martes, 15 de noviembre de 2022

Reseña del libro Jorge III de Victoria Holt


Escrito por:
Alejandro Rutto Martínez

AUTORA: Victoria Holt como Jean Plaidy

EDITORIAL: Planeta

 

Este libro es una novela histórica sobre la vida del rey Jorge III de Inglaterra desde 1.760 hasta 1820. Como es costumbre la autora se documenta muy bien sobre la vida del personaje   a cuya historia convierte en todo un relato literario que desde un principio atrapa al lector desde cada uno de los frentes en los cuales se sitúan importantes personajes.

En un principio el lente de la cámara se posa sobre la princesa Carlota Sofía de Macklenburgo-Strelitz y su familia, quienes tienen un estilo de vida gris, sin los sobresaltos de la realeza europea de la época.   Su territorio era víctima del abandono y de los abusos de los soldados por lo cual, sin consultar con su hermano, que era el príncipe y a quien debía respetar, ni con otros miembros de la familia, decide escribir una carta a Federico de Prusia, llamado Federico el Grande, para contarle la situación.

Dicha carta desencadenaría varios sucesos entre ellos el hecho de que se hablara de ella en la corte británica y se le ofreciera de forma inesperada que fuera la esposa del rey Jorge.

El matrimonio se lleva a cabo y de esta manera el trono de Inglaterra es ocupado por el rey Jorge III y la reina Carlota Sofía, quien se dedica a su labor de ser una buena esposa y darle herederos al rey.

El monarca es un hombre serio, alejado de los romances que había tenido con hermosas mujeres inglesas cercanas a la corte y se concentra en su tarea de gobernar, para lo cual cuenta al principio con la influencia de su madre Augusta.

En el transcurso de los próximos años Jorge se enfrentará a los conflictos propios de quien gobierna el imperio más poderoso de la época, lo cual incluye intrigas, componendas y la  muy variable aceptación de la ciudadanía. 

Carlota Sofía, por su parte, deberá mantenerse en pie ante las burlas de las mujeres de la corte por su figura poco agraciada y la desconfianza de la reina madre con quien no alcanza a tener unas perfectas relaciones.

La narración va in crescendo como todas las de Jean Plaidy, de manera que el lector estará muy atento a seguir cada línea y cada capítulo debido al suspenso y a los acontecimientos que se asoman en el horizonte.

La narración es descarnada y no oculta nada sobre la vida de los reyes: ni la debilidad de Jorge frente a algunos de sus consejeros, ni la fealdad de Carlota Sofía, ni las constantes desgracias que ocurren a la familia del soberano, en especial a la reina madre y sus hermanos.

¿Qué va a pasar con Augusta?  ¿Cuál es el misterio de los amoríos pre matrimoniales del rey?  ¿Es cierto que la reina madre tiene un amante? ¿Cuál es la relación del rey con el supuesto amante de su progenitora?  ¿Por qué  el primer ministro es más querido que el rey? ¿Cómo solucionará Jorge esta incómoda situación?  ¿Qué pasará con las colonias del   Reino Unido en América?  ¿Mantendrán   su matrimonio el rey Jorge y su esposa a pesar de todas las dificultades? ¿Morirá el rey a causa de esa tos persistente que lo agobia?

Estas preguntas cruzan por la mente del lector y no le permiten despegarse del libro en ningún momento.

Es una obra que vale la pena leer aunque pudo haberse escrito en menos páginas de las 319 con las que cuenta y tal vez debió incluir algunos aspectos sobresalientes del gobierno del rey  y de las gestiones culturales de su esposa.

Calificación: 8 sobre 10. RECOMENDADO

lunes, 7 de noviembre de 2022

El mundo de ayer y la plenitud del ocaso


Escrito por: Arcesio Romero Pérez

Un encuentro intergeneracional en mi pueblo me hizo recordar a Stefan Zweig y su autobiografía “El mundo de ayer”, un atractivo testimonio escrito con maestría por un europeo empapado por la nostalgia. La misma nostalgia presente en la conversa de seis señoras que en el ocaso de su existir deslumbraron a sus jóvenes escuchas con las memorias evocadoras del perfume de lo vivido.

Retrotraer un siglo y sus alforjas deleitaron un auditorio con la brisa de la añoranza de los buenos tiempos y las buenas costumbres. Hechos como la escenificación de la esencia pueblerina del madrugar para contar los aconteceres del pueblo generaron toda suerte de aplausos. Una época, que como todo pretérito fue mejor, y aun así yace condenada en el rescoldo dejado por la modernidad y sus afanes.

Menos mal nos queda el vehículo de la tradición oral para transportar y escribir con pluma y tinta los recuerdos del defenestrado siglo XX. Y por ese menester histórico, en una misión cuya encomienda fue el disfrute de la sonrisa senil de las señoras, nos sumergimos en los pasajes de una vida rociada por el sereno de la tranquilidad. Con la pícara expresión en sus rostros, las abuelas recrearon el laberinto que representaban las calles y callejones de los pueblos, sus nombres evocadores y el alumbrar de la luna del danzar de las sombras en las penumbras de los tiempos idos. 

Tiempos que como el melodioso despertar de la madrugada yacían aromatizados por el vapor del primer café que sacó a relucir las limitaciones del pasado y el consentimiento de las gracias de juventud.

Nos mostraron la magistral heredad del pasado donde se convidaba a coexistir en la armonía del colectivismo y la cooperación de una vida en una aldea cuya atmósfera era la familiaridad y la bien llamada “consideración”. 

No en vano, amigos lectores, siempre escuchamos que la mejor enseñanza proviene de los mayores y mayoras, por ello, ahora, cuando la generación de entreguerras sucumbe en las trincheras de la extinción, es apremiante oficiar al contingente de relevo para que reescribe la historia, no como un espejismo de ficción, sino como el derecho pleno de los adultos y jóvenes a sentarse todas las tardes en las puertas y sardineles de sus casas a rememorar el mundo de ayer que tanto apreció Zweig.

sábado, 5 de noviembre de 2022

Orlando Sánchez, ebanista y escritor

 

Les presento a Orlado Sánchez uno de los más reconocidos ebanistas de Maicao.  Sus trabajos son una verdadera obra de arte. De su taller salieron joyas de madera que hoy engalanan la sala, el comedor y las alcobas de numerosos hogares de La Guajira.                                                                                            

También procreó una familia llena de amor y unidad y dio vida a varias bellísimas hijas y nietas. 

Además tiene el don de la creatividad y cuando las canas le  adornan  el cabello, ha dejado en descanso las herramientas habituales y ha tomado el lápiz y el papel para escribir sus memorias. He leído los borradores y va muy bien encaminado.   

Junto a su esposa Ruth Escobar y sus hijos fue  miembro fundador de la Igleisia Cristiana Cuadrangular.   Dios le de larga vida al lado de su familia.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Julio Manuel Larios Ríos está de cumpleaños


Está de cumpleaños el profesor Julio Manuel Larios Ríos.  Es una persona que ha dedicado su vida a muchas cosas, pero en especial dos han ocupado la mayor parte de su tiempo: la docencia y las causas sociales.

Llegó a Maicao muy joven, a celebrar uno de los primeros títulos obtenidos a lo largo de la vida: su título de bachiller. En esos tiempos de oportunidades escasas para acceder a la educación para era un logro gigantesco no sólo para quien se constituía en bachiller sino para toda la familia.   Así las cosas la fiesta del grado de Julio fue un acontecimiento memorable y la celebración fue una fiesta de tres días encabezado por su cuñado Carlos Huertas.

Poco después Julio seducido por los libros y la posibilidad de aplicar cotidianamente su sabiduría acepta la oportunidad de ingresar a la docencia en los colegios María Montessori y San José, en las áreas de ciencias sociales.

Fue así como empezó una legendaria carrera que lo llevaría a ser profesor de historia, geografía y educación artística. 

Un poco después fue nombrado por la Secretaría de Educación Departamental, lo que le permitió tomar la decisión de que lo suyo sería ejercer por siempre como profesor, investigador, líder de la comunidad educativa.

El nombramiento, sin embargo, le causó cierto inconvenientes con las directivas del María Montessori, institución de carácter privado cuya propietaria, la señora Imera Soto, no le aceptó la renuncia y lo conminó, mediante un fuerte sermón maternal, a que continuara prestándoles sus servicios.   Larios logró hacer los ajustes necesarios en sus horarios de trabajo para atender los dos compromisos por varios años.   Un poco más adelante se incorporó tambiél a la planta de profesores del Colegio Colombo Libanés, fundado por el profesor Enrique González.

Pero en donde Julio Larios tuvo más apego y una carrera de largo aliento  fue en el colegio San José en cuyas aulas, salas, pasillos y corredores pudo desempeñarse como profesor, líder educativo, dirigente sindical y rector.

Tal vez pocos recuerda que el profesor Julio Manuel Larios se desempeñó como rector encargado por algunos meses al terminar la gestión del profesor Triviño, quien desempeñaba esa dignidad y  el nombramiento de su remplazo en propiedad.

Su gestión fue breve pero muy provechosa: logró el nombramiento de cuatro profesores que le hacían falta al colegio,  construyó dos aulas mediante actividades pro fondos realizadas con los padres de familias y estudiantes y los aportes de la comunidad y gestionó la apertura de los grados décimo y undécimo con lo que el San José se convirtió en el primer colegio de Maicao en tener bachillerato completo, lo que permitió a un mayor número de jóvenes alcanzar el sueño de graduarse en su propia tierra. Además, planteó por primera vez la necesidad de que el plantel tuviera una sede más apropiada a sus proyecciones de crecimiento.

Como  sindicalista defendió no sólo el derecho de los maestros a mejores condiciones salariales y laborales sino el derecho a una educación pública de calidad para todos los estudiantes. Esas luchas y sus largas horas de lectura lo llevaron a asumir ideas libertarias y a ser un convencido de los ideales de la izquierda latinoamericana no por moda o por fiebre juvenil sino por convicción.

Su constante búsqueda del conocimiento lo llevó a estudiar licenciatura en ciencias sociales en el convenio de la Universidad de La Guajira con la Universidad del Magdalena y su afición a la lectura le abrió la puerta para consagrarse como escritor. 

Del horno de su cocina escritural salió hace algún tiempo el libro de poesías “En busca de mis huellas” y en sus manuscritos hay material para varios libros más.   Julio Larios es invitado con frecuencia a tertulias, recitales y lunadas literarias en las cuales se destaca como uno de los mejores declamadores.

Felicitaciones para el gran maestro de las ciencias sociales, las artes y la poesía, que Dios le de muchos, pero muchos años más de vida.

 

sábado, 22 de octubre de 2022

El mural de "Lola la Negra" en Barrancas


Este mural en homenaje a Dolores María Redondo, conocida como "Lola la Negra" está ubicado en la calle 11 (antigua calle de la Fortuna) de Barrancas, muy cerca de otras obras de arte dedicadas al futbolista Olinto Fonseca, primer guajiro que vistió la camiseta el la Selección Colombia y cuadros representativos de la cultura Wayüu.

A todas estas ¿Quién era Dolores María Redondo?

Era una líder muy conocida de Barrancas, propietaria de un almacén y dueña de un gran don de servicio.  

Entre sus hijos de destaca el nombre de Denieis Núñez de Monsalve, exalcaldesa del municipio.  Nació el 8 de octubre de 1911 y murió el 5 de septiembre de 2001 a la edad de noventa años. 

En Homenaje a ella Carlos Huertas compuso la canción “Lola la Negra” , grabada por los Hermanos Zuleta e incluída en el álbum Dinastía y Folclor 1979, uno de cuyos apartes dice: 

“Grata nostalgia me trae la tierra/ por la que alegre quiero cantar/ para poder combatir las penas/que me tornaron sentimental

Al recordar a Lola la Negra/que de Barrancas es un pedestal/esa señora prudente y buena/esa tocaya de mi mamá…"

Escuchar "Lola la Negra"

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