martes, 29 de enero de 2008

La frontera: la crisis golpea a los "pimpineros"




Por Ernesto Acosta Solano.


Una dura crisis por el desabastecimiento en los combustibles traídos desde la hermana republica de Venezuela vienen afrontando los ya muy conocidos en la región como “Pimpineros” o vendedores de gasolina de manera artesanal.

Cuentan los comercializadores de gasolina que desde inicios del presente año los precios del combustible han aumentado casi en 50% debido a la escasez que se a registrado por las restricciones en el país venezolano, según testimonios para el año 2007 un tanque de 55 galones tenia un precio de $100 mil pesos y vendían el recipiente o Pimpina a un costo de
$12 mil pesos.

Ahora en el presente año 2008 un tanque de gasolina tiene un costo de
$200. Mil pesos y la pimpina es vendida a 25 mil pesos, valor este que
Afecta a muchos dueños de vehículos qué prefieren tanquear en las estaciones de servicios en donde los costos son casi iguales y de mayor octanaje.

El mayorista de gasolina, Alfredo Ripoll quien labora en la carretera troncal del caribe salida hacia Riohacha, dijo al Informador que la situación esta critica porque ya los conductores de taxis y colectivos se oponen a los precios que le ofrecemos el combustible ya que a su criterio los precios no son competitivos con relación al Colombiano.

De otra parte el aborigen Nelson Epiayu quien tiene mas de 10 años vendiendo gasolina en la carretera troncal de caribe frente a la Universidad de la guajira dijo que el negocio tiende a desaparecer si siguen las restricciones ordenadas por el presidente Chávez ya que ellos dependen del comercio binacional “Y los precios de la gasolina se habían disparado por el desabastecimiento que galopa sobre esta municipalidad fronteriza con Venezuela.

A su turno Walter Chica manifesto preocupación porque la escasez del combustible a disparado los precios en todo la frontera a tal punto que hay días que no se encuentra una gota de gasolina en el mercado de Maicao, porque la guardia y el ejercito Venezolano no permiten el ingreso de estos hacia la frontera con los municipios de Uribia ,Manaure y Maicao en donde los wayuu han creado un sinnúmero de carreteras naturales para poder llegar a los mercados Colombianos.

“Nos tocara coger las armas y ponernos a realizar cosas malas para poder llevar los alimentos a nuestras casas indicaron aborígenes que realizan los viajes desde “Montelara” hacia la Ciudad de Maicao, labor que le deja ganancias hasta de 100 mil pesos diariamente.


Maicao al Día: La columna de Santos Choles

Santos Choles es un reconocido economista y conoce a fondo el tema de fronteras. Hoy nos da una demostración de ello a trebv{es de su artículo

EL TIEMPO SE DETUVO EN LA FRONTERA

Para hablar de la dinámica fronteriza es importante retomar términos que definan en un lenguaje cotidiano el diario vivir, para ello los economistas y entendidos en la materia han comparado este vivir con la sinergia que produce el reloj pendular, su movimiento se puede comparar con la dinámica que tiene las fronteras en relación a su economía lo cual tiene relación con agregado económico, conocidos como balanza comercial y de pago.

Para determinar el comportamiento del primer agregado económico (balanza comercial) es importante contar con registros que formalicen la sumas de bienes y servicios intercambiado, para nuestro caso es impredecible poder cuantificar esta suma por la informalidad de nuestra relación comercial con Venezuela, dado que la comunidad Guajira-Zulia, existe una relación descrita como contacto, esta forma de relacionarnos hoy solamente describe el dolor mas no la enfermedad que amerita un diagnostico, para poder a tacar el mal de fondo y de esta manera conseguir combatir el dolor.
Este hecho amerita un estudio que argumente políticas de choque fundamentada en una planificación a corto mediano y largo plazo, para conseguir enmarcar el problema se debe de propiciar un dialogo permanente con la academia, el sector publico y propiciar la promoción de la economía solidaria que de paso a la formalización de los sectores productivos que representan la frontera, tarea que debe de comenzarse tarde o temprano, para disminuir el grado de dependencia del país vecino.

En lo concerniente a el segundo agregado económico (balanza de pago), esta relacionado con la dimanica de compra y venta del bolívar, que para nuestra realidad se constituye en la moneda que operativiza el intercambio comercial en la frontera, el cual para lograr su paridad de precio (igualar precios en ambos países), se fija en el mercado de la misma la tasa de cambio.

En nuestra frontera no existe un indicador que determine el valor de cambio de manera formal a través de una autoridad Bancaria, esta realidad amerita de igual forma un análisis para encaminar un desarrollo cambiario formal que de estabilidad a una economía propia.

A la descripción de estos agregados económicos se hace importante reconocer la energía del péndulo que dinamiza la economía en la frontera y entender, que si se para el péndulo no funcionara el reloj en cuanto a el recorrido de su manecillas y de esta manera, se paraliza la economía causando desabastecimiento y desempleo abocando esta situación a una crisis social y económica que contribuye a alterar la convivencia de estos territorios por eso en este momento es importante el dialogo regional y local para convocar la emergencia social que el tema amerita, de no hacer nada o pasar esta responsabilidad a el nivel central agudizaría la crisis de la cual desconocemos sus resultados, para este momento se requiere construir propuesta que nos conduzca a acciones para generar tranquilidad a nuestra gente la frontera. El péndulo debe moverse en la dirección de intercambio pero siempre y cuando tengamos autonomía de intercambio ¿hoy estamos parado que vamos hacer? para devolverle la dinámica a estos agregados económicos

lunes, 28 de enero de 2008

MAICAO AL DÍA: La columna de Alejandro Rutto


LA MENTIRA, UN PECADO QUE NOS ALEJA DE DIOS
Hace un tiempo, en uno día en que me dedico a buscar y rebuscar en los libros y revistas de una de esas bibliotecas a las que nadie visita (no por culpa de la biblioteca sino de la gente apática que no sabe lo que se pierde), encontré una historia ilustrativa de la forma de ser del género humano. Al principio me arrancó una sonrisa pero después me obligó a reflexionar sobre varios temas relacionados con nuestro comportamiento social y el compromiso con Dios de ser, no solo buenos ciudadanos, sino hijos obedientes y de buen testimonio.

Pero les cuento, sin más rodeos la historia. Un profesor, caracterizado por su seriedad y el rigor con que calificaba a sus estudiantes, entra al salón de clases y les dice: “Hoy vamos a hablar sobre la solidaridad y nos vamos a basar en el capítulo quince de nuestro texto guía. Supongo que todos han leído ese capítulo”

Por la cara que ponen los muchachos se nota que no han leído nada. Ni siquiera están muy familiarizados con el tema que se va a tratar, pero el profesor está ahí, delante de ellos, a la espera de una respuesta. Pasa un segundo, dos…el tiempo transcurrido parece una eternidad. Al fin los jóvenes, como si se hubieran puesto de acuerdo por medio de un extraño mecanismo de telepatía responden al unísono: “Sí lo leímos”

El profesor retira los lentes de sus ojos, los queda mirando y les dice. “Pues no les creo. Nuestro libro solo tiene catorce capítulos y hoy no hablaremos de la solidaridad sino de la mentira” Los chicos no saben cómo reaccionar. Sienten una mezcla de vergüenza y temor, pero el profesor los tranquiliza: “No se preocupen, olviden su respuesta y presten atención porque hoy vamos a aprender juntos”

El estudio etimológico de la palabra mentira nos conduce al vocablo latino mens, cuyo significado es mente. Y ¿Cuál es la relación de mentira con mente? Sencillo: toda mentira, cualquiera sea su tamaño y su intencionalidad proviene de la mente del hombre. Sin embargo, la primera declaración no verdadera tuvo origen en una mente distinta a la del ser humano, como explicaremos más adelante.
La mentira es una declaración en la cual la verdad está ausente, y se hace con la intención deliberada de engañar. Según el diccionario, mentir es “decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa. Y mentira, siempre de acuerdo con la misma fuente es: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”.

Existen variadas formas de mentira, desde las bien intencionadas “mentiras piadosas”, hasta las patológicas; desde las blancas hasta las verdades a medias. Una mentira piadosa se dice para ocultar verdades dolorosas (el caso del enfermo Terminal a quien le mienten sobre su estado de salud para que se preocupe menos); las mentiras blancas son testimonios falsos que aparentan no tener importancia: la persona las dice porque siente que tiene una justificación para hacerlo; las verdades a medias son una pócima bien preparada en la que una declaración falaz se mezcla con algunas gotitas de verdad de manera que el oyente crea todo el mensaje, incluido lo que es y lo que no es cierto. Mentir patológicamente es una forma de actuar enfermiza. Se hace en forma frecuente y en últimas el autor de la falsedad logra no solo que le crean (los mentirosos no existirían si no les creyeran) sino que ¡él mismo se cree su propia invención!

Dijimos antes que todas las mentiras nacen en la mente del hombre, excepto la primera de todas algunas otras nacidas en la más perversa de las mentes del universo: Satanás. El libro de Génesis nos relata la patraña del diablo para convencer a la primera pareja humana de que desobedecieran a Dios:”Pero la serpiente dijo a la mujer: -¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando comande ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal” (Gen. 3:4-5).

-¿Podríamos decir entonces que perdimos nuestra relación con Dios por causa de la mentira del diablo?, me preguntó uno de mis estudiantes alguna vez.

-No solamente por la mentira del demonio, le dije. También por haberle creído a él más que a Dios como con tanta frecuencia lo seguimos haciendo hoy en día. Dios nos ordena no hurtar (así, de manera categórica y simple) pero luego alguien nos convence de que “las cosas no son del dueño sino del que las necesita” y en lugar de creerle a Papá (así, con mayúscula) les creemos a los particulares. El Señor nos ordena No matar (así, sin más arandelas) pero los discursos encendidos y patrioteros se encargan de decirnos que es un deber defender a la patria a cualquier precio, entiéndase, matar si es necesario. Y otros discursos patrocinan, incluso, el vil asesinato de una indefensa criatura en el propio vientre materno, con la pretensión de proteger la vida de la madre u otros con los cuales se refuta el mandamiento del Padre celestial (Recuérdese, NO MATAR, sin arandelas).

Antes de someterse a decir algo que no sea la verdad, un seguidor de Cristo debe recordarlo siguiente:
Dios no acepta la mentira (“Los labios mentirosos son abominación a Dios; pero los que hacen verdad son su contentamiento” (Pr. 12:22)
La mentira causa perjuicio a mi prójimo
La mentira complica los problemas y aleja su solución( una mentira obliga a decir otra y después otra hasta que es imposible seguirlas sosteniendo)
Mentir a otros es mentirle al Creador.
La mentira se descubre con el tiempo
La mentira recibirá su castigo
La mentira destruye el más precioso patrimonio de las personas: su credibilidad

Decir la verdad, a veces resulta costoso, es cierto. Pero aún más alto es el precio de no decirla. Pero nada resulta más caro que decir mentiras porque sus efectos dañinos físicos y espirituales, resultan incuantificables.

Maicao al día: La columna de Alfonso Choles

Alfonso Choles nos sorprende hoy con una audaz propuesta: la creación de la Secretaría de Industria y Comercio. Los invitamos a leer y analizar su escrito.

UNA PROPUESTA PARA EL ESTUDIO
Quiero decirles sin más rodeos que mi propuesta consiste en crear la SECRETARIA DE INDUSTRIA Y COMERCIO DEL MUNICIPIO DE MAICAO, que tenga autonomía, que sea la encargada de todos los asuntos de comercio en Maicao y con sus vecinos, que maneje y organice nuestra principal actividad que es el comercio.

El secretario debe ser una persona joven, profesional en lo relacionado con el comercio y la industria, que venga de familia de comerciante, que tenga capacidad de organización.

Su tarea debe ser:

-Organizar un censo general de las industrias y del comercio en general en Maicao, para saber quines son, cuales son las actividades de comercialización, ubicación, legalidad, procedencia.

-Crear el concejo municipal de comercio, que debe estar formado por no mas de 8 personas y el secretario que debe ser el numero 9, que tome decisiones, que asesore a el alcalde y al secretario, que acompañe los procesos, que de luces en las determinaciones de comercio e industria en el municipio.

- Crear políticas de mercadeo de la ciudad en materia de industria y comercio, como por ejemplo la implementación de las tres temporadas alta, media y baja que traten de equilibrar la actividad.

- Que se apropie de las actividades culturales de masas que ayuden a incrementar los visitantes, que en si son los que debemos cautivar para que sean compradores.


- Organizar, e implementar las campañas publicitarias de Maicao como vitrina comercial de la costa atlántica.


- Implementar líneas de créditos blandos para los comerciantes más vulnerables.


- Profesionalizar a los vendedores dándoles las herramientas para conocer y atender mejor al comprador.

Con la premisa de que si nos organizamos, nos verán como gremios, que aportan a el progreso del municipio.

Seria "serio" pensar en la creación de la secretaria de industria y comercio de Maicao.

"El Duende del traspatio"

MAICAO AL DÍA: La columna de Mara Ortega

Mara Judith Ortega es una de las personas que más conoce el tema de fronteras en Colombia. Sus desempeño como abogada, sus años de dirigente gremial y el hecho de ser una gran estudiosa del tema le dan la autoridad necesaria para escribir sobre el comercio entre Colombia y Venezuela y su delicada crisis actual.



CONOCER LA HISTORIA
“El que no conoce su historia está obligado a repetirla”
La realidad humana, como campo inteligible, no se puede entender si no es a través de la historia. Del documento FRONTERA EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN. (EL PROYECTO ZIF. Edgar C. Otálvora. 1992) extraje el siguiente aparte:


“Durante 1987, Venezuela y Colombia estuvieron ante un eventual conflicto armado. El gobierno colombiano, presidido desde 1986 por el ingeniero cucuteño Virgilio Barco Vargas, había incluido entre sus líneas de acción exterior el lograr una solución en el asunto de la delimitación de áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela. En ese contexto, en agosto de 1987 se produce el “incidente del Caldas” (Bendeck Olivella, 1994, 92-121; Romero, 1991, 60), cuando la presencia en aguas del golfo de Venezuela del buque de la armada colombiana ARC Caldas desató una crisis diplomática y militar entre ambos países. El deterioro en las relaciones entre los gobiernos no sólo atendía al tema limítrofe, sino a una larga lista de incidentes previos referidos a la seguridad y el orden público en la zona fronteriza.

Superado el incidente del Caldas sin que se produjera un enfrentamiento armado, las comunidades nacionales de ambos países permanecieron altamente sensibilizadas por discursos nacionalistas, en ocasiones abiertamente guerreristas, a la par que se iniciaba una intensa política de incremento del gasto militar en ambos países (Vivas Gallardo, 1999, 242).

Por otra parte, la frontera era y sigue siendo un escenario privilegiado donde confluyen impactos de las circunstancias económicas internas de cada uno de los países vecinos, lo que se denomina “efectos de derrame” (SELA, 1996, 41). Desde la devaluación de 1983 en Venezuela, los gobiernos de este país mantuvieron un sistema de control de cambios, así como una política de subsidios a productos de consumo masivo.

Los cargamentos de leche en polvo o aceite comestible ofrecidos en el mercado interno venezolano con precios subsidiados no sólo atendían la demanda nacional, sino que llegaban incluso hasta lejanos lugares de la geografía andina suramericana, dado el importante diferencial de precio con respecto a los vigentes en países vecinos.
Este fenómeno fue denominado en el discurso popular y oficial venezolano como “contrabando de extracción”, el cual se producía a través de las fronteras, y de forma resaltante en los límites con Colombia. “La devaluación del bolívar en 1983 generó un cambio radical en la orientación del comercio fronterizo, por la pérdida de valor progresivo de la moneda venezolana en los mercados oficiales y libres.
La economía fronteriza colombiana, especializada en comercio de exportación, se vio tan afectada que las autoridades se esforzaron en reorientarla hacia el sector productivo. Del lado venezolano el proceso devaluacionista generó una fuerte progresión del comercio en el área fronteriza, reorientándose éste desde la tradicional reexportación de productos electrodomésticos hacia la venta de bienes considerados como de primera necesidad, como consecuencia de una política de subsidios masivos que no fue sustancialmente modificada entre 1983 y 1988” (Martens, 1992, 382).

Como parte del ambiente bilateral posterior al incidente del Caldas, el gobierno venezolano decidió frenar la exportación de productos subsidiados, primero, con medidas policiales por parte del resguardo aduanero a cargo de la Guardia Nacional. Luego, mediante dos decretos presidenciales que prohibían la apertura de nuevos establecimientos comerciales en una franja fronteriza de 20 kilómetros en una primera versión, y de cuatro kilómetros en su normativa definitiva. Los decretos presidenciales y la mano dura de la Guardia Nacional no lograban controlar el flujo comercial, no sólo de los productos con subsidios directos del Estado sino de la más amplia gama de bienes de consumo de fabricación venezolana. Esta situación variaría a partir de 1989, cuando el programa de ajuste económico del nuevo gobierno venezolano haría variar el sentido del comercio fronterizo.
De hecho, la economía fronteriza y la economía nacional actuaron en direcciones radicalmente opuestas en cuanto al comercio con Colombia, a raíz del programa de apertura comercial iniciado aquel año. Venezuela, con precios más atractivos, incrementó sus ventas globales a Colombia y redujo sus importaciones desde ese país, mientras el comercio de la frontera venezolana redujo sus ventas (basadas en bienes anteriormente subsidiados en el mercado venezolano) e incrementó sus compras de bienes esenciales de origen colombiano (Otálvora, 1992, 175).

Sorprende la similitud de las causas y las consecuencias de la tensa situación que vivimos ahora con la sucedida en 1987. Como resultado positivo de este rifirrafe se firmó El 3 de febrero de 1989, el Acuerdo de Caracas, que modificó el estatus de las negociaciones entre los dos países. Los presidentes de Venezuela y Colombia, Pérez y Barco, respectivamente, acordaron crear un mecanismo para atender los asuntos pendientes, en obvia referencia al tema de la delimitación territorial. A su vez, anunciaron la constitución de otro mecanismo bilateral el cual trabajaría sobre los aspectos “relativos al desarrollo económico y social de las áreas fronterizas”.
El Acuerdo de Caracas se plasmó en la Declaración de Ureña del 28 de marzo de aquel mismo año, mediante la cual se designaron los integrantes de las comisiones, señalándoles un temario básico y un mandato amplio en cuanto a iniciativas. La creación del mecanismo de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, amén de su propia composición, buscaba ser una instancia de vocería regional binacional.

Veinte años después, como escribiría Dumas, los guajiros seguimos sufriendo la incertidumbre del futuro gris y, los wayuu, con menos población, resultan más vulnerables en su propio territorio. En el referente histórico citado debemos buscar la solución a la problemática actual y entender de una vez por todas que además de ser colombianos de primera línea, los guajiros somos ante todo: ciudadanos de fronteras, con una “identidad cultural de frontera” y que en este momento nos sentimos presionados desde el exterior fronterizo, es decir desde las capitales nacionales, y no tenemos porque convertirnos en guardianes de la nacionalidad, sino que debemos propender por el respeto a esa convivencia en la frontera caracterizada por lazos de parentesco, la homogeneidad de cosmovisiones, de prácticas sociales, religiosas y alimentarias, de hábitos de vestir, la cercanía de los pueblos y el intercambio económico y sobre todo por el respeto al derecho inalienable a la libre autodeterminación de la gran nación Wayuú.


Mara Ortega Acuña
Email: oa_mara@hotmail.com

Analytic