El mundo es un número infinito de situaciones en la que los seres humanos se ven envueltos día a día. Las personas van por la vida sin rumbo fijo, sin planificación, sin fronteras; muchas cosas están pasando y no se es consciente del transfondo espiritual de las circunstancias que están dándose en la actualidad.
Es nomás prender el televisor al medio día o por la noche y ver tantas cosas feas, tanto sufrimiento, tantas lagrimas, tanto odio, tanta maldad, y pensar que todas la personas sin excepción son participes de ello, con su inclemente indiferencia. Mucho mas allá de las creencias religiosas o de los dogmas morales de cada uno, queda a la vista la mas perversa transformación que ha permeado a la sociedad en las ultimas décadas.
Agarrado a la tecnología ha venido aumentando la proliferación de antivalores en los jóvenes lo que nos hace pensar que el futuro de la hoy “generación X”, no es el mas promisorio. El retrasado reforzamiento de la rigurosidad legal frente los atropellos y abusos ante los menores de edad, no es mas que la consecuencia visible de todo lo que esta pasando, pero como afrontar tal situación si muchos de los otrora políticos de la vanguardia son unos sádicos.
La humanidad se ha alejado de Dios o quizás una parte ni siquiera lo conoce; atrás a quedado el irreverente marketing religioso con el que comenzó este siglo, muchos individuos no quieren creer y para remate están lejos de actuar en función de una mancomunidad donde prevalezca el amor hacia los demás. Prevalece el individualismo y remotamente se podría llegar a considerar que todo esta bien.
Lo interesante de todo el asunto es encontrar en todas esas amenazas una oportunidad, el universo entero esta urgido de misericordia, del amor que se pueda brindarle; las buenas intenciones de la mayoría representan el alma de esta navidad, en definitiva para todo hubo tiempo este año, y sea este el momento propicio para amar y perdonar.
Hay que intentarlo nuevamente y comenzar a creer en el poder de la sinceridad en las palabras, en la transparencia de los corazones y en saber que todo se puede a favor de la paz. Los buenos son más en este planeta y tienen el respaldo de una fuerza maravillosa que engloba esta extraña naturaleza que atañe la existencia. Mal se haría al actuar con negativismo frente a esta densa neblina que permanentemente quiere perturbar el pensamiento de los crédulos.
Desafortunadamente los medios de comunicación no ayudan y tras la búsqueda de la popularidad e índices de ratings se esconden una manada de antivalores y el apoyo al consumismo.
El mundo necesita aprender a diferenciar entre lo bueno y lo malo, ya que adolece de esas habilidades, pero sobre todo, los hombres deben aprender a guiar a sus niños por el camino del bien, por no infundar en ellos malas acciones ni aplaudirlas; con mucha paciencia y con cariño se puede lograrlo y de esta forma muy seguramente se aportará un grano de arena para que todo esto cambie y se espere como es debido la gloriosa venida del Señor Jesucristo.
Por: Danny Daniel “El Turco” López
Es nomás prender el televisor al medio día o por la noche y ver tantas cosas feas, tanto sufrimiento, tantas lagrimas, tanto odio, tanta maldad, y pensar que todas la personas sin excepción son participes de ello, con su inclemente indiferencia. Mucho mas allá de las creencias religiosas o de los dogmas morales de cada uno, queda a la vista la mas perversa transformación que ha permeado a la sociedad en las ultimas décadas.
Agarrado a la tecnología ha venido aumentando la proliferación de antivalores en los jóvenes lo que nos hace pensar que el futuro de la hoy “generación X”, no es el mas promisorio. El retrasado reforzamiento de la rigurosidad legal frente los atropellos y abusos ante los menores de edad, no es mas que la consecuencia visible de todo lo que esta pasando, pero como afrontar tal situación si muchos de los otrora políticos de la vanguardia son unos sádicos.
La humanidad se ha alejado de Dios o quizás una parte ni siquiera lo conoce; atrás a quedado el irreverente marketing religioso con el que comenzó este siglo, muchos individuos no quieren creer y para remate están lejos de actuar en función de una mancomunidad donde prevalezca el amor hacia los demás. Prevalece el individualismo y remotamente se podría llegar a considerar que todo esta bien.
Lo interesante de todo el asunto es encontrar en todas esas amenazas una oportunidad, el universo entero esta urgido de misericordia, del amor que se pueda brindarle; las buenas intenciones de la mayoría representan el alma de esta navidad, en definitiva para todo hubo tiempo este año, y sea este el momento propicio para amar y perdonar.
Hay que intentarlo nuevamente y comenzar a creer en el poder de la sinceridad en las palabras, en la transparencia de los corazones y en saber que todo se puede a favor de la paz. Los buenos son más en este planeta y tienen el respaldo de una fuerza maravillosa que engloba esta extraña naturaleza que atañe la existencia. Mal se haría al actuar con negativismo frente a esta densa neblina que permanentemente quiere perturbar el pensamiento de los crédulos.
Desafortunadamente los medios de comunicación no ayudan y tras la búsqueda de la popularidad e índices de ratings se esconden una manada de antivalores y el apoyo al consumismo.
El mundo necesita aprender a diferenciar entre lo bueno y lo malo, ya que adolece de esas habilidades, pero sobre todo, los hombres deben aprender a guiar a sus niños por el camino del bien, por no infundar en ellos malas acciones ni aplaudirlas; con mucha paciencia y con cariño se puede lograrlo y de esta forma muy seguramente se aportará un grano de arena para que todo esto cambie y se espere como es debido la gloriosa venida del Señor Jesucristo.
Por: Danny Daniel “El Turco” López