viernes, 8 de julio de 2022

El primer avión en aeropuerto de Maicao

 

Eran los años de mitad de la década de los cincuenta cuando un grupo de ciudadanos revestidos de gran civismo se propusieron dotar a la floreciente población de obras muy necesarias para su cotidianidad y para su desarrollo. 

Fueron los tiempos que que la señora Rosario viuda de Ortiz tomó la iniciativa para construir el parque principal del pueblo, en el mismo lugar en que hoy tenemos el Parque Simón Bolívar. 

Por otro lado un grupo de líderes de la época tuvieron la visión de construir el cementerio San José y también el aeropuerto. 

La gráfica registra la llegada de uno de los primeros aviones a Maicao, pequeñas aeronaves utilizadas en rutas que conectaban a Maicao con el resto del país, especialmente con Barranquilla y Valledupar. 

En aquellos tiempos no existía aún la Troncal del Caribe ni la carretera hacia Valledupar, así que el transporte aéreo era la mejor opción y en algunos casos la única para ir a otros lugares y para que los interesados en el comercio local vinieran a hacer sus negocios. 

El aeropuerto San José, renombrado como aeropuerto La Majayura estuvo en funcionamiento hasta los primeros años de la década de los noventa. 

martes, 5 de julio de 2022

El auto conocimiento, la cuota inicial del éxito

Escrito por: Leoryis Vanegas Rivera 


Muchos autores y expertos hablan del éxito, pero para ti ¿Qué es tener éxito? ¿Te consideras una persona exitosa? ¿Has tenido éxito en algo? ¿Qué tanto te conoces? Preguntas poderosas que nos ponen a reflexionar, en muchas ocasiones el éxito es relacionado con la fama y el dinero, además dicen que cuando lo logras ya siempre lo tendrás, pero ¿Es el dinero y la fama realmente la garantía de tener éxito? ¿Se puede mantener el éxito con el tiempo?  

El éxito lo comparo con la felicidad y pienso que deben ir de la mano, ya que la persona exitosa debería ser feliz y la persona feliz tiende a ser exitosa, acompañado de esto, que cada persona tiene su propio concepto o su propia definición de lo que les representa ser exitoso y lo que les representa la felicidad, para muchos tener éxito es solo tener una bonita familia, para otros tener éxito es tener un título universitario, para otros es poder tener el último carro y así sucesivamente. 

Lo mismo pasa con la felicidad, para algunos la felicidad la ven, representada al ver a su familia completa y sana todos los días, poder tener una vivienda, poder viajar, poder disfrutar de la naturaleza y así representan muchos la felicidad.

Tal es el caso:  para poder tener éxito y ser felices es necesario el autoconocimiento y aunque pareciera un tema fácil conocerse así mismo para muchos resulta muy complejo y complicado y en ocasiones no lo logran y no es su culpa, realmente la vida, la familia.

Las escuelas nos enseñan a conocer al otro y no nos enseñan a conocernos a nosotros mismos no nos enseñan a identificar cada cosa de nosotros, no nos enseñan a auto analizarnos, a auto conocernos, en ocasiones hasta mirarnos al espejo nos cuesta, nos cuesta creer y conocer nuestras habilidades y nuestros potenciales y es ahí donde muchas personas fracasan, se sienten frustradas incluso no ven el sentido de sus vidas.

Las persona exitosas y felices son el resultado de ese autoconocimiento, logran desarrollar esa habilidad de conocer, reconocer y comprender sus sentimientos, sus emociones, sus habilidades, sus acciones, sus actitudes, sus gestos, lo que le permite además desarrollar la habilidad de conocer, reconocer y comprender los sentimientos, las emociones, las habilidades, las acciones, las actitudes, los gestos de los demás.

Quienes alcanzan el éxito son personas empáticas seguras de sí misma que saben lo que quieren y tienen claro lo que les representa a ellos el éxito y la felicidad siendo así más fácil encontrar el camino para conseguirlo.

El auto conocimiento es la cuota inicial del éxito, pero no la garantía del mismo, este te permite poner la lupa interior, hacer esa introspección, lograr la auto aceptación, mejorar el diálogo interno, entender que no somos perfectos y que podemos equivocarnos, asumir nuestras responsabilidades e ir aprendiendo de cada una de las equivocaciones, lo anterior debe ir acompañado de la motivación, disciplina, del interés, creatividad, la persistencia, el optimismo que le pongas a cada uno de los proyectos y metas que tengas.

Mi hermano y yo

Sentidas palabras de Amylkar Acosta Medina en recuerdo de su hermano Álvaro León, quien partió recientemente hacia la eternidad

Profundamente tristes, acongojados y consternados nos sentimos con la temprana partida de Alvaro León, mi hermano mayor, a consecuencia de las secuelas que le dejó el COVID 19, que ha diezmado nuestra familia, cobró, además de la vida de él la de dos primos, Edgar Martín y José Vicente Acosta, una prima, Melis Daza y mi hermana Cecilia, la tejedora de sueños, cuyo primer aniversario se cumple justamente este miércoles 6 de julio.

Nos embarga un sentimiento de tristeza inenarrable, que se mezcla con la perplejidad, la confusión y la impotencia, pues nada podemos hacer ante los designios de Dios, que son inescrutables e insondables, frente a los cuales sólo cabe la resignación cristiana, que es la que nos da fuerza para hacer más llevadera la pena.

Perder un hermano significa, nada menos ni nada más, que perder a quien compartió con uno toda una vida, por que venimos al mundo engendrados por los mismos padres, corre por nuestras venas la misma sangre y con quien, como dice el verso de la canción de Emilianito Zuleta Mi hermano y yo “he batallado para poder vivir” y a ratos sobrevivir en medio de nuestras precariedades como punto de partida de nuestros ya largos años.

Él vino al mundo primero que yo y que mis demás hermanos, razón por la cual era la cabeza visible de todos nosotros. Con la pérdida de nuestro hermano sentimos un enorme vacío, quedamos disminuidos, incompletos y nos va a hacer mucha falta seguir nuestro periplo vital sin contar con él, como siempre contamos. La desazón y el desasosiego que nos causa es indescriptible, porque las palabras se nos quedan cortas para interpretar fielmente esa procesión luctuosa que va por dentro de todos nosotros.

Por fortuna, como lo repite a menudo el Papa Francisco, la muerte 2 no tiene la última palabra. Como creyentes que somos, estamos convencidos que Álvaro no ha muerto para siempre y menos para nosotros, porque sólo muere quien se olvida y a él nunca lo olvidaremos, lo llevaremos siempre en nuestros corazones. Desde que se declaró la pandemia del COVID 19 hasta la fecha me dí a la tarea de escribir notas sentidas con ocasión del fallecimiento de amigos, parientes y relacionados y han sido tantas que ya las tengo compendiadas en un COVITUARIO que próximamente verá la luz.

Lo paradójico de la vida, que tiene sus paradojas, es que ahora que muere mi hermano mayor, que es como morirse parte de uno, el mismo grado de conturbación que me abate hace que me escaseen las palabras para que ellas digan todo lo que abunda en mi corazón herido. Le expresamos nuestros agradecimientos a todos aquellos que por un medio u otro nos han manifestado sus sentidas condolencias. Las apreciamos mucho. ¡Paz en su tumba! Bogotá, julio 4 de 2022

www.amylkaracosta.net


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