martes, 9 de febrero de 2010
Nos escriben desde la campaña Fajardo presidente
Hola,
En Compromiso Ciudadano por Colombia entendemos la información como una herramienta privilegiada para acercarnos, compartir, entender y decidir.
Por eso hoy, en el Día del Periodista, queremos hacerle un reconocimiento.
Es usted, con su trabajo incansable, su capacidad analítica y su conocimiento del país, quien ha escrito la historia reciente de Colombia, quien nos ha contado y nos ha emocionado, quien ha investigado y compartido la verdad, quien ha aportado al control político de nuestros gobernantes.
Reciba un abrazo fuerte de felicitación, de reconocimiento por su trabajo, porque cada día su compromiso permite que el derecho a la información sea una realidad y no un privilegio.
¡Feliz día, colega!
Sandra Ocampo Kohn
Directora de Comunicaciones
Sergio Fajardo Presidente
Cel. 300 776 8946
Colombia: el país de los sapos (Primera parte)
Por: Abel Medina Sierra (Escritor, docente, investigador cultural)
Para algunos es un gracioso eufemismo; para otros, un asendereado chiste de ácido sentimiento antinacional, pero lo cierto es que las evidencias y los más documentados argumentos así lo demuestran: Colombia es un país de sapos… bueno y de ranas, perdonen la extensión del término.
Si, en ningún lugar del mundo hay tantas especies de sapos (familia Bufonidae) y ranas (familia Ranidae) como en Colombia. Así lo han demostrado estudios de hace más de dos décadas realizados por investigadores como D. M. Cochran y C. J. Goin quienes encontraron, junto a otros científicos, que el Colombia existen unas 578 especies registradas. Además de esto, en Colombia hay 13 grupos de subfamilias de ranas. Algunas son muy difíciles de encontrar en otras partes del mundo, como las Ceratophrynae, Pipidae y Pseudidae.
En la memoria colectiva y la arraigada práctica metaforizante del lenguaje popular, el término “sapo” ha entrado a formar parte de las voces cuyos sentidos connotativos tienen amplia vigencia.
Colombia está llena de sapos, es sapo aquel estudiante que la maestra deja encargado del humillante rol de “hacer la lista de los que hagan desorden mientras yo salgo”; es sapo el que suele meterse en asuntos que no son de su incumbencia (cuchareta, cuchareta), el indiscreto e inoportuno hermanito que “echa al agua” a la hermana mayor frente a los padres; es sapo el chismoso y el curioso. Pero el uso connotativo más frecuente y en últimas, más extendido en Colombia para la palabra “sapo” es el de delator, soplón. De estas acepciones surgen otras asociaciones negativas para la misma palabra: el sapo también se torna sinónimo de traidor, desleal. Así lo demuestra la exitosa serie televisiva “El cartel de los sapos”, programa que eleva la condición de “sapo” a impronta del hampón colombiano.
Justamente, el presidente Uribe ha hecho una lectura de la riqueza del país en lo que se refiere a la variedad de sapos con la que contamos. En medio de uno de sus Consejos Comunales, efectuado el pasado 26 de enero en Medellín, el “mesiánico” mandatario echó mano a una de sus “geniales” fórmulas redentoras para hacer frente a la, ya abrumadora, ola de violencia callejera que sacude ciudades como Medellín.
El país de los sapos se apresta entonces, auspiciado y fomentado por el mismo gobierno, a cultivar la cultura del delator (“informante” en términos oficialistas) entre los estudiantes. "Hemos tomado una decisión de vincular a través de la Fuerza Pública, a mil jóvenes estudiantes de Medellín como informantes", dijo el presidente con cierto rictus sedicente de quien cree tener la sabia receta para cada mal de la nación. Días después también propondría llevarla al gremio de los taxistas en las grandes ciudades.
La variedad de sapos en el país seguro que recibe, de manos del estado, un buen estímulo, esta vez si que vamos a asegurar, por siempre, ese honroso sitial de ser el país de los sapos, nuestras ciudades serán capitales mundiales del reino bufónido, en nuestras aulas se “formarán” con currículo diseñado desde el Ministerio de Defensa, las nuevas generaciones de “sapitos” que engrandecerán la patria con sus altos sacrificios; por las calles rodarían, con ropaje amarillo, la nueva modalidad de “sapitaxis” capaces de enterar a la “inteligencia” policiva de lo mínimo que ocurra en las ciudades. Según El Colombiano (31-01-10), el gobierno tiene previsto la existencia de 2 millones 203 mil cooperantes, entre los que se destacan 3 mil que reciben bonificaciones.
Tal número se vería repentinamente desbordado de prosperar estas nuevas iniciativas de Uribe, Eso es progreso.
Es tanto el compromiso del gobierno uribista con esta política de convertir a los estudiantes en “informantes” al servicio del ejército, que el en el mismo Consejo Comunal el presidente le llamó la atención al Ministro de Defensa Gabriel Silva Luján sobre tan apasionada y personalizada forma de administrar el presupuesto público: “Ministro, esa platica es sagrada.
El que no paga la recompensa se sala. No nos dejemos salar, Ministro. Esa platica es sagrada”, sentenció Uribe.
El gobierno de Álvaro Uribe Vélez confía tanto en los réditos de este programa que es parte esencial en su política de Seguridad Democrática. Recompensas y Red de Informantes son ejes de esta política que involucran a la sociedad civil. Y es que el gobierno si que destina una gran cantidad para pagar “informantes” diseminados por todos el país (muchos de ellos de las mismas Fuerzas Armadas), en varios sectores de la sociedad como campesinos, indígenas, labriegos a los que se sumarían ahora estudiantes universitarios y taxistas.
Durante este Consejo Comunal de Gobierno, sería el Ministro Gabriel Silva Luján quien indicó, que para el 2010 se destinaron nada menos que 100 mil millones de pesos (49,98 millones de dólares) para el pago de recompensas a colaboradores e informantes. Desde agosto del 2002, cuando asumió su primer periodo presidencial, Uribe ha implementado la política de ofrecer recompensas por colaboraciones “efectivas” con las autoridades, a esta altura ya se han entregado más de 30 mil millones de pesos por ese tipo de servicios que prestan muchos colombianos.
Los ministros y exministros, los políticos de ultraderecha, la prensa genuflexa, los empresarios de club de Amigos del presidente defienden al ultranza los éxitos de este programa de vinculación de la sociedad civil como actores del conflicto.
Carta de ACORD Guajira en el día del periodista
Apreciados Colegas de Acord Guajira, hago votos para que la vocación de informar objetivamente, continúe teniendo como meta el bienestar y crecimiento de la sociedad.
Feliz día del periodista
EMIL DE HOYOS MEJÍA
Presidente Acord Guajira
ACORD GUAJIRA
lunes, 8 de febrero de 2010
El Hospital San José de Maicao en cifras
Por: Katrin Bolaño Barros
El sistema hospitalario de La Guajira afronta una grave crisis y el hospital San José de Maicao no es la excepción. En entrevista exclusiva, José Octaviano Liñán Murgas, el ex gerente de la E.S.E Hospital San José de Maicao, con cifras en la mano, contó la realidad administrativa de ese centro asistencial.
Liñan Murgas, rompe el silencio característico de su personalidad, cuando en los últimos días ante los medios de comunicación se ha querido hacer ver que el problema de la ESE tiene su origen en “anteriores administraciones”.
“Fui gerente del hospital San José del 1ro de julio de 1999 al 10 de febrero de 2009, por lo que gustaría resumir en números la evolución del hospital desde el 2002 hasta el 31 de diciembre del año 2008, ya que mi salida del hospital se produjo el 10 de febrero de 2009 empezando apenas la vigencia de ese año”, dijo el médico Liñan.
Para aclarar a la comunidad de Maicao y al resto del departamento, utilizo los datos contables los cuales, según él, fueron reportados en su debido momento ante los organismos de control y verificados por los mismos.
Cuadro No 1
Explicó que en el cuadro numero dos se puede observar cómo fueron creciendo los activos del hospital a partir del año 2002 los que sumaron 6.213.848.367 de pesos y para el 2008 con 69.858.629.000 de pesos, es decir que los valores se multiplicaron por 11.
Con respecto a los pasivos, manifiesta que también crecieron, pero que fueron pasivos no corrientes o deudas a largo plazo, por lo que no fue necesario llegar a comprometer el buen funcionamiento del hospital ya que en 10 años nunca hubo retrasos con el pago de la nomina de su personal de planta, no llegó a estar en mora por más de 60 días con los contratistas e igualmente siempre se cumplió con las obligaciones contraídas con el sistema bancario y con los proveedores.
“! Nunca! Durante mi gestión el hospital fue embargado por acreedor alguno”, enfatizó José Liñan Murgas.
Sostuvo que el hospital pasó de tener un patrimonio de 3.944.677.188 de pesos en el año 2002, a un patrimonio de 51.219.592.000 de pesos (Cuadro 2), sin actualizar el avalúo de la nueva sede, la cual para la fecha debería estar por el orden de los 80.000.000.000 de pesos.
Cuadro numero 2
Indicó que al momento de entregar el cargo de gerente el pasado 10 de febrero de 2009, las deudas del hospital ascendían aproximadamente a 10.000 millones de pesos entre bancos y proveedores ya que no se le debía a los empleados.
En contraste con la anterior cifra, al hospital le debían aproximadamente 15.000 millones de pesos; de los cuales se logro recaudar al cierre de la vigencia de 2009 aproximadamente 12.000 millones resultando este recaudo suficiente incluso para realizar un prepago de la deuda con los bancos; Dice no sentirse culpable de que quien lo reemplazó olvidara la deuda y dedicara los recaudos de vigencias anteriores, que debían ser para cancelar compromisos anteriores y no para hacer nuevos compromisos, o sea que mato la gallina de los huevos de oro conduciendo al hospital a un déficit presupuestal y de tesorería.
A ese tipo de errores en el manejo de las finanzas de la institución se debe la crisis de hoy, acompañado de otros factores como, el aumento desmesurado de la nómina de contratistas y del valor de los contratos de adquisición de insumos y servicios; como si esto fuera poco, el hospital descuidó la venta de servicios, es decir se aumentaron los gastos y se disminuyeron los ingresos, anotó.
Con la claridad que proyecta en el desarrollo de entrevista José octaviano Liñan, afirma sentirse con la autoridad suficiente para hablar del hospital al momento que expresa: “junto con mi equipo de trabajo durante 10 años fuimos los creadores y ejecutores de esa obra desde los prediseños y diseños; conseguimos la viabilidad técnica y financiera y lo entregamos completamente acabado en la medida que todas las obras de acabado quedaron contratadas.
A pesar de que tenía conocimiento de los desbarajustes que se estaban sucediendo, ya que desde mi trabajo en el Ministerio de la Protección Social tenía acceso a la información, me abstuve de referirme públicamente al tema para no dar la impresión de que me quería atravesar en el camino y torpedear la gestión a los nuevos administradores, pero a nivel privado si llamé la atención sobre lo que pasaba y presioné todo lo que pude en el ministerio y la superintendencia para que se pusiera en funcionamiento la nueva sede (ya que no había intención de abrir los servicios).
Lo hice para evitar que ese patrimonio de Maicao se fuera a convertir en un elefante blanco”, dijo en voz alta.
Al final de una larga explicativa entrevista solo queda reflexionar sobre afirmaciones como: Si El Hospital San José de Maicao arrojó utilidades durante 8 años consecutivos, si mejoró ostensiblemente las condiciones de prestación de servicios hasta el punto de construir la más moderna infraestructura hospitalaria del país, si fue capaz de generar más de 500 empleos directos, si además de construir la nueva sede hizo varias inversiones en infraestructura, si llego a operar los servicios del Seguro Social en Riohacha y en Maicao como premio a su desempeño, si gracias a su desarrollo tecnológico y a lo avanzado que estaba en los procesos de acreditación de sus servicios fue escogido para que fuera la cabeza de la red de prestadores públicos de la Guajira, si durante 10 años nunca tuvo condena alguna por mala práctica, si en 10 años no hubo investigaciones disciplinarias ni fiscales para ninguno de sus directivos, si nunca se atrasó con el pago a empleados, contratistas, proveedores y bancos, si en siete años arrojo más de 45.000 millones de excedentes financieros, si llegó a tener calificación de riesgo crediticio AA + de DUFF & FELP y si era considerado un ejemplo para el país por el Ministerio de la Protección Social, ante lo cual surge un gran interrogante: Qué pasó para que el Hospital San José de Maicao hoy arroje el resultado catastrófico de 24. 000 millones de pesos en pérdidas o déficit, en un solo año de ejercicio fiscal?