lunes, 28 de enero de 2008

MAICAO AL DÍA: La columna de Alejandro Rutto


LA MENTIRA, UN PECADO QUE NOS ALEJA DE DIOS
Hace un tiempo, en uno día en que me dedico a buscar y rebuscar en los libros y revistas de una de esas bibliotecas a las que nadie visita (no por culpa de la biblioteca sino de la gente apática que no sabe lo que se pierde), encontré una historia ilustrativa de la forma de ser del género humano. Al principio me arrancó una sonrisa pero después me obligó a reflexionar sobre varios temas relacionados con nuestro comportamiento social y el compromiso con Dios de ser, no solo buenos ciudadanos, sino hijos obedientes y de buen testimonio.

Pero les cuento, sin más rodeos la historia. Un profesor, caracterizado por su seriedad y el rigor con que calificaba a sus estudiantes, entra al salón de clases y les dice: “Hoy vamos a hablar sobre la solidaridad y nos vamos a basar en el capítulo quince de nuestro texto guía. Supongo que todos han leído ese capítulo”

Por la cara que ponen los muchachos se nota que no han leído nada. Ni siquiera están muy familiarizados con el tema que se va a tratar, pero el profesor está ahí, delante de ellos, a la espera de una respuesta. Pasa un segundo, dos…el tiempo transcurrido parece una eternidad. Al fin los jóvenes, como si se hubieran puesto de acuerdo por medio de un extraño mecanismo de telepatía responden al unísono: “Sí lo leímos”

El profesor retira los lentes de sus ojos, los queda mirando y les dice. “Pues no les creo. Nuestro libro solo tiene catorce capítulos y hoy no hablaremos de la solidaridad sino de la mentira” Los chicos no saben cómo reaccionar. Sienten una mezcla de vergüenza y temor, pero el profesor los tranquiliza: “No se preocupen, olviden su respuesta y presten atención porque hoy vamos a aprender juntos”

El estudio etimológico de la palabra mentira nos conduce al vocablo latino mens, cuyo significado es mente. Y ¿Cuál es la relación de mentira con mente? Sencillo: toda mentira, cualquiera sea su tamaño y su intencionalidad proviene de la mente del hombre. Sin embargo, la primera declaración no verdadera tuvo origen en una mente distinta a la del ser humano, como explicaremos más adelante.
La mentira es una declaración en la cual la verdad está ausente, y se hace con la intención deliberada de engañar. Según el diccionario, mentir es “decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa. Y mentira, siempre de acuerdo con la misma fuente es: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”.

Existen variadas formas de mentira, desde las bien intencionadas “mentiras piadosas”, hasta las patológicas; desde las blancas hasta las verdades a medias. Una mentira piadosa se dice para ocultar verdades dolorosas (el caso del enfermo Terminal a quien le mienten sobre su estado de salud para que se preocupe menos); las mentiras blancas son testimonios falsos que aparentan no tener importancia: la persona las dice porque siente que tiene una justificación para hacerlo; las verdades a medias son una pócima bien preparada en la que una declaración falaz se mezcla con algunas gotitas de verdad de manera que el oyente crea todo el mensaje, incluido lo que es y lo que no es cierto. Mentir patológicamente es una forma de actuar enfermiza. Se hace en forma frecuente y en últimas el autor de la falsedad logra no solo que le crean (los mentirosos no existirían si no les creyeran) sino que ¡él mismo se cree su propia invención!

Dijimos antes que todas las mentiras nacen en la mente del hombre, excepto la primera de todas algunas otras nacidas en la más perversa de las mentes del universo: Satanás. El libro de Génesis nos relata la patraña del diablo para convencer a la primera pareja humana de que desobedecieran a Dios:”Pero la serpiente dijo a la mujer: -¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando comande ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal” (Gen. 3:4-5).

-¿Podríamos decir entonces que perdimos nuestra relación con Dios por causa de la mentira del diablo?, me preguntó uno de mis estudiantes alguna vez.

-No solamente por la mentira del demonio, le dije. También por haberle creído a él más que a Dios como con tanta frecuencia lo seguimos haciendo hoy en día. Dios nos ordena no hurtar (así, de manera categórica y simple) pero luego alguien nos convence de que “las cosas no son del dueño sino del que las necesita” y en lugar de creerle a Papá (así, con mayúscula) les creemos a los particulares. El Señor nos ordena No matar (así, sin más arandelas) pero los discursos encendidos y patrioteros se encargan de decirnos que es un deber defender a la patria a cualquier precio, entiéndase, matar si es necesario. Y otros discursos patrocinan, incluso, el vil asesinato de una indefensa criatura en el propio vientre materno, con la pretensión de proteger la vida de la madre u otros con los cuales se refuta el mandamiento del Padre celestial (Recuérdese, NO MATAR, sin arandelas).

Antes de someterse a decir algo que no sea la verdad, un seguidor de Cristo debe recordarlo siguiente:
Dios no acepta la mentira (“Los labios mentirosos son abominación a Dios; pero los que hacen verdad son su contentamiento” (Pr. 12:22)
La mentira causa perjuicio a mi prójimo
La mentira complica los problemas y aleja su solución( una mentira obliga a decir otra y después otra hasta que es imposible seguirlas sosteniendo)
Mentir a otros es mentirle al Creador.
La mentira se descubre con el tiempo
La mentira recibirá su castigo
La mentira destruye el más precioso patrimonio de las personas: su credibilidad

Decir la verdad, a veces resulta costoso, es cierto. Pero aún más alto es el precio de no decirla. Pero nada resulta más caro que decir mentiras porque sus efectos dañinos físicos y espirituales, resultan incuantificables.

Maicao al día: La columna de Alfonso Choles

Alfonso Choles nos sorprende hoy con una audaz propuesta: la creación de la Secretaría de Industria y Comercio. Los invitamos a leer y analizar su escrito.

UNA PROPUESTA PARA EL ESTUDIO
Quiero decirles sin más rodeos que mi propuesta consiste en crear la SECRETARIA DE INDUSTRIA Y COMERCIO DEL MUNICIPIO DE MAICAO, que tenga autonomía, que sea la encargada de todos los asuntos de comercio en Maicao y con sus vecinos, que maneje y organice nuestra principal actividad que es el comercio.

El secretario debe ser una persona joven, profesional en lo relacionado con el comercio y la industria, que venga de familia de comerciante, que tenga capacidad de organización.

Su tarea debe ser:

-Organizar un censo general de las industrias y del comercio en general en Maicao, para saber quines son, cuales son las actividades de comercialización, ubicación, legalidad, procedencia.

-Crear el concejo municipal de comercio, que debe estar formado por no mas de 8 personas y el secretario que debe ser el numero 9, que tome decisiones, que asesore a el alcalde y al secretario, que acompañe los procesos, que de luces en las determinaciones de comercio e industria en el municipio.

- Crear políticas de mercadeo de la ciudad en materia de industria y comercio, como por ejemplo la implementación de las tres temporadas alta, media y baja que traten de equilibrar la actividad.

- Que se apropie de las actividades culturales de masas que ayuden a incrementar los visitantes, que en si son los que debemos cautivar para que sean compradores.


- Organizar, e implementar las campañas publicitarias de Maicao como vitrina comercial de la costa atlántica.


- Implementar líneas de créditos blandos para los comerciantes más vulnerables.


- Profesionalizar a los vendedores dándoles las herramientas para conocer y atender mejor al comprador.

Con la premisa de que si nos organizamos, nos verán como gremios, que aportan a el progreso del municipio.

Seria "serio" pensar en la creación de la secretaria de industria y comercio de Maicao.

"El Duende del traspatio"

MAICAO AL DÍA: La columna de Mara Ortega

Mara Judith Ortega es una de las personas que más conoce el tema de fronteras en Colombia. Sus desempeño como abogada, sus años de dirigente gremial y el hecho de ser una gran estudiosa del tema le dan la autoridad necesaria para escribir sobre el comercio entre Colombia y Venezuela y su delicada crisis actual.



CONOCER LA HISTORIA
“El que no conoce su historia está obligado a repetirla”
La realidad humana, como campo inteligible, no se puede entender si no es a través de la historia. Del documento FRONTERA EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN. (EL PROYECTO ZIF. Edgar C. Otálvora. 1992) extraje el siguiente aparte:


“Durante 1987, Venezuela y Colombia estuvieron ante un eventual conflicto armado. El gobierno colombiano, presidido desde 1986 por el ingeniero cucuteño Virgilio Barco Vargas, había incluido entre sus líneas de acción exterior el lograr una solución en el asunto de la delimitación de áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela. En ese contexto, en agosto de 1987 se produce el “incidente del Caldas” (Bendeck Olivella, 1994, 92-121; Romero, 1991, 60), cuando la presencia en aguas del golfo de Venezuela del buque de la armada colombiana ARC Caldas desató una crisis diplomática y militar entre ambos países. El deterioro en las relaciones entre los gobiernos no sólo atendía al tema limítrofe, sino a una larga lista de incidentes previos referidos a la seguridad y el orden público en la zona fronteriza.

Superado el incidente del Caldas sin que se produjera un enfrentamiento armado, las comunidades nacionales de ambos países permanecieron altamente sensibilizadas por discursos nacionalistas, en ocasiones abiertamente guerreristas, a la par que se iniciaba una intensa política de incremento del gasto militar en ambos países (Vivas Gallardo, 1999, 242).

Por otra parte, la frontera era y sigue siendo un escenario privilegiado donde confluyen impactos de las circunstancias económicas internas de cada uno de los países vecinos, lo que se denomina “efectos de derrame” (SELA, 1996, 41). Desde la devaluación de 1983 en Venezuela, los gobiernos de este país mantuvieron un sistema de control de cambios, así como una política de subsidios a productos de consumo masivo.

Los cargamentos de leche en polvo o aceite comestible ofrecidos en el mercado interno venezolano con precios subsidiados no sólo atendían la demanda nacional, sino que llegaban incluso hasta lejanos lugares de la geografía andina suramericana, dado el importante diferencial de precio con respecto a los vigentes en países vecinos.
Este fenómeno fue denominado en el discurso popular y oficial venezolano como “contrabando de extracción”, el cual se producía a través de las fronteras, y de forma resaltante en los límites con Colombia. “La devaluación del bolívar en 1983 generó un cambio radical en la orientación del comercio fronterizo, por la pérdida de valor progresivo de la moneda venezolana en los mercados oficiales y libres.
La economía fronteriza colombiana, especializada en comercio de exportación, se vio tan afectada que las autoridades se esforzaron en reorientarla hacia el sector productivo. Del lado venezolano el proceso devaluacionista generó una fuerte progresión del comercio en el área fronteriza, reorientándose éste desde la tradicional reexportación de productos electrodomésticos hacia la venta de bienes considerados como de primera necesidad, como consecuencia de una política de subsidios masivos que no fue sustancialmente modificada entre 1983 y 1988” (Martens, 1992, 382).

Como parte del ambiente bilateral posterior al incidente del Caldas, el gobierno venezolano decidió frenar la exportación de productos subsidiados, primero, con medidas policiales por parte del resguardo aduanero a cargo de la Guardia Nacional. Luego, mediante dos decretos presidenciales que prohibían la apertura de nuevos establecimientos comerciales en una franja fronteriza de 20 kilómetros en una primera versión, y de cuatro kilómetros en su normativa definitiva. Los decretos presidenciales y la mano dura de la Guardia Nacional no lograban controlar el flujo comercial, no sólo de los productos con subsidios directos del Estado sino de la más amplia gama de bienes de consumo de fabricación venezolana. Esta situación variaría a partir de 1989, cuando el programa de ajuste económico del nuevo gobierno venezolano haría variar el sentido del comercio fronterizo.
De hecho, la economía fronteriza y la economía nacional actuaron en direcciones radicalmente opuestas en cuanto al comercio con Colombia, a raíz del programa de apertura comercial iniciado aquel año. Venezuela, con precios más atractivos, incrementó sus ventas globales a Colombia y redujo sus importaciones desde ese país, mientras el comercio de la frontera venezolana redujo sus ventas (basadas en bienes anteriormente subsidiados en el mercado venezolano) e incrementó sus compras de bienes esenciales de origen colombiano (Otálvora, 1992, 175).

Sorprende la similitud de las causas y las consecuencias de la tensa situación que vivimos ahora con la sucedida en 1987. Como resultado positivo de este rifirrafe se firmó El 3 de febrero de 1989, el Acuerdo de Caracas, que modificó el estatus de las negociaciones entre los dos países. Los presidentes de Venezuela y Colombia, Pérez y Barco, respectivamente, acordaron crear un mecanismo para atender los asuntos pendientes, en obvia referencia al tema de la delimitación territorial. A su vez, anunciaron la constitución de otro mecanismo bilateral el cual trabajaría sobre los aspectos “relativos al desarrollo económico y social de las áreas fronterizas”.
El Acuerdo de Caracas se plasmó en la Declaración de Ureña del 28 de marzo de aquel mismo año, mediante la cual se designaron los integrantes de las comisiones, señalándoles un temario básico y un mandato amplio en cuanto a iniciativas. La creación del mecanismo de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, amén de su propia composición, buscaba ser una instancia de vocería regional binacional.

Veinte años después, como escribiría Dumas, los guajiros seguimos sufriendo la incertidumbre del futuro gris y, los wayuu, con menos población, resultan más vulnerables en su propio territorio. En el referente histórico citado debemos buscar la solución a la problemática actual y entender de una vez por todas que además de ser colombianos de primera línea, los guajiros somos ante todo: ciudadanos de fronteras, con una “identidad cultural de frontera” y que en este momento nos sentimos presionados desde el exterior fronterizo, es decir desde las capitales nacionales, y no tenemos porque convertirnos en guardianes de la nacionalidad, sino que debemos propender por el respeto a esa convivencia en la frontera caracterizada por lazos de parentesco, la homogeneidad de cosmovisiones, de prácticas sociales, religiosas y alimentarias, de hábitos de vestir, la cercanía de los pueblos y el intercambio económico y sobre todo por el respeto al derecho inalienable a la libre autodeterminación de la gran nación Wayuú.


Mara Ortega Acuña
Email: oa_mara@hotmail.com

MAICAO AL DÍA: LA COLUMNA DE JESÚS SOLANO RODRÍGUEZ

Jesús Solano es una de esas personas que contribuye a formar la esencia y la identidad de un pueblo. Cuando una ciudad, pequeña o grande, carece de un personaje con las características de vitalidad y compromiso de Jesús, se puede decir que no está completo. Desde hoy disfrutaremos de sus escritos deliciosos y nostálgicos. Para comenzar nos presenta un recorrido por el Maicao que ya se fue y el de hoy, el cual vivimos juntos, con la frente en alto y de cara al viento.



De mis recuerdos y otras cosas:
EL MAICAO DEL AYER.

Por: JESUS ENRIQUE SOLANO RODRIGUEZHace poco vi una foto de Maicao de los años 50s ó 60s en donde se muestra a una persona conduciendo un burro, el cual arrastra un barrilón o cacimba, con la que se distribuía el agua en mi pueblo y no pude sentir menos que nostalgia; nostalgia que me hizo recordar al Maicao del otrora. Dicha foto fue publicada en el blog Maicao al Día y titulada el Maicao del Ayer, tal como yo titulo el presente artículo.

Esa foto me remontó a otros tiempos; quizás de los mejores momentos de mi vida. Aquellos tiempos en que andaba, en vacaciones, como “torniquete” de mi tío Manillo Solano, cuando la totalidad de los taxis de la ciudad eran camionetas Dodge y Ford 100, o Ranger último modelos en los años 70s.

Era la época en que me levantaba temprano y me iba para la esquina del mercado público (calle 11 con carrera 17) a tomar la tradicional avena frente a la casa de la vieja Rebeca. Eran los tiempos del “TODDY” y de la Crema de arroz “POLLY”

Me hizo recordar los tiempos de la Poza Mona y de la Laguna de Majupay. ¡Quién lo creyera…! En lo que es hoy el Barrio Majupay fue una inmensa laguna en donde incluso se pesquecaban bocachicos, mojarras y “guarajaches”. Sí señor. Además se cazaban iguanas, guaratinajas y armadillos. Claro todo eso fue antes de que los seres humanos invadieran sus tierras en épocas de verano y poco a poco se fueron adentrando hasta secarla por completo.

De esos tiempos de la Poza Mona quedan muchos recuerdos entre mis amigos y contemporáneos o mejor dichos muchos pencazos tallados en nuestras piernas por nuestros respectivos padres o mayores por irnos sin sus permisos a bañarnos allá.

Como no recordar, tal como lo hizo en un reciente escrito el Doctor Alfonso Choles Quintero, “Alfonsito”, el hijo de Ocha; sí la de Choquín, al Viejo Carraipía, al peluquero del mercado. Recuerdo que quedaba por donde hoy vende el pescado en la misma plaza y recuerdo también, como Alfonsito, el sello del corte del Viejo Carraipía: Cabeza casi rapada y un mechón en el medio a la altura de la frente.

Aquellos tiempos de un Maicao tan distinto al de hoy. Recuerdo por ejemplo los molinos de viento para extraer el agua del subsuelo: el del colegio Rodolfo Morales; el de la Bomba de Jesús León, diagonal al legendario Farolito, tienda que aún existe, y uno que había en el Loma Fresca. Estos, precisamente, servía de abastecimientos a las cacimbas jaladas por los burros.

Recuerdo los tiempos de tantas bonanzas. La época en que no faltaba nada en Maicao, quiero decir en la despensa de cualquier casa en Maicao. Eran los tiempos en que no se padecía por alimentos. No había agua pero había Old Parr y María Farine para los hombres mayores y ropa nueva casi todos los días para los niños. Fue en la época en que comenzaron a llegar los almacenes con ropa colombiana. Recuerdo particularmente al Almacén Caribú. No había agua pero había televisores a color que nos convirtieron en los primeros colombianos en disfrutar de este adelanto tecnológico, gracias a que en Venezuela, no la de Chávez, la de ante de Jaime Lucinchi, ya la tenía a través de la extinta Radio Caracas Televisión.

Y a propósito de recuerdos, qué es de Chila…? ; la marchanta ida de la mente que recorre desde hace varios lustros el mercado y el comercio de Maicao pidiendo una moneda. Oye… y ahora que caigo en cuenta en los años 70s ya Chila andaba por ahí y Ripoll se peleaba entonces, con el Señor Pinilla los cadáveres para sepultarlos.

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sábado, 26 de enero de 2008

Maicao al día: mesas de trabajo para concertar Plan de Desarrollo

Astrid Hernández, directora de Planeación departamental
Por Ernesto Acosta Solano.



Con un gran éxito se cumplió el día anterior en la ciudad de Maicao la realización de la mesa de concertación sectorial para la formulación del plan e desarrollo para los próximos cuatro años en el departamento de la Guajira.


La jornada fue coordinada por Álvaro Escorcia y Warner Subiría viecco y la importante participación de la directora de planeación Astrid Hernandez Iguaran y su equipo de inmediatos colaboradores.


En el municipio fronterizo de Maicao se instalaron las mesas con las temáticas de Comercio, Educación, Salud, Sector indígena, Transporte, vivienda, Infraestructura, de servicios, Convivencia Ciudadana, Seguridad, Deportes y Recreación, Cultura y Empleo en estos espacios la sociedad civil del municipio de Maicao plasmo las necesidades, falencias y posibles soluciones para que sea insertadas en el plan de desarrollo de este importante sector del país.


El Coordinador de las mesas de trabajo Álvaro Escorcia manifestó al Informador que le habían encomendado la coordinación del plan de desarrollo departamental 2008 -2011 y en ese sentido han trabajado en los 15 municipios por voluntad del gobernador Jorge Pérez quien ha manifestado que él va a realizar lo que la gente quiera en su municipio y en ese sentido se viene trabajando con las comunidades identificando todas las problemáticas de los sectores de los diferentes municipios del Departamento.


“Ya hemos llegado a l0 municipios del departamento y tenemos planificado terminar el 31 de enero, para con esa información recogida producir las metas que el plan de desarrollo departamental requiere para su consolidación y formulación, en tal sentido se expreso Álvaro Escorcia coordinador de las mesas de concertación sectorial, quien a su vez manifestó satisfacción por el apoyo que le ha brindado la sociedad civil guajira quienes han mostrado una necesidad urgente que se le resultan las necesidades de sus comunidades, las que tienen que ver con necesidades básicas insatisfechas, problemas del sector Salud, Educación, Población desplazada, un cúmulo de problemas que quieren que por lo menos antes del mes de Junio se entre a resolver alguna de las necesidades prioritarias de cada comunidad ya que existe mucho escepticismo por cuanto a existido los recursos en la gobernación y no se ha visto reflejado en el bienestar de la población.

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