EL ACERO VEGETALAmylkar D. Acosta M
“Hay gente que estudia tanto que no tiene
tiempo de aprender”. Simón Vélez
Con Simón Vélez y la guadua se cumple el adagio que nadie es profeta en su tierra. Simón Vélez es un avezado arquitecto egresado de la prestigiosa Universidad de los Andes, andariego como todo paisa que se respete y vanguardista en el diseño y construcción con guadua.
De esta saben más los holandeses y alemanes que poco la conocen, que en nuestro medio en donde se da silvestre. Son las paradojas que por años le ha significado a este arquitecto alternativo encontrar mayor acogida a sus proyectos en el exterior que en su propio país. En el marco de la “Expo 2000 Hannover”, a pedido del gobierno alemán, montó el Pabellón Zeri (Zero Emissions Research and Initiatives), construido íntegramente en guadua y troncos de aliso llevados desde Caldas, al no encontrar eco en el gobierno colombiano.
Y así, pasamos por la pena que este fue uno de los pabellones más llamativos y visitados de la exposición, en tanto que el amasijo de ladrillo, cemento, aluminio, madera y acero que albergó la representación de Colombia pasó por ella con más pena que gloria.
En China, que tiene a su haber una cultura milenaria en el uso del bambú, construyó en 2006 el Cross Water Ecolodge, cuyo puente de guadua mereció el galardón de la Asociación Americana de Arquitectos Paisajistas. Y más recientemente, en pleno Zócalo, la imponente plaza de la capital mexicana, en medio de los monumentos coloniales y precolombinos que la rodean, levantó el Museo Nómada, considerada como la estructura más grande que se ha hecho en dicho material.
El secreto del éxito de Simón ha estado en la técnica que él ha desarrollado en el curso de más de 20 años, consistente en rellenar con mortero los tallos huecos o cañutos entre los nudos y luego unirlos con pernos, dándole de esta manera una gran consistencia.
Ello le ha permitido afirmar que “la guadua es acero natural. Con él yo puedo hacer cualquier cosa que un ingeniero construya con acero, porque ambos tienen la misma resistencia… Su relación peso-resistencia solo es comparable con las obtenidas por las aleaciones de metales de la era espacial”. Irónicamente, gracias a él el Financial Times al destacar su aporte afirmó que Colombia está “a la vanguardia de la arquitectura de bambú moderna”.
Increíblemente, la guadua tiene una resistencia a la tracción de hasta 40 kp/mm2, muy superior a la de la madera (5kp/mm2) y a la del acero que se usa en construcción (37kp/mm2), lo cual es mucho decir. Tiene, además, la virtud de ser sostenible 100%, natural 100% y ecológico 100%.
Mientras para producir el acero se contamina el medio ambiente por las emisiones de gases de efecto invernadero, la guadua lo captura al tiempo que produce oxígeno a través del proceso de la fotosíntesis. Su dureza es comparable con la del roble y su ductilidad con la del sauce, con la ventaja que un bosque de guadua se regenera en sólo 6 años sin necesidad de replantación, mientras que el roble toma entre 50 y 100 años para desarrollarse.
La guadua es considerada como el vegetal que crece con mayor celeridad y la que produce mayor cantidad de biomasa, apenas superada por el alga marina.
La guadua posee unas propiedades que hacen de ella un material singular, cada vez más apreciado en el mundo. De esta gramínea se dice que tiene la fuerza del metal y la calidez de la madera, como características esenciales de la construcción; es flexible, liviana y de una gran versatilidad, a tal punto que se le atribuyen más de 1.500 usos y aplicaciones.
Además, como afirma Simón “la guadua ni siquiera es sismorresistente sino sismoindiferente”, como se comprobó fehacientemente con ocasión del sismo que estremeció al Eje cafetero en el año 1999. Y añade: “La guadua es un material que desde la mata hasta su lugar de consumo, no sufre ninguna transformación distinta a la que sufre al quitársele los ganchos.
Desde la mata viene aligerada, modulada, barnizada. No necesita intermediarios, ni tiene desperdicios por aserrío o por cortes”. De utilizarse en laminados, pisos y vigas, podría reemplazar materiales como el triplex, cuya producción contribuye a la devastación de los bosques. Como si lo anterior fuera poco, las plantaciones de guadua contribuyen a la regulación de cauces de agua y a la conservación de cuencas hidrográficas, evitando la erosión.
Cada día cobra más fuerza en el mercado de la decoración la marca Tucka Bambú®, merced a la cantidad de soluciones innovadoras y exclusivas que ofrece. Incluso, en la Cebit, considerada la mayor Feria Tecnológica del Planeta, que se celebró recientemente en Hannover, norte de Alemania, fue presentado el computador portátil, bautizado como “ecobook”, fabricado con este material por la compañía Asus. Por ello puede decirse sin exagerar que la guadua es el material de construcción por excelencia, lo fue en el pasado, lo es en el presente y está llamado a serlo en el futuro.
Según la Organización de las Naciones Unidas para a Agricultura y la Alimentación (FAO) existen 1.250 especies debidamente registradas, algunas de las cuales pueden llegar a alcanzar hasta 40 metros en cuestión de tres o cuatro meses. Además, se da en todos los pisos térmicos, desde el nivel del mar hasta por encima de los 3.000 metros. Ya va siendo hora de repensar en Colombia sobre el potencial que ofrece la explotación a escala industrial de la guadua y sobre el aprovechamiento de la misma como material de construcción.
Hace falta reivindicarla; aún sigue siendo asociada con el bahareque y este con la pobreza, cuando en otras latitudes hace rato subió de estrato satisfaciendo los gustos más exigentes. Falta legislación al respecto, investigación y cultura, las cuales ameritan su consideración y análisis, amén del apoyo a quienes como Simón Vélez persisten en tan loable propósito. Colombia está en deuda con él; supo salirse de los moldes, rompió los viejos paradigmas y ha demostrado con creces que quien persevera alcanza, su ejemplo es digno de imitar!
Riohacha, mayo 3 de 2008
www.amylkaracosta.net
Ex presidente del Congreso de la República