miércoles, 17 de junio de 2009

Una historia de hace seis años

Con cariño para mi padre

Por: Alejandro Rutto Martínez

Tal vez a alguno de los amables lectores le ha pasado lo que procedo a contarle a continuación o han debido tratar con una persona similar a la de la historia.

Han tratado por casualidad con alguien que les interrumpe el sueño en el momento en que se encuentran bien profundos y por su pantalla mental pasan enjambres de ángeles que tocan con maestría su arpa mientras en el horizonte lejano desfilan los navíos de sus sueños? ¿os han hecho regresar a la realidad cuando más placenteramente se dedicaban a la importantísima función orgánica de dormir? Yo sí tuve quien me hiciera esta maldad con más frecuencia de la deseada.

¿Les ha pasado que alguien quisiera obligarlos a leer los clásicos de la literatura cuando ustedes tenían la edad en que el hombre es indócil por naturaleza y se dedica a vivir sin límites los arrebatos de sus pocos años y los venturosos tiempos de la infancia?

No sé a ustedes, pero a mí me correspondió sufrir l al lado de de alguien que se empeñaba en hacerme leer los libros que otros solo tomaban a los veinte o treinta años, si alguna vez llegaban, por obligación ineludible, a tropezarse con ellos.

¿De casualidad no tuvieron la angustia de compartir con alguien que les diera frecuentemente un curso teórico-práctico de conjugación de verbos?

A mí me tocó con un maestro a quien le gustaba que yo aprendiera a conjugar el verbo trabajar.

Pero el curso tenía más de práctico que de teórico y por eso me pasé una buena parte de mis primeros años en la lucha diaria de transformar las tardes cenicientas y aburridas en jornadas agotadoras de trabajo y más trabajo.

¿Les tocó escuchar historias largas y, en apariencia, sin ningún interés? ¿Sufrieron escuchando sobre las patrañas tenebrosas de Hitler y Mussolini cuando quería saber de fútbol o de cine? Yo conviví con una persona que desnudaba en cada historia sus sentimientos y me hacía viajar por un planeta lleno de fusiles mortales y de dolor enorme, mientras mi mayor deseo era irme a jugar en la cancha de piedra y polvo del vecindario y aplicarme de esta forma un bálsamo en la herida abierta por el dolor ajeno.

A estas alturas usted debe estar compadeciéndome y, en humanitaria solidaridad conmigo tal vez haya expresado alguna frase en rechazo a esa persona.

Si es así, le agradezco su solidaridad y le ruego recoger la frase.

La persona a la que me refiero es mi padre: él me despertaba para mandarme al colegio, me hizo tomarle amor a los libros y al trabajo y me inició en el arte maravilloso de contar historias.

Hoy se cumplen cuatro años de su partida hacia la eternidad.

Y yo sigo portándome bien, como él me enseñó, con la esperanza de que algún día pueda verlo de nuevo para hablar de historias inconclusas.

"Dimos un paso grande para la clasificación": Leonardo Meléndez

Maicao-. Leonardo Meléndez, técnico del Unión Maicao, se declaró satisfecho de la victoria 2-1 de su equipo ante Atlético Riohacha. "Este es un paso muy importante para lograr la clasificación", le dijo a Maicao al Día.

Ver la entrevista completa:

Balance de la seguridad en Maicao

Dos homicidios y dos muertes en accidente de tránsito

Varias personas capturadas por tráfico de estupefacientes

Vea la entrevista completa con el mayor Nelson Quiñónez sobre la seguridad en Maicao durante la semana comprendida entre el 8 y el 14 de junio

Réquiem por Jusayú: el poeta ciego wayüu

Por: Abel Medina Sierra

Su nombre: Miguel Ángel Jusayú, su origen: la zona de Wimpomuin, cerca a Nazareth en La Guajira colombiana, su oficio: la palabra. No era precisamente un putchipu, maestro de la palabra empeñada y la resolución de conflictos. Su oficio con la palabra era, por una parte, la del orfebre, la tomaba en bruto de la oralidad primaria y legendaria, de la cotidianidad rural y ancestral, de la viva voz de la indianidad wayuú y de las pampas guajiras.
Fabulador ingenioso, creador fecundo de relatos que son referentes de la mágica y mítica realidad del universo indígena de su raza. También fue un acucioso investigador de la lengua wayuú, denodado compilador del lexicón vernacular, sesudo gramático que ayudó a consolidar el estudio sistemático y riguroso del wayuunaiki.

La mañana del lunes 8 de junio se apagó la luz de su existencia en Maracaibo. Ya hacía mucho, cuando era apenas un adolescente pastor de chivos por allá por Ulu´waiwou cerca a Nazareth, había comenzado a perder la luz de sus ojos a causa de una conjuntivitis poco cuidada, condenado a una ceguera que sería su incitante derrotero y su pesaroso destino.

Con su muerte, La Guajira colombo-venezolana, la nación wayuú, la Amerindia ancestral lamenta la pérdida de quien una vez el intelectual venezolano, exrector de la Universidad del Zulia, Ángel Lombardi, exaltó como el intelectual indígena más importante de América. Un wayúu encomiable, un estandarte para los movimientos de resistencia indígena, un académico que dio luz a nuestra guajira y a nuestra etnia predominante.

Nació hacia 1933 en la ranchería Jiichu’woulu, , ha sido el indígena guajiro mas trascendente en la ciencia y la literatura del país y de Venezuela, el wayuú mas laureado y el único cuyas obras ya han sido traducidas a lenguas extranjeras.

Fue un dedicado lingüista, gramático, traductor, docente de primaria y universitario, escritor, cuentista y ante todo, un gran pensador. De su obra se destaca el libro "Ni era Vaca ni era Caballo" (traducido al inglés, danés, noruego y sueco), “Relatos Guajiros I”, “Relatos Guajiros II”, su autobiografía “Karra´louta nuchi´kimajatu” así como “Gramática de la Lengua Guajira”, “Diccionario de la Lengua Guajira”, “Método para enseñar a escribir y leer el wayuunaiki”, las permanentes actualizaciones del “Diccionario Guajiro/Castellano”, y del nuevo “Diccionario Sistemático”.

Si su obra es digna de ser laureada, su ejemplo de superación es meritoria de encomio. Pasó de ser, primero un pastor del rebaño familiar en la desértica Guajira de sus primeros años, un consuetudinario “chirrinchero” por lo que perdió varias veces su cargo de docente, y luego un ciego indigente de las avenidas de Maracaibo.

Fueron muchos años entregados a sobrevivir de la caridad y la venta callejera de lotería y apuestas de hípica, sin el beneficio de lazarillo, sin muchas oportunidades, en una lejana ciudad, en una indiferente urbe. Tiempos de penuria que servían para que tiempo después, desde la soledad de los marginales contornos marabinos, comenzara una lenta pero juiciosa labor de elaborar cartillas y diccionarios del léxico wayuú que vendía en rudimentarias ediciones caseras.

Después alternó su oficio: escribía a máquina Braylle cartas y telegramas al público ante la impávida mirada de los transeúntes quienes se resistían a creer la proeza de aquel indio ciego.

Su ardua tarea de superación había comenzado cuando fue llevado a Caracas al Instituto Venezolano de Ciegos y luego en 1956 en la Escuela de Ciegos y Sordomudos de Medellín experiencia que él mismo describe en su autobiografía: “he sido el primer wayuú ciego que haya aprendido a leer y escribir por medio del sistema Braille; el primero que haya aprendido a escribir a máquina; el primero que haya escrito más textos en lengua materna; el primero que haya recibido títulos honoríficos de la Universidad del Zulia, profesor Honorario y Doctor Honoris Causa”.

Con la llegada a Venezuela del lingüista europeo Jesús Olza, la discreta y anónimo práctica de arqueología de la lengua que hacía Jusayú, alcanzó dimensión promisoria. Olza se impulsó convirtió en el más dedicado estudioso y descriptor de la lengua y la gramática wayuú y Jusayú se convirtió en su informante estrella, su compañero en el trabajo de campo. Mentor y ayudante fraguaron una amistad entrañable, de Olza aprendió la rigurosidad, el método, la teoría lingüística a ver la lengua no solo como instrumento de comunicación sino como objeto de investigación.

Su labor como creador espontáneo y lingüista autodidacta lo llevaron a ser Promotor Cultural Wayuú en el estado de Zulia, profesor Honoris Causa de la Universidad del Zulia y luego Doctor Honoris Causa de la misma casa de estudios. Recibió justos lauros como el Premio de Literatura Estampa Zuliana en 1991, el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Losada de la Gobernación del Zulia, la Orden Lago de Maracaibo y múltiples homenajes y reconocimientos regionales y nacionales en Venezuela; lo que contrasta con las exaltaciones en Colombia donde únicamente fue condecorado con la medalla al mérito Luis Antonio Robles de la Asamblea Departamental en 1994. Su labor creativa y académica se desarrolló prácticamente en el vecino país donde era ponderado con respeto y venero. En Colombia seguíamos su obra desde los conversatorios que se organizaban en la Universidad de La Guajira en épocas rectorales del lingüista Justo Pérez Van Lenden.

Miguel Ángel Jusayú fue un referente del duro trasiego de un invidente que se levantó de la crápula y la escasez para dar lucidez y cimentar ciencia y arte. Su vida inspiró a la exitosa cineasta venezolana Patricia Ortega para realizar el documental “El Niño Shuá” sobre la ejemplarizante y tortuosa vida de Jusayú, producción que ha recibido elogios nacionales e internacionales.


Afiche del documental

El Niño Shuá es una coproducción entre la Universidad del Zulia, FundaCine, El Portal El Zulia en el Tiempo y la participación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. El filme ha sido Selección Oficial Festival de Marsella 2008 y obtuvo los premios como Mejor Documental, Mejor Montaje, Mejor Fotografía y Mejor Cámara Festival Nacional del Cine Venezolano (Mérida 2007) y Mejor Fotografía Festival Documental (Caracas 2007).

Nuestro poeta ciego, estandarte de la firmeza wayuu, el gran fabulador, el ingenioso compilador de la oralidad supo honrar con nombradía el desierto guajiro que lo vio correr y padecer en sus primeros años. En sus relatos se revigoriza la oralidad, episodios colmados de magia y misterio, de ritualidad y experiencia onírica, trasunto del jayeechi que es el germen del relato primigenio wayuú. Se nutrió de esas historias de velorio, de testimonios de encuentros sortílegos con entes esotéricos, de los encuentros del wayuú con la presencia occidental. Su obra amerita un redescubrimiento que lo ponga en las manos y en la conciencia de todos los guajiros, los que hoy lamentamos con profundo pesar la ausencia de este inspirado Homero de las pampas guajiras.

Estamos seguros que desde la atalaya de la plenitud cósmica se sentirá orgulloso de su gesta creativa y de la altura que dio a su raza y a su pueblo. Hoy nos corresponde a los actores y la institucionalidad cultural del departamento que se termine de cumplir su sueño, plasmado en su autobiografía: “DESEARÍA ARDIDAMENTE QUE MI NOMBRE, MIGUEL ÁNGEL JUSAYÚ, SEA INSCRITO EN LAS PIEDRAS MÁS ABULTADAS QUE SE HALLAN EN LA GUAJIRA”.

Fútbol Municipal

RESULTADOS SÉPTIMA FECHA
CAMPEONATO MUNICIPAL DE FUTBOL COPA ARTURO CUESTA RODRIGUEZ
AÑO 2009.


CATEGORIA INFANTIL:

FEPEGO (6) VS LEOPARDOS (0).
SPORTING MAICAO (3) VS ALIANZA INFANTIL (0).
NUEVA ALIANZA (3) VS BUENOS AIRES (0).
SEMILLERO MAICAO (3) VS ALIANZA INFANTIL (0).

CATEGORIA PREJUVENIL

SEMILLERO MAICAO (2) VS ALIANZA INFANTIL (1).
FEPGO (1) VS LEOPARDOS (1).

CATEGORIA JUVENIL:

ARGENTINOS JRS (6) VS NUEVA ALIANZA (0).
FEPEGO (5) VS LOS ANDES (0).

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