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lunes, 12 de diciembre de 2022

Autorretrato del escritor Jaime Díaz Vega

lunes, 5 de diciembre de 2022

¿Cómo Olvidar a Isnelda?

jueves, 21 de abril de 2022

Leoryis Vanegas Rivera, de la comprensión humana al Tejido Social

Leoryis Clareth Vanegas Rivera en una de sus conferencias sobre construcción de tejido social

Escrito por:  José Arturo Barraza

Leoryis Vanegas Rivera, es su nombre. El trabajo es su pasión. El amor al prójimo es el centro del universo que ha construido con mucha sabiduría. 

La Guajira es su tierra y el arte de servir es su marca personal.   Ella es una joven guajira que durante toda su vida ha estado obsesionada con una idea:  toda situación social puede mejorar, pero no mejorará por casualidad ni por efecto de la ley de la gravedad o de la inercia. Alguien tiene que actuar para lograr un cambio y cuando se pregunta quién está dispuesto a propiciarlo, entonces Leoryis es la primera en levantar la mano.

Te invitamos a leer "Trabajo Social y coaching, un aporte al tejido social"

Trabajadora social egresada de la Universidad de La Guajira, aspirante a grado en la Especialidad de Resolución de Conflictos de la Universidad de La Guajira, libra una tenaz batalla por mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas a través de lo que más sabe hacer, que es servir a la gente, propiciar escenarios de participación y unir las fortalezas de los unos con las debilidades de los otros para lograr el pegamento social que tanta falta le hace a la sufrida península

Conozcamos un poco más a esta profesional Guajira

Leoryis Clareth Vanegas Rivera  nació en el municipio de Bosconia, departamento del Cesar, pero es Guajira pura sangre. Su familia paterna es del corregimiento de Galán, del municipio de Riohacha donde se crió.


Realmente nació fuera de las fronteras de su departamento por una de esas casualidades de la vida. Su señora madre, doña Emilis Maria Rivera Luna , impulsada por razones familiares, había hecho el duro  viaje desde Riohacha  a través de un camino largo y polvoriento para pasar unos días con sus familiares, y compartir con ellos la felicidad del reencuentro mientras se preparaba para tener a su progenitora.

Dios tuvo sus razones para permitir que el parto fuera en esa tierra de árboles erguidos


valerosamente sobre el recio suelo, viento suave y calor intenso.   La hermosa niña nació a eso de las 5 de la mañana de un 11 de agosto  y desde entonces se convirtió en la alegría de la familia.   Una alegría algo incompleta porque Wilson Vanegas Moscote esposo de  Emilis Maria Rivera Luna y padre de Leoryis Clareth,  se había quedado en su pueblo natal, Galán,  tratando de reunir los recursos que la familia, ahora más numerosa, estaba necesitando.

La espera no duró mucho, unos días después del nacimiento, el feliz padre  se presentó a Bosconia, le dio las gracias a la abuela de la niña doña  Inés Luna Castellar por cuidar a sus dos mujeres y partió rumbo a Riohacha, con un regocijo enorme, y un orgullo de varón que no le cabía en el pecho.

La niña creció en medio del amor de todos. Se destacaba por su dulzura, por su inteligencia precoz y cierto tacto para evitar que sus contemporáneos se pelearan entre ellos.  Cuando inició su vida escolar hubo algo que la distinguió de sus compañeros: una  curiosa habilidad para hacer  rendir la merienda para lo cual tenía un método muy particular: guardaba casi todo lo que su padre le daba para el recreo aunque para lograrlo debiera soportar  sed y las  ganas de comprarse un bombón. 

Pero después, con el fruto de los ahorros, compraba dulces y pequeños suvenires los cuales vendía a sus compañeros. De esta manera obtenía algunas ganancias que invertía en comprar útiles escolares y algunos libros para complacer su deseo de leer.

En el paso de niña a mujer llegó a las aulas del Liceo Nacional Almirante Padilla en donde pudo consolidar aún más su liderazgo a través de la práctica del baloncesto y la representación de su curso en los comités estudiantiles y culturales.


Poco a poco iba creando el hábito de  la transformación, de ella y de su entorno.
   Para estos días tiene un encuentro con cierta idea que la ha marcado para siempre: “sólo me voy a comprometer con las cosas que pueda hacer, pero una vez que me comprometa voy a trabajar hasta que logre la meta que me he propuesto”. 

En atención a lo anterior su filosofía de vida se puede resumir en el postulado del compromiso con las causas que le gustan, que la llenan de motivación, que están al alcance de sus posibilidades y en las cuales invertirá todo su esfuerzo, sin rendirse, para llevarlas a feliz término.

Hoy es  trabajadora social (profesión que le escogió Dios), con gran reconocimiento en toda La Guajira por sus  labores en el Tránsito Departamental, en Instituciones que trabajan a favor de la mujer, la infancia y la adolescencia (ICBF) y con las poblaciones vulnerables, fundadora del primer Consultorio Social  en la Guajira, Apushi Wayira.

Para ella la expresión Trabajadora Social debe escribirse con letras mayúsculas y lo mejor de la profesión debe cumplirse en el teatro de los acontecimientos, en los lugares en que el hambre, la sed y las necesidades básicas insatisfechas dejan sus cicatrices, las cuales se reflejan en los rostros famélicos de los niños en las delgadas piernas de los migrantes que después de un día entero de peregrinación no ganan ni para el sustento familiar, en las caras macilentas  de quienes están enfermos y sin esperanzas de que los atiendan .

Consciente que para ayudar a la gente debe prepararse cada día más decidió ingresar  a la Escuela Internacional de Liderazgo INILID en donde ha sido preparada para ejercer el coaching, una forma de entrenamiento personal  que le permite ejercer como coach de personas, comunidades y equipos de trabajo.

Así es ella, por eso decidió construir el tejido social de su tierra. Puede decirse que es una de las profesionales que más conoce el secreto de cómo estructurar unas relaciones horizontales sanas, sin las tergiversaciones creadas por las relaciones verticales de poder generadas por la política tradicional.

Leoryis Vanegas Rivera se siente aún más realizada como mujer por su papel de madre  del joven Wilhar Arredondo Vanegas y por ser la mayor de cinco hermanos,  inteligente, tocada por la sabiduría de su genética multirracial, influida por el conocimiento construido en años de estudios e investigaciones cuyo sueño es transformar a la sociedad mediante la construcción de un tejido social invulnerable que nos lleve a todos los seres humanos a ser amorosos, solidarios y soñadores como lo es ella desde el día en que la casualidad le permitió ver por primera vez la luz del día en una humilde casa de Bosconia al lado de una abuela tierna, y una madre feliz y luchadora

miércoles, 13 de mayo de 2020

Triscaidecafobia

!Qué suerte tienes, dijo la muerte!

 “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.” (Antonio Machado)



Escrito por: Joel Peñuela Quintero

Era martes, muy temprano todavía y ese día la muerte estaba desocupada. Hacía casi cinco años que, trabajada de corrido, literalmente no había tenido ni un solo segundo de descanso, pero ese día era distinto. Desde el mediodía y hasta dos minutos pasados de la media noche del miércoles, la muerte no tenía nada por hacer.

—No hay nada más insoportable —masculló la muerte— que vagar dando vueltas, sin hacer nada.

Pero qué podía hacer, ella era solo una soldada siguiendo órdenes siempre.

Pensando en esto se fue para la calle Primera de Riohacha, a ver pasar la gente. Miró la cara de José Valencia, un comerciante de unos cuarenta años que pasaba empujando una carreta llena de cocos y una cava con hielo.

—Tres meses, cinco días, veinte horas, cuatro minutos, tres segundos.

La muerte inclinó su cabeza hacia el lado derecho, señalaba con los dedos índice y del medio de la mano izquierda con los otros dedos recogidos, cerró el ojo derecho, como apuntando con una pistola imaginaria…

—Pummmmssshh! —dijo, como si le hubiera disparado.

El de los cocos pasó por el lado de la muerte, quien sacó su larga lengua negra, sucia, putrefacta y fría, se la mostró al vendedor que no pensaba en la muerte desde que se había casado. Tres largos años antes.

—Ya lo sabes —continuó diciendo—, te estoy viendo.

José sintió que un suspiro inadvertido, involuntario, le salió de lo profundo, tan fuerte que casi lo atraganta. El vendedor de cocos continuó su camino sin pensar en la muerte todavía.

El tiempo seguía raudo su estricto recorrido de ese martes trece. La muerte continuaba haciéndole frente a su aburrimiento mirando la cara de la gente y sacando la cuenta del tiempo que faltaba para su fatal encuentro con ella. Un niño de ocho años, que iba acompañando a su abuela al rezo de las cinco, dirigió su mirada hacia donde estaba la muerte y esta le apunto con los dos dedos, cerró el mismo ojo de siempre.

–¡Pummmmssshh! —sonó de nuevo la muerte, en total oscuridad—. Un año, tres meses, dos días, tres horas, cinco minutos, tres segundos.

Lo dijo sin hacer pausa. La muerte se quedó mirando al chico, mientras meneaba la cabeza de un lado a otro, se notaba a leguas que estaba insatisfecha.

—Mejor no —dijo de nuevo—, mejor te llevo en treinta y nueve millones, cuatrocientos noventa y cinco mil seiscientos segundos.

Siguió meneando la cabeza y se fue acercando al chico. Lo olfateó como un sabueso que ha sentido las hormonas de una perra en celo.

—¿Qué dices, eh, he, eh?

El niño, demasiado joven como para pensar en otra cosa que no fuera deshacerse pronto de la vieja, para volver a su juego, cruzó la calle y se dirigió a la catedral.

La muerte, miró a dos o tres más que pasaban por ahí.

Si quería quitarse el aburrimiento, no había escogido el mejor sitio de Riohacha.

Cruzó la calle como siempre lo hacía cuando se iba de un lugar a otro, volaba como a dos metros sobre el suelo. Lo hacía lento, esta vez no tenía prisa. Cuando tenía prisa no volaba, solo se desaparecía y aparecía donde se requiriera su presencia y en muchos sitios a la vez.

Se tomó algunos minutos en llegar al barrio la Cosecha, a cinco kilómetros de allí. Mientras avanzaba, rosaba la oreja de algún mototaxista, quien movía la cabeza hacia un lado al sentir un raro frío que le rozaba el cuerpo, otras veces, soplaba en la oreja de algún descuidado conductor que se encontrara en el camino.

Llegó a la calle treinta y cinco, se detuvo a ver el juego inocente de unos niños. La calle estaba sola. Era martes trece de agosto. Dentro de poco estaría anocheciendo.

La muerte pensó que las cosas estaban muy extrañas en Riohacha, parecía ser que cuando ella no trabajaba todo se ponía aburrido. La gente también parecía estar igual que ella, sin saber qué hacer, ni siquiera había un alma en esta calle del barrio donde la muerte estaba esperando que algo pasara.

Octavio Luis había salido temprano del colegio. Al contrario de lo que sucedía con la muerte, cuando él tenía algún tiempo libre, le sobraban cosas por hacer. Ese día, una vez llegó a su casa, se fue para donde Mario, y le pidió la moto prestada. Este era su mejor amigo de la cuadra donde él vivía, la misma donde estaba la muerte sin hacer nada ese día.

Mario acababa de arreglar su moto y la había lavado, pero la excusa no le importó a Octavio Luis, él siempre encontraba la manera de salirse con la suya. Le dijo a Mario que se la devolvía enseguida, que iría donde Maye para salir con ella más tarde.

La muerte miraba hacia todos lados, no había nada qué hacer, eso no lo podía soportar más. Miró de nuevo su agenda, comprobó que el itinerario comenzaba dentro de siete horas más tarde, solo en la madrugada se reiniciaría su labor. Alguien tenía la ineludible cita y por supuesto, en esos momentos no estaría pensando en ella, como siempre sucede.

—Un momento —dijo la muerte con una gélida sonrisa entre sus dientes–, ¿cómo es posible que me haya olvidado?, ¡hoy es martes trece de agosto! ¡vaya! ¡qué suerte tiene la muerte!

Se dio a sí misma algunos besitos de felicitación, estiró la cara hacia un lado, dejando ver su huesudo rostro al descubierto, estaba pálida, tanto como siempre es ella, su mirada negra, perturbadora, inquebrantable. Ese día estaba vestida de una manta guajira color rosa. Como todo el mundo sabe, ella no tiene pies, solo sus dos muñones en forma de una te al revés, en ellos llevaba puestas unas zapatillas sueltas, que hacían juego con su manta sucia, que olía a alcanfor.

Pensando en su suerte buena, ideó de inmediato un plan macabro, decidió dar una vuelta por el barrio El Dividivi, a solo dos kilómetros de allí. Hacía unos días que había visto a Gerardo Andrés, un muchachito coqueto, que le había caído mal a la primera mirada. Decidió que le haría una visita inadvertida, aunque nada podría hacer contra él, porque no estaba en su agenda.

Como siempre hacía cuando se disponía a cruzar la calle, comenzó con un vuelo a ras de tierra, para luego poco a poco comenzar a elevarse. Tanto disfrutaba esto, que hacía que se sintiera viva. A menudo acostumbraba ir volando horizontalmente esquivando a los transeúntes, carros, motos y todo lo que estuviera en el camino. Algunas veces iba por toda la acera tocándole el pelo a alguna mujer, otras rosándole la oreja o la nariz a otro por allá. Le gustaba ver la piel humana erizarse al rose siquiera de su tacto.

Ese día, poco después del mediodía, antes de llegar a La Primera, había estado jugando a leer los labios de la gente. Para hacer más interesante el pasatiempo, se había colocado unos tapones de goma en las orejas. La muerte se había olvidado de quitárselos, fue por esto que no alcanzó a escuchar la moto de Octavio Luis cuando venía a toda velocidad en una sola llanta. En picada, como dicen estos intrépidos busca problemas.

Todo ocurrió con una sincronización asombrosa: cuando la muerte emprendía su rasante vuelo, antes de ponerse horizontalmente como le gustaba viajar, Octavio Luis picaba la moto, y engarzaba a la muerte por el lado izquierdo, justo donde ella tiene el ojo tuerto.

La muerte no sintió nada más que un zumbido y un cosquilleo que le hizo soltar una nueva carcajada. Había quedado apropiadamente acomodada frente a las narices del motociclista.

Octavio Luis vio la muerte de frente y experimentó esa maraña de recuerdos que le caen encima a la gente cuando se encuentra con ella. Vio toda su nefasta vida que le pasó frente a sus ojos, como en una película veloz, pero en reversa.

—No me lleves, por favor —dijo el infeliz—, soy muy niño todavía.

—¿No me lleves? —preguntó la muerte, tratando de detener su chillona risa infernal—. Yo no te estoy llevando, estúpido, eres tú el que me lleva por delante.

Le puso sus frías manos a lado y lado de la cara, abrió la boca dejando escapar una bocanada de su fétido aliento.

—¡Qué suerte tienes! —dijo la muerte.

Quedó mirándolo un momento. El pobre infeliz tenía los ojos desorbitados y el ritmo cardiaco a punto de explotarle. La muerte no podía creer que ese estúpido, como le había llamado un momento antes, fuera tan cobarde. ¡Solo a un estúpido como él, se le ocurría tratar de convencerla, argumentando que era muy joven!

—Las cosas que me toca ver —dijo la muerte, muerta de la risa.

—Mira la hora —ordenó la muerte—, estúpido cobarde.

Octavio Luis miró su reloj negro, digital, arcaico. En la pantalla rallada por el maltrato se mostraba la hora: seis de la tarde, siete minutos, nueve segundos. Octavio Luis no comprendió absolutamente nada. Sentía que el tiempo transcurría con tanta lentitud que parecía gatear en lugar de caminar. En este trance de su corta e inútil vida, Octavio Luis pudo comprobar, que el tiempo solo es un artificio ilusorio que encadena a los humanos.

Mientras que la muerte no se equivoca, no se extravía y es extremadamente precisa, también es terriblemente caprichosa. Ella, en momentos como este, cuando no se encontraba aburrida, no tenía que mirar el reloj para saber que todavía tenía tres larguísimos segundos a su favor, pues cuando fueran las seis y siete minutos, más trece segundos de ese martes trece de agosto, del año dos mil trece, tendría el único segundo en toda una centuria, donde ella tiene permiso para hacer lo que le dé la gana.

—¡Qué suerte tienes! Octavio Luis —dijo la muerte. Y volvió a reírse a carcajadas.

—¿Suerte? —alcanzó a preguntar Octavio Luis, antes de cerrar los ojos.

—Sí —contestó la muerte—, ¡Qué suerte tienes! …que tu nombre tenga solo once letras… “o más bien, suerte la nuestra” —Alcanzó a musitar al disiparse.


Joel Peñuela es un narrador, docente y predicador residenciado en Riohacha. Pertenece al taller Relata, del Ministerio de Cultura, el cual es liderado por el escritor Víctor Bravo Mendoza

miércoles, 30 de enero de 2019

La vieja Mello, patrona de los riohacheros

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

Riohacha es un rinconcito del Caribe colombiano, con sus incendiados crepúsculos, llenos de embrujadas guaridas, con sabor a piratería, bacanales nocturnas, con cañonazos en fuego cruzado y algarabía guerrera de los desnudos hijos del mar. 

En esta ciudad las nuevas generaciones se destacan por su crítica acertada y progresista que le está dando un nuevo dinamismo a la universidad de La Guajira, de la que ya brotó un gobernador. Riohacha también es el bullicio del mercado, donde una india tararea un canto triste como un sermón o elegía a la sociedad que lo margina; la imagen de un barco que se aleja; la del adolescente que vende arepa de chichiguare o tortuga frita. Definitivamente esta ciudad señorial es un mar de verano, que hay que darle un posicionamiento a escala mundial en su turismo, una de sus variables más importantes para que el distrito capital se abandere de esta causa.

Se acerca un nuevo 2 de febrero, un día especial para los riohacheros, los raizales y los que de corazón aman esta ciudad. ¿Quién iba a imaginar que la patrona de Riohacha, la virgen de los remedios o “la vieja mello” se convertiría con los años en la hacedora de milagros de los políticos? Si, cada 2 de febrero y cuando se acercan nuevas elecciones de gobernador, de alcaldes, de diputados y concejales, las fiestas patronales se convierten en un acontecimiento político religioso de altas connotaciones. 

La romería para el caso de políticos que aspiran este año a la gobernación y a la alcaldía, así como a la asamblea y al concejo, es algo nunca antes visto, en la ciudad. Llegan de todos los rincones de La Guajira, a buscar su “milagrito” electoral.

El gran milagro que hizo “la vieja mello”, ocurrió un 14 de mayo de 1666, cuando las aguas embravecidas del mar Caribe intentaban arrastrar la pequeña parroquia de ese entonces llamada Riohacha, entonces sus habitantes de la época sacaron a la virgen, la pasearon, y cuando iba en la famosa “calle de las perlas” al frente de lo que es hoy el Hotel Arimaca, se cayó su corona y posteriormente se produjo el milagro. Las aguas comenzaron a regresar a su cauce normal, y los riohacheros, desde ese día, veneran a la virgen de los remedios, como su patrona y protectora. 

Como lo anotaba en el párrafo anterior ya la virgen de los remedios no solamente aplaca las olas embravecidas del mar sino que hace milagros a los políticos en todos los sentidos. Recordemos el del expresidente de la República Álvaro Uribe Vélez en el año 2002, quien en ese 2 de febrero cargó a la virgen, recorrió la procesión con ella acuesta, recibió la vela, y días después  ya Uribe era el favorito de los colombianos y desde esa fecha  el ex presidente de los colombianos se ha vuelto devoto de ella. 

Así ha sucedido con gobernadores y alcaldes que han recibido el milagro de “la vieja mello” y senadores no solamente de aquí sino de otras partes del país acuden de manera puntual cada 4 años a pedir el famoso milagro que de manera misericordiosa la virgen de los remedios se los concede.

Un nuevo 2 de febrero, una nueva fecha para enmarcar. Ese día el bullicio, el gentío y la devoción a la patrona no disminuirán un ápice, al contrario se sentirá más ese fervor que despierta la patrona de los riohacheros a los que acuden a recibir su bendición y su milagro. Los encuentros políticos con almuerzos y parrandas a bordo se sentirán por doquier para hacer los respectivos amarres de lo que viene para este año político y como siempre “la vieja mello” cumpliéndole de manera puntual ese milagro no solo a los que van con fe como riohacheros sino a los que van también de los cuatro puntos cardinales de nuestro departamento. 

El 2 de febrero, una fiesta para enmarcar a la patrona de los riohacheros y de los que también amamos esta ciudad, acudiremos puntual a su misa mayor y a su procesión en la plaza Padilla y luego estará cada quien en las fiestas privadas de los diferentes candidatos a la gobernación de La Guajira.

martes, 24 de octubre de 2017

Fraternidad sagrada entre Maicao y Riohacha

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez 

Hermandad es una palabra que tiene varias connotaciones pero todas ellas apuntan a hacia  el sendero rectilíneo de los afectos, de las querencias y de la solidaridad. Cuando hablamos de la hermandad entre las ciudades nos referimos a que hay algunos factores que se constituyen en pegamento para la unión y sugieren el común destino de la perfecta amistad.

El caso de Riohacha y de Maicao es un buen ejemplo de la fraternidad a la que nos hemos referido. Son dos ciudades tan distintas y sin embargo tan parecidas, que no deben tener otra suerte que la de unir sus lazos, estrecharlos cada vez más y buscar juntas las salidas que a las dos les ayude a conseguir sus legítimos anhelos, sin que las bendiciones de la una signifiquen el perjuicio de la otra.

¿Por qué decimos que son tan distintas y a la vez tan parecidas? Riohacha  es distinta porque es más antigua, tienen una rica historia colonial, marítima, comercial. Son casi cinco siglos en los que se presentaron los más diversos sucesos con ataques piratas incluidos, resistencias heróicas, participación directa en la guerra de independencia y en otras guerras, destrucciones y reconstrucciones… infinidad de sucesos que  van tejiendo mitos leyendas y verdades suficientes para escribir todos los libros del mundo.

Por otra parte son quince los corregimientos y muchísimos los pueblos de su jurisdicción, cada uno de ellos con una historia propia para  contar y unas raíces afincadas en los lejanos tiempos en que los bravos afro descendientes mezclaron sus genes en el caleidoscopio del amor con las hijas de los invasores europeos y con las bellas nativas de la tierra para producir una raza incomparable en su cultura, su fuerza y sus sueños.

Maicao es una ciudad cuya historia va tan sólo un poco más allá de los cien años.  Incluso, la historia que por mucho tiempo le contaron a los estudiantes de la escuela primaria decía que el pueblo comenzó a ser pueblo en 1926. Sin embargo, las investigaciones de la academia de historia liderada por Daniel Serrano, Ramiro Choles y Luis Guillermo Burgos, entre otros, revela que el pueblo ya existía en el siglo XIX. Pero, en todo caso, no es una historia tan extensa como la de Riohacha y se diferencia de ella en que no fue el mar, sino la frontera y su ubicación en un cruce de caminos, lo que permitió que viniera a su suelo gente de aquí, de allá y de todas partes, para articular la rica multiculturalidad con la que hoy cuenta.

Y entre los que llegaron, atraídos por la posibilidad de hacer negocios o, simplemente por el deseo de cambiar de aires, se encuentran notables familias riohacheras, cuyos descendientes hoy se destacan como personas visibles de la sociedad maicaera.

Riohacha y Maicao se parecen en su diversidad cultural,  en su capacidad para  afrontar los avatares del tiempo y las ondulaciones de los ciclos económicos en los que las bonanzas y las crisis son parte de la anatomía de un  indomable monstruo, de tal corpulencia y longitud que es capaz de enrollarse alrededor de sí mismo al punto de morderse la cola con sus propios dientes.

Cuando nací y pude abrir los ojos  (algunos me hacen bullyng diciendo que nunca he terminado de abrirlos) vi en la parte izquierda de mi cuna tres hermanos riohacheros y en la parte derecha una mamá y dos tías, todas ellas riohacheras, acompañadas de un señor más blanco que la leche y  de cabello amarillo que me hablaba amorosamente un español de acento extranjero. Esa era mi familia. Los riohacheros hablaban más que mi padre y me contaban  con nostalgia sobre el esplendor de la tierra de donde provenían.

Crecí entre primos riohacheros, y me eduqué bajo la cariñosa tutela de profesores egresados del Liceo Nacional Padilla, que para la época era como decir la Universidad de los Andes en estos tiempos.

Quienes me rodeaban me enseñaron a querer a Maicao como amor profundo y verdadero. Pero el llamado de la sangre y las pinceladas de la crianza materna me llevaron a sentir un profundo cariño por Riohacha, ciudad en la que además he tenido oportunidades académicas y laborales y me ha regalado la posibilidad de conocer a buena parte de mis mejores amigos.

Hoy vivo convencido que por razones geográficas, históricas y culturales la hermandad de Riohacha y Maicao es verdadera, entrañable, indisoluble. Son ciudades hermanas y la hermandad debe afirmarse cada día en la confianza, en el amor y la solidaridad. Y, claro está, en la sangre, en el ADN, en los genes.

Al fin y al cabo, la sangre llama.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Así se adelanta la convocatoria de la selección de La Guajira infantil.

Por: Wilfrido E. Solano. (Wes)

El pasado domingo 27 de agosto, se llevó a efecto  el ejercicio  de detección o escogencia de talentos infantiles de fútbol en la cancha Los Ídolos del barrio Colombia Libre de Maicao, asistieron  cerca de 60 niños entre  los 12 y 13 años lo que  resultó por debajo  de las espectactivas del seleccionador Nilson Martínez.

En el proceso de llamado previo, se les recibió la documentación para verificar sus edades , el próximo encuentro de detección será el 10 de septiembre  en Villanueva sede de la zona # 1 para los niños de la Jagua, Urumita y el Molino donde el mánager general de la selección infantil Nilson Martínez, tendrá el acompañamiento del técnico José Ovalle. En Maicao se preseleccionados 9 niños quedando la posibilidad de llamar tres más, que  estarían en el proceso que finalizará en el mes de octubre.
Los 9 jugadores seleccionados de Maicao. 

El entrenamiento en Maicao será constante con los locales mientras se visualiza el resto de jugadores en el departamento y se agenda los microcosmos y amistosos para enfrentar la competencia nacional en el mes de enero próximo. Para ésta incursión  de la Guajira a nivel de selección se estimaron unos acuerdos entre la Liga y el entrenador para alcanzar los mejores resultados posibles, que borren la ingrata recordacion de la participación de esta misma categoría el año pasado al mando del mismo técnico, en el cual la planificación estuvo totalmente ausente y se aceptó el reto para. evitar sanciones deportivas.

Cronograma departamental para reunir los jugadores que conformaran esta selección.














Y tu ¿Que esperas para hacer parte de esta selección?

martes, 6 de junio de 2017

Junior De Barranquilla Contrata Jugador Guajiro.

Julio Comesaña, Director Técnico del equipo, confirmo la contratación de dos juveniles provenientes del Barranquilla FC, se trata de Juan Sebastián Herrera y el guajiro  Luis Fernando Díaz.

Luis Fernando nació en Barrancas-La Guajira, el 13 de enero de 1997, donde permaneció los primero años de vida y comenzó su carrera futbolística, en La Guajira fue parte de diferentes procesos, como el del histórico goleador de la selección Colombia, Arnoldo Iguarán.
  
El Barranquilla FC, vio su talento y lo contrato en el 2016 para disputar el torneo de la primera B, donde permaneció hasta la fecha. Sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas por el seleccionador nacional sub 20, Carlos "El Piscis"  Restrepo,  quien lo convoco para disputar el pasado sudamericano de la categoría, donde disputó  4 encuentros con notable presencia por el extremo Izquierdo.

Díaz no pertenece al Clan del “Cacique de la Junta”, pero si busca dejar el nombre del departamento en alto  “Para mi familia representa un orgullo que yo esté acá. La idea es seguir demostrando que el guajiro si tiene material. Iguarán brilló acá y él  fue profesor mío hace mucho tiempo, lo admiro y lo respeto”,  agrego Luis.

Sus compañeros del Junior ya lo apodan `Rivaldo` por su parecido físico  con el histórico ex futbolista brasilero. “Donde el profe disponga, ahí estaré. He jugado en tres posiciones, pero actualmente soy extremo y ahí me siento cómodo. Quiero mostrar la técnica y dribling que me caracterizó en el Barranquilla FC”, concluyo Luis Fernando.

Por otra parte, El técnico del Junior, Julio Comesaña, confirmó los nombres de cinco jugadores que no continuarán en el equipo: Lewis Ochoa, Héctor Quiñones, Rafael Carrascal, Faber Cañaveral y Johnatan Estrada. 

domingo, 2 de octubre de 2016

Andrea, sensibilidad y amor al servicio de la niñez

  
Andrea es la protagonista de una bella historia de solidaridad  y servicio al prójimo, Desde temprana edad se ha dedicado a trabajar por la niñez de su pueblo y en especial de los menos favorecidos, como por ejemplo, los pequeñines de la comunidad wayüu.

Detrás de su sonrisa tierna de mujer inteligente y luchadora se esconden años de trabajo continuado en actividades relacionadas con el servicio social en el que es toda una experta.

Cuando le preguntan cuál es la razón por la que se ha dedicado a esta labor responde que desde hace muchos años cree firmemente en la ley de la siembra y de la cosecha y eso la ha llevado a trabajar de manera desinteresada y con la absoluta seguridad de que Dios y la vida algún día la recompensarán por lo que está haciendo para que los niños sean buenos y tengan la esperanza de ser siempre ciudadanos de bien. 

“Por eso estoy totalmente de acuerdo con quien afirmó que la mejor manera de lograr que los niños sean buenos es permitir que sean felices” 

Y por eso trabaja para lograr su felicidad, especialmente en épocas tan importantes para ellos como la navidad o el inicio del año escolar en el que muchos de ellos no tienen ni un cuaderno, ni un lápiz y mucho menos los libros para poder sacarle provecho al estudio.

Para lograr que su labor sea mucho más efectiva se ha concentrado en tres áreas específicas: la consecución y posterior donación de útiles escolares; la entrega de mercados a las familias más necesitadas y el obsequio de ropa nueva en fechas y ocasiones especiales.

Desde hace algún tiempo decidió concentrar todos sus esfuerzos en un solo lugar y por ello escogió la comunidad Jayuir, en donde cuenta con el apoyo de las autoridades y los mayores de la familia quienes le colaboran con entusiasmo, y con el cariño de los niños y de las niñas quienes la reciben con alborozo cada vez que la ven en agradecimiento a todo lo que ha hecho por ellos. 

Para los más pequeñitos es como una segunda madre. Para los demás ocupa el lugar de una hermana mayor o una prima. En todo caso, un ángel con sonrisa de mujer que los tiene acostumbrados a regalarles su cariño inmenso, su ternura indescriptible y su amor ilimitado.

Con cierta frecuencia asiste a la comunidad en compañía de Kendry Zubiría, Saron Arredondo y Aura Solano, sus mejores amigas. Su jornada allí consiste en una reunión con los niños y los mayores una divertida ronda de juegos y la entrega de los preciosos detalles, los cuales consigue gracias a la generosidad de algunas personas que le entregan ropa, juguetes y alimentos y a cambió de esto solo piden que su nombre se mantenga en el anonimato.  “Ellos no tienen el mínimo interés en que se les agradezca lo que hacen porque Dios es el que los recompensa”, dice para explicar por qué los donantes le piden absoluta reserva sobre sus aportes.


En el mes de octubre se realizará una hermosa programación para cerrar las actividades del presente año. Desde ya se encuentra ocupada en la preparación de todos los detalles para lograr que sea una programación exitosa, para que todos sonrían y le den gracias a Dios por toda la belleza y la armonía que la vida contiene. En esta oportunidad entregará  vestidos, alimentos, juguetes y sillas de ruedas.

Después de esta programación se dedicará con todas las fuerzas a sus estudios de Trabajo Social, porque quiere ser una gran profesional para que sus padres, quienes le han inculcado el amor por las comunidades, se sientan aún más orgullosos de ella.
De Andrea podemos decir que es una persona con la amabilidad de quienes han sido formados en el credo de la decencia. Y podemos afirmar también que su sensibilidad social la convierte en uno de los mejores ejemplos para las nuevas generaciones de jóvenes de La Guajira.

jueves, 30 de junio de 2016

Se posesionó Gobernador designado Jorge Enrique Vélez

Riohacha-. En horas de la tarde de ayer se posesionó ante la asamblea el departamento el gobernador designado Jorge Enrique Vélez, quien permanecerá en el cargo hasta que se escoja un mandatario en propiedad.
El funcionario manifestó que impondrá un ritmo de trabajo fuerte, durante las 24 horas del día y quien no desee trabajar a ese ritmo, podrá marcharse del cargo que desempeña.   

El gobernador cuenta desde ya con una comisión de expertos que lo ayudarán a estudiar cuidadosamente toda la contratación y a tomar las mejores decisiones para garantizar la transparencia en todos los procesos en que se comprometan recursos públicos.  

lunes, 27 de junio de 2016

Alfredo Deluque es homenajeado en Riohacha


Riohacha-. El presidente de la Cámara de Representantes Alfredo Deluque Zuleta recibió  varias condecoraciones de parte de organizaciones e instituciones durante el homenaje que le brindaron la Universidad de La Guajira y la Cámara de Comercio de La Guajira en esta capital.

El parlamentario recibió reconocimientos de parte del distrito de Riohacha, la Universidad de La Guajira, la Cámara de Comercio y la Federación Nacional de Departamento, entidades que reconocieron su labor durante los últimos doce meses al frente de la cámara baja.


El evento en que se rindió homenaje a Alfredo Deluque se efectuó el sábado anterior en el salón de eventos Yotojoro y contó con la asistencia de más de trescientas personas entre ellas los parlamentarios guajiros Antenor Durán y Gustavo Rosado; el gobernador encargado Eliécer Quintero Vásquez; el rector de la Universidad de La Guajira Carlos Robles Julio y el obispo de Riohacha Héctor Sallah Zuleta. 

lunes, 13 de junio de 2016

Deportivo Maicao sub-20 empata 2-2 en Riohacha.



Por: Ernesto J. Rutto 

En un partido con 6 expulsados, Deportivo Maicao empata 2-2  en su visita a Imagen Dental de Riohacha. El encuentro perteneciente  a la cuarta  fecha  del torneo nacional de la categoría sub-20. 

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El choque disputado en el Federico Serrano Soto de la capital guajira, desde las 3:00 de la tarde, donde la afición riohachera cumplió  con el llamado,  llenando gran parte de las gradas.

 Los locales se pondrían rápidamente arriba en el marcador, pero los maicaeros igualarían este en menos de 5 minutos. Al estar el partido 1-1 el partido se calentaría sobre el campo de juego, con una campal batalla entre los jugadores de ambas escuadras, producto de esto el árbitro expulsaría 3 jugadores a cada equipo dejándolos con tan solo 8.

La norma dice que un partido  se dará como finalizado al tener menos de 7 jugadores jugando, cada equipo tenía 8, por ende debía de seguir el compromiso.

En el trascurso del segundo tiempo los locales se pondrían nuevamente arriba en el marcador, pero faltando 3 minutos para el final los fronterizos conseguirían el empate final.

Con este empate Deportivo Maicao consigue su primer empate en el torneo en tres partidos disputados.

Este miércoles 15 de junio Maicao recibe a Guajiros Junior de Riohacha, por la 5 fecha.

martes, 24 de mayo de 2016

Nando Deluque: hombre sencillo, gobernador brillante




Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

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Hernando Deluque Freyle es un hombre lleno de paz y de tranquilidad, que pocas veces se ve quieto, sobre todo cuando se trata de hacer algo para ayudar a alguien que puede ser un poco más feliz con lo que él le pueda dar. 

Y eso cuenta para todo, desde regalar una bolsa de mangos en una comunidad indígena hasta llamar desesperadamente a todos sus amigos para conseguir el traslado de un enfermo grave a otra ciudad.

Su registro civil indica que nació en la mitad el siglo XX: 30 de enero 1950, el mismo año en el que Uruguay dio una de las más grandes sorpresas del fútbol al vencer a Brasil en el partido final de la Copa Mundo Celebrada en el estadio Maracaná en una nueva versión de la pelea desigual en que David, el pequeño, derrota a Goliat, el gigante.    

Ese día la comadrona, con los ojos iluminados por contagiosa alegría puso el niño en manos de Alfredo Deluque Panaflett y le dijo: tu hijo es un varoncito y va a ser muy inquieto.  En la habitación contigua doña Remedios Freyle Magdaniel se reponía del trabajo de parto y esperaba con desespero que le entregaran a su hijo para amamantarlo por primera vez.

Carisma y algo más

El chico comenzó a crecer y se volvió el centro de todas las reuniones y fiestas e niños: jugaba y hacía travesuras que a sus amiguitos les agradaba. “Tiene carisma”, dijo una vez un amigo de la familia. “los demás ‘pelaos’  juegan siempre lo que él dice y le caminan para donde él va.

Carisma, esa es la palabra que mejor lo definiría en adelante. Nadie sabe dónde lo aprendió o de dónde lo sacó. Es como una gracia especial concedida por Dios y la vida para caerle bien a quienes les rodean. Y esa sería su impronta, su marca personal en las diversas etapas de la vida.

Pero el carisma no sería su única característica. A ésta hay que sumarle su vicio de leer hasta los clasificados del periódico, su espíritu de caminante incansable, su verbo fácil y campechano y las ganas inagotables de convertir en propias las angustias de otras personas, aún aquellas a las que no ha tratado tanto.

Habíamos dicho que no se sabe de dónde sale su carisma. Pero su generosidad sí es de origen conocido: en la casa sus padres Alfredo y Remedios le habían hecho aprender, a fuerza de repetírselo mil veces, el dicho preferido de la familia. “haz el bien y no mires a quien”.

Simplemente "Nando"

Cuando el joven Hernando se hizo mayorcito dejó de llamarse como lo habían bautizado los curas franciscanos de la Catedral y pasó a llamarse simplemente Nando, pues sus amigos guajiros, fieles a la costumbre de economizar letras y de encaquetarle apodos a sus congéneres, decidieron llamarlo de esa manera.


Se traslada a Bogotá: ciudad del estudio y el trabajo

Nando se fue a estudiar derecho y se graduó como con honores en la Universidad Externado. 

Y comenzó su carrera laboral en la que hacía lo que los abuelos le habían enseñado en la infancia, y le había repetido los profesores de la Divina Pastora,  en donde se graduó como bachiller: “Cuando comiences a trabajar, tienes que llegar de primerito y esperar a que todos se vayan. Después te vas tú”.

Y así lo hizo durante el tiempo que trabajó en como Jefe de la División de Auxilios y como Jefe de Personal de la Contraloría Nacional en Bogotá a finales de los años setenta y principio de los ochenta.


De regreso a su tierra

De regreso en su tierra fue nombrado subdirector de Corpoguajira hasta 1.998 y después pasó a ser asesor del gobernador Álvaro Cuello, su compañero de militancia y amigo personal.  

En un corto tiempo logró que los ojos de la comunidad, las cámaras y las grabadoras de los medios y los reflectores de la opinión pública estuvieran puestos sobre él y su accionar dentro del gobierno.   


El secretario estrella

Para la época Nando era, lo que llaman en “el congresito” del parque Padilla el secretario estrella de la administración Cuello Blanchar.

¿Cómo lo había logrado?  Sin trabajar para lograr ese título, sino para ayudar a la gente.

Cuando se encontraba con los líderes comunales de los pueblos y veredas de La Guajira paseándose de un lugar a otro sin encontrar a la persona que buscaban, él los tomaba casi de la mano y los llevaba a la oficina misma del secretario o del director que necesitaban y, si era necesario, a la oficina del mismísimo gobernador.  

Se quedaba en la reunión y se convertía en el compromisario de los acuerdos a que se llegaran. Cuando el líder se desocupaba, lo invitaba a almorzar, le daba para los pasajes,  y lo llevaba al sitio en que debía tomar su transporte de regreso.   

Unos días después lo  llamaba para saber si le habían cumplido lo pactado.  

Si la respuesta era negativa se dedicaba a “patinar” el asunto en las diferentes dependencias y no se quedaba tranquilo hasta lograr su objetivo.


Candidato a la Gobernación

En 1.999, cuando faltaba algo más de un año para las elecciones e nuevo gobernador el grupo político Nueva Guajira buscaba un candidato que le permitiera ganar las elecciones por tercera vez consecutiva. 

Debía ser una persona muy bien preparada, con gran carisma, buenas capacidades y un prestigio que le permitiera sobreponerse al desgaste natural de seis años de seis años de gobierno.

Nando les dijo a los jefes del grupo que él prefería seguir trabajando muy cerca de la gente y les imploró que no lo incluyeran en la baraja de precandidatos. 

Quienes participaban en la decisión le prometieron tener en cuenta su decisión pero no le prometieron nada.  

Nando sospechaba que en las toldas del movimiento se fraguaba una encerrona para designarlo como candidato y optó por irse de Riohacha por unos días mientras las aguas se calmaban.

Cuando regresó se encontró con que le estaban solicitando la renuncia y, como para que no le quedaran dudas, le presentaron a su sucesor, con quien debería iniciar el empalme de inmediato.

Cuando preguntó por qué lo trataban así le respondieron: “Ya no te  necesitamos como asesor sino como Gobernador, eres el candidato a la gobernación y tienes que irte rápido antes de que te inhabilites”.

Después se enteró de que los líderes de los barrios, corregimientos y pueblos habían dicho que era Nando o no era ninguno.  Ellos querían elegir a quien tanto le había servido de manera desinteresada.


Una campaña muy particular

Hernando Deluque Freyle se tomó la campaña como un evento de su vida que debía disfrutar en lo que le más le gustaba: conversando con  la gente y metiéndose a cualquier hora las profundidades del barrio, a las entrañas de la ranchería o a la casa más distante del pueblo más pequeño, para ir a saludar a una matrona que le había mandado la razón de que fuera a visitarla.

El carro de la campaña era casi un lujo, puesto que el candidato decidió hacer su campaña caminando y lo hacía desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Solo se subía al vehículo para ir de un pueblo a otro o a una ranchería. Cuando llegaba, era capaz de caminar hasta 12 y 14 horas diarias. 

Era tanto su esfuerzo y derroche de energías que la campaña le asignó una doctora para que valorara su salud de manera permanente y le hiciera las recomendaciones a que hubiera lugar.

Un día le pidió cinco minutos para dialogar con él y le dijo: “doctor, usted debe dosificarse, porque si no, se nos va a fundir. No va a resistir tanto trajín”

Nando prometió que lo haría pero apenas entró a la siguiente reunión se olvidó de las recomendaciones de su médico. Ella anduvo detrás de él hasta que la venció el cansancio y se dedicó a menesteres menos agotadores de la campaña.

El candidato no dejó lugar a donde no fuera: desayunaba en el mercado de un municipio, visitaba dos o tres barrios, almorzaba en otro lugar y llegaba a donde nunca habían ido ni los candidatos ni los gobiernos. 

La gente se revolucionaba cuando sabía que el hijo de la señora Remedios  estaba cerca y armaban unos tumultos gigantescos para hablar con él y ofrecerle su apoyo.


Las “perdidas” del aspirante

El candidato disfrutaba de todos sus actos de campaña: de las reuniones masivas en las cuales era acogido como una celebridad; los festivales en donde le robaba el protagonismos los artistas invitados; las entrevistas en los medios de comunicación especialmente la radio en donde atendía todas las preguntas de los periodistas y la comunidad sin eludir ninguna. 

Pero lo que más gozaba era su presencia en las remotas rancherías de la Alta Guajira en donde tenía la oportunidad de gozar escuchando la sabiduría de los mayores, quienes desde ese momento le daban consejos sobre buen gobierno.  

Varios momentos especiales los vivió también en sus visitas a los establecimientos educativos, colegios y universidades en donde prometió que al ser elegido decretaría la gratuidad de la educación pública.


El slogan obvio

Nunca a un grupo de publicistas y expertos en marketing le fue tan fácil escoger el eslogan de una campaña. Sólo tenían que tomar el nombre acortado del candidato y fusionarlo con el verbo que mejor lo describía; caminar. De esta manera surgió la frase “CAMINANDO por los buenos tiempos”

Victoria estrecha

El día de las elecciones Nando lo asumió como cualquier otro: visitó el comando, dio instrucciones, fue a votar en compañía de su esposa Denis y se acercó a los puestos de votación, a observar cómo se movían las elecciones.   Después regresó a casa a esperar los resultados.

Cuando se cerraron las urnas y comenzaron a conocerse los guarismos hubo nerviosismo porque al principio punteaba Jorge Ballesteros, excelente candidato, quien ya había sido gobernador y tenía miles de seguidores en toda la Guajira. 

Jorge era hombre serio, buen político y un experto en ganar las elecciones. Eso le dio mayor colorido a las elecciones y conllevó a que estas se definieran por una diferencia de tan solo cinco mil votos a favor de Hernando Deluque Freyle.

El Gobierno de la Educación

Nando Deluque se posesionó el 1º. De enero del 2000, un día en que el mundo entero celebraba la llegada del tercer milenio con diversas festividades.   Sin pérdida de tiempo comenzó a poner en marcha una agenda de trabajo en que la educación ocuparía un lugar muy importante.   

Desde el inicio de su Gobierno dio instrucciones para asesorar al municipio de Maicao para que éste lograra certificarse y tener una relación directa con el Ministerio de Educación, sin necesidad de tener la tutela de la Secretaría Departamental.

En esos tiempos se hablaba mucho de la necesidad de sembrar las regalías en obras que le garantizaran a la región ver con optimismo los días de un porvenir cercano pero incierto.

-“Sembremos las regalías en la gente”, dijo el nuevo gobernador

-¿A qué se refiere con eso? Le preguntaron sus asesores

"Me refiero a que  hagamos la inversión en lo mejor que tiene la Guajira que es la gente. Vamos a darle matrícula gratis a todos los estudiantes para que nadie se quede sin estudiar porque no tiene con qué pagar lo que cuesta la matrícula. Y para que los colegios tengan una platica con la que puedan mejorar sus condiciones”

Después de un intenso debate, en el que la mayoría de los participantes no estaba de acuerdo, Nando hizo valer su autoridad y definió que en adelante la educación de todos los guajiros sería gratuita desde el preescolar hasta la Universidad, gracias al apoyo que la Gobernación le daría a las instituciones educativas y a la Universidad de La Guajira.   

La medida hizo que los padres de familia respiraran tranquilos, pues podían llevar a sus hijos al colegio con la confianza de que no les cobrarían. 

Ahora los niños podían estudiar sin que sus padres incurrieran en este costo o se comprometieran con los políticos que les consiguieran una beca, como antes sucedía.   

En el año 2011 el Gobierno Nacional tomó la decisión de crear la gratuidad educativa para todos los estudiantes de preescolar, básica y media en el país, pero La Guajira le llevaba 11 años de ventaja a trascendental medida.


El mejoramiento urbano participativo

El Gobernador quiso cumplir su promesa de campaña de pavimentar las calles y carreras de los municipios, las cuales eran intransitables en verano a causar de la arena e imposible de transitar en invierno a causa de los charcos en que quedaban convertidos. 

Junto con sus asesores ideó el plan de Auto gestión comunitaria mediante el sistema de costos compartidos  en el que la Gobernación aportaba la mayor parte de los recursos. Otra partida era entregada por los municipios y una pequeña parte por la propia comunidad.  Se le llamó pavimentación comunitaria.

El proceso fue un éxito y sirvió para cambiarle la cara a cientos de calles y carreras que ahora adquirían otro aspecto gracias a la pavimentación liderada por el hombre de las largas caminatas.

Convenios con el Gobierno Nacional para mejorar salud
La Gobernación sembró regalías, además, el un convenio, el primero de su género en el país, con el Gobierno nacional para ampliar la cobertura de salud, para una mejor atención a todos los ciudadanos, pero sobre todo para mejorar las condiciones en que se atendía a los indígenas del departamento.

Para el sector salud y para los niños y niñas fue una buena noticia también la puesta en marcha de los Centros de Recuperación Nutricional, en los que los niños con problemas de desnutrición eran atendidos hasta que recuperaran el peso que debían tener de acuerdo con su edad. Los primeros de estos centros funcionaron en los municipios de Manaure, Uribia, Maicao y Riohacha.


El inicio de la represa

Nando Deluque convenció al Gobierno central para que se iniciara la construcción de la primera etapa de la represa y distrito de riego del ranchería, obra  de gran importancia para el suministro de agua a los habitantes del semi desierto guajiro y proyecto clave para darle un impulso muy importante a la agricultura de la región, especialmente a la del sur del departamento.   

El día en que finalmente el proyecto se culmine, la Guajira reconocerá la visión de su primer gobernador del siglo XXI.

Final anticipado

Una orden judicial que él acató con respeto lo obligó a entregar la gobernación seis meses antes de que se cumpliera el período constitucional para el cual había sido elegido.    Cuando atravesó por la puerta de la casa de Gobierno por última vez en condición de mandatario los periodistas le preguntaron qué iba a hacer en adelante. 

Él, fiel a su estilo descomplicado respondió: “voy a seguir caminando por toda La Guajira”
-¿Volverá a ser candidato?, le preguntaron

- “Uno no necesita ser candidato para acordarse de sus amigos. Yo los visito por que los quiero. Y camino porque me gusta” les respondió

Siete años después

Nando Deluque cumplió su promesa y recorrió el departamento como un aldeano más. En algunas partes se sentaba a conversar. A otros lugares llegaba a dar el pésame. Y en ocasiones se aparecía en los festivales. Siempre encontró a los amigos dispuestos a pasar un buen rato con él.

Por aquella época, siete años después de su salida de la gobernación, su hijo Alfredo Deluque se presentó como candidato a la Cámara de Representante y fue elegido como nuevo parlamentario de La Guajira.

“El muchacho es inteligente, tiene lo suyo y cae bien” decía Nando el día en que festejaban la entrega de la credencial.

Era cierto, pero había algo más: siete años después, La Guajira aún recordaba con cariño la gestión y la figura de Nando Deluque, el hombre que le propuso a la Guajira caminar por los buenos tiempos. 

La gente, definitivamente no olvidaba al hombre de la palabra popular y la sonrisa carismática que no se cansaba ni de caminar ni de servir.

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