Isócrates: "No hables sino cuando estés perfectamente instruido o cuando te veas obligado a romper el silencio. Sólo en este caso vale más hablar que callar; fuera de éste, más vale callar que hablar"
Por:
Alejandro Rutto MartínezLas palabras raras son como ciertos vecinos del barrio: todos saben que viven por ahí, en alguna de las casas, pero pocos los han visto y casi nadie los conoce. ¿Por qué las palabras se vuelven raras? Son varias las razones y a continuación explicamos algunas de ellas:
1. No hacen parte del grupo de vocablos que una comunidad lingüística para comunicarse en su cotidianidad.
En el lenguaje familiar somos capaces de expresarnos con unas pocas palabras de manera que las otras van cayendo en desuso. Sin embargo siguen utilizándose en el mundo académico y eso les permite continuar con vida.
2. Por los avances tecnológicos.
A medida que la tecnología avanza ciertos aparatos son remplazados por otros más sofisticados (que incluso no son aparatos sino "equipos" o "dispositivos"). Palabras como gramófono, radiola, tocadiscos y rocola, por ejemplo, resultarán desconocidas para las nuevas generaciones aunque en el pasado reinaron en el habla popular.
3. Porque, por alguna razón, dejaron de usarse.
En el lenguaje políticamente correcto no se permite usar palabras como tullido, inválido y otras solo se usan con cierta precaución como negro e indio. Es de esperarse que, por razones de la moral moderna, dentro de unos años se utilicen muy poco las palabras verdad, honradez y honestidad y nadie sepa de otras como matrimonio y familia. Y si el deterioro del medio ambiente sigue como va, desaparecerán otras como río, árbol, nieve, bosque.
4. Porque su uso pertenece al ámbito del lenguaje especializado.
Las comunidades científicas y los oficios utilizan palabras que, fuera de ese contexto, tienen un uso bastante limitado. A continuación vamos a presentar varias palabras bastante inusuales. Cópielas y memorícelas. Si desea deslumbrar o pasar por inteligente ( y luego por engreído) úselas desde hoy mismo en todas sus conversaciones. Pero si lo que desea es hacerse entender le recomendamos que tenga mucho cuidado al emplearlas.
Las definiciones han sido tomadas del diccionario de la Enciclopedia Encarta. Entre paréntesis hemos escritos nuestros propios comentarios:
Crisanta. Chile. Mujer que domina a su marido. (Así deberían decirles a todas las mujeres casadas del mundo, aunque los machistas digan lo contrario).
Chupóptero. m. coloq. Persona que, sin prestar servicios efectivos, percibe uno o más sueldos. (Ejemplares en vías de extinción en la empresa privada pero de frecuente aparición en algunas entidades estatales).
Conticinio. Hora de la noche, en que todo está en silencio. (En algunas urbes no hay horas silenciosas. Y en los barrios del Caribe siempre encontraremos a alguien con la música prendida a cualquier oradle día o de la noche).
Licantropía. En la creencia popular, transformación de un hombre en lobo. 2. Med. Trastorno mental en que el enfermo se cree transformado en lobo e imita su comportamiento. (¿Hombres lobos? ¿Creencia popular? ¡De que los hay los hay!)
Licnobio, bia. adj. Dicho de una persona: Que vive con luz artificial, haciendo de la noche día. (Con el ritmo de vida de nuestros tiempos encontrar un lugar verdaderamente oscuro y silencioso para dormir es un verdadero milagro).
Nefelibata. adj. Dicho de una persona: Soñadora, que anda por las nubes. (Esta palabra tenemos que recuperarla para el habla cotidiana, porque hay mucha, mucha gente soñadora y que andador las nubes).
Oclocracia. f. Gobierno de la muchedumbre o de la plebe.
Esternocleidomastoideo: Anat. músculo del cuello, desde el esternón y la clavícula hasta la apófisis mastoides, que interviene en los movimientos de flexión y giro de la cabeza. (Una de las palabras más largas del idioma. No es una palabra inventada, existe en verdad y es un término de la anatomía humana)
Funámbulo, la. m. y f. Acróbata que realiza ejercicios sobre la cuerda floja o el alambre. 2. Persona que sabe actuar con habilidad, especialmente en la vida social y política. (Usted que desde niño ha ido a los circos pequeños y grandes y ha sufrido creyendo que el artista de la cuerda floja se va a caer...dígame la verdad: ¿sabía que a este acróbata se le denomina "funámbulo"? No te que por extensión se le dice también a quien es hábil para otro tipo de acrobacias)
Gaznápiro, ra. adj. Palurdo, simplón, torpe, que se queda embobado con cualquier cosa. (Calificativo justo para quienes gustan de las telenovelas o ciertos partidos de fútbol).
Probóscide f. Zool. Aparato bucal en forma de trompa o pico, dispuesto para la succión, que es propio de los insectos dípteros.
Díptero, ra. Dicho de un insecto: Que solo tiene dos alas membranosas, que son las anteriores, con las posteriores transformadas en balancines, o que carecen de alas por adaptación a la vida parasitaria, y con aparato bucal dispuesto para chupar, como la mosca.
Lobectomía. f. Med. Ablación quirúrgica de un lóbulo del pulmón, del cerebro, etc. Ablación... f. Acción y efecto de cortar, separar, quitar. 2. Der. Sacrificio o menoscabo de un derecho. 3. Med. Separación o extirpación de cualquier parte del cuerpo.
Posma. f. coloq. Pesadez, flema, cachaza. 2. com. coloq. Persona lenta y pesada en su modo de obrar. (¿Cuántos de sus compañeros con los que formó grupo en la universidad eran así?).
Tocho, cha. adj. Tosco, inculto, tonto, necio. 2. m. Lingote de hierro. 3. coloq. Número considerable de papeles escritos. Un tocho de apuntes de clase. 4. Libro de muchas páginas. Ha publicado un tocho de mil páginas.
Creo que estamos corriendo el riesgo de producir un escrito muy tocho, por eso mejor dejamos hasta aquí. Pero prometemos volver con otras rarezas del idioma. Será hasta entonces.