jueves, 10 de febrero de 2011

David Sánchez y el mundillo intelectual

Por: Naudín Gracián Petro

―Y cómo te has sentido con esto de la muerte de David Sánchez Juliao.
―La verdad verdad es que no me afecta para nada. Ese tipo para mí no era ni siquiera escritor.

Esa respuesta en boca de un aprendiz de narrador, profesional en ciencias del lenguaje, profesor universitario y candidato a magister en Literatura del Caribe, me turbó sobremanera. Si la hubiera expresado alguien que no sólo desconociera el tema y al personaje, sino que incluso no le interesara, no tendría importancia alguna y hasta fuera de esperarse. Mientras el país, y sobre todo las personalidades de la cultura del interior reconocen la gran pérdida que es la muerte de David Sánchez Juliao, muchos del mundillo intelectual del departamento de Córdoba se expresan con displicencia sobre este gran personaje. Y no pueden hacerlo sino desde la falta de conocimiento de su obra escrita y grabada, y de su trabajo como conferencista.

Aníbal Ceballos y Lolita Acosta: Premio Nacional de Periodismo "Juan García del Río"

Dos excelentes periodistas de la costa norte colombiana, Aníbal Ceballos de Santa Marta y Lolita Acosta de Valledupar, han sido seleccionados para recibir el próximo 9 de febrero, el Premio Nacional de Periodismo “Juan García del Río”, reconocimiento que otorga anualmente la Fundación Periodistas Bolivarianos de América, a comunicadores que han dedicado su vida a ejercer el periodismo como un apostolado en bien de la patria colombiana.

Aníbal Ceballos es considerado como Maestro de la radiodifusión samaria y a través de muchas décadas ha ejercido con ética y profesionalismo el periodismo, dejando una huella imborrable con aportes y enseñanza para bien de las nuevas generaciones.
Lolita Acosta es a la vez la Dama del periodismo Vallenato, logrando por 22 años consecutivos mantener vigente El Diario Vallenato y fue, junto con Consuelo Araujonoguera, una de las mujeres que más trabajó por hacer posible cada año el Festival de la Leyenda Vallenata, donde ejerció la dirección de prensa, dejando nuevos amigos y permitiendo valorar su honestidad y profesionalismo.

Este Galardón fue creado por la Fundación Periodistas Bolivarianos de América en el año 2000 y fue entregado por primera vez en ceremonia especial dentro del marco del II Congreso Periodístico del Caribe Colombiano, a la Corporación Universitaria del Meta.

Cada año, el 9 de febrero, Día Nacional del Periodismo Colombiano, la Fundación Periodistas Bolivarianos de América otorga esta máxima condecoración en la rama del Periodismo Colombiano, LA MEDALLA JUAN GARCIA DEL RÍO, la cual honra y exalta la memoria del ilustre colombiano (n. 1794 - † 1856), nativo de Turbaco (Bolívar) y llamado con justa razón “CIUDADANO DE AMÉRICA”, quien gracias a sus conocimientos y amor por la libertad, llegó a ocupar las más altas posiciones de Estado, en diferentes países de América, sin ser nativo de ellos.

Su hoja de vida es admirable y ejemplarizante: Fue Ministro de Relaciones Exteriores y de Gobierno de las Repúblicas del Perú y Colombia, Ministro de Hacienda en Ecuador, en Perú y en la Confederación Perú-Boliviana; Ministro de Educación en el Perú, Ministro de Guerra en Colombia; Secretario de Relaciones Exteriores de Chile; constituyente y consejero de Estado en la Gran Colombia; asesor del Presidente Mexicano Antonio de Padua María Severino López y Santa Ana; Director de varios periódicos y editor de dos famosas Revistas publicadas en Londres.

"La Vieja Mello": Electoralizada y etilizada

Por: Antonio Nicanor Escudero Fuentes

No soy un fanático, sectario y dogmatico religioso, obedezco mas a ser un creyente democrático que si bien busco respuestas en la fe, divino y sobrenatural muchas veces me apropio del conocimiento científico para encontrar respuestas a ciertos problemas sociales, económicos, políticos , culturales y ambientales que suceden en la ciudad.

Asesinato en el barrio Santander

Tomado de Diario del Norte

Jueves, 10 de Febrero de 2011 00:00
Cuando descansaba en el piso debajo de un árbol, un hombre fue asesinado el día anterior en la calle 6 entre carreras 17 y 18, en el barrio Santander de Maicao.


La víctima fue identificada por las autoridades como Leonardo Antonio Hernández, de 35 años, de ocupación desconocida, natural de Ciénaga, Magdalena, residente en el barrio Doni Vergara, en la zona de Los Palitos.

El occiso presentó cuatro heridas producidas con arma de fuego en diferentes partes del cuerpo, al parecer, por un revolver calibre 38.

Testigos manifestaron que este hecho de sangre se había registrado hacia la una de la tarde del día anterior, cuando un sujeto se acercó a pie y disparó sin mediar palabras y, aún con el arma en la mano, abordó una motocicleta que se encontraba estacionada a pocos metros de la escena del crimen y desapareció con rumbo desconocido.

La exc ompañera sentimental de Leonardo Antonio Hernández, con quien tuvo cuatro hijos, dos mujeres y dos hombres, relató que ella tenía más de cuatro años que ya no convivían y él solo le respondía con la alimentación de los menores.

La mujer, expresó ante las autoridades que a su ex marido le gustaba la riña y, al parecer, el pasado fin de semana había tenido problemas en la caseta del barrio y pudo haber sido una venganza.

Hasta el lugar de los hechos se traslado una patrulla de la Sijín a los que correspondió la inspección del cadáver de Leonardo Antonio Hernández y posterior remisión a la morgue del cementerio Colombo Árabe de esta ciudad.

Las autoridades informaron que se desconocen los autores de este homicidio y se abrió la investigación a fin de esclarecerlo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

David Sánchez Juliao, el amigo de Maicao



Por: Alejandro Rutto Martínez

Quiero que mis amigos sepan que estoy de verdad triste en este día. La partida de David Sánchez Juliao me tomó de sorpresa como a todos en este país y, por supuesto, me conmovió. Me conmovió como lector de sus obras, como oyente casi fanático de El Flecha, El Pachanga y Abraham All Humor, pero, sobre todo como amigo que fui de este intelectual cuya voz de locutor de noticias, su barba de patriarca oriental y sus ocurrencias de hombre Caribe a carta cabal, marcó una época en la literatura colombiana.

Lamento profundamente su inesperada partida, pues jamás hubiera sospechado que tendría que marcharse a una edad en la que aún tenía tantos libros que escribir, películas que rodar y manos que estrechar en un país en donde fue genio y figura tanto entre quienes lo querían como entre quienes leían con desconfianza sus textos hasta el punto de calificarlo de manera despectiva.

Con cierta frecuencia David era invitado a conferencias y a conversatorios en el departamento de La Guajira. La primera vez que lo vi fue en una de las Ferias del Libro Organizada por el Colegio Colombo Árabe, institución en la que se sintió a gusto, como en su propia casa, por una razón particular: allí se sentía como en su natal Lorica, rodeado por amigos de acento árabe y con ellos participaba en interminables tertulias en las que además hacía uso de sus conocimientos del idioma para intercalar en los diálogos algunas palabras de español y otras en el idioma de sus amigos.

Desde entonces no perdió ninguna oportunidad para venir a este pueblo de la Frontera en donde se sentía tan a gusto. Una vez se le escapó a sus anfitriones en Riohacha y se vino con José Manuel Barros simplemente a sentarse en el Parque Bolívar. Barros me invitó a la tertulia y allí estuve al poco tiempo. Luego nos trasladamos a la terraza del Maicao Juan Hotel y un poco más tarde llegó el médico Gustavo Múnera, a quien llamamos para que hiciera algo por la rodilla izquierda del ilustre visitante, afectada por un dolor más agudo que el que sufría El Flecha en las golpizas que recibía durante su frustrada carrera como boxeador.

Un poco después se esfumó del festival de la Sal y los Flamencos en Manaure y se vino de nuevo, en esta ocasión a la casa de Gustavo Múnera en donde gozamos de su deliciosa charla durante más de dos horas en una legendaria velada caracterizada por las risas los aplausos y, por supuesto, las fotos al lado del ex embajador en la India. Vendría una vez más a una conferencia en la Universidad de La Guajira y a una tertulia en la sede del Cabildo Zenú.

Un día nos sorprendió cuando nos contó que le gustaría radicarse en Maicao, al menos por un tiempo. La verdad que al principio lo tomamos como la cortesía de un buen amigo con una ciudad hospitalaria, pero lo repitió una y otra vez hasta el punto que terminamos por creer que lo estaba pensando en serio. Un día, a través del teléfono, me contó que uno de sus amigos de una importante empresa le había ofrecido un apartamento y que estaba esperando “solucionar unas cosas” para venirse a esta tierra. Yo viví en México un tiempo y de ahí salió ‘Pero sigo siendo el Rey’…quién sabe qué va a salir de mi residencia en esta tierra hermosa de trupíos, cardones y desierto…”

David no alcanzó a cumplir su plan de venirse a Maicao, en donde a veces lo trataban como un árabe más, pero a todos nos quedó la sensación de que él siempre fue un amigo, pero muy buen amigo, de esta tierra maicaera.

Analytic