sábado, 12 de marzo de 2011

Un corazòn Agradecido


Por: Paola Johana Martìnez Ortìz
En estos días he escuchado mucho acerca del “dador alegre”, en conferencias; artículos y la misma palabra de Dios me ha remitido hasta ese tema, he escuchado tanto que he pasado largas horas meditando en este tema; entre mis ocupaciones diarias, entre mis espacios de descanso; pero vuelve mi mente una y otra vez al mismo: ¿Quién es un dador alegre?, ¿Qué es lo que entrega aquel dador que toca tanto el corazón de Dios? . Entremos a analizar:
2 de corintios 9:7 hace una buena descripción de quien es “un dador alegre” ( Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre), se refiere a  aquella persona que da con generosidad, y se afirma que “Dios lo ama”. Se ve entonces este tema completamente ligado a lo que son los diezmos, ofrendas; primicias, siembras etc, Y nos remite necesariamente el tema de la Mayordomía, osea la administración de lo que Dios nos da. Es entonces cuando dice la palabra de Dios que quien da generosamente de igual manera recibirá, esa es una bonita promesa que nos revela el inmenso corazón de Dios y también su calidad de Justo, pero en mi análisis de hoy he llegando a la siguiente conclusión:
Para mí,  la esencia del dar no es solamente saber que igual vas a recibir, o que lo haces porque es bueno, la esencia del dar radica en que “doy por agradecimiento a Dios” suena un poco raro, pero pienso que cuando damos no solo deberíamos  pensar en una cosecha, ni en benevolencia; sino recordar que debemos dar generosamente de la misma manera que Dios ha sido generoso con nosotros dándonos todas sus bendiciones, pues Dios ha sido el primer dador alegre, que dio a su único hijo para que fuera sacrificado por todos nuestros pecados, ese cordero inmolado  que nos lavó  con su sangre sin merecerlo de nuestra parte.. Sólo por la gracia recibimos de él un favor inmerecido  y es donde llego a la conclusión de  que la esencia del “Dar “no las explica claramente Mateo 10:7-8 “7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8 sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios: de gracia recibisteis, dad de gracia”. A Simple vista este pasaje bíblico se está refiriendo a usar los dones que por gracia recibimos de Dios,   a repartir; a “dar” y el  “dar” también implica en sí mismo un Don Espiritual, es un regalo que ha sido dado a la iglesia por el Espíritu Santo y que es muy poco mencionado.
Retomando en esencia, es entonces un “dador alegre” aquel que entrega algo sólo porque desea demostrar agradecimiento a Dios por todo aquello que ha recibido sin merecerlo. Aquel que da más de lo que se le ha pedido como una manera de demostrar su amor por Dios y de retribuirlo en los demás. Un ejemplo de “dar” que me gusta mucho  lo encontramos en la biblia en el libro de  Génesis 24:12-26, una historia de amor muy linda, donde los protagonistas llevan por nombre Isaac y Rebeca; la biblia nos relata las señales que aquel siervo recomendado por Abraham padre de Isaac, le pidió a Dios para escoger a la mujer adecuada para ser la esposa del hijo de su amo, fue así como la generosa Rebeca le dio de beber a  él y a sus camellos; la biblia no dice cuantos animales eran, pero si menciona que era más de uno; pero el solo hecho de saber que cada camello necesita 40 litros de agua para quedar satisfecho, nos hace pensar que rebeca era entonces sin duda alguna una “dadora alegre”, no solo el hecho de saciar la sed de aquel siervo y sus camellos nos da esa idea, sino el esfuerzo me imagino que hizo rebeca porque tenía que sacar  de un pozo me imagino y llenar cántaros.
Yo también hubiese escogido a Rebeca, no solo por su belleza como la describe la biblia, sino porque sólo un corazón agradecido con Dios puede dar, dar y dar sin esperar nada a cambio, y esto desde el entendido  que en ese momento Rebeca no tenía ni idea de quién era aquel siervo, y mucho menos lo que este buscaba. Y en tanto el siervo tuvo que pensar “esta es la mujer que puede amar al hijo de mi amo”, es esta la ideal, es Rebeca la hija de Bethuel quien es una “dadora alegre”, da con generosidad a quien no conoce, mucho más dará amor a su esposo.
Un dador alegre es quien encuentra en el momento de “dar” una buena oportunidad de agradecerle al padre todo lo que le ha dado.

Por eso da por gracia, todo lo que por gracia has recibido…

Bendiciones


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy he leído tu artículo sobre "un corazón agradecido" y he quedado gratamente emocionado pues comparto la idea central que has presentado.
Definitivamente la motivacíon para ser generoso no es la recompensa que Dios promete a quien da pues eso tiene más tinte de trueque, de negocio, o de interés que de verdadera generosidad.
estoy de acuerdo con tigo, si doy es porque estoy agradecido con un Dios que de gracia ha rodeado mi vida de múltiples favores y misericordias.

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