La V Cumbre de las Américas, a celebrarse del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago, será la oportunidad propicia para que el Presidente Obama abra “un nuevo capítulo” en las relaciones de los Estados Unidos con Latinoamérica, tal como él lo prometió con ocasión de la entrevista que sostuvo con el Presidente de México, Felipe Calderón, con posterioridad a su posesión.
Allí deberá destapar sus cartas y ponerlas sobre la mesa, para darse, como lo afirmó su Secretario de Estado Adjunto para América Latina, Tom Shannon, una “segunda oportunidad para restaurar la credibilidad de Estados Unidos ante el continente”. Esta Cumbre estará precedida de otra del G – 20 en Londres el 2 de abril, el cual está integrado por la Unión Europea (UE), el Grupo de los Siete (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y Rusia. En la pasada Cumbre de Washington el Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, tuvo un gran protagonismo, al fin y al cabo presidía en ese momento el G -20 y muy seguramente esta vez va a jugar un papel de la mayor importancia, dado su ascendiente entre los países emergentes y sus afinidades con Obama.
Además, la economía de Brasil se perfila como la de mejor desempeño en medio de los avatares de la crisis, lo cual le da una gran autoridad y convierte a Lula en un aliado estratégico de Obama para encarar la gran crisis global.
LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS EN LA AGENDA DE OBAMAEn un discurso de campaña en mayo del año pasado Obama planteó por primera vez Una Alianza Energética de las Américas, con miras a producir conjuntamente energías alternativas, lo cual va muy en línea con lo esbozado al respecto en su discurso de posesión. En efecto, él dejó en claro que “utilizaremos el sol, el viento y la tierra para alimentar a nuestros automóviles y hacer funcionar nuestras fábricas”.
Y en su exhortación al Congreso federal para que le aprobaran su Plan de estímulo económico, fue reiterativo en su propósito de duplicar la capacidad de los EEUU “para generar energía a partir de fuentes alternativas como la eólica, la solar o los biocombustibles durante los próximos tres años”.
El nombramiento como Secretario de Agricultura a Tom Vilsack, nombrado en 2001 como Gobernador del año por la Organización de la Industria Biotecnológica (BIO) y como Secretario de Energía a Steven Chu, premio Nobel de física 1997, destacado partidario de la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) mediante el desarrollo de las energías alternativas, son una muestra fehaciente del compromiso de Obama con esta causa.
Al momento de comparecer ante el Congreso para su confirmación como secretaria de Estado, Hilary Clinton destacó como una de sus prioridades “desarrollar la Alianza Energética de las Américas propuesta por el presidente electo…aprovechar las oportunidades en Latinoamérica, y es por eso que la Alianza Energética que ha sugerido el presidente electo tiene tanto potencial''. Y es que este asunto es crucial para los Estados Unidos, atinente a su propia seguridad nacional.
LOS BIOCOMBUSTIBLES: PUNTO DE ENCUENTRO DE LAS AMÉRICAS
Ya lo había dicho el ex presidente Bill Clinton en una conferencia que tuvo lugar en la sede del BID el 13 de julio de 2006: “para mí, esto es un imperativo moral y una oportunidad económica fenomenal para que América Latina entre al negocio de conservar sus recursos naturales y desarrollar una energía alternativa futura”.
Como lo afirmó el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno, la bionergía se está convirtiendo en “un gran punto de encuentro de las Américas”, a tal punto que hizo posible el reencuentro de los EEUU y Brasil, lo cual parecía impensable después del fracaso del ALCA en la Cumbre de Mar del Plata en noviembre de 2005. Para ambos los biocombustibles se tornaron en un elemento esencial y estratégico para la región y por ello Bush y Lula resolvieron suscribir el 9 de marzo de 2007 un Memorando de Entendimiento sobre el particular, como respuesta, según Lula, “al gran desafío energético el siglo XXI”
[2].
En un encuentro celebrado el 18 de diciembre 2007 en el Biltmore Hotel, de Miami, Jeb Bush, gobernador de la Florida; Roberto Rodrigues, presidente del Consejo Superior de Agronegocios de San Pablo y Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), anunciaron la formación de la Comisión Interamericana de Etanol (CIE), que tiene como misión fomentar el uso de etanol en las mezclas de nafta en el continente americano. Su titular anunció, en ese mismo encuentro, préstamos por 3.000 millones de dólares para promover el desarrollo del etanol en la región.
La propuesta de Obama es mucho más audaz que la de su antecesor y busca concretar para el efecto un tratado regional, dándole un alcance y una connotación geopolítica mayor Se trataría, como lo sostiene Andrés Oppenheirmer, “además de cumplir con los objetivos domésticos de reducir la dependencia petrolera y de combatir el calentamiento global, el proyecto ayudaría a cambiar el eje de la política estadounidense para Latinoamérica”
[3]. De hecho un proyecto de ley en este sentido de los senadores Dick Lugar y Chris Dodd, espera será reenviado al Senado antes de la Cumbre de las Américas para su trámite, esta vez con el respaldo del ejecutivo.
Es bien sabido que Brasil junto con los EEUU concentran el 70% de la producción mundial de etanol, pero Brasil sigue siendo la principal potencia exportadora, a diferencia de Estados Unidos, en donde a pesar de que su producción doméstica viene creciendo en promedio el 30% anual no da abasto para satisfacer la creciente demanda del mismo.
La US Environmental Protection Agency (EPA) ha fijado su Estándar de Combustibles Renovables para 2009 en 10,21%, equivalente a 11,1 mil millones de galones de etanol. Su déficit a futuro será aún mayor, pues los planes de expansión del uso de la mezcla son sumamente ambiciosos. EEUU aspira a incrementar el 800% consumo de etanol para 2017. El US Energy Independence and Security Act de 2007 fijó una meta de 36 mil millones de galones de etanol que se utilizará anualmente como combustible en el transporte en 2022.
Así las cosas, los Estados Unidos prometen ser un apetecido mercado para el etanol, especialmente para Brasil y Colombia que son los dos principales productores de Suramérica y ellos pueden llegar a constituirse en sus mayores proveedores.
Brasil exportó a los EEUU en 2007 1.200 millones de litros de etanol y ello a pesar del arancel equivalente a US $0.54 por galón y la tasa advaloren del 2.5% que debieron pagar para acceder a dicho mercado, entre US $200 y US $300 millones. Es de anotar que Obama en el curso de la campaña electoral que lo llevó a la Casa Blanca se opuso a reducir tales gravámenes, que pueden obstaculizar la concreción de esta Alianza energética. Lula tendrá una cita con Obama previa a la Cumbre del G -20 el próximo 21 de marzo, que seguramente aprovechará para allanar el camino para lograrlo.
BRASIL Y COLOMBIA: ALIADOS ESTRATÉGICOS
Aquí se le abre a Colombia una ventana de oportunidad que no debe desaprovechar. Por ello estoy de acuerdo con la ex ministra de Comercio Angela María Orozco en que “vale la pena preguntarse si se justifica seguir desgastándose en la aprobación del TLC con EEUU frente al actual panorama… ¿No estaremos dejando de lado otras iniciativas que podrían representar una oportunidad invaluable de mercado para Colombia?”
[4].
Comparto con ella que “Una Asociación Hemisférica de Energía puede ser la salida al replanteamiento de las relaciones de EE.UU. con América Latina. Este es un tema del mayor interés para los demócratas, evidenciado en las condiciones específicas impuestas en el paquete de ayuda financiera aprobado. También es una gran oportunidad para la región, donde los biocombustibles crecen y la interconexión eléctrica regional forma parte de la agenda”
[5].
A ello le debe apostar Colombia, que cuenta con un gran potencial de desarrollo de los biocombustibles, la cual está llamada a convertirse en el pivote de un enorme esfuerzo de reconversión agroindustrial
[6].
Ello es tanto más válido e indispensable, habida cuenta de la perentoria necesidad de contrarrestar los devastadores efectos del coletazo de la crisis, que ha afectado el crecimiento y el empleo. He aquí un filón enorme a explotar en beneficio de todo(a)s lo(a)s colombiano(a)s! Ahora que Lula se erige en el líder indiscutible de la región, Colombia no le debe perder pisada a Brasil, país este con el cual gracias a su vecindad tiene ventajas compartidas, las cuales se vienen a sumar a las ventajas comparativas y competitivas ya comprobadas que poseen uno y otro en materia de biocombustibles. Esta debe ser la base para una gran alianza estratégica entre Colombia y Brasil, en lugar de distraerse en planes ilusorios de cooperación con la industria bélica carioca, dizque para fabricar helicópteros para el transporte de tropas
[7].
Ahora, que se trata de recomponer y de replantear las relaciones de Latinoamérica con los Estados Unidos, es la oportunidad para desnarcotizar las relaciones de Colombia con los EEUU y aprovechar para densificar la agenda bilateral, que no puede seguir reducida al Plan Colombia y al TLC.
Colombia no se puede dejar obnubilar por el embeleco del TLC y debe tomar nota de los cambios que se avizoran en la política exterior de los EEUU, sintonizándose con las nuevas realidades. Como gestores y promotores que hemos sido de los biocombustibles, desde la Federación Nacional de Biocombustibles, que acaba de cumplir sus primeros cinco años de fundada el 24 de febrero, queremos hacerle un llamado al gobierno para que no desperdicie esta oportunidad.
Esta Cumbre de las Américas, además de superar los desencuentros de los Estados Unidos con Latinoamérica, debe constituirse en el punto de partida de un plan de largo aliento de investigación, desarrollo y promoción de las energías alternativas, con los biocombustibles como la primera prioridad. Ello no da espera, manos a la obra!
Bogotá, marzo 14 de 2009
www.amylkaracosta.net
[1] Directivo de la Federación Nacional de Biocombustibles
[2] Amylkar D. Acosta M. Los biocombustibles oportunidad o amenaza? Julio, 31 de 2008
[3] El Nuevo Herald (EEUU)
[4] El Espectador. Febrero, 19 de 2009
[5] Idem
[6] Amylkar D. Acosta M. La hora de la agroenergía. Julio, 28 de 2006
[7] El Tiempo. Marzo, 13 de 2009