Escrito por: Hernán Baquero Bracho
Sin lugar a equivocaciones dentro del género del vallenato, Gustavo Gutiérrez Cabello, ha sido el más grande dentro del vallenato romántico del llamado vallenato clásico. Como lo afirmaba siempre el periodista y biógrafo del maestro Rafael Escalona, Carlos Alberto Atehortúa Gil: “En Gustavo Gutiérrez comienza y muere el vallenato. Es el resumen más positivo de lo que ha sido el auténtico folclor en la capital provincial de Macondo. Muy joven para la producción, sorprende a quienes aún se mantienen maravillados por los sones de Escalona. Por sentimientos y delicadezas poéticas, reúne el pensamiento del siempre celebre Jaime Molina. Y llega a su propio yo que evoca al viejo Evaristo, su progenitor, quien hizo de los bellos amaneceres en su tierra el mejor canto, dejando de por sí, enorme herencia artístico folclórica”.
En sus cuarenta y seis años de la versión del Festival de la Leyenda Vallenata, realizó dicho certamen en honor al gran “Tavo” Gutiérrez, “el flaco de oro”, reconocimiento más que merecido por todo lo que el gran compositor ha aportado al folclor, con sus canciones, entrelazadas en las voces de los más grandes del vallenato, en su transcurrir en bien del festival de la leyenda vallenata. Su moralidad y su transparencia en más de 56 años, en sus actuares, como coequipero del festival y los sentimientos hechos canciones que han enriquecido al folclor y ha traspasado las fronteras patrias desde que Gustavo Gutiérrez Cabello, comenzó a componer de manera prodiga y constante para que el vallenato se posicionara en la cima de la cultura nacional.
Gustavo Gutiérrez Cabello, nació en Valledupar el 12 de septiembre de 1939. Es el tercer hijo de “Tiota” y Evaristo y sus hermanos José Tobías, Marina y Olguita. Su infancia transcurrió en la planidez de la época pueblerina de Valledupar de casas coloniales, cuando el juego de trompos y vaquitas imaginarias encarnadas en los huesos que quedaban del sancocho casero llenaban las horas de los niños de esa época inmortal. Sus estudios primarios los hizo entre el colegio de La Sagrada Familia y el colegio Nariño. Inició el bachillerato en el José Celestino Mutis, de Bogotá, en 1962. En esa frontera bachillerato – estudios universitarios se dedicó más bien al arte musical que a la postre habría de ser su verdadera vocación.
Así, en septiembre 5 de 1963, compuso su primera canción, “Suspiros del Alma”, a la que han seguido a través del tiempo otros paseos, sones, merengues vallenatos, una poesía y una cumbia hasta completar más de 150 obras que inmortalizan al gran “Tavo” Gutiérrez. Con Marena Baleta tiene un hijo: Gustavo José, a quien le compuso aquel famoso paseo en agosto de 1988, cuando su hijo tenía nueve años de edad: “Mi niño se creció”. En 1970 ingresó a la escuela superior de administración de negocios, en Bogotá, obteniendo el grado de Administrador de Empresas el 15 de diciembre de 1973.
Desde sus inicios en 1968, Gustavo Gutiérrez Cabello, ha estado vinculado al Festival de la Leyenda Vallenata, bien como jurado, concursante o miembro de la junta organizadora. De 1975 a 1978 el festival vallenato estuvo a su cargo en su calidad de director de la desaparecida oficina departamental de turismo. Y, desde la creación de La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, en 1986, en su primer vicepresidente, cargo que ostentó hasta la presidencia de La “Polla” Monsalvo.
Ha participado dos veces en el festival, en el concurso de la canción inédita, resultando ganador. En 1969 con el paseo “Rumores de Viejas Voces”, y en 1982 con “Paisaje de Sol”, también en el ritmo de paseo. Gustavo Gutiérrez Canta… en Valledupar… cuando sale el sol… es la nota que se escucha de patio en patio… de palo en palo… de cañaguate en cañaguate… y de corazón en corazón. Y la que se continua escuchando en cada versión del festival vallenato, porque es un homenaje al gran flaco de oro… fue algo que aconteció/allá en Valledupar/se escucha un lamento triste… con su acordeón llorando aquí y allá.
Porque las canciones de Gustavo Gutiérrez Cabello, se han vuelto inmortales para nuestro folclor y se han convertido en un ícono del gran romántico que endulza con su poesía a cualquier alma enamorada. Porque indiscutiblemente el “Flaco de Oro” Gustavo Gutiérrez Cabello es el más grande compositor del vallenato romántico.