Jorge Rincones Fontalvo
Con la asistencia a los entierros (sepelios) y velorios, ya sea por que el difunto era nuestro amigo o lo son sus familiares, escuchamos una cantidad de sentencias, dichos, anécdotas, comentarios y chistes productos de la imaginación y de la filosofía popular, que nos dicen que a cada momento los seres humanos reflexionamos y pensamos a cerca del fenómeno de la muerte; son voces que expresan el sentir del común de la gente o en su defecto son frases de cajón que por la fuerza de la costumbre de oírlas en estas clases de situaciones nos las grabamos y hasta las repetimos cuando en corrillo con nuestros amigos empezamos a hacer comentarios a cerca de la calidad y don de gentes del difunto, de su trasegar por la vida y de las circunstancias de su muerte. Algunas de estos comentarios, dichos etc se refieren sobre el hablante, quién de una u otra forma expresa su forma de ser con respecto a los velorios. Entre estas “sentencias” podemos destacar algunas como:
Yo vengo a los velorios pa´ que me vean pero no me gusta dar pésame, o cuando dicen Vea, yo si soy malo pa´ dá pésame. Son expresiones lanzadas por aquellas personas que no les gusta echarle el brazo a los amigos y darles las condolencias por el deceso del familiar, del ser querido, entonces se limitan a asistir al velorio, sentarse en lugares estratégicos para hacerse notar y donde los dolientes puedan verlo, de esta forma además de asistir al velorio, y al sepelio cumplen con los amigos. Algunos entran a la sala donde se vela el difunto, pero otros se quedan afuera porque al decir de ellos el entrar donde se vela el difunto les esta mal. Por eso dicen: Voy a los velorios pero no entro por que el frío de muerto me aprieta. O en su defecto, Voy a los velorios pero no entro por que el olor a formol me aprieta.
Otras frases y comentarios que escuchamos e inclusive las podemos decir nosotros mismos, son aquellas que se dicen para demostrar que el finado era un gran amigo: Pobrecito, lo único que nos lleva es la delantera, Esta frase la escuchamos cuando muere un amigo o lo que es lo mismo, parte definitivamente hacía el más allá y nunca más lo volveremos a ver, y que nosotros tarde o temprano también seguiremos el mismo camino. Allá nos encontraremos, esta sentencia popular complementa la anterior, como quién dice, mas tarde que temprano nos encontraremos allá en ese lugar, si es que hay un lugar común donde las almas de los difuntos se reúnan para recordar los buenos o malos tiempos que pasaron en la tierra.
Algunos otros comentarios se dicen para expresar la forma de ser del difunto: El no se metía con ninguno, pagaba para no pelear, y se jugaba con todo el mundo, el pobre. Son expresiones que oímos cuando el difunto era una persona pacifica, buena gente, que no se metía con nadie, que era servicial, que atendía y servía a todo aquel que se lo solicitara, que siempre estaba presto a mediar entre los amigos para arreglar las diferencia entre ellos, al decir de otros era una "madre", además siempre andaba molestando a los amigos, colocándole sobrenombre e inventándole chistes y cuentos; cuando se encontraba con un amigo le contaba cuentos y cosas de los otros amigos, ya fueran anécdotas o vainas inventadas por él.
El pobre no se merecía esa muerte tan violenta, quién iba a creer que iba a morir de semejante forma, alocución que escuchamos cuando el difunto que era una persona pacifica, buena gente, que no se metía con nadie, que era servicial, que atendía y servía a todo aquel que se lo solicitara, moría en un accidente, y quedaba totalmente desfigurado o cuando tenía una muerte violenta.
Era su día o lo que es o mismo, nadie se muere en la víspera, son comentarios que se oyen cuando asistimos a un velorio o en su defecto al sepelio de aquella persona que siendo en vida buena gente y pacífica, moría víctima de una equivocación, que estaba el lugar equivocado, y en la hora equivocada.
En muchas oportunidades cuando las personas que mueren estuvieron algún tiempo en cama producto de una larga y penosa enfermedad, escuchamos cosas como: Descansó el pobrecito, esto lo escuchamos cuando el amigo moría por muerte natural después de una larga y penosa enfermedad, es decir había estado en cama durante un largo rato, como quién, dice sufrió tanto con esa enfermedad que la muerte fue lo mejor que le pudo haber sucedido, descanso de tantos sufrimientos.
Descansó la familia, esta sentencia complementa la anterior, aquí hablamos de la familia del difunto, que con la enfermedad prolongada de este ser querido no solo sufrió por su estado comatoso sino por la cantidad de dinero que se pudieron haber gastado durante ese tiempo, y que además ocupó a los familiares de tal manera que pudieron haber descuidado otros cosas de su quehacer diario como el trabajo, los negocios etc.
Encontramos también comentarios o chistes negros sobre algunas personas que llevaron una vida muy agitada, desordenada y dada a vivir con lo que le podía quitar a los demás, es así que escuchamos: Estaba maduro o Llevaba una vida muy agitá. Cuando el occiso tenía una vida bastante licenciosa y andaba en malos pasos, es decir, el robo, el atraco, las violaciones a la propiedad privada era su modo de vida, escuchamos frases como la anterior, con estas sentencias populares damos a entender que ya estaba destinado para ese día, que de cualquier forma no tenía escapatoria le tocaba de cualquier manera morir ese día y no otro.
Con la vida que le daba ese hombre, es la expresión que escuchamos muchas veces cuando fallece una mujer de hogar, trabajadora, que hacia de todo para mantener a los hijos e hijas, que estaba pendientes de ellos en todos sus aspectos, ya que el compañero o marido le colaboraba poco con la crianza de estos y además la vida que le daba no era muy buena, pues muchas veces la maltrataba de palabras y físicamente. Con esta sentencia o dicho popular, el común de la gente da entender que fue mejor la muerte para esa persona que seguir viviendo de la forma como lo venía haciendo. Este dicho se complementa con
Ese ahorita está enredao con otra, para indicar que como poco le importaba en vida la mujer que acaba de morir, pues, la tenía al decir de la gente, pasando trabajo al igual que a los hijos, no duraría mucho tiempo soltero y muy pronto buscaría otra mujer para organizar un nuevo hogar. Filosofía popular, mis estimados amigos.
Vea, esa Mujé, fue mamá y papá pá esos muchachos, ya descansó, pero los que van a pasar trabajo son esos pobres huerfanitos. Se escucha muy frecuente este dicho cuando fallece una mujer cabeza de hogar, madre soltera, trabajadora, que hacia de todo para mantener a los hijos e hijas, que desempeñaba cualquier oficio, honrado claro está, con tal de dar de comer, vestir y educar a los hijos, que estaba pendientes de ellos en todos sus aspectos, ya que el papá nunca tuvo que ver con la crianza de ellos.
No es tanto morirse sino lo que cuesta. Esta frase se escucha hoy muy a menudo a raíz de lo caro que están los artículos y elementos mortuorios: Entonces en los velorios generalmente los diferentes corrillos que se forman, empiezan a realizar ejercicios económicos consistentes en sacar cuentas de cuanto se han gastado o se gastaran durante todo el novenario.
Pa´ morirse na má hay que estar vivo. Murió de repente, eso fue tan pun dum. Ayer me encontré con el y estaba mamando gallo, estas sentencias las escuchamos cuando el difunto muere fulminantemente, generalmente de un ataque cardíaco. El día anterior lo mas probable es que nos hubiéramos encontrado con esa persona en un lugar cualquiera de la ciudad y entablado una conversación que giraba alrededor de los amigos donde comentamos cosas, chistes, cuentos y anécdotas de ellos, ya que el difunto era un muy amigo de molestar y jugarse con sus amigos.
Tanto trabajá pa otro. Esta frase la escuchamos en dos situaciones diferentes: durante el sepelio, cuando comentamos con los amigos sobre la vida del difunto, el cual trabajó durante toda una vida, acumuló alguna platica y dejó algunos negocios bien organizados, pero la parca le hizo su jugada maestra y falleció antes de lo que el se pudiera imaginar, dejando toda su economía en manos de personas que nada o poco aportaron para que ese amigo le hubiera ido bien económicamente. La otra situación en la cual la expresamos, es cuando pasamos frente a los negocios que dejó el difunto y vemos a personas que nada tenían que ver con él frente a los negocios dirigiéndolos y usufructuando de ellos.
Quizás no son todas estas las expresiones de dolor, incertidumbre, tristeza o sentimiento que lanzamos durante la asistencia a un velorio o a un sepelio de un amiga (a), estamos seguros que quedan por fuera muchas, entonces amigo lector le invitamos para nos ayude a recabar otras y así enriquecer estos dichos, producto de la imaginación popular.
Con la asistencia a los entierros (sepelios) y velorios, ya sea por que el difunto era nuestro amigo o lo son sus familiares, escuchamos una cantidad de sentencias, dichos, anécdotas, comentarios y chistes productos de la imaginación y de la filosofía popular, que nos dicen que a cada momento los seres humanos reflexionamos y pensamos a cerca del fenómeno de la muerte; son voces que expresan el sentir del común de la gente o en su defecto son frases de cajón que por la fuerza de la costumbre de oírlas en estas clases de situaciones nos las grabamos y hasta las repetimos cuando en corrillo con nuestros amigos empezamos a hacer comentarios a cerca de la calidad y don de gentes del difunto, de su trasegar por la vida y de las circunstancias de su muerte. Algunas de estos comentarios, dichos etc se refieren sobre el hablante, quién de una u otra forma expresa su forma de ser con respecto a los velorios. Entre estas “sentencias” podemos destacar algunas como:
Yo vengo a los velorios pa´ que me vean pero no me gusta dar pésame, o cuando dicen Vea, yo si soy malo pa´ dá pésame. Son expresiones lanzadas por aquellas personas que no les gusta echarle el brazo a los amigos y darles las condolencias por el deceso del familiar, del ser querido, entonces se limitan a asistir al velorio, sentarse en lugares estratégicos para hacerse notar y donde los dolientes puedan verlo, de esta forma además de asistir al velorio, y al sepelio cumplen con los amigos. Algunos entran a la sala donde se vela el difunto, pero otros se quedan afuera porque al decir de ellos el entrar donde se vela el difunto les esta mal. Por eso dicen: Voy a los velorios pero no entro por que el frío de muerto me aprieta. O en su defecto, Voy a los velorios pero no entro por que el olor a formol me aprieta.
Otras frases y comentarios que escuchamos e inclusive las podemos decir nosotros mismos, son aquellas que se dicen para demostrar que el finado era un gran amigo: Pobrecito, lo único que nos lleva es la delantera, Esta frase la escuchamos cuando muere un amigo o lo que es lo mismo, parte definitivamente hacía el más allá y nunca más lo volveremos a ver, y que nosotros tarde o temprano también seguiremos el mismo camino. Allá nos encontraremos, esta sentencia popular complementa la anterior, como quién dice, mas tarde que temprano nos encontraremos allá en ese lugar, si es que hay un lugar común donde las almas de los difuntos se reúnan para recordar los buenos o malos tiempos que pasaron en la tierra.
Algunos otros comentarios se dicen para expresar la forma de ser del difunto: El no se metía con ninguno, pagaba para no pelear, y se jugaba con todo el mundo, el pobre. Son expresiones que oímos cuando el difunto era una persona pacifica, buena gente, que no se metía con nadie, que era servicial, que atendía y servía a todo aquel que se lo solicitara, que siempre estaba presto a mediar entre los amigos para arreglar las diferencia entre ellos, al decir de otros era una "madre", además siempre andaba molestando a los amigos, colocándole sobrenombre e inventándole chistes y cuentos; cuando se encontraba con un amigo le contaba cuentos y cosas de los otros amigos, ya fueran anécdotas o vainas inventadas por él.
El pobre no se merecía esa muerte tan violenta, quién iba a creer que iba a morir de semejante forma, alocución que escuchamos cuando el difunto que era una persona pacifica, buena gente, que no se metía con nadie, que era servicial, que atendía y servía a todo aquel que se lo solicitara, moría en un accidente, y quedaba totalmente desfigurado o cuando tenía una muerte violenta.
Era su día o lo que es o mismo, nadie se muere en la víspera, son comentarios que se oyen cuando asistimos a un velorio o en su defecto al sepelio de aquella persona que siendo en vida buena gente y pacífica, moría víctima de una equivocación, que estaba el lugar equivocado, y en la hora equivocada.
En muchas oportunidades cuando las personas que mueren estuvieron algún tiempo en cama producto de una larga y penosa enfermedad, escuchamos cosas como: Descansó el pobrecito, esto lo escuchamos cuando el amigo moría por muerte natural después de una larga y penosa enfermedad, es decir había estado en cama durante un largo rato, como quién, dice sufrió tanto con esa enfermedad que la muerte fue lo mejor que le pudo haber sucedido, descanso de tantos sufrimientos.
Descansó la familia, esta sentencia complementa la anterior, aquí hablamos de la familia del difunto, que con la enfermedad prolongada de este ser querido no solo sufrió por su estado comatoso sino por la cantidad de dinero que se pudieron haber gastado durante ese tiempo, y que además ocupó a los familiares de tal manera que pudieron haber descuidado otros cosas de su quehacer diario como el trabajo, los negocios etc.
Encontramos también comentarios o chistes negros sobre algunas personas que llevaron una vida muy agitada, desordenada y dada a vivir con lo que le podía quitar a los demás, es así que escuchamos: Estaba maduro o Llevaba una vida muy agitá. Cuando el occiso tenía una vida bastante licenciosa y andaba en malos pasos, es decir, el robo, el atraco, las violaciones a la propiedad privada era su modo de vida, escuchamos frases como la anterior, con estas sentencias populares damos a entender que ya estaba destinado para ese día, que de cualquier forma no tenía escapatoria le tocaba de cualquier manera morir ese día y no otro.
Con la vida que le daba ese hombre, es la expresión que escuchamos muchas veces cuando fallece una mujer de hogar, trabajadora, que hacia de todo para mantener a los hijos e hijas, que estaba pendientes de ellos en todos sus aspectos, ya que el compañero o marido le colaboraba poco con la crianza de estos y además la vida que le daba no era muy buena, pues muchas veces la maltrataba de palabras y físicamente. Con esta sentencia o dicho popular, el común de la gente da entender que fue mejor la muerte para esa persona que seguir viviendo de la forma como lo venía haciendo. Este dicho se complementa con
Ese ahorita está enredao con otra, para indicar que como poco le importaba en vida la mujer que acaba de morir, pues, la tenía al decir de la gente, pasando trabajo al igual que a los hijos, no duraría mucho tiempo soltero y muy pronto buscaría otra mujer para organizar un nuevo hogar. Filosofía popular, mis estimados amigos.
Vea, esa Mujé, fue mamá y papá pá esos muchachos, ya descansó, pero los que van a pasar trabajo son esos pobres huerfanitos. Se escucha muy frecuente este dicho cuando fallece una mujer cabeza de hogar, madre soltera, trabajadora, que hacia de todo para mantener a los hijos e hijas, que desempeñaba cualquier oficio, honrado claro está, con tal de dar de comer, vestir y educar a los hijos, que estaba pendientes de ellos en todos sus aspectos, ya que el papá nunca tuvo que ver con la crianza de ellos.
No es tanto morirse sino lo que cuesta. Esta frase se escucha hoy muy a menudo a raíz de lo caro que están los artículos y elementos mortuorios: Entonces en los velorios generalmente los diferentes corrillos que se forman, empiezan a realizar ejercicios económicos consistentes en sacar cuentas de cuanto se han gastado o se gastaran durante todo el novenario.
Pa´ morirse na má hay que estar vivo. Murió de repente, eso fue tan pun dum. Ayer me encontré con el y estaba mamando gallo, estas sentencias las escuchamos cuando el difunto muere fulminantemente, generalmente de un ataque cardíaco. El día anterior lo mas probable es que nos hubiéramos encontrado con esa persona en un lugar cualquiera de la ciudad y entablado una conversación que giraba alrededor de los amigos donde comentamos cosas, chistes, cuentos y anécdotas de ellos, ya que el difunto era un muy amigo de molestar y jugarse con sus amigos.
Tanto trabajá pa otro. Esta frase la escuchamos en dos situaciones diferentes: durante el sepelio, cuando comentamos con los amigos sobre la vida del difunto, el cual trabajó durante toda una vida, acumuló alguna platica y dejó algunos negocios bien organizados, pero la parca le hizo su jugada maestra y falleció antes de lo que el se pudiera imaginar, dejando toda su economía en manos de personas que nada o poco aportaron para que ese amigo le hubiera ido bien económicamente. La otra situación en la cual la expresamos, es cuando pasamos frente a los negocios que dejó el difunto y vemos a personas que nada tenían que ver con él frente a los negocios dirigiéndolos y usufructuando de ellos.
Quizás no son todas estas las expresiones de dolor, incertidumbre, tristeza o sentimiento que lanzamos durante la asistencia a un velorio o a un sepelio de un amiga (a), estamos seguros que quedan por fuera muchas, entonces amigo lector le invitamos para nos ayude a recabar otras y así enriquecer estos dichos, producto de la imaginación popular.