Llegó a
Maicao muy joven, a celebrar uno de los primeros títulos obtenidos a lo largo
de la vida: su título de bachiller. En esos tiempos de oportunidades escasas
para acceder a la educación para era un logro gigantesco no sólo para quien se
constituía en bachiller sino para toda la familia. Así las cosas la fiesta del grado de Julio
fue un acontecimiento memorable y la celebración fue una fiesta de tres días
encabezado por su cuñado Carlos Huertas.
Poco
después Julio seducido por los libros y la posibilidad de aplicar
cotidianamente su sabiduría acepta la oportunidad de ingresar a la docencia en
los colegios María Montessori y San José, en las áreas de ciencias sociales.
Fue así
como empezó una legendaria carrera que lo llevaría a ser profesor de historia,
geografía y educación artística.
Un poco
después fue nombrado por la Secretaría de Educación Departamental, lo que le
permitió tomar la decisión de que lo suyo sería ejercer por siempre como
profesor, investigador, líder de la comunidad educativa.
El
nombramiento, sin embargo, le causó cierto inconvenientes con las directivas
del María Montessori, institución de carácter privado cuya propietaria, la
señora Imera Soto, no le aceptó la renuncia y lo conminó, mediante un fuerte
sermón maternal, a que continuara prestándoles sus servicios. Larios logró hacer los ajustes necesarios en
sus horarios de trabajo para atender los dos compromisos por varios años. Un poco más adelante se incorporó tambiél a
la planta de profesores del Colegio Colombo Libanés, fundado por el profesor
Enrique González.
Pero en
donde Julio Larios tuvo más apego y una carrera de largo aliento fue en el colegio San José en cuyas aulas,
salas, pasillos y corredores pudo desempeñarse como profesor, líder educativo,
dirigente sindical y rector.
Tal vez
pocos recuerda que el profesor Julio Manuel Larios se desempeñó como rector
encargado por algunos meses al terminar la gestión del profesor Triviño, quien
desempeñaba esa dignidad y el
nombramiento de su remplazo en propiedad.
Su gestión
fue breve pero muy provechosa: logró el nombramiento de cuatro profesores que
le hacían falta al colegio, construyó
dos aulas mediante actividades pro fondos realizadas con los padres de familias
y estudiantes y los aportes de la comunidad y gestionó la apertura de los
grados décimo y undécimo con lo que el San José se convirtió en el primer
colegio de Maicao en tener bachillerato completo, lo que permitió a un mayor
número de jóvenes alcanzar el sueño de graduarse en su propia tierra. Además,
planteó por primera vez la necesidad de que el plantel tuviera una sede más
apropiada a sus proyecciones de crecimiento.
Como sindicalista defendió no sólo el derecho de
los maestros a mejores condiciones salariales y laborales sino el derecho a una
educación pública de calidad para todos los estudiantes. Esas luchas y sus
largas horas de lectura lo llevaron a asumir ideas libertarias y a ser un
convencido de los ideales de la izquierda latinoamericana no por moda o por
fiebre juvenil sino por convicción.
Su constante búsqueda del conocimiento lo llevó a estudiar licenciatura en ciencias sociales en el convenio de la Universidad de La Guajira con la Universidad del Magdalena y su afición a la lectura le abrió la puerta para consagrarse como escritor.
Del horno de su cocina escritural salió hace algún
tiempo el libro de poesías “En busca de mis huellas” y en sus manuscritos hay
material para varios libros más. Julio
Larios es invitado con frecuencia a tertulias, recitales y lunadas literarias
en las cuales se destaca como uno de los mejores declamadores.
Felicitaciones
para el gran maestro de las ciencias sociales, las artes y la poesía, que Dios
le de muchos, pero muchos años más de vida.