jueves, 5 de mayo de 2016

Mi pueblo, el que me gusta



Escrito por: Alejandro Rutto Martínez 


El recuerdo del Maicao peligroso en que cada mañana anunciaban por la radio que habían amanecido cinco o seis muertos, no me gusta. 
El Maicao de las calles llena de barro y lodo, fuentes de mosquitos y enfermedades, tampoco me gusta.


El Maicao de los tiros al aire para celebrar cualquier acontecimiento no me gusta para nada como tampoco el de las sequías prolongadas en el que la ciudad se divide en dos: los que tienen plata para comprar el agua en los carros tanques y los que no tienen agua ni para remedio.
No me gusta el Maicao del matadero antihigiénico ni el de sus calles y andenes repletos de basura, por que a algunos no se le ocurre mejor idea que tirar los desechos del comercio en la vía pública.

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No me gusta el Maicao de las bocinas estridentes, de los carros parqueados en cualquier lugar y el de los caminantes sin espacio para andar.
Les soy sincero, el Maicao anteriormente descrito no me gusta y creo que tampoco le gusta a la mayoría de sus habitantes.

Si por casualidad usted alguna vez visitó la tierra "del ensueño de mi edad primera" y en su mente y sus pensamientos quedaron las imágenes que hemos relatado, déjeme decirle que usted no conoce aún al verdadero Maicao.

Por eso se me ocurre que es mi deber hablarle del Maicao que a mí me gusta, al que amo y por el que tengo una "traga" parecida a la del adolescente por la primera mujer que ha sido capaz de moverle el piso y las hormonas.

En primer lugar me gusta el Maicao de las algarabías infantiles en la puerta de los colegios. 

Soy feliz situándome en la acera del frente, a la hora de la entrada o de la salida y ver ese desfile de pequeños ángeles con rostro humano y escucharlos en el infinito compartir de sus sueños, de sus dulces travesuras, de sus increíbles ilusiones y de sus pequeñas disputas y su inexplicable capacidad para comer mango viche con sal y limón. 

Cuando veo la puerta de las escuelas convertidas en un hormiguero o humano, sonrío convencido de que Dios no se ha aburrido todavía de la humanidad y tampoco de Maicao.

Me gusta el Maicao de los periodistas legendarios, algunos de los cuales disfrutan de un lugar en su morada de la eternidad, pero aún así resisten a los embates del olvido.

Recuerdo sus voces torneadas por la experiencia de miles de horas al aire y su olfato para encontrar la noticia aunque estuviera escondida debajo de las piedras a orillas de la laguna de Majupay o en las profundidades de una pegajosa canción de Roberto Solano.

Me gusta, a propósito el Maicao que por años fue casa del maestro Carlos Huertas y cuna de sus hijos. Me gusta el Maicao, vuelve y juega, de Roberto Solano y Mario Valdelamar.

El Maicao en el que se incubaron buena parte de los versos primigenios de Víctor Bravo y en donde Abel Medina decidió un día que su pluma servía no solo para enhebrar historias sino para auscultar en la historia del vallenato.

Me gusta el Maicao de las tertulias matinales en las esquinas de los barrios en las que, aún antes de que el sol derrame su poderosa luz desde el oriente, los vecinos se encuentran para hablar de esto y de aquello y de éstos y de aquellos.

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Conversaciones familiares y comunitarias de las que casi no se ven en los tiempos del internet y de los celulares. Conversaciones en las que junto a la olla de café humeante se arreglan buena parte de los problemas de Maicao y del mundo.
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Este Maicao, el del cIelo intensamente azul, el de su cultura variopinta, el de los tres idiomas el de la limonada fría en frascos de vidrio y el tinto durante las veinticuatro horas del día, es el que a mí me gusta. Y por el que tengo una "traga" parecida a la del que se enamora por primera vez.

Consternación en Maicao y La Guajira por la muerte de Eduardo Pinto

Una gran conmoción ha causado en toda La Guajira el asesinato del joven profesional Eduardo Pinto, quien se desempeñaba como director de Medicina Legal Regional Norte

Pinto nació en el corregimiento de Los Remedios, hijo de Eduardo Pinto y Rebeca Viloria, pertenece a una familia muy reconocida del eje Albania-Los Remedios Maicao. 

Su padre, Eduardo fue un reconocido dirigente cívico, quien resultó elegido como concejal en los años 90, cuando Albania y Maicao conformaban una sola unidad municipal. 

Desdemuy niño Eduardo Pinto mostró un gran apego a los libros y fue un estudiante de alto rendimiento. Estudió medicina en la Universidad Metropolitana y ejerció como médico en el Hospital San José de Maicao. Posteriormente pasó a dirigir la unidad de medicina legal en este municipio fronterizo y más adelante, en los años 2012 y 2013 fue ascendido a Director de Medicina Legal en La Guajira, cargo que desempeñó en Riohacha. 

Sus logros y méritos profesionales hicieron que los ojos de la entidad se fijaran en él y hace algún tiempo se desempeñaba como director de Medicina Legal en el departamento del Atlántico. 

Desde la noche de ayer su cuerpo es velado en la residencia de su señora madre en el barrio Primero de Mayo de Maicao. Las honras fúnebres se llevarán a cabo mañana viernes 6 de mayo a las 10 de la mañana. 



miércoles, 4 de mayo de 2016

Nacional venció a Huracán y pasó a cuartos en LIbertadores

Juego sufrido

Atlético Nacional sufrió más de lo esperado pero consiguió su propósito de vencer a Huracán de Argentina y clasificarse para los cuartos de final de la Copa Libertadores. 

El partido finalizó 4-2 a favor del equipo, un marcador amplio, que sin embargo no refleja la angustia por la que pasó nacional para obtener ese resultado. 


Anotaciones 

El primer gol fue anotado de pena máxima por Víctor Ibarbo a los 23 minutos del primer tiempo pero Huracán empató a los 25 a través de Víctor Espinosa. El 1-1 era un resultado que eliminaba a Nacional de la competencia, debido al plus que para los argentinos significaba el gol visitante. 

El segundo tiempo inició muy cerrado y Huracán pudo marcar su segundo gol a través de Ábila,  pero ésto no ocurrió gracias a una atajada providencial del portero Franco Armani.  Un poco más adelante se presentaría la expulsión del defensa central Federico Mancinelli, tras una sutil falta contra Marlos Morelos en una decisión arbitral que generó fuertes críticas por parte de jugadores y cuerpo técnico de Huracán. 

Nacional marcó su segundo gol  en el minuto 13 de la segunda parte a través  de Alejandro Guerra y amplió el marcado a los 23 por intermedio del mismo Guerra.  Con el 3-1 todo parecía definido pero Huracán marcó de nuevo, en esta ocasión un golazo de Ramón Ábila y acortó las distancias. Sin embargo, Jonathan Copete anotó el cuarto gol en el tiempo de reposición para dejar las cifras 4-2 a favor del cuadro colombiano. 

Protestas al final 

Al final del partido se presentaron riñas y serias protestas de la delegación argentina por los supuestos perjuicios que les habría causado el arbitraje del venezolano José  Argote. 

Después de su victoria Nacional queda a la espera de que se defina su rival en cuartos de final de un certamen que figura como su principal objetivo del año. 

Alineaciones

Atlético Nacional: Franco Armani; Daniel Bocanegra, Felipe Aguilar, Dávinson Sánchez, Farid Díaz; Sebastián Pérez, Alexander Mejía, Alejandro Guerra (m.81, Jonathan Copete), Andrés Ibargüen; Víctor Ibarbo (m.46, Orlando Berrío) y Marlos Moreno (m.72, Macnelly Torres). DT: Reinaldo Rueda.
Huracán: Marcos Díaz; José San Román (m.84, Lucas Chacana), Martín Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Matías Fritzler; Daniel Montenegro (m.54, Mario Risso), Mariano González (m.60, Alejandro Romero), Cristian Espinoza y Ramón Ábila. DT: Eduardo Domínguez.

martes, 3 de mayo de 2016

¿Para qué me sirve resolver ecuaciones?



Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Durante la realización del Foro Educativo Municipal que se llevó a cabo en el año 2014 en Riohacha, hubo un panel en que los estudiantes y profesores tuvieron la oportunidad de interactuar con los profesores cubanos de la Universidad de Matanzas y le hicieron interesantes preguntas sobre el día de la educación:

"Tomasito" Dangond y su lucidez Mental

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

El próximo miércoles 11 de mayo, en su residencia en Villanueva, como es de costumbre, celebrará  el patriarca conservador Tomas Dangond Morales o “ Tomasito” como es conocido cariñosamente entre los suyos, sus noventa y cinco años, en plena lucidez mental, bien vividos y en sana paz con Dios y con la humanidad; recordando el ayer, como si fuera hoy, feliz por esa familia hermosa que construyó en base a los principios morales, de respeto, de solidaridad del uno con el otro y así como él les ha enseñado, ellos le han dado su mejor heredad. 

Sus hijas Luz Mila, con ese imán familiar Mary, Nury, Cilia con esa alegría de tener a su padre en sus plenos papeles mentales y físico y  José como todos los años le prodigarán el amor y el respeto que él se merece. 

Solo un detalle que colmará de tristeza y de nostalgia tanto a “Tomasito” como a sus hermanos, la ausencia de el  “Palle” o Tomas Milcíades, quien partió hacia el plano celestial y quien era  el vivo retrato de su padre, con sus ocurrencias, con sus vivencias y esa chispa vividas al lado de su viejo querido, que vaina que ya el “Palle” no está, pero desde allá arriba se lo estará gozando, este onomástico de su viejo.

En estos noventa y cinco años, de “Tomasito” Dangond, además de su familia, le acompañaremos como siempre ese selecto grupo de amigos, que somos de los caros afectos de la familia Dangond Soto: como es el empresario Guillermo Rojas, el ex alcalde de este municipio Luis Erasmo Dangond Cuadrado y su esposa Rubby Quintero de Dangond; de la rectora del colegio Silvestre Dangond Daza, Estela Zabaleta Montero y su esposo Franco Mendoza; de Álvaro David Dangond y señora Gloris Habid de David; de Amalia Mazeneth Cabello y por supuesto sus yernos Juan Manuel Daza, Fabián Dangond, Cesar Daza,  Mirza Orieta Olivella, sus nietos; Ahisne Pinedo y su esposo Jhon, Mireya Fuentes y Lucho Liñán, entre otros.

“Tomasito” o Tomas Dangond Morales, es hijo de Tomas Dangond Martínez, quien era hijo de Beltrán Dangond González, hijo de “Musiu” Dangon. 

Es decir que “Tomasito” es descendiente directo de este importante líder francés que vivió en Villanueva más o menos en la época de 1840 a 1868 y quien hizo historia por ser el primer caficultor que tuvo Colombia, con la semilla traída de Martinica. 

Y como el mismo “Tomasito” lo afirma, que conoció el amor de su vida, Doña “Herme” Hermelinda Soto, porque su primo el ingeniero civil graduado en Francia en la época, Silvestre Dangond Daza­-quien construyó el famoso puente Salguero-, se llevó a un puñado de Villanueveros para la zona de carreteras en la construcción de la vía Barrancas- Cuestecitas y en Barrancas. Doña “Herme” cuando lo vio fue amor a primera vista o como lo detallara su hijo ausente el “Palle” “este gringo es mío”. 

Hermelinda Soto era hija del patriarca Milciades Soto, hermano de Simeón y Samuel Soto, dirigentes de la época que tuvo el municipio minero.

Como  asiduo  contertulio  de mi gran amigo “Tomasito” me sorprende cada día  su lucidez mental. 

Sus recuerdos del ayer que los evoca de manera pausada pero certera. 

Su jocosidad  que siempre la tiene a flor de piel, cuando afloran recuerdos de sus hijos ya fallecidos como el “Palle” recientemente y el “Chingo” de más años atrás, se nota esa nostalgia en su cara, pero limpia sus tristezas con el amor de sus hijas y de su hijo José a quien todavía regaña. 

Qué bueno. Como  Villanuevero se siente uno orgulloso de tener un personaje como “Tomasito” Dangond, con esas calidades humanas, ese don de gente y los principios morales inculcados a los suyos desde bien temprano. 

Tenemos todavía “Tomasito” Dangond para rato. ¡Que así sea!    

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