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lunes, 31 de marzo de 2008

LA RELACIÓN ENTRE LOS APELLIDOS Y LAS PERSONAS

MAICAO AL DÍA
A menudo escuchamos nombres y apellidos curiosos que nos hacen pensar en el origen de éstos. Orlando Cárcamo reflexiona sobre la relación entre los apellidos y las personas.
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LA RELACIÓN ENTRE LOS APELLIDOS Y LAS PERSONAS
Por: Orlando Cárcamo Berrío
ocarcamob@yahoo.com



(Publicado en El Informador en dia 25 de marzo de 2008. Para leer este artículo en ese diario, dé clic AQUÍ).
En una ocasión en que visitaba a una familia amiga, escuché a los niños hablar sobre cosas de su escuela y referirse, entre risas, a su maestro como el profesor vicioso que era adicto a la heroína. Les reproché ese tratamiento a su profesor y los invité a respetarlo. Ellos me replicaron que no le estaban faltando al respeto ya que Vicioso era su apellido y Heroína, su esposa.

Esa confusión semántica en la conversación con los chicos, me llevó a pensar un poco sobre el origen de los apellidos y la relación de las palabras con las personas y las cosas. En la Grecia de los sofistas, había quienes debatían sobre la relación natural y directa de las palabras con las cosas; otros sustentaban que esta relación era solamente arbitraria, por convención, tal como lo sustentan los actuales científicos del lenguaje. Hoy en día muchos debemos alegrarnos de que los convencionalistas hubieran ganado ese debate. ¿Qué sería de nosotros si nuestros nombres o apellidos determinaran los rasgos de nuestra personalidad, nuestro aspecto físico, nuestros valores y nuestro papel en contexto político y social? Pensar en esta predeterminación nos provoca risa.

No obstante, la realidad de nuestros apellidos no suele ser tan lógica ni generosa con nosotros. Imagínese usted a un señor de apellido Cabello pero es calvo; un señor de apellido Calvo que tiene mucho cabello; un peluquero de apellido Peinado; un policía de apellido Ladrón; un cura de apellido Guerra; un soldado de apellido Paz; un señor de raza negra de apellido Blanco; un señor presidente de apellido Zapatero; un zapatero de apellido Alcalde; un señor flaco de apellido Barriga; un señor gordo de apellido Delgado; un hombre feo de apellido Bello; una señora blanca y de labios rosados de apellido Boca Negra; una señora que se llama Dolores, casada con el señor Cabeza y que firma: Dolores de Cabeza; entre otros muchos casos jocosos.

Otro es el caso de apellidos que de alguna manera caracterizan a quienes los llevan: un panadero de apellido Paniagua; un portero de apellido Puerta; un gordo de apellido Barriga; un flaco de apellido Delgado; un ebanista de apellido Carpintero; un corredor de caballos de apellido Jinete; un cuidador de vacas de apellido Vaquero; un herrero de apellido Fierro.

Pareciera que muchos apellidos, en su génesis, hubieran sido asignados por una especie de tiranillo autoritario y burlón que quiso aprovechar la oportunidad para relacionar eternamente a las personas con su oficio o situación del momento. En esa visión mítica originaria, caben expresiones de este talante: “Como usted tiene una barriga prominente, su apellido será Barriga; usted arregla zapatos, su apellido será Zapatero; como usted es militar, su apellido será Soldado; como le gustan los niños, su apellido será Niño; usted ha hecho cosas malas, su apellido será Malo…”

Dado que no pudimos elegir nombres ni apellidos, fuimos registrados y bautizados siendo apenas bebés, ahora tenemos en Colombia la posibilidad de cambio. De acuerdo con el Decreto 999 de 1988, las notarías están autorizadas para realizar cambios en su registro civil sin afectar su número de cédula el cual sigue siendo el mismo.

Finalmente, para seguir disfrutando del humor, les recomiendo leer en la Internet los chistes absurdos del profesor Van Dido.

martes, 22 de enero de 2008

LA COLUMNA DE JOSÉ CARLOS MOLINA

MAICAO AL DIA
Nos complace presentarles un artìculo muy oportuno de José Carlos Molina, un abogado cuya sólida formaciòn académica y política le permiten ser una autoridad en el tema que trata en estasu
primera columna en MAICAO AL DÍA

VOLVER AL DEBATE Y APOSTARLE A LA VIDA
Las vacaciones de diciembre de 2007, me han permitido el reencuentro con mis viejos amigos de infancia; no faltaron las tertulias, los debates, hablábamos de los divino y lo humano y de un tema inevitable recurrente y cruel en nuestros días, el conflicto armado y su horror, que se torna degradante cuanto nos afecta a los civiles.

No recuerdo cual de mis amigos, preguntaba sobre la posición que debería tener la universidad Colombiana frente al conflicto armado; la pregunta surge quizás, por que él sabe que muchos de los allí presente, tenemos vínculos con la universidad, bien por su condición de estudiantes, docentes o directivos. Se discutió al inicio con mucha pasión, con rabia e impotencia y luego cuando la serenidad y la objetividad característica de los miembros del grupo volvieron, llegamos a la serena conclusión que la universidad debe volver al debate y apostarle a la vida.

La universidad tiene que recuperar el protagonismo, liderar y propiciar espacios de discusión en la sociedad colombiana frente a un tema que cada día es más cotidiano y brutal, que hace rato dejó de ser un problema de la periferia, para trasladarse a las ciudades.

La indiferencia a la guerra no contribuye a la paz, no nos excluye del conflicto y se parece al miedo que nos aleja de la posibilidad de la toma de decisiones para resolver nuestros problemas; la discusión hoy debe comenzar por aceptar que estamos en un país en guerra y no sólo circunscribirse si se justifica o no la lucha armada y la reacción de los paramilitares; el tema prioritario a mi juicio es el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, que se respete a la población civil.

Es una realidad aterradora que el desconocimiento y la manipulación del Derecho Internacional Humanitario, integran la lista de los principales factores que han contribuido a incrementar la vulnerabilidad de la población civil y de los no combatientes, en medio del conflicto armado que vive Colombia.

La universidad tiene que liderar y propiciar a través del debate, que se adopte y respete el Derecho Internacional Humanitario, que si bien es cierto no garantiza la paz, coloca límites y protege a los seres humanos inermes e inocentes; debe igualmente permitir el debate abrir espacios para una salida negociada a nuestra guerra, que debe tener inicio en el acuerdo para la liberación de presos y secuestrados; no olvidemos que nuestra guerra es apenas una de las manifestaciones
de nuestro conflicto social, el cual tiene raíces históricas, causas políticas y socio económicas.

Se nos ha dicho siempre que lo militar y lo humanitario son extremos irreconciliables; pero el Derecho Internacional Humanitario, lucha por desaparecer ese mito, que ha hecho que el número de victimas sean mayores en el conflicto armado de nuestro país; por ello desde la Universidad se debe desarrollar una campaña que ilustre a los ciudadanos sobre el Derecho Internacional Humanitario (DIH), cuyo principal postulado es: “proteger y hacer respetar a la persona Humana que en medio del conflicto armado está completamente marginado del mismo o se encuentra reducida a tal punto que no representa peligro o ventaja militar alguna para su adversario”.

Debemos insistir en que se respete a la población civil y que los combatientes (cualquiera que sea su ideología política) tienen la obligación de respetar nuestras vidas, integridad y bienes; la salida negociada del conflicto no debe ser sólo un anhelo angustioso de los familiares de los secuestrados, este gobierno o el próximo, debe propiciar las posibilidades reales para que se consolide un acuerdo político, producto de una negociación sin mezquindades en esfuerzos sociales, políticos y económicos.

Todos anhelamos la PAZ, y la concebimos siempre como el silencio de las armas, pero la PAZ, es mucho más que eso… es respeto, tolerancia, es gobernar con equidad, con justicia, es propiciar y aplicar lo que es un autentico Estado social de derecho, es apropiarse de la verdad como cultura ciudadana, es erradicar la corrupción en la cosa pública y privada y es también como dijo el maestro JESÚS, “ama a tú prójimo como a ti mismo”.


José Carlos Molina B.
Abogado litigante, asesor gubernamental y docente universitario.

Columnista invitado

MAICAO AL DÍA
¿Es posible el desarrollo endógeno?
Nos sentimos orgullosos de presentar a partir de hoy las columnas de Jorge Alberto Rebolledo, una de las personas mejor informadas sobre el tema de las estadìsticas en la Guajira. Su profesionalismo lo ha llevado a tener cifras sobre los màs diversos temas relacionados con la economìaa y el desarrollo social de la Guajira. Los invcitamos a disfrutar de su primer escrito.


JORGE ALBERTO REBOLLEDO CUISMAN

Las principales fuerzas del desarrollo endógeno se encuentran caracterizadas por el énfasis en la generación y fortalecimiento del capital social, la investigación, la difusión y aplicación del conocimiento, el emprendismo como cultura social, la gobernabilidad y el empoderamiento comunitario como cultura de desarrollo, enfatizando la importancia de implementar políticas coordinadas de valores ligadas al desarrollo económico territorial y de la comunidad.

Al analizar la formulación de la hipótesis de Simón Kuznets (Premio Nóbel de Economía 1971), el cual sostiene que en los países menos desarrollados el crecimiento genera crecientes niveles de desigualdades, hasta un cierto punto, a partir del cual la relación pasa a ser inversa, es decir, el crecimiento empezaría a generar niveles de desigualdad decrecientes.

Se ha notado que los países que tienen implantado el modelo económico Neoliberal (principalmente en Latinoamérica y los que están en vías de desarrollo), “aún no se le cumple este precepto”, puesto que lo demostrado históricamente es que en cuanto han obtenido mayor crecimiento, se ha evidenciado aumento en la desigualdad e inequidad social (incremento de la brecha entre ricos y pobres sostenido en el tiempo), lo que se ha convertido en un círculo vicioso derivado en parte, en la corrupción y precariedad formativa para orientar y administrar recursos públicos, acompañado por el sostenimiento del “negocio cultural de la politiquería” para usufructuar el poder, unidos a una ineficiente e ineficacia en la forma de administra recursos públicos que no focaliza el bienestar colectivo, anteponiéndose al desarrollo de capital humano.

Este sistema se matiza principalmente, en aquellos países en donde no se han hecho rupturas de sistemas tradicionales de hegemonía socioeconómica y cultural (orientados al crecimiento y no al desarrollo con equidad y justicia social).

En el caso Latinoamericano, a pesar de mantener ciertos niveles de crecimiento, el desempleo se empina sobre el 10% y la pobreza no desciende del 44%. Esto es un amargo resultado para la sociedad en una década considerada favorable para el crecimiento económico, lo que ha llevado a perder la fe en las capacidades del crecimiento económico para reducir la pobreza, mientras los índices de desigualdad social de éstas regiones continúan siendo los más elevados del mundo.

La situación de Chile y de Brasil, en donde el primero se manifiesta, quizás, como la experiencia Latinoamericana más notable para desmitificar el poder del crecimiento en desarrollo social y reducción de la pobreza, pero con alto índice de desigualdad social; el segundo un país de fuerte crecimiento, durante el siglo XX, pero con las más elevadas contradicciones de renta en el mundo, generando lo que muchos han llamado “el caso anti ejemplar”, son caso para mostrar.

Me llama la atención el concepto de Joseph Stiglitz (premio noBel de economía) “el desarrollo abarca no solo recursos y capital, sino una transformación de la sociedad”.

Coincido con el pensamiento de Joan Prats; director del Instituto Internacional de Gobernabilidad, quien afirma que en América Latina la desigualdad no es la consecuencia sino la causa de las imperfecciones de la democracia, de los mercados, de los estados de derecho, de la ineficacia del Estado, así como del resultado de la extremada polarización social y política.

La conclusión más importante la formulo con el pensamiento de Garofuli; 1995. El desarrollo endógeno implica “la capacidad para transformar el sistema socioeconómico; la habilidad para reaccionar a los desafíos externos; la promoción de aprendizaje social; y la habilidad para introducir formas específicas de regulación social que favorezcan el desarrollo local”. Acompañó esta propuesta mediante la implementación de una cultura de valores sociales, éticos, morales, de participación y cooperación comunitaria, basada en la solidaridad humana y un cambio de conducta en la actitud al trabajo, al ahorro, a la excelencia y la optimización de las inversiones.

En mi opinión, razono que el Neoliberalismo parece haber entrado en crisis, principalmente en Latinoamérica y países emergentes y creo más en un sistema económico de bienestar participativo (estado, empresa y sociedad), que dinamice la producción y la economía, enfatizando la formación de capital humano y empoderamiento de la clase obrera en la empresa y de la comunidad enmarcados en el desarrollo regional, tendientes en cambiarle el rumbo a la brecha de la pobreza e inequidad.

1 Reseña realizada del libro de Patricio Vergara sobre desarrollo endógeno

martes, 15 de enero de 2008

Alejandro Rutto Martínez, pulso firme y mente abierta


(*) Por Elbert Romero Barrios
Luego de parquearse en reversa el viejo Volteo del señor Ernesto Rutto en uno de los tantos arroyos secos contiguos a las rancherías próximas a Maicao, los ayudantes de este, iniciaban labores de cargue de arena para la construcción. Hacían uno, dos, tres y más viajes diarios. En medio del golpetear de cada palada que caía en el fondo del oxidado vagón, allá, debajo de un Trupillo cualquiera, sobre una piedra o en suelo limpio, un extraño “ayudante” del conductor, se dedicaba a una desconcertante faena que nada significaba para los sudorosos obreros, como tampoco para ningún joven de su edad, que si bien se internaban en la rala vegetación, era para cazar pájaros o dedicarse al correteo de otras especies.

Aquel espécimen de otras dimensiones, flaco, de escuálida fisonomía, desde muy niño se recluía apetente por los laberintos de las letras escrutando con avidez una a una las palabras, líneas y párrafos escritos por autores de aquí y de allá.

De esta manera fue transcurriendo la vida de Alejandro Rutto Martínez, motivado por su padre que en cada fecha le regalaba un texto. Eran sus juguetes más preciados, los tenía en el cuarto, en la sala, patio, garaje, cocina e inclusive en al baño. En ellos encontró a sus amigos e instrumentos más preciados, los utilizó como almohadas, improvisados asientos e incluso, cuentan que cuando se la partía una pata a la cama o a la mesa, la acuñaba con libros y si eran de administración o liderazgo mucho mejor.

Una hermosa anécdota me compartió su hermano Víctor. Estaban en el colegio, era hora de recreo. Alejandro se le acercó invitándole a merendar. Se sentaron bajo la sombra de un árbol de mango. ¿Que trajiste? Preguntó Alejandro. Víctor, inclinado por las leyes sacó del bolso una tasa repleta de arequipe, galletas y leche condensada, golosina que fue devorada por los dos en el acto. Luego preguntó Víctor ¿Y tú Alejo que trajiste? Alejandro, sin inmutarse abrió el bolso, sacó la lonchera colocándola en manos de su hermano. Este la abrió con curiosidad, luego de mirar con asombro por un momento el contenido de nuevo preguntó ¿oye Alejo y esto que es? El “mono”, con inocente naturalidad respondió: Manito son dos sopas, pero de letras y crucigramas. Agarra la tuya, la mía ya la llené.

Así, de esta manera, con el hábito por el ejercicio lector cada vez más fuerte Alejo fue desarrollando su talento escritural, hasta convertirse en una reconocida autoridad muy nuestra, muy criolla, con el toque magistral que solo los maestros saben darle a su oficio, como es el caso de Quiroga, Benedetti, Rulfo, Cortazar y del realismo mágico del hijo del telegrafista. No son exageradas mis afirmaciones, los elocuentes escritos de Alejandro que reposan en el ciberespacio, en los periódicos, en revistas y obras de su autoría lo validan.

Nóbel Coincidencia. El día seis de marzo debe tener una fortuna muy particular de la que gozan las personas que escogieron esa fecha para nacer sea cual sea el pedazo de suelo. En Aracataca, Gabriel García Márquez y en maicao la guajira tierra de magia, sueños, arenas cardones y costras de sal, Alejandro Rutto Martínez, espacio terrígeno, donde se convierte en lector de la cotidianidad, conferencista de talla internacional y en maestro de las letras

Somos afortunados por tener entre nosotros un ciudadano común y corriente provisto de talento criollo, pulso firme, mente abierta y unas obras que por si solas se recomiendan: Aunque tiemble la Tierra y se Desplomen los Cielos y, Si Mañana Fuera Hoy.

elbetromero@hotmail.com

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