio llevará su nombre


El pasado viernes 15 de septiembre el alcalde Mohammad Dasuki develó el nuevo nombre de este importante centro de reuniones y de eventos culturales y académicos: Roberto Solano Sanclemente, en homenaje al excelso compositor y cantante de música caribeña y autor de la emblemática canción "Los Charcos", grabada por Fruko y sus Tesos.
En adelante no diremos "La conferencia será en el auditorio de la Casa de la Cultura". En cambio, la invitación dirá: "La conferencia se efectuará en el auditorio Roberto Solano Sanclemente".
Merecido homenaje a quien ha hecho tanto por la música y la cultura en general.

viernes, 1 de septiembre de 2023

Carta para un amigo y hermano: Osvaldo Mejía Marulanda


Escrito por:
Alejandro Rutto Martínez

Apreciado hermano, quiero contarte que nos reunimos con frecuencia alrededor de tu recuerdo en días de sol portentoso y de calor extremo, para reescribir algunos de los párrafos de la historia que pudimos vivir juntos en los caminos de piedra y polvo de nuestra tierra, en sus calles anchas y sudorosas en las que te placía andar y en las que te acomodabas como marinero sobre la cubierta para otear el horizonte y mirar los lugares y los tiempos que se aproximaban.
Querido hermano, muchas gracias por habernos acompañado en la travesía por mares sinuosos y caminos imprevisibles.
Te escribimos para describirte, como hombre laborioso de memoria amplia y también porque creemos que el buzón de tus cartas aún tiene dueño y sentimos tu presencia como el canario que se posa sigiloso en la rama del árbol protector de nuestra raza.
Gracias porque creces cada día como las raíces del pino para hacerte aún más fuerte sobre el puente de los diminutos corpúsculos del tiempo.
Aquí estamos en este concierto de ecos en donde se escuchan tus consejos, tus frases y refranes y podemos disfrutarlos sin afanes y sin desconsuelo en cada uno de los rincones de la Casa de Mamá por cuyas páginas transitaremos para disfrutar de tu valiosa compañía.
Querido hermano, aún vemos tu sonrisa en el fresco rocío matinal, en el desnudo suelo de los pueblos colgados en las faldas de las montañas y en los caminos de gracia que recorremos en nuestras oraciones.
Tu vida fue un continuo soplo de pasión en el que no te vimos llorar a menudo porque en jugabas tus lágrimas en el paño de la fe en el Señor de los cielos.

Usabas tu llanto cuando sentías piedad, como abeja que deambula alrededor de corolas vivaces o como luciérnagas encendidas que pasean por el salmo de los delicados pastos.
Aquí estamos mi hermano, fundidos en un largo y fraterno abrazo que solo terminará en el día inexistente del nunca jamás.
Gracias por vivir de ahora en adelante en el proverbio de la sabiduría.
Muchas gracias.

lunes, 28 de agosto de 2023

Llegó el día de ir a Playa Cristal

 


En día llegó y fue el 26 de agosto, por sugerencia de Nilse Blanquiceth, una líder de la zona quien nos hizo la invitación para celebrar mis treinta y cuatro años de matrimonio con Carlene, su amiga desde los tiempos en que aún no había ocurrido el diluvio universal.  En atención a las sugerencias recibidas nos hospedamos la noche anterior en un hotel del barrio Once de Noviembre de Santa Marta, el cual tiene un nombre bien simpático: Hotel, ubicado en plena Troncal del Caribe, diagonal a la Tienda Ara del Barrio.  

-“Mañana los recojo a las 5 de la mañana”, nos dijo nuestra querida anfitriona y acto seguido nos dejó en manos de los recepcionistas. El hotel es muy bonito, tiene lo esencial y la atención que nos brindaron fue espléndida.

Dormimos con el temor de no despertar temprano, después del cansancio de un día de bastante ajetreo, pero a las cuatro de la mañana la preocupación se disipó por completo cuando comenzó a roncar la primera tractomula en el parqueadero del hotel. Y cuando el sueño nos vencía otra vez, el rugido de otro de estos pesados camiones nos puso de nuevo en alerta.

A la hora fijada nos recogió Nilse en un Montero Mitsubishi marrón modelo 91, conducido por el joven Carlos Riátiga, un biólogo enamorado de la naturaleza y del turismo, quien conoce muy los parajes de la Sierra Nevada, los accidentes geográficos de la zona y vive enamorado de la naturaleza, pero, sobre todo, del mar.

Antes de iniciar el recorrido hubo una parada en zona de alimentación. Los hambrientos viajeros eligieron unas empanadas reforzadas que más parecía un “calentao” paisa, muy grande y aprovisionada con múltiples ingredientes. El día comenzaba muy bien y pintaba como una gran jornada.

El montero inició la marcha y tras un breve recorrido por la Troncal del Caribe giró a la izquierda, por la entrada del Parque Tayrona. El camino es un carreteable en buen estado al cual se le nota que tuvo mejores épocas con tramos que conservan lo que fue el asfalto que lo cubrió.   Carlos nos anticipó que el recorrido duraría unos cincuenta minutos hasta el punto en que tomaríamos una lancha para hacer la travesía marítima que nos llevaría al destino final.

Cruzamos por un bosque seco tropical poblado de trupíos y cardones y muy pronto tuvimos a nuestra izquierda la majestuosidad del Mar Caribe que se asomaba por entre la vegetación y luego volvía a esconderse.  En unos minutos llegamos al mirador conocido como Siete Olas en donde pudimos apreciar el espectáculo indescriptible de un mar cristalino en su romance con la serranía dentro de la Ensenada de Neguanje.


Después de las fotos de rigor y de las explicaciones de nuestro guía proseguimos la marcha hasta otro punto desde donde tomamos nuestra lancha con destino a Playa Cristal, uno de los lugares más hermosos de Colombia. El trayecto nos ofreció un paisaje bellísimo, mezcla de mar cristalino y de montañas tupidas de verde y recortadas contra un cielo inmensamente azul.


Desembarcamos en Playa Cristal en donde Nilse es toda una celebridad, la gente le reconoce su liderazgo, su trabajo para mantenerlos unidos y alrededor de algo que es una obsesión para todos ellos: la protección del Parque Tayrona, sus playas, su mar cristalino, sus corales. En fin, no sólo son proveedores de servicios turísticos sino protectores y guardianes de la naturaleza.


Libardo Quintero Redondo, un dibullero que desde hace varios años trabaja en el turismo, nos explica que Playa Cristal, antes conocida como playa del Muerto, se divide en tres segmentos: Uno destinado exclusivamente para la llegada de las lanchas, otro para las carpas en donde descansan los turistas y el tercero al que está prohibido llegar porque es el santuario de los corales y hay que protegerlos al máximo.


Nos parqueamos en nuestra carpa a escuchar las historias de Nilse sobre la forma en que la comunidad de prestadores de servicios se viene organizando desde hace varios años. Son personas humildes y muy trabajadoras cuya jornada se inicia con el día y termina bien entrada la tarde cuando todos, trabajadores y turistas regresan a Santa Marta.  Son varias familias las que operan el negocio y todas comparten el trabajo de mantener las playas limpias y de atender bien a los visitantes. Se propusieron erradicar el sistema de ventas ambulantes para que los viajeros no se sientan agobiados y establecieron precios claros para que nadie abuse de los clientes.


Aprendieron a respetar las costumbres de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada, los Kogis, Arhuacos, Arzarios y Wiwas. Por eso saben que hay tres temporadas en el año en las que no pueden venir a este lugar, pues son tiempos en los que los hermanos mayores están haciendo sus pagamentos y rituales de purificación y recuperación de la madre tierra



Mientras nos invitaba a degustar una deliciosa ensalada de frutas preparada por la señora Gladys nos explica que Parques Nacionales los capacita en todas las áreas de sus labores, pero en especial en aquellas relacionadas con la relación ser humano-naturaleza-cultura. Los enseñado a ser grandes emprendedores y ellos han iniciado actividades en sus unidades productivas, como Dercy, una joven morena que ha aprendido el milenario arte de las abuelas para producir deliciosos dulces de frutas que ofrece con singular amabilidad a grandes y chicos. 


Unos minutos después nos ofrecen una piña colada que literalmente es una piña, bien hermosa y decorada que contiene la deliciosa bebida de preparación artesanal envasada de forma muy creativa dentro de la fruta, la cual ha sido previamente ahuecada por las manos laboriosas de consagrados artistas del arte culinario.

Entre conversación y conversación entrábamos al mar y volvíamos a salir, era una delicia estar allí en esa enorme piscina de agua salada sin olas y de aguas totalmente limpias.

Llegó la hora del delicioso almuerzo consistente sopa de pescado, cojinúa frita, patacones, arroz de coco y ensalada, acompañadas por limonada natural. Como adicional llegaron los aguacates provistos por Yender, un calidoso vendedor experto en combinar su don de la palabra con un respetuoso buen humor.


-Señora, mire, estos aguacates están tan buenos que me da dolor venderlos”, dice mientras divide en dos un provocativo aguacate sobre el cual dispersa la sal y las gotas de un enorme limón.

-“Este limón llora más que mi abuela cuando va a un velorio”, dice para robarle una sonrisa a sus clientes.

Según mis planes después del almuerzo reposaría y entraría de nuevo a la playa para continuar con ese ritual que es como una plegaria a la vida, pero mis anfitriones tenían otros planes: una invitación a caretear, actividad que consiste en adentrarse un poco en el mar, provistos de caretas para observar el lecho marino y, en especial los corales. Al principio me negué porque nunca había estado más de cinco metros “mar adentro, ni me había alejado de la playa más allá de donde mis pies tocaran tierra y el agua me diera en las rodillas.   Al fin acepté y creo que ha sido una de mis mejores decisiones pues pude contemplar el sublime espectáculo de los corales, esos raros seres vivos pertenecientes al reino animal al que tanto de debemos.  Conocimos los cerebros gigantes, los cuernos de alce y una gran variedad de corales, protectores de la riqueza marina y grandes responsables del equilibrio marino.

Terminada la exploración nos indicaron que era hora del retorno. Todos los lugareños recogieron sus utensilios y herramientas y tomaron lugar en las lanchas para ir hasta la playa de Neguanje en donde nos esperaban los vehículos que nos regresarían a Santa Marta. En el regreso tardamos cuarenta y un minutos, 9 minutos menos que en la ida, porque no paramos de nuevo en el mirador de las Siete Olas.

Hasta aquí este relato sobre el día en que por fin fuimos a Playa Cristal, el viaje terminó, pero los recuerdos perduran.

 

 

 

domingo, 27 de agosto de 2023

Nos dejó Lucho

 


Así como lo leemos, por estos días nos dejó Lucho, uno de los barberos más conocido de Maicao durante varias décadas.  Junto a José Pérez formó un dúo de gran respeto en el gremio de la peluquería, similar al que conformaron Rafael Orozco e Israel Romero en la música vallenata.

Su local se ubicó en varios lugares de la carrera 12 y la calle 15, se mudaron varias veces, pero nunca se alejaron mucho del sitio conocido como “Rumba Licores”.  La Peluquería de Los Pérez tenía un estilo en su disposición y decoración que le daban un toque distintivo a sus decenas de clientes: afiches gigantes y bien logrados de artistas y deportistas, cómodos sillones para quienes hacían turno, aire acondicionado y televisión conectada a TV Cable.

Todo eso era muy importante porque los clientes debían hacer largas esperas antes de sentarse en la silla en donde las prodigiosas manos de Joselito o Lucho les harían el corte deseado.

Los dos socios manejaban una ética inquebrantable: los clientes de José sólo podían ser atendidos por él e igual los de Lucho. Cuando uno de los dos viajaba el cliente esperaba a que regresara pero por ningún motivo acudía a otra persona.

Yo era cliente de Joselito y me costó bastante convencer a Lucho de que tenía una emergencia el día en que me iba a graduar en la Universidad. Al fin se compadeció y me atendió bajo la rigurosa promesa de que no dijera nada. Sobra decir que cumplí hasta hoy mi pacto de confidencialidad.

La peluquería era además un centro de información. De las noticias nacionales nos enterábamos a través de la tele o de El Heraldo, cuyo ejemplar del día llegaba todos los días a las 8 de la mañana. Además, teníamos a disposición las revistas más importantes: Cromos, Cambio y Semana. 

Las noticias locales corrían por cuenta de todos los clientes, bien sabemos que las noticias llegan primero a la peluquería del pueblo que a cualquier otra parte.

Hace un tiempo los clientes recibimos la mala noticia de que la peluquería finalizaba sus servicios después de tanto tiempo. Joselito se trasladó a otra ciudad.

Lucho, por su parte, estaba muy enfermo, tanto que se vio inhabilitado para seguir en el ejercicio de su profesión.  Día tras día su salud menguaba y la lucha por la vida se hacía más difícil.

El pasado 24 de agosto la familia dio a conocer la noticia: Lucho había emprendido el camino hacia la eternidad.

Todos creíamos que el apellido de Lucho era Pérez, como el nombre de la legendaria barbería, pero el aviso fúnebre nos hizo enterar de que no era así. En realidad, su nombre era Luis Emilio Lagos Martínez, el esposo de Mileidys Sarmiento y padre de dos hijos:  Jualed, Yaxi Milena, Eduardo y Arjadis.

Nuestras sentidas condolencias a su familia. Nos queda el recuerdo del gran Lucho, uno de los mejores peluqueros, y de la Barbería de los Hermanos Pérez, sus periódicos del día, su buen aroma y sus noticias frescas.

miércoles, 16 de agosto de 2023

Javier Camargo Rosado

 


Javier Camargo Rosado fue una de las personas que hizo parte de la comunidad educativa del colegio San José durante la década de los 80, especialmente en la jornada nocturna. Era dueño de un gran don de gentes y de especial sabiduría para darle buenos consejos a todo el que se le acercara, especialmente a los jóvenes que cursaban sus estudios de bachillerato y los profesores que lo tenían como un faro que irradiaba la luz de la inteligencia.

Nació en Valencia de Jesús, departamento del Cesar, pero desde muy joven vivió en el departamento de La Guajira.
Se casó con Vicenta Deluque, guajira de pura cepa y a su lado fundó una familia cimentada en los más altos e inamovibles valores cristianos como la honestidad, la honradez y la solidaridad.
En su casa de la calle 9 con carrera 11, sector conocido antiguamente como Barrio Rodolfo Morales, nacieron y crecieron sus hijos Yolanda, María, Jacob, Enoc, Élita y Nehemías.
Presentamos hoy a Javier Camargo Rosado como un baluarte del Maicao del ayer que ejerce su influencia en el Maicao de hoy a través del recuerdo y de la presencia y buen comportamiento de sus hijos y nietos.

lunes, 31 de julio de 2023

El equipo "Los Profesionales"


Era un fuerte equipo que actuaba en los campeonatos locales.

Jugaban algunas personalidades de Maicao como Cheyo Páez, Omar Acosta, Anto Hernández, Hernando Castro, Guille Solano, el médico Jaime Ibarra, Wilfrido "El Polaco" Pérez, Noime Duarte, Jairo PInto, el portero Mestra, Geobildo "Santico"Carrillo, Henríquez, Argüello.
En la fotografía aparece también Made, la hija de "Cheyo" Páez, uno de los grandes patrocinadores del fútbol local.

domingo, 30 de julio de 2023

Poema para el barrio


Querido barrio que guardas una galería en cada calle

Y que horneas los recuerdos con el fuego del corazón

Barrio de amor condescendiente desde los pies hasta el alma

En cada piedra del camino y en cada baldosa del andén hay

huellas presurosas de enjambres de caminantes risueños

 

La fragancia del nuevo amanecer y los ojos del anciano,

la sonrisa del niño taciturno, y las alas del silencio nocturno

 

El mutismo de la niña que juega solitaria a ser niña grande

Me llevan a sonreír porque nos sentimos en la antesala del paraíso

Donde la alegría ronda en cada esquina y el afecto vibra

En decenas de voces unidas en una sucesión de gestos solidarios

 

La inapelable luz del sol ilumina tus rincones

y la brisa del oriente

nos trae las estrofas de cálidas y nuevas canciones

 

Eres una tregua luminosa entre el pasado riguroso y el porvenir

promisorio;

entre las cortinas del alba y la llama indomable

del crepúsculo encendido por el fuego de la pasión

 

Eres mi patria primaria en donde habita el misterio de la verdad

porque tu nombre es un latido acelerado del corazón

henchido de orgullo,

una vibración solemne de la cuerda de guitarra

que te canta desde las tenues luces de la aurora hasta el fuerte

resplandor del mediodía.

 

Te quiero desde la apertura de los tiempos hasta el ocaso

intermitente de la soledad, te quiero desde el inicio de la

ceremonia de los amores imposibles

 hasta el arcoiris que adorna

las tardes grises de los días de lluvia

29 de junio de 1993-29 de junio de 2023, treinta años después de la gran fiesta de Maicao

 ¡Oh Maicao mi pampa querida, centinela insomne frontera, los Wayuu formaron tu nombre con la espiga imperial del maíz. Bullicioso y pujante terruño del ensueño de mi edad primera, el vibrante ritual de tambores, venturosos te anuncian llegar”


Poderosas razones afectivas me impiden iniciar   nuestra crónica con la letra de una canción vallenata, lo haremos con  la primera estrofa del Himno Institucional de Maicao
, pueblo que con su gente son caros a mis afectos, su música y letra de la autoría del profesor Ramiro Choles Andrade presidente de la Academia de Historia Municipal, he recordado su letra maravillosa a propósito de los acontecimientos a los cuales me referiré en esta crónica.

Embriagado por los recuerdos dejo plasmadas en estas líneas las huellas indelebles que quedaron en mi mente de la celebración mas grande que se recuerde por  un aniversario de la fundación de la población de  Maicao, fue el 29 de junio de 1993 cuando con motivos del de los actos conmemorativos  de un nuevo aniversario de su fundación  por el Coronel Rodolfo Morales y Tomas Curvelo Iguaran   sus habitantes de todos los estratos, estirpe y condición se volcaron a las calles para presenciar el desfile solemne  de los colegios y las escuelas, de los grupos folclóricos  de los barrios y   el cierre a manera de cereza sobre el postre de la Banda Show Rafael Urdaneta que vino desde Venezuela por ese motivo especial.

Aquel día fue de fiesta colectiva, popular y de fantasía, todos éramos iguales, Servidores públicos, Autoridades Civiles, Militares y Eclesiásticas, los periodistas,  las representaciones indígenas, la colonia Libanesa, los vendedores ambulantes, concejales,  comerciantes organizados, las Damas Rosadas, los grupos folclóricos locales y los que llegaron  de los corregimientos juntos  disfrutamos a plenitud de los festejos y las inauguraciones, se inauguraron las obras de pavimentación en concreto rígido de las calles de la ciudad, entre ellos en las Avenidas Galán y Donit Vergara, la recuperación de varios parques, se reinstalaron los equipos en el Aeropuerto  y se reinauguró el Estadio de Futbol Hernando  Rene Urrea Acosta.

Aquel día  maravilloso  Amylkar mi hermano hizo entrega al Alcalde Municipal Jorge Magdaniel  de los Actos Administrativos por los cuales, por su gestión Parlamentaria se  aprobó la creación de la Oficina de Registro de  Instrumentos Públicos en Maicao que hasta entonces dependía de Riohacha, y de la certificación expedida por la Superintendencia de Notariado y Registro que se tenían reservados los recursos para la construcción de esas oficinas, igual le hizo entrega de la aprobación por parte de la Directora Nacional del ICBF de  la construcción de la sede de esa institución en el Barrio Loma Fresca pues  esa entidad operaba hasta entonces  en una casa arrendada en el Barrio Pastrana,  en el mismo acto le hizo conocer que a petición de “El Chévere” un líder comunal había  conseguido con su amigo Monche Dávila  Gerente de Gases del Caribe la aprobación del proyecto para instalar el Gas Domiciliario en los barrios Majupay y sus circunvecinos que todavía cocinaban con Bombonas de gas propano,  leña y carbón, y con el Dr.  William Pimienta  la aprobación del proyecto de electrificación del alumbrado público  del Barrio Torre  de La Majayura  por petición de la familia Polanco, de todo lo anterior fueron testigos entre otros los entonces concejales Aurelio Arregocés, José Villalba y Joaquín Valencia y el malogrado líder cívico Miguel Lora Q.E.P.D. esos cabildantes que  acompañados de Rodrigo Amaya lograron la aprobación del Acuerdo por el cual se le concedieron las facultades al Alcalde Municipal para ceder los predios al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y a la Superintendencia de Notariado y Registro respectivamente, igual fue el día que hizo saber  que había logrado conseguir los recursos para el único proyecto que finalmente   no se pudo ejecutar  la construcción de la variante para que las tractomulas no pasaran por la calle 16,  a esa obra se opuso el  propietario de unos predios cercanos a quien todos le tenían miedo; ya nadie lo  recuerda porque la memoria es desagradecida, lastima grande que en las obras colocan  una placa donde está el nombre de quien adjudica el contrato pero no de quien gestiona los proyectos, por eso  decía mi abuela que  nadie sabe para quien trabaja y así se llamaba su casa “NADIEN SABE”..

Ese día cívico se realizó la inauguración de la Casa de La Cultura “Ramiro Choles Andrade” para el impulso y desarrollo de la cultura y  las distintas expresiones artísticas en el pueblo del Abuelo de las Barbas de Maíz, me correspondió la honrosa responsabilidad de representar al señor Alcalde  con la presentación que hice de una obra del escritor Gabriel Ferrer con nutrida asistencia y gran alegría de la concurrencia con la organización del escritor Víctor Bravo Mendoza, fue un acto académico majestuoso, a la altura de la magna celebración de aquellos tiempos cuando en Maicao se podía bailar por las noches, y todos remábamos para el mismo lado, el bienestar común y no para satisfacción de ambiciones individuales, eso es imposible de olvidar, Maicao era amado por sus hijos y por todos aquellos que sin haber nacido allá llegamos a hacer el bien, ojala sus raizales hijos hagan un análisis retrospectivos que ha pasado desde entonces para que nada haya podido ser igual.


Está en mi mente el grato recuerdo del delicioso Arroz de cerdo  Apastelado que mi gran amiga Martha Villarreal Barraza preparó para atenderme, y el compartir que tuvimos con  aquellos protagonistas de los medios que hacían opinión, y ejercían con responsabilidad su derecho constitucional de informar y de ser  informados como Roberto Enrique Pineda en su programa Línea de Quinientos en la Voz de la Pampa, por las tardes en la misma emisora el Profesor Vergara, don Pedro Hurtado y Carlos Serrano Cotes, al medio día, Jarvis Cuesta Siosi, Ernesto Acosta, Charles Daung, Jorge Ochoa  y Jaime Rengifo, en RCN Armando Correa Saavedra y Eliecer Jiménez Julio, era gente escuchada, respetada y respetuosa que ponían a pensar a la opinión pública, esta cadena radial transmitía desde la calle 16 sobre las oficinas de ACODELCO una Inmobiliaria de propiedad de armando Amaris Arteaga y las oficinas de Abogados de don Moris Goldringer, un señor estudioso, místico y a veces enigmático que parecía pretencioso pero era muy buen conversador, me guastaba escucharlo para aprender, así como aprendí mucho de los amigos sinceros de mi padre que siempre me aconsejaban pues era yo un pichón de Abogado y ellos  sombras morales  tutelares del pueblo Maicaero el Profesor Roberto Atencio, y  los doctores Santander Illidge Palacios, José Lubo Pushaina,  Manuel Palacio Tiller , William Ballesteros López, Carlos Gómez Orduz, Rodolfo Palacio Iguaran, Alfonso Martínez Illidge y Alberto García Deluque.

Cuanta emoción sentimos en el corazón al recordar aquel año maravilloso para ese pueblo trabajador, muchas veces maltratado, y al cual desde tiempos pretéritos se anuncia que “Se va a acabar” pero ahí sigue incólume porque Dios ha sido particularmente generoso con su suelo y con su gente, sucedieron tantas cosas buenas que hasta unos memorables  Carnavales se organizaron y en representación de La Alcaldía Municipal fue la Reina Linda Tromp Villarreal quien se desempeñaba como Jefa de Planeación Municipal, y se realizó un Torneo de Microfutbol nocturno en el Club del Comercio.

Como dijo Darío Echandía en Chaparral   ¡¡Eran los tiempos cuando también en Maicao se podía pescar por las noches…que vaina!!!  

Mientras respire


Escrito por: Ayda Díaz Ojeda

Mientras respire, siempre tendrás mi mano para asirte de ella

Mientras respire podrás contar con mi abrazo lleno de afecto y sinceridad

Mientras respire estaré a tu lado para escuchar tus palabras o escuchar tu silencio

Mientras respire sabrás que hay sobre la tierra un único ser que te ama porque sí, porque sí y porque sí

Mientras respire serás mi hijo que amo tanto

Y cuando deje de respirar, pediré licencia a Yahvéh para estar contigo cuando la brisa acaricie tu rostro, cuando la arena bañé tus pies, cuando la angustia llegué a tu corazón y tu conciencia sutilmente te diga: recuerda lo que mamá decía " cuando tengas dificultades ve a los pies de Jesús.

Cuando todo vaya bien, ve a los pies de Jesús. En todo momento y en todo lugar agradece a Dios por todo. Pon tu confianza y esperanza en Él, no en los hombres ni en el mundo."

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