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lunes, 2 de marzo de 2009

Aprenda a escribir correctamente

Por: Martín López González
Escritor de Riohacha-La Guajira

En el complejo proceso cognitivo, se puede decir que no existe conocimiento absoluto, pues este se recompone constantemente, es decir al cambiar la subjetividad del sujeto cambia totalmente la aproximación epistemológica y también la realidad social.
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La que al entrar a través de los sentidos a la racionalización o elaboración mental de las ideas, deja algunas “cosas” por fuera. No hay correspondencia total entre lo objetivo y lo percibido.

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Cuando se habla, “algo” se queda adentro, no siempre se expresa verbalmente o con gestos y ademanes la totalidad de las ideas concebidas.
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A pesar que en el flujo de la conversación hay la oportunidad de parafrasear o interrogar para confirmar lo escuchado y visto, lo que el interlocutor capta es incompleto, es decir aquí también algo no entra a la mente del receptor, aunque este es activo y presencial y tiene todos sus sentidos puestos en la plática.

Para el caso de transmitir los pensamientos en lenguaje escrito, la situación se complejiza pues el emisor debe elaborar, con gran precisión, el texto que van a leer muchas personas sin su presencia, imaginando el contexto.
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Se tienen que utilizar los términos exactos para eliminar las ambigüedades y ponerle el color respectivo a la frase con el adjetivo adecuado para sacar a flote la ideología detrás de las simples palabras escritas.

El mensaje que el escritor plasma en forma de párrafos debe tener identidad con lo que captan los diferentes lectores. Esto tiene relevancia en todas las áreas del conocimiento, desde las leyes, pasando por las ciencias básicas, hasta las ciencias sociales.
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No pueden ser ambiguos los decretos y mucho menos los protocolos de las practicas medicas. Compensa que el lector, a diferencia que en la comunicación verbal, puede escoger la velocidad de lectura y puede leer un pasaje de un texto tantas veces quiera.

Lograr escribir las ideas en forma clara, concisa y elegante es una habilidad que puede ser aprendida, como se evidenció en el desarrollo del diplomado “Como escribir correctamente”, Didáctica de la Escritura, que tanto la Universidad Nacional, abierta y a distancia como la Secretaría Departamental de Cultura tuvieron la lucidez de patrocinar.
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Son cuatros ejes temáticos que calzan como piezas perfectas: Composición del texto escrito, Las fases de la redacción, Teoría de la argumentación y Evaluaciones finales.

Se puede decir que se abrió un espacio de reflexión para recorrer el camino seguido por los grandes maestros de la escritura universal. En ambos eventos, desde las primeras lecciones se marcó una dinámica y un rigor, que se mantuvieron a través de todo el diplomado.

Fue imperioso, realizar talleres de escritura y corrección en todas las sesiones. Éstos fueron celosamente seleccionados para que los participantes crecieran en el conocimiento de las técnicas de los escritores famosos.

La tarea más cuidadosa de los eventos fue, sin duda, haberle hecho una cirugía al párrafo como unidad textual. Habiendo podido hacer los cortes precisos, escalpelo en mano, para poder diferenciar las ideas principales y extirpar de esta estructura lingüística la falta de unidad e incoherencia.

En la intervención quirúrgica del párrafo se lograron visualizar las diferentes clases de nexos que ayudan a presentar un mensaje claro, pudiendo extraer y limpiar asépticamente las proposiciones, conjunciones, pronombres relativos y adverbios.

La participación activa de los estudiantes y la acertada conducción del diplomado por el experimentado periodista, escritor y profesor Jaime De La Hoz Simanca proporcionaron técnicas fundamentales para la escritura elegante. Las que garantizan el dominio de las fases de la redacción y las herramientas ineludibles que permiten el reconocimiento, la construcción, revisión y corrección de todo tipo de textos.

Paso a paso se adquirieron las destrezas necesarias para presentar una información de manera organizada y coherente, y de esta manera los lectores adopten el punto de vista del autor.

Enhorabuena la Universidad Abierta y a Distancia y la Secretaría Departamental de Cultura organizan eventos de esta calidad académica y toman el liderazgo en el mejoramiento de las comunicaciones escritas tan necesarias en nuestro Departamento en estos momentos de crisis en todos los niveles.

La pertinencia científica y social del diplomado apunta hacia el gran impactado en la vida profesional y da respuesta a las preocupaciones de los intelectuales y académicos, que desde todas las áreas del conocimiento, buscan mejorar la redacción de sus textos.

viernes, 1 de febrero de 2008

LA COLUMNA DE AMYLKAR ACOSTA

EL ARTE DE ESCRIBIR
Amylkar D. Acosta M(1)
“Quítenle a este mundo el arte de escribir
le quitarán toda su gloria”
Francois De Chateaubriand

Marguerite Duras hizo suyo el aserto de Raymond Queneau: escribe, no hagas más! Evoco estas palabras, pensando con el deseo de seguirlas al pié de las letras. Ella misma percibía en su propia humanidad que “hay una locura de escribir que existe en sí misma” y yo, a ratos, me siento poseído por ella.

Empero, los aficionados al arte de escribir nos tenemos que contentar con ser sólo eso, aficionados, alentados siempre por la fijación a la que alude J. C Planeéis, en el sentido que “cuando uno escribe más por vocación que por profesión, más por placer que por ganarse la vida, más por comunicarse que por emborronar papel, siempre está aprendiendo”.

Yo me aparto del aserto de Nietzsche cuando afirmó que “yo soy una cosa, mis escritos otra”; en mi caso, yo y mis escritos somos una y la misma cosa. Y ello es así, porque si algo me ha caracterizado, tanto en mis escritos como en mis actuaciones, es la coherencia y entre unos y otras siempre están mis convicciones como hilo conductor.

Ello suele extrañar en un medio en el que pulula la afición por el surfismo, en el que muchos prefieren desplazarse sobre la cresta de la ola del momento y, como afirmó Ingenieros, no tienen inconveniente en pasar del timón al remo cuando de sobrevivir se trata en medio de la adversidad.

Otros, optan por la línea del menor esfuerzo, dejándose llevar plácidamente por la corriente sin importar la dirección de esta, cuando no es que, como las giraldas, toman la dirección en la que soplan los vientos, quedando a merced de estos. Se trata de quienes aguzan sus sentidos para estar siempre con las tendencias, coincidiendo con John Nashbit cuando refiriéndose a ellas dijo que son “como los caballos, es mejor montarse en la dirección que van”. Yo, en cambio, siempre he militado en mis ideas, las mismas que he plasmado en mis escritos, las he defendido con ardentía y denuedo, pues parodiando a Bertolt Brecht, podemos decir que “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

Dijo José María Vargas Vila en uno de sus célebres libelos que “la fuerza de un escritor no radica en su talento, sino en su carácter”. Y carácter es lo que se necesita para asumir posiciones diáfanas, rotundas, sin esguinces, para militar en sus propias ideas, cualesquiera que ellas sean, sin desertar de ellas. No pocas veces me ha tocado remar contra la corriente; pero, lo hago siempre con el espíritu abierto a las ideas de los demás, pues comparto con Serrat que “lo que más enriquece el pensamiento de uno es la pluralidad de pensamiento de los demás”.

Mis distintas obras y ya son veintiséis las publicadas, están escritas en un lenguaje sencillo, llano, descomplicado, sin perder el rigor académico, de tal manera que su contenido es totalmente asequible tanto a doctos como a profanos en la temática de los mismos. Al leerlos se podrán percatar también de la evolución del pensamiento del autor, pues no oculto mi aversión por los dogmas, los fundamentalismos y me rehuso a aceptar camisas de fuerza que coarten mi libertad de pensamiento, los grilletes mentales no van con migo.

Yo creo en la afirmación de Alvin Toffer, cuando asegura que “Los analfabetas de este siglo no son aquellos que no saben leer y escribir sino aquellos que no pueden aprender, desaprender y volver a aprender” y ojala pueda sobrevivir al intento de lograr tal cometido.
Siempre se ha dicho que para saber escribir, se necesita haber vivido abundantemente; yo añadiría que para aprender a escribir, que es lo que yo hago a diario, compulsivamente, se necesita además vivir intensamente y ese ha sido el sino de mi vida.

Ahora, además, para quien intente incursionar en el arte de escribir, por que escribir es el arte de lo sublime, tiene que librar una lucha sin cuartel para no dejarse atropellar por la tecnología.

Desde 1999 acometí esta empresa y todavía no puedo cantar victoria; no pocas veces los duendes del computador o del ordenador, como prefieren llamarlo los españoles, me han ganado la partida. Como afirma Mutis, el gran escritor colombiano, “El castellano se encuentra sumergido en el vértigo de la informática”: pero, esos son los gajes del oficio, qué le vamos a hacer. Siempre he dicho que las ideas son embriones en fecundación y en mis libros anidan con profusión, mutantes y en constante estado de hibernación.


Riohacha, Enero de 2008
http://www.amylkaracosta.net/

(1)Ex presidente del Congreso de la República

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