Mostrando entradas con la etiqueta maicao. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta maicao. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de octubre de 2023

Tomás Domingo Ocando, pionero de emisoras y aerolíneas (Segundo episodio)

Foto reciente de Mingo Ocando y Joselina Brito

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Resumen del episodio anterior: 
Un ruido que se escucha todas las noches en el banco tiene alterado el ánimo de los vecinos y ha hecho que circulen en el sector varias hipótesis, entre las que se cuentan historias de fantasmas. Al principio se preguntaban  ¿Qué será ese ruido tan raro? 

Pero después los rumores fueron perdiendo fuerza y se volvieron parte de la cotidianidad. 

Mientras tanto en el banco se presentó una vacante para el cargo de auxiliar de oficina.  Se postularon varios candidatos entre ellos uno que llamó la atención del gerente: el celador nocturno.

Al directivo se le hizo extraño que una persona de conocimientos limitados en el área administrativa aspirara al nuevo cargo, pero le dio la oportunidad de participar en el proceso de escogencia.  No había ninguna regla que lo impidiera. 

La prueba consistía en escribir una carta, mecanografiada,  sin errores de ortografía ni enmendaduras en el menor tiempo posible.

El primero en terminar la prueba fue...el celador, un muchacho de mirada limpia y sonrisa alegre que respondía al nombre de Tomás Domingo Ocando.

-¿Y este carajo en qué momento aprendió a escribir a máquina con esa redacción perfecta y esa ortografía impecable?, se preguntaba el gerente.

Y el cura italiano le respondió: “Caro amico, chi ha interesse al progresso studia alla luce di una lampada e impara a scrivere anche di notte”  (Querido amigo, aquellos que están interesados ​​en progresar estudian a la luz  de una lámpara y aprenden a escribir aunque sea de noche). 

Esa era la explicación  del ruido del banco. Era el intermitente clap, clap de una máquina de escribir en la que el celador aprendía a escribir a máquina, a la luz de un mechón que prendía y apagaba con ciertos intervalos. Al principio los tipos golpeaban de manera irregular el papel situado en el rodillo, pero después lo hacía de manera fluida. Era ese el momento en que Mingo ya había adquirido total destreza como mecanógrafo.

El excelador asumió su nuevo cargo, pero nunca le reveló a nadie que en algunos momentos de la noche prendía un mechón para leer y también para aprender a escribir a máquina y de esa manera se develó el misterio difundido por Ana Velásquez.

Tomás Domingo Ocando nació en Distracción, un pueblo pequeño, acogedor y romántico del sur de La Guajira, el 18 de septiembre de 1939, es hijo de Rafael Ocando un próspero comerciante de la región quien llegaría a ser nombrado alcalde de Maicao, y Victoria “Toya” Borrego, una amorosa mujer dedicada las veinticuatro horas del día a cumplir sus labores de gerente del hogar.

En 1956, cuando su registro civil indicaba que tenía 17 años, Tomás Domingo, a quien en adelante llamaremos “Mingo” se trasladó a Maicao en busca de mejores oportunidades, pero se encontró con la realidad de enfrentarse a lo desconocido y a la escasez de oportunidades. Trabajó como ayudante de albañilería, maestro de obra y mandadero. Hizo de todo hasta que se le presentó la oportunidad de trabajar en el Banco Popular en el que desempeñó varios cargos gracias a su don de gente, talento y su afición a formarse como autodidacta.

Al retirarse del banco se dedicó al comercio de víveres y abarrotes, pero un día recibió la llamativa oferta de gerenciar la oficina local de una empresa de transporte aéreo y fue así como llegó a ser gerente de Aerocóndor, una de las aerolíneas colombianas más importante de los años sesenta y setenta, para todo el departamento de La Guajira.

También tuvo su propia agencia de viajes en donde vendía tiquetes de las empresas Avianca, Sam, Aerocóndor, Taxader, Urraca y Satena. Era la época dorada del aeropuerto San José y “Mingo” era el encargado de venderles los pasajes a los numerosos viajeros que día a día se trasladaban desde Maicao hacia otras latitudes.

Por esa época conoce a la joven Joselina Brito, natural de Fonseca, quien vivía en el mismo sector que él, calle once con carrera 15 zona adyacente al mercado público. Se hicieron novios y decidieron unir sus vidas para siempre. La boda se efectuó en la iglesia San José el 16 de septiembre de 1967. Ella acudió elegante, como una rosa blanca, del brazo de su abuelo quien la llevó al altar en donde se encontraba Tomás Domingo, acompañado de Toya, quien desbordaba felicidad.

El matrimonio fue uno de los acontecimientos familiares más importantes de la década para las familias Ocando y Brito. Tanto Mingo como Joselina contaban con el gran aprecio de sus familiares.    

En el momento más importante de la ceremonia el sacerdote italiano expresó la conocida fórmula del ritual católico: Los declaro marido y mujer hasta que la muerte los separe. Y acto seguido le dirigió una pequeña exhortación a Mingo:  Caro ragazzo, prenditi cura di questa bella donna, ha un bell'aspetto e non ne troverai mai una come lei da nessuna parte.  (Querido muchacho, cuida a esta hermosa mujer, se ve que es buena y nunca vas a encontrar una como ella en ninguna parte.)

Josefina no necesitó mucho tiempo para conocer los hábitos de Mingo y sus aficiones. Entre ellas una  que marcaría la vida de ambos. 

sábado, 28 de octubre de 2023

Tomás Domingo Ocando, pionero de emisoras y aerolíneas


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

“Para describir a Mingo Ocando se necesita el cincel de Miguel Ángel y el pincel de Da Vinci” Ovidio Mejía Marulanda

Introducción: Tomás Domingo Ocando es una leyenda viviente de Maicao. Gracias a Dios está vivo y con la salud como la de un roble, vive con su esposa Joselina y es el patriarca de una hermosa familia. Fundó la primera emisora de Maicao, trajo al pueblo varias aerolíneas, lideró procesos de pavimentación por autoconstrucción...en fin, es una verdadera personalidad en el pueblo.  Una avenida y un barrio llevan su nombre, un honor que muy pocos han conseguido en vida. 

Con cierta frecuencia se lo ve con su abundante cabellera canosa amarrada en forma de cola de caballo, como la de los grandes artistas,  detrás del timón de alguno de sus dos camperos Nissan Patrol por las calles de Maicao o tomando el fresco de la tardes en su casa del barrio San Martín al lado de su esposa Joselina. Allí, en el patio de su casa me invitó a tomar café para darme notas que anoté juicioso en una libreta. Son  las notas que hoy me permiten contarle varios episodios de su interesante historia. 

Primer episodio

En esas mañanas de intenso calor y calles invadidas por la arena y la resequedad la brisa se había ausentado y las copas de los árboles se mantenían imperturbables, su amable sombra era el único y eficaz refugio en el que podían protegerse los fatigados transeúntes que iban y venían de la plaza. 

Ante la falta del viento lo único que corría por el caserío era el rumor que andaba de boca en boca desde la noche en que Ana Velásquez pasó por el edificio donde funcionaba el Banco Popular y sintió que algo raro pasaba en su interior.

Banco Popular antiguo

Al principio le pareció ver un mechón encendido, pero éste se apagó misteriosamente cuando ella se acercó a comprobar si era verdad lo que sus ojos habían visto. A ella no le cabían dudas de lo que sus sentidos  le decían. La noche siguiente sintió un ruido extraño, como el que producían las máquinas de escribir al martillar sus teclas contra el papel en blando envuelto en el rodillo. 

Ana le contó la historia  a una vecina y esta a un compadre y el compadre hizo el comentario en la ventana de la tienda y poco después la noticia del “Fantasma del Banco” se había extendido por todas partes.

- "Esa es el alma en pena de alguna persona que trabajó en el banco y murió”, se atrevió a decir alguien experto en temas del más allá, pero otras personas preferían creer en la tesis de que era el eco de las máquinas que se escuchaba como las fichas de dominó a altas horas de la madrugada los lugares en donde se acostumbra a golpearlas contra la mesa.

El cura italiano al que le preguntaron si existía un fantasma escritor respondió:

- “Il diavolo è troppo impegnato nella sua malvagità per scrivere lettere di notte” (El diablo está muy ocupado en su maldad para escribir cartas por la noche).

El único que no sentía el sonido de la máquina fantasma era el celador del banco. A las 6 de la mañana, cuando terminaba su turno, abría la puerta y se iba tranquilo para su casa. Si alguien le preguntaba por el ruido de la máquina y el mechón que se encendía y se apagaba, tan sólo respondía:

- “Son ideas de la gente loca”, yo estoy despierto toda la noche y no siento nada, fantasma que se aparezca, fantasma que espanto.

Sin embargo, la gente no estaba muy convencida del "no pasa nada" todos estaban seguros de que algo estaba pasando y seguían con la inquietud metida en el pensamiento y el temor incrustado en el alma. 

Los vecinos se dividieron en tres grupos: los creyentes, los temerosos y los arriesgados. 

Los creyentes organizaron reuniones en las que rezaban el rosario juntos o elevaban silenciosas oraciones en privado. 

Los temerosos atrancaban bien la casa por si acaso o colgaban un amuleto en lugar estratégico, como la mata de sábila detrás de la puerta. Y los más arriesgados patrullaban por los alrededores o se asomaban por las rendijas de las ventanas con la idea de captar algo que los ayudara a resolver el misterio. 

Pero pasaban los días y no pasaba nada. Los ruidos extraños persistían, así como las oraciones, los amuletos y las hipótesis sobre sus posibles causas. Eran los tiempos de un pueblo en el que no pasaba nada o casi nada y cualquier acontecimiento por pequeño que fuera se convertía en tema de conversación.

El rumor fue perdiendo fuerza, no porque desaparecieran el ruido nocturno y la luz intermitente, sino porque la gente decidió no invertir más tiempo tratando de explicar lo inexplicable. El pueblo aceptó ambos fenómenos como parte de su vida normal y dejó de hablar de ese tema.

Supusieron que la verdad se sabría tarde o temprano pero no abandonaron sus cavilaciones:

¿Qué será lo que causa ese ruido todas las noches?

Leer el segundo episodio


lunes, 31 de julio de 2023

El equipo "Los Profesionales"


Era un fuerte equipo que actuaba en los campeonatos locales.

Jugaban algunas personalidades de Maicao como Cheyo Páez, Omar Acosta, Anto Hernández, Hernando Castro, Guille Solano, el médico Jaime Ibarra, Wilfrido "El Polaco" Pérez, Noime Duarte, Jairo PInto, el portero Mestra, Geobildo "Santico"Carrillo, Henríquez, Argüello.
En la fotografía aparece también Made, la hija de "Cheyo" Páez, uno de los grandes patrocinadores del fútbol local.

domingo, 30 de julio de 2023

Mientras respire


Escrito por: Ayda Díaz Ojeda

Mientras respire, siempre tendrás mi mano para asirte de ella

Mientras respire podrás contar con mi abrazo lleno de afecto y sinceridad

Mientras respire estaré a tu lado para escuchar tus palabras o escuchar tu silencio

Mientras respire sabrás que hay sobre la tierra un único ser que te ama porque sí, porque sí y porque sí

Mientras respire serás mi hijo que amo tanto

Y cuando deje de respirar, pediré licencia a Yahvéh para estar contigo cuando la brisa acaricie tu rostro, cuando la arena bañé tus pies, cuando la angustia llegué a tu corazón y tu conciencia sutilmente te diga: recuerda lo que mamá decía " cuando tengas dificultades ve a los pies de Jesús.

Cuando todo vaya bien, ve a los pies de Jesús. En todo momento y en todo lugar agradece a Dios por todo. Pon tu confianza y esperanza en Él, no en los hombres ni en el mundo."

sábado, 8 de julio de 2023

Otro ángulo de la Iglesia San José

Una de los más bellos templos católicos de La Guajira es la Iglesia San José de Maicao, su edificación data de los años cuarenta cuando fue construido por los sacerdotes capuchinos italianos con el apoyo de la ciudadanía. 

En la foto se aprecian sus dos torres y la zona suroccidental de la ciudad al fondo. 

domingo, 17 de abril de 2022

Maicao en los años cincuenta

 



En los años cincuenta llegó a Maicao el  periodista Rodas Pizano con la intención de realizar una edición especial de su revista, dedicada al floreciente pueblo de la frontera. Para la época   los propietarios de medios impresos consideraban como fuente de financiación las ediciones dedicadas a determinados pueblos.


De esa manera ganaban todos: el medio porque tenía ingresos para sostenerse, los empresarios locales porque podían anunciar sus productos y/o servicios  y el pueblo elegido porque se daba a conocer en el ámbito regional. 

En el caso de Maicao la ganancia fue aún mayor puesto que la revista, además de visibilizar a la población, se convirtió en uno de los pocos documentos históricos que tenemos hoy en día para saber cómo era la vida social, la economía y la cultura de la época. 

La página que acompaña a esta nota corresponde a esa edición de 1956 en donde aparecen las fotografías de las siguientes personalidades: 

  • Eduardo Abuchaibe Ochoa (cuando era niño) , 
  • La señora Altamira de Márquez
  • Fara Daníes de Gómez
  • Tomasita Fuentes 
  • Los niños Llanos Hernández, (Ludmila, Olga, Edna y Hernando) quienes posaron en el monumento a la bandera. 
Los años de mitad de siglo marcaron un hito muy importante en el desarrollo del Pueblito de Dios, que en unas pocas décadas de vida se situaba como uno de los centros urbanos más importantes de La Guajira.

jueves, 10 de marzo de 2022

El profesor: reconocimiento a Alejandro Rutto Martínez

 Por Jorge Parodi Quiroga

 


El inconmensurable poder transformador de las realidades sociales a través de la educación, es una verdad de Perogrullo. Nadie puede cuestionar el valor trascendental y revolucionario que en cada estadio de la humanidad, ha sido gestado a partir de la aprehensión del saber, su deconstrucción y su transmisión.

Por otro lado, tan determinantes como el conocimiento y su producción, resultan quienes lo saben transmitir, aquellos que con mística y devoción entregan su vida a la pedagogía. A la vanguardia de la transformación social, de la formación humanista y la construcción del ser, estarán siempre los soldados cuyas armas son la pizarra y el borrador.

La historia de la humanidad nos certifica que una sociedad educada, es una sociedad próspera. Así mismo, el letargo social, está íntimamente ligado a la carencia educativa y a la falencia pedagógica.

Otra sería la historia si las riendas de la vida nacional, en todos los órdenes, estuviera en manos de los que con cada acto, cada ejecutoria, pretenden formar, educar y enseñar. Necesitamos más profesores al frente de nuestro país, hemos probado por décadas con políticos de profesión y mercaderes de intención, y tenemos a la vista la debacle en la que nos han sumido.

Hoy me referiré a uno en particular, Alejandro Rutto, el profesor Rutto como es conocido, un señor alto y de aspecto noble, maicaero orgulloso, de facciones europeas (es de ascendencia italiana) pero de corazón y alma guajiras, vernáculas.

Al profesor Rutto, lo conozco no hace más de dos años, hemos coincido en el amor por la literatura, ambos somos miembros del colectivo literario Papel y Lápiz. Él es un escritor  fluido, cronista y hombre de radio. Su obra es abundante y generosa, rica en verbo, profunda en contenido. Es reflexivo en sus planteamientos, retador en sus propuestas.

Su pasión por la escritura, estimo yo, ha sido atizada por su incuestionable vocación pedagoga. Combina con maestría sus propias experiencias, enriquecidas con el influjo notable de sus lecturas que han de ser muchas y variadas, y las expresa con una particular empatía que hace agradable y fácil su comprensión. Es un cultor de las letras.

Asumo que su cabal entendimiento de la importancia de la educación y la transmisión del saber, provocó en él, como fulminante, el ánimo necesario para acometer empresas descomunales y nada fáciles, sobre todo en nuestras latitudes, para masificar la enseñanza y hacerla asequible.

No alcanzo a dimensionar el esfuerzo tan grande para hacer realidad que a su Maicao, la Universidad de la Guajira y el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), de las cuales ha sido docente e instructor, llegaran con oferta educativa de calidad y presencial. Sí, al profesor Rutto se le debe en buena parte, que la posibilidad de los maicaeros por alcanzar un título académico, no significara un desplazamiento diario hasta la capital, Riohacha.

Por sus manos nobles han pasado un gran número de guajiros que hoy hacen parte del componente profesional de nuestro departamento, que han sido influenciados por las inquietudes intelectuales de un profesor que tiene humildad en el corazón, respeto en su trato y grandeza en sus actos.

En realidad pocas veces he tenido el gusto de compartir en persona con el profesor Rutto. Tampoco le he entrevistado previo a este escrito, ni siquiera consulté con él antes de sentarme frente a la pantalla de mi computador; pero creo que hay personas con una valía tal, que es imperativo resaltarlas, Rutto es uno de ellos.

Cuando supe que presentaría su nombre como aspirante al Congreso de la República, mi primera reacción fue de desacuerdo. No creí que esos escenarios de la política tan salpicados de corrupción y deshonestidad, fueran dignos de una persona como él.

Ha sido observando su desempeño pulcro durante estos meses de campaña, escuchando sus intervenciones en los debates públicos, siendo testigo de los ríos de personas que ven en él la esperanza de un verdadero cambio con justicia social, que he comprendido que esta nueva gesta del profesor que aprecia La Guajira toda, vale la pena.

Lo he visto en la plaza pública, nunca pierde su cadencia y su humildad, se ha enfrentado a maquinarias enquistadas en la política regional por años y fortalecidas con capitales que él no tiene, y siempre está sonriente, optimista, respetuoso, convencido de que su cruzada vale los esfuerzos y sacrificios que junto a sus amigos y su familia hace.


Ahora, me he convencido que es necesario darle una oportunidad a un educador como Alejandro Rutto, un hombre bueno y temeroso de Dios, quien ha demostrado con hechos durante toda su vida, una honestidad a toda prueba y el talante del guajiro que ama a su tierra y lo demuestra con sus actos más que con las palabras.

Muy seguramente de la mano del profesor Rutto, los tiempos de la justicia social que tanto añora La Guajira, han de llegar.

lunes, 27 de abril de 2020

Este gallo es una metralleta

Escribió: Armando José Olmedo Larrazábal

Mi compadre Falvino Rincones Martínez, es uno de los amigos importantes en mi vida, con él he gozado muchos gratos y felices momentos y algunos no tanto, pero, que hacen parte del trasegar terrígeno y como tales, le dan forma a nuestra amistad y al diario personal.

Ya completada la segunda etapa formativa, él como pedagogo de la Escuela Normal Superior de Barranquilla y yo bachiller del Colegio Departamental Efe Gómez de Fredonia, Antioquia. 

De mi promoción en el bachillerato, fui el único que se presentó en la Universidad Nacional sede Medellín y, pasé; comencé mi carrera de Ingeniería Agronómica, en la Universidad Nacional sede de Medellín, pero las huelgas de principios de la década del 70, no me permitieron continuar. Así que, regresé a mi pueblo Fonseca, mientras alimentaba la esperanza de seguir mis estudios profesionales. Mi compadre, trabajaba en Uribia, como maestro en la Normal de señoritas y en esos días de febrero de 1973, había comprado una camioneta Ranger XL último modelo, automática color blanco, placa venezolana. 

Llegó a Fonseca “encamionetado” y me mando a buscar. Yo no sabía nada del carro, cuando llegué a la casa encontré un ambiente festivo y de mucha alegría y estaban tomando cervezas, los famosos botellones de Águila, de esos tiempos.

Macha, la mamá de Falvino, una señora bonachona y querida en la región, cuando la saludé me dijo: tienes que felicitar a “Falvi” pues está estrenando carro. Enseguida le di un abrazo y los buenos deseos y la algarabía fue total. La casa de los Rincones Martínez siempre ha sido como una especie de consulado donde nos reunimos con frecuencia y el ambiente familiar contagia y lo que se respira es comunitario, de tal forma que todo se comparte y el amor es la cobija con que nos arropamos cuando estamos donde Macha.

Tomasa “Macha” Martínez Gómez era casada con Gregorio “Gollo” Rincones Maestre, de esa unión nacieron once (11) hijos: Fadrique Alfonso, Fara (RIP), Fabiola, Fadul, Falvino Rafael, Filgar Paul, Felicita, Frut Mary, Víctor Gregorio, Facundo y Freddy. 

De acuerdo con comentarios del compadre Falvino; ”no existió una propuesta preconcebida para nombrar a los hijos de la pareja con nombres que comenzaran con la letra “F”, los cinco primeros fueron bautizados y coincidencialmente apareció la “F”, y se siguió procreando y los nombres salían, porque la idea era tener ocho hijos, es decir, el último sería Víctor Gregorio, nombre que surgió entre ellos, de la combinación de los nombres de los papás de la pareja: Víctor Gómez, papá de Macha y Gregorio Rincones Papá de Gollo. 

Sin embargo, la letra efe, juega un papel muy importante en la familia; con efe comienza el nombre de la finca familiar, Faldioska, en las estribaciones del Perijá en la región de Quebrachal - La Nevera y siguen Facundo, Fredy (dos descuidos que pusieron punto final a la fraternidad Rincones Martínez) y ellos todos son de Fonseca, tierra que los vio nacer.

El señor “Gollo” falleció bastante joven en 1980 hace aproximadamente cuarenta años y él tuvo otros nueve hijos más, siete con Francia “Nancha” Amaya de Fonseca, Rafael “Paliza” (el mayor de todos), Alvaro y Ernestina , fallecidos, Luis Gregorio, María Zeneth, Ludís y Wilmer. Además, con Genoveva Molina en Cañaverales tuvo a Norma y a Carmen). 

Macha, se nos fue hace escasos seis años y sus recuerdos todavía están tibios y ahora y en todo momento, en la casa estamos hablando de Macha como si estuviera viva. Era una mujer sagaz y conversadora muy familiar y lo más importante para ella eran sus hijos, a quienes veneraba y respaldaba en todo. Con los otros hijos de Gollo mantenía muy buenas relaciones y la visitaban con frecuencia.

Cuando era señorita fue elegida reina de Las Gaviotas en las Novenas de San Agustín de Hipona, patrono de Fonseca, fiestas que duraba nueve días, desde el 27 de agosto hasta el 4 de septiembre.  Es importante mencionar en este relato, la vena musical y folclórica de esta familia por lado y lado de los papás, Macha y Gollo. Éste era un músico virtuoso ejecutor del bombardino instrumento musical de viento metal y era muy solicitado en todas las fiestas porque hacía parte de la banda del pueblo, hoy en día no se habla del bombardino y se encuentra relegado. 

Macha hermana de Bienvenido Martínez Gómez acordeonero y compositor ancestral de una las más elogiadas piezas del folclor vallenato, Berta Caldera, el famoso paseo, escuchado en el mundo entero, grabado en los diferentes géneros musicales habidos y por haber, al decir de la vieja Macha”. 

También es macha portadora de la vena musical de los Soto - Martínez de Fonseca- Barrancas, dueños de bandas y músicos instrumentales, donde brilla con luz propia el legendario Luis Enrique Martínez, natural del Hatico. Esta es una familia clase media, levantada con el esfuerzo de todos, queridos y muy estimados en Fonseca y “la región colombiana”, expresión coloquial del comandante Fadul.

Después del saludo y cuando se calmaron los ánimos, mi compadre me llamó aparte y me dijo:

-          Oiga compadre, a la orden la camioneta, para lo que la necesite. Yo vine con el fin de invitarlo a Maicao, porque mañana es día de San José patrono del pueblo, hoy hay una gallera y nos invitó “Pato Loco” el amigo de Fadul, así que, nosotros dentro de una media hora nos vamos para Maicao. Usted va a la casa se pone una “pintica” y “jau yané” (expresión guajira, que significa nos vamos). 

Eran aproximadamente las 4:00 de la tarde del día 18 (domingo) de marzo de 1973. Tal cual, así se procedió y en menos de lo que canta un gallo, yo estaba listo en la casa de Macha y por donde pasaba dejaba el aroma del perfume Pino Silvestre, lo último en la moda de esos tiempos en Fonseca y que volvía loquitas a las muchachas del barrio.

Mi compadre estaba listo esperándome, yo aproveché y le hice un comentario.

-          Compadre, yo nunca he jugado gallos y además se necesita una plática, ¿Cómo vamos nosotros a presentarnos allá, sin cinco en los bolsillos?

-          Mi compadre, me tranquilizó. - Mire, me dijo, la gallera es de “Pato Loco”, él es “full llavería” de Fadul, mi hermano y, además, que no me preocupara por nada. Bueno y que más vamos a hablar, aprovechemos que todavía es de día y partimos, que el camino es largo y culebrero. Nos despedimos de todos y “pa´ Maicao”.

La vía principal estaba en pésimas condiciones, una carretera destapada, llena de huecos y grandes piedras que no permitían acelerar el carro. A pesar de estar nuevo y con aire acondicionado teníamos que conducir con mucho cuidado. Yo le recomendé al compadre que nos tiráramos por la vía de “puente rojo, por Barrancón” y salimos allá delante de Los Remedios.

-          Él me preguntó ¿compadre usted conoce la ruta?

-          Le respondí que sí, haciendo la salvedad que sí por cualquier dificultad o extravío, preguntáramos en las fincas vecinas. Así lo hicimos.

No hubo necesidad de preguntarle a nadie, el paisaje era muy hermoso, el verde de La Guajira despuntaba como consecuencia de los primeros aguaceros de la primavera. Y   esas trochas estaban en mejores condiciones que la vía principal, ya que unas empresas extranjeras, que estaban haciendo estudios de exploración en las minas de carbón de El Cerrejón, las mantenían en muy buenas condiciones, para poder ellos transitar, eso facilitó el viaje antes de las 6 de la tarde, llegamos a Maicao.

El sitio de reunión, la Gallera San José de Maicao, la cual quedaba pegada a la Caseta de bailes Internacional, dos lugares emblemáticos en la ciudad, que pertenecían a los hermanos Flavio y Heriberto Berardinelly de Fonseca, quienes, buscando mejores vientos, se habían mudado. 

Y de verdad que los encontraron, recién llegados a Maicao, montaron una rifa de un equipo de sonido, ultima gama, que les acredito un “turco” amigo de ellos, la cual dio origen a la famosa Rifa La Guajira, vigente en la costa Atlántica, por más de veinte (20) años, los Berardinelly, se volvieron ricos y lo disfrutaban. Maicao en eso esos tiempos era conocida como la Vitrina Comercial de Colombia y de allí se surtía todo el comercio de la Costa Atlántica y gran parte de los mercados fuertes del interior del país, donde conseguían especialmente rancho, licores, perfumería, electrodomésticos, telas, cigarrillos y toda clase de mercancías finas y a muy buenos precios porque Maicao operaba como zona franca y las mercancías eran más baratas, comandadas por almacenes y grandes tiendas de comerciantes árabes, erróneamente llamados “turcos”, pero en realidad procedían de Siria, Líbano, Palestina y Jordania y desde esta plaza  surtían a los comerciantes de Venezuela,  Aruba, Curazao, Martinica y casi todas las islas del Caribe y los comerciantes colombianos que de todas partes llegaban y salían de  este hervidero de gentes, donde se conseguía de todo. 

En Maicao la presencia árabe se hacía sentir, dueños del comercio y con una población que llegó a más de los 6000 habitantes y existe tanto arraigo que el actual alcalde es de ascendencia árabe, un prospero comerciante de nombre Mohamad Jaafar Dasuki Hajj, que está administrando pobreza inseguridad y una caída desastrosa del comercio debido a problemas fronterizos y crisis económicas.

Una vez frente al portón de la gallera, nos estaban esperando, Fadul y el famoso “Pato Loco”, quienes al vernos nos abrazaron y nos invitaron a entrar. Eso hicimos a través de una puertecita anexa al portón. ¡Oh, sorpresa! Una gran cantidad de gente y una algarabía estruendosa fue el recibimiento, ya las peleas de gallo habían comenzado. “Pato Loco” nos brindó cervezas Heineken de las grandes.

-          Mi compadre de inmediato me dice al oído - ¡Ojo, con cinco de estas tenemos! Estas tienen más alcohol que las águilas.

Fadul le dio a Falvino un “bojotico” y a mí me entregó otro. Yo sin preguntar lo guardé en el bolsillo del pantalón. Mientras Fadul nos decía:

-          Para que se entretengan en la ruleta o se compren una cerveza. La nominación más alta de billetes en el país, era el de doscientos pesos, el famoso “cafetero” por la efigie. Falvino con mil y yo con seiscientos, estaba bien.

Pero, ¡qué va! ahí no hubo necesidad de comprar nada, la gente alegre y “gastona” nos regalaban las cervezas y tragos de whisky, ¡eso era una locura! La bulla excesiva y el jolgorio estaba prendido, en el fondo encima de una tarima improvisada con tablones y tanques vacíos de aceite de 55 galones, una banda de música “papayera” llamada, San Francisco de la Paz, amenizaba el “fundingue” interpretaban el famoso porro, El Toro Negro.  Mientras tanto nosotros, como pudimos nos subimos a las gradas de la gallería, que no eran más que unos entarimados de madera como de cinco escalones atiborrados de gente con dinero y botellas de cervezas en las manos, gritando como locos: ¡Cien mil al giro! ¡Dos cientos mil al cenizo! ¡Voy a mi gallo! Etc. 

La pareja de gallos que en esos momentos recibía todas las miradas y atenciones de los eufóricos galleros era alentada por todos los presentes, los aleteos y picotazos iban y venían y los gritos de los fanáticos chocaban unos con otros y en la arena un acucioso juez de eventos gallísticos, seguía atentamente la contienda, que no duró más de dos minutos, porque el gallo cenizo mató al giro de un espuelazo que le destrozó el corazón. 

El dueño del gallo ganador salto la valla, levantó su gallo y lanzó un grito: ¡YA VAN DIEZ, NOJODA! ¡DENTRO DE DOS MESES PREPAREN EL ONCE! ESTE ES EL MERO MACHO, EL MEJOR GALLO DE LA REGION. El “Mero Macho”, gallo ganador se sacudió y de su garganta salió un sonoro y ensangrentado canto, como respaldando las expresiones de su mentor y dueño. 

La bulla se fue calmando y los ganadores cobraban y recibían las apuestas de los perdedores que sin problemas aceptaban la derrota, las gradas de la gallería iban quedando solas, hasta la iniciación de la próxima pelea.

 Nosotros, mientras tanto, tomábamos cerveza Heineken, ya iban más de cinco y las orejas calientes; seguían entrando y saliendo personajes de todas las calañas, unos cargaban sus hermosos y aliñados animales, buscando la oportunidad de cazar una pelea con los gallos de las cuerdas convidadas, algunos conocidos, pero la mayoría eran gentes de la región que les gustaba la gallería y durante meses atrás venían ahorrando dineros para apostar y tomar tragos en la fiesta de San José. No se puede decir que, así como llegaron se devolvían, porque el solo hecho de ir a la gallera era una “pea” segura.  

Cuando llegaron ensombrerados “pintosos” y perfumados cual galanes de cine, pisaban con cuidado para no dañar el lustro de los zapatos recién embolados y cuando se presentaban de regreso a sus casas, la gran mayoría, “sin cinco en el bolsillo”, los zapatos los habían cambiado por guaireñas, la camisa, no era la hermosa guayabera de cuatro puestos que le regaló la esposa para los eventos especiales, esa se perdió quien sabe dónde, el limpio apostador llevaba puesta una camiseta china blanca, que compraban en el mercadito guajiro tres por $1000, con un sombrero de pajita y tercia en el pecho una mochila guajira con un litro de Chirrinche y fumando ”Pielroja”, acompañado de dos o tres amigazos zarrapastrosos que lo único que los motivaba era la botella de Chirrinche que el paisano traía en la mochila.

En la gallera la fiesta continuaba; en esos momentos entra un señor, de baja estatura, gafas Ray Band oscuras, con una mochila guajira terciada al hombro, pantalones Lee, camiseta y gorra del equipo Junior de Barranquilla, zapatillas Reebok blancas, escoltado como por cinco “gorilas”, que como una catapila (Caterpillar) le iban abriendo el camino para que este pasara sin problemas. Se trataba de Luis Fernando “el Chato” Oñate, un gallero de grandes quilates, oriundo de Camarones y residenciado en Riohacha, quien tenía una cita gallística con Édison “Encho“Pitre, de origen Fonsequero pero residenciado en Santa Marta. Se estimaban mucho y se trataban de compadres, pero la cita era el enfrentamiento de sus gallos con una apuesta preconcebida de un millón de pesos. 

“El Gavilán Mayor” un “giro” bien “criao”, nombre del gallo de “Chato Oñate” que se enfrentaba al gallo canagüey “Flor de Caña II”. Aquel, lo cargaba un señor de piel morena, delgado pero fornido, debajo de un sombrero sabanero, con un “habano nacional, sello de oro” encendido que dejaba el olor a tabaco impregnado en todas partes; mientras entraba con el gallo izado con la mano derecha, con la otra lo sobaba y levantaba las plumas traseras, de una manera rítmica y elegante. 

A él, lo atravesaba un maletín colgado al cuello, donde cargaba todos los utensilios necesarios para la preparación del gallo antes de la pelea. Se trataba del negro Luís, oriundo de Sincelejo, cuidador y manager de la cuerda de gallos del “Chato” Oñate en el barrio los Olivos de Riohacha. Este señor experto en la materia se las conocía todas.

Dueños de todas las miradas y orgullosos del recibimiento de los presentes que, de una manera u otra, intentaban darle un saludo de mano al “Chato”. Este no se percató que en la primera fila de la valla ya lo estaba esperando su compadre “Encho” Pitre, que calladamente dejó que este se diera cuenta de su presencia para levantarse y darle un fuerte abrazo. 

“Encho” un fornido y atlético personaje piel morena, de casi dos metros de estatura, lucía un sombrero texano gris, una sonrisa burlona, tapizada por una negra y bien arreglada bigotuda, una camiseta Golf amarilla, Jean azules y botas texanas y el “chato, escasos 1,65 m. (la diferencia de estatura era abismal) éste le abrazo la barriga como muestra de cariño y respeto, y el otro le sobo la cabeza.

Pitre también gozaba de sus cordones de seguridad, quienes estaban repartidos y camuflados en todas partes de la gallera. Se saludaron efusivamente y después de un trago de Old Parr, se sentaron en sus respectivos taburetes, uno al frente del otro en primera fila de la valla, para cerrar las apuestas. El gallo “Flor de Caña II” del compadre “Encho” Pitre, estaba reposado y su manager lo mantenía en un guacal especial, esperando el momento de la riña. 

De este par de amigos se decían muchas cosas en la costa Atlántica y todas terminaban en que tenían mucho poder y dineros frutos de presunto tráfico de marihuana. Siempre andaban escoltados y en caravanas de carros nuevos, con monumentales mujeres y armados hasta los dientes. Esa noche no fue la excepción

Era una de las peleas de gallos finos más esperada en la región y con invitaciones especiales a las cuerdas de renombre en la costa Atlántica, había presencia de cuerdas de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, Cesar y una delegación de San Andrés que no trajeron gallos, porque invitados, vinieron especialmente a conocer la manera cómo se realizaban las riñas de gallos en La Guajira.

Primera vez en la vida que veíamos tanta plata junta, cuando el señor “Encho” Pitre, nuestro paisano, a quien saludamos de mano porque él nos reconoció, como Fonsequeros. Nos dijo que más tarde hablábamos y dejó ver las pacas de billetes cafeteros de $200 en el fondo de su mochila. La apuesta grande se les entregó a las autoridades gallísticas quienes cobraban un cinco por ciento del total de la misma. En todo el recinto, entre los asistentes se llevaban a cabo apuestas libres, donde la palabra del gallero se hacía valer. 

Los montos de estas apuestas nunca sobrepasaban el de la principal, pero era muy común ver apuestas de cincuenta, cien y hasta de tres cientos mil pesos. Que en el momento de la terminación de la riña eran pagados automáticamente sin problemas entre los apostadores. La apuesta principal aumentó, porque llegaron los galleros del sur de La Guajira encabezados por Hugo Romero Povea, Saúl Brito, Bartolo, José y Jafet Parodi, “Checha” Urbina y los de Dibulla, comandados por el señor “Chei” Campo que apostaron quinientos mil pesos más por gallo.

Era una de las apuestas históricas en esta gallería de las fiestas de San José de Maicao. Cada uno de los grandes apostadores entregaron las mochilas respectivas a los jueces, que no contaron el dinero, porque suponían la seriedad de cada cuerda y sería bastante demorado ponerse a contar tres millones de pesos en billetes de doscientos. Se acordó amarrar las bocas de las mochilas y se guardaron en la caja fuerte de la gallera, tal cual las entregaron; el ganador recibiría las mochilas.

El juez principal hizo uso de un megáfono y pidió silencio al auditorio y que la banda dejara de tocar, porque iba a comenzar la pelea principal de la noche, ya el reloj marcaba las 2:05 minutos de la madrugada, y se les pidió a todas las personas que estaban dentro de la pista de pelea que salieran, porque se iba a dar inicio a la tan esperada riña. En la arena solo se permitía los cuidadores de los gallos quienes calentaban a sus pupilos de manera particular en sus esquinas y los azuzaban con el fin de calentar los músculos.

Se da inicio la pelea y los dos colosos, uno en frente del otro con rítmicos y milimétricos movimientos de la cabeza, como si los tocaran pequeños impulsos eléctricos, los ojos inquietos y las plumas del pescuezo erizadas, casi que al mismo tiempo se embisten, la algarabía del público es estruendosa, los principales apostadores se levantan de sus taburetes, y gritan ¡Arriba mi gallo! ¡Mátalo! ¡Van $500.000 más! Y un sinnúmero de expresiones gallísticas que riman con el desarrollo de la riña; el bullicio aumentaba en la medida que los gallos se espueleaban y la confrontación crecía, las barras divididas y los galleros entusiasmados tomaban cerveza, whisky y fumaban cigarrillos y el 
¡Arriba mi gallo! C ¡Arriba mi gallo! ¡Mátalo! ¡Van $500.000 más! Se repetía y se repetía y la euforia contagiaba el ambiente. 

Después de casi cinco minutos de pelea, cansados y ensangrentados los gladiadores, sin fuerzas se picoteaban y una que otra vez lanzaban débiles espuelazo que eran vitoreados por los fanáticos de cada gallo, pero el cansancio era notorio y las fuerzas se habían agotado casi por completo.

El juez de la riña permitió que los cuidadores de ambos gallos entraran a la arena y cogieran cada uno su animal, lo mantuvieran unos segundos y los volvieran a soltar para ver como respondían. El gallo “Flor de Caña II” de “Encho Pitre” respondió al  pequeño receso y como una fiera malherida saltó sobre su enemigo y espuelazo, tras espuelazo lo dejó, traspasado los pulmones y una herida mortal en el corazón que le ocasionó la muerte inmediata.

“Encho”, saltó la valla y levantó su gallo y un grito inmenso se escuchó en la gallera…¡yo se lo dije compadre, este gallo es una metralleta! Eufórico y feliz, saltaba y gritaba y lo abrazaban y felicitaban los galleros que de alguna manera se camuflaban como seguidores de  "Flor de Caña II"  que fue rescatado por su cuidador, lavado y “enguacalado”. 

La euforia es contagiosa y hasta el mismo Chato se mostraba tranquilo a pesar de haber perdido, reconoció que el gallo de Pitre se comportó mejor, la fiesta siguió y las peleas continuaron, pero ya habían perdido importancia y los amigos se fueron seleccionando en grupos para seguir conversando. Alrededor de “Encho”, estaba un circulo como de 25 amigos, que tomaban trago y conversaban en voz alta, tanto que yo no entendía nada. Me encontré con mi compadre Falvino y nos alejamos un poco del bullicio.

-          ¿Usted qué se hizo? Me preguntó.

-          Me quedé cerca de “Encho”, y con tanta gente no tenía como salir. Le respondí.

-          Él me miró con una sonrisa picarona y me dice:   -Yo si me gané $5000. Me encontré con “Quique” Solano y apostamos, yo le fui al Canagüey de Pitre y aquí tiene mil que yo le voy a regalar, ¿usted no apostó?

-          No “hombe” compadre, yo no sé de eso. Además, con estos mil ahora me compró un jean y una camiseta en Cacaíto. Eso no estaba en la libreta.

Estando los dos conversando yo siento me tocan la espalda, volteo y es el compadre Encho Pitre que nos brinda un trago, después de saludar a Falvino. Lo felicitamos conversamos de todo un poco, él quiso saber que estábamos haciendo con nuestras vidas, le explicamos someramente. 

Y nos despedimos, en el momento de chocar la mano me dejó una bendición de $10.000 pesos y me dijo: para que se saquen el guayabo. Mitad y mitad, esa platica cayó como del cielo. Eran aproximadamente las 7:00 de la mañana, estábamos serenos, un día lunes festivo en Maicao. Buscamos a Fadul, también había ganado, estaba contento tomando cervezas que nos brindó, le preguntamos por “Pato Loco” nos dijo que se había ido de la gallera como a las tres. Y que no sabía nada de él. 

Nos invitó a desayunar tortuga donde una señora mestiza que “cocina rico” – nos dijo. Allí estuvimos como hasta las once de la mañana. 

Tomando cervezas hasta que el cansancio nos fue tumbando. Fuimos al apartamento de Fadul y reposamos como hasta las tres de la tarde y a esa hora partimos de regreso para Fonseca, no sin antes poner full la camioneta con gasolina venezolana barata $1000 fueron suficientes, muy despacio y tomando cervecitas Polar venezolanas en el camino, hasta que llegamos a la villa de San Agustín, faltando quince minutos para las siete de la noche, con unos pesitos importantes en el bolsillo, gracias a Flor de Caña II.

Hoy continua la misma amistad y cada vez que podemos damos rienda suelta a parrandas y tardes de dominó, con amigos que nos permiten recordar esos lindos pasajes de nuestra juvenil existencia. Tronchadas repentinamente por el azote de la pandemia del Corona Virus, que nos tiene en cuarentena obligada, quizás hasta cuándo…Dios permita que salgamos todos bien librados, unidos en familia quietecitos en casa.


FONSECA, 13 de abril de 2020

miércoles, 6 de noviembre de 2019

En Maicao comenzó capacitación de comisiones de empalme



Maicao-. En la mañana de hoy se inició la capacitación de las comisiones de empalme designadas por el alcalde electo de esta ciudad Mohamed Dasuki.

Las jornadas en la que un grupo de profesionales de distintas áreas se preparan con el fin de iniciar el proceso es liderada por la Fundación Cerrejón, la Función Pública y la USAID, entidades que a su vez asesoran al Gobierno del actual alcalde José Carlos Molina, con el fin de que éste haga un cierre de gobierno exitoso.

En la mañana de este miércoles los orientadores fueron Luis Guillermo Baquero, María Alejandra Zúñiga y Margarita Crespo Habib, en representación de la Fundación Cerrejón para el Fortalecimiento Institucional, quienes hicieron una completa disertación sobre los fundamentos legales y la metodología establecida para el desarrollo de estos procesos.

La instalación de la jornada estuvo a cargo del alcalde electo Mohammed Dasuki, quien hizo un llamado a desarrollar un empalme cordial, sin ningún tipo de confrontaciones y basado siempre en el amor a Maicao.

En horas de la tarde le corresponderá el turno a la Función Pública, quien a través de Mauricio Ramírez disertará sobre la parte técnica del proceso de empalme y el conocimiento de los formatos requeridos.

Noticia en desarrollo….

sábado, 28 de septiembre de 2019

Ovidio Mejía y Mohamed Dasuki unen sus fuerzas a favor de Maicao



Los Movimientos Compromiso Serio y El Verdadero Cambio decidieron unir sus fuerzas para trabajar por Maicao y La Guajira y para asumir juntos la responsabilidad de participar en el debate electoral del próximo 27 de octubre en la que se respaldará la candidatura de Mohamed Dasuki.

La unión fue posible durante de una importante reunión que se llevó a cabo la noche del viernes en la que los militantes de las dos fuerzas políticas decidieron hacer un esfuerzo conjunto para darle solución a los problemas de Maicao a través de una gestión transparente, efectiva y oportuna desde las instancias de poder a las cuales aspiran a acceder a través de las justas democráticas.


¿Qué es  Compromiso Serio?
Este es una de las organizaciones políticas más sólidas y antiguas del municipio de Maicao. En el año Ovidio Mejía Marulanda. Su apoyo, además, fue vital para la elección del Gobernador de ese entonces. En el 2007 el Compromiso Serio ganó nuevamente las elecciones en cabeza del propio Ovidio Mejía Marulanda y con su caudal electoral ayudó a elegir al gobernador que asumiría en el período 2007-2011.
2000 logró ganar las elecciones para la alcaldía en cabeza de su máximo líder, el ingeniero agrónomo

En el año 2009 presentó la candidatura del médico ginecólogo Oscar Mejía quien a la postre resultó ganador en las elecciones atípicas de ese año.

Compromiso serio tiene su trabajo concentrado en las comunas 3 y 4. Se caracteriza por sus grandes convocatorias, por su disciplina política, su trabajo silencioso pero efectivo y el gran carisma de su máximo líder Ovidio Mejía Marulanda.

También lo integran otras personalidades de la esfera política como Enrique Solano padre, el profesor Jaime Pitre, el ex secretario de hacienda Nixon Ramírez, el dirigente Alexis Brito, el exconcejal Misio Solano y los hermanos Oscar, Osvaldo, Orlando y Marina Mejía Marulanda.

Lo que significa el acuerdo
Mohamed Dasuki y Ovidio Mejía expresaron la gran satisfacción que sienten con esta unión, de la que esperan sacar los mejores frutos.

“Lego a la campaña de Mohamed Dasuki para hacer trabajo de campo, a mí me gusta desempeñarme en el terreno y desde hoy me pongo la camiseta amarilla para recorrer los barrios de Maicao. Cuenten que desde este momento no tenemos uno, sino dos candidatos porque voy a multiplicar el trabajo que el próximo alcalde de Maicao venía haciendo. Ustedes pueden contar con mi trabajo y el de mis amigos desde hoy hasta el día en que logremos la gran victoria”, manifestó Ovidio Mejía al momento de hacer oficial su respaldo a Mohamed Dasuki.

Por su parte el candidato del Verdadero Cambio manifestó su gran alegría al recibir el apoyo de un líder al que respeta y aprecia y con el que ya ha trabajado en otras ocasiones.   “Ovidio Mejía y Compromiso serio son una de las fuerzas políticas más grandes del departamento. Queremos darle la bienvenida para trabajar unidos, no sólo en las elecciones del 27 de octubre sino para recuperar los espacios que Maicao necesita en el ámbito regional y naciona. Hoy nace una las organizaciones políticas más importantes de La Guajira”, expresó Dasuki

El día de la bienvenida
El Verdadero Cambio realizará un programa de bienvenida al Movimiento Compromiso serio este lunes a las 2 de la tarde.  Se trata de un programa especial en el que las dos fuerzas políticas le anunciarán a Maicao la decisión de unir su trabajo y su destino para transformar a Maicao y La Guajira.
El evento tendrá lugar en el Club Amaluq y tanto Ovidio Mejía como Mohamed Dasuki hicieron un llamado a sus simpatizantes y la  comunidad en general para que asistan y conozcan de primera mano los pormenores de los acuerdos logrados.

viernes, 6 de septiembre de 2019

El niño que era culpable de todo



Eran los años setenta, la época en que Maicao
era la ciudad más bulliciosa del mundo y la que atraía más turistas por cada mil habitantes en todo el país. No se trataba de turistas que vinieran a conocer las montañas de basuras que se acumulaban en la plaza Simón Bolívar ni los charcos de la calle 14 inmortalizados en una canción de Roberto Solano, sino de visitantes que venían a comprar mercancías a precios que eran muy bajos y por lo tanto muy atractivos.
  

Con lo que un padre de familia compraba un televisor en Bogotá o Barranquilla podía comprar cuatro o cinco en Maicao y con lo que costaba una botella de whisky en cualquier ciudad del país, podía comprar la caja completa en una de las provisiones de la calle 12.

Pero no es de turismo, ni de televisores ni de whisky de lo que quiero escribir sino de mi amado Gimnasio Girardot, el colegio en el que cursé mi primaria y pasé muy buenos años de la infancia al lado de Mauricio Alarcón, Fredy Arrieta, Ildefonso Sánchez, Alejandro Suárez y José Manuel Polo. Por supuesto que la lista era más larga (en el curso éramos como veinte) pero la voy a dejar hasta ahí a ver si aparecen algunos de los compañeros que desde hace mucho se han perdido en las brumas del tiempo, aunque permanecen intactos en las páginas de los recuerdos.  

Estoy omitiendo sus nombres de manera no tan involuntaria a ver si aparecen, aunque sea para hacerme el reclamo.

El Girardot era un buen colegio en el que se enseñaba con el amor en una mano y la disciplina en la otra. La señora Sara, por ejemplo, iniciaba a sus alumnos en las tablas de multiplicar apoyada en una tabla tipo regla; la fórmula era fácil: un reglazo para el que no se supiera la tabla del uno, dos para el que fallara en la del dos y así sucesivamente… hasta que el estudiante estuviera bien educado.

Los profesores, a la usanza de la época, eran experto en métodos de avanzada inquisición educativa y aplicación social.  Eran famosos y queridos, no por los métodos, sino a pesar de ellos.

Afortunadamente los espacios eran amplios y los salones tenían suficiente ventilación en iluminación natural. En recreo todo era ruido, pero a la hora de clases escucharse hasta el zumbido de una mosca.

El silencio sería sepulcral de no ser por las voces de los profesores tratando de transmitir los contenidos de los libros y …por el desordenado estilo de Polo, uno de los estudiantes más desordenados del mundo, el mismo que había puesto a prueba la paciencia de Dilia, la profesora más tierna de la ciudad y había desafiado las reglas de Rita, la adusta directora del colegio.

Polo era el  encargado de tirar los cuadernos de sus compañeros contra las aspas de los ventiladores para ver cómo volaban las hojas hacia todas partes, era el que se trepaba al techo para verificar la resistencia de las láminas de asbesto, invadía la cancha y se robaba el balón en plena final del campeonato Inter cursos, era el que desaparecía la tiza y el borrador del profe de matemáticas…y también tenía la costumbre de limpiar la silla de los maestros para que estos la encontraran limpia. 

A veces, por puro descuido, dejaba sobre el asiento una bolita de chicle de manera que cuando se levantaban, después de llamar a lista, lo hacían con la silla pegada al trasero. Un día burló la vigilancia del coordinador de disciplina, se subió a un escritorio y tocó el timbre que indicaba la hora de salida media hora antes, lo cual revolucionó al plantel porque todos los estudiantes corrieron a la puerta y aún los profesores terminaron más temprano sus clases en la creencia de que todas las actividades terminaban más temprano, tal vez por ser vísperas de las fiestas de San Martín, el patrono del barrio en que estaba ubicado el colegio. 

Las travesuras de Polo terminaban indefectiblemente en una de estas tres situaciones:  llamado a la coordinación, en donde el profesor Pareja le suministraba treinta amables correazos;  llamado a la dirección, en donde la señora Rita lo amenazaba con la expulsión;  el paso por la sala de consulta en donde la seño Margarita lo sentenciaba a, por lo menos, dos horas de reclusión  en el cuarto oscuro, un pequeño calabozo si ventanas, cuyo único adorno era un mico disecado, sin ventanas, sin luz y sin muebles.  Allí aguantaban el suplicio de la privación de la libertad los reos de Margarita, hasta cumplir el último segundo del último minuto de la pena asignada.

Polo era posiblemente el niño más famoso no solo del colegio sino del barrio, pues se le había visto en los patios del vecindario robando mangos y mamones en lo más alto de los árboles a los que subía con destreza felina y de los que bajaba con mucha dificultad.

Un día la calma de la mañana fue interrumpida por el golpe de una piedra contra un vidrio que se hizo añicos. En menos de dos minutos los profesores y los estudiantes estaban reunidos en la rectoría y hacían conjeturas sobre el causante del pequeño desastre. Las esquirlas de vidrio estaban cobre los escritorios, también en el piso y hasta en el cabello de Dorita, la encargada de hacer el aseo.
Por encima del murmullo se escuchó la voz fuerte y firme de la profesora Dilia:
-¡Yo vi a Polo!

Todos la miraron y movieron la cabeza afirmativamente, para darle la razón a quien había hecho la categórica afirmación. Margarita la miró complacida, como dándole las gracias por la oportunidad que le daba de tener un cliente en el oscuro aposento de castigos.

Ya iban en busca de Polo cuando el profesor Pareja los detuvo

-¡No puede ser! ¡Debió haber sido otra persona!

-¿Cómo se atreve a defenderlo? Era la voz de Duarte, el director de grupo. Polo siempre es culpable de todo

-Sí, pero acá tengo su excusa. Hace tres días no viene a clases porque está enfermo de varicela.   Ustedes dicen ver lo que no han visto.

Dilia miró avergonzada hacia el suelo y comenzó a caminar hacia su salón de clases, como lo hicieron todos.

¿Por qué siempre culpan a Polo? Decía Pareja, mientras guardaba la excusa en una carpeta.

¿Por qué será? Por que él siempre tiene la culpa de todo.

Años después aún no se sabe quién rompió la ventana y la calma en ese lejano día de clases.

martes, 13 de agosto de 2019

¡Hagamos esto por Maicao, votemos!

Escrito por: Alejandro Santi Rutto Ortega 


En las últimas 2 décadas en Maicao han estado los mismos grupos políticos en el poder,  solo hemos visto cómo se han enriquecido  sus líderes y como ha decaído nuestro pueblo. Es ese mismo Maicao   que defendemos cada semestre cuando nos toca partir a    nuestra ciudades donde nos tocó crecer académicamente porque no       alcanza la oferta académica en Maicao, son pocos los que pueden      seguir sus estudios superiores aquí mismo y a otros con mucho esfuerzo y dolor nos    tocó   ir a otra ciudad.

Te recomendamos leer: 

Tierra de inmigrantes


Para nosotros no tiene mucho sentido pero, Maicao fue conocido por ser el punto comercial más grande de Colombia, todo lo nuevo llegaba por aquí y se distribuía a todas las ciudades principales del país. Somos la generación que ha visto la muerte lenta de la muy conocida 'Vitrina comercial de Colombia': Del aeropuerto solo conocemos una pista acabada que es sinónimo de peligro y cosas terribles, no sabemos que en ese lugar llegaban hasta 2 vuelos diarios de comerciantes, turistas y poderosos empresarios del país.

Te recomendamos leer: 

Increíble lo que ocurría en el Maicao de los años setenta


Grandes equipos como Junior, Unión Magdalena, Millonarios e Independiente Santa Fe  disputaron memorables encuentros con el equipo de la frontera El ‘Deportivo Maicao’.  EL club llegó a disputar una final de la Segunda División del fútbol Colombiano quedando subcampeones contra Independiente Santa Fe. Hoy muchos jóvenes promesas se están perdiendo en la delincuencia, drogas y si les va bien le tocó dedicarse a un trabajo que les dé para comer, esto no es por falta de talento (el talento sobre en Maicao) es por falta de oportunidades, de ayudas y escenarios deportivos.

No todo es malo para nosotros los jóvenes, nuestros padres nos han puesto en bandeja de plata la oportunidad de convertirnos en una generación que marcó la historia de nuestro municipio en dos, ellos no han sabido elegir. Tenemos que votar con el cerebro, teniendo en cuenta nuestras propias experiencias y lo que nos cuenta nuestros mayores, hoy la idea es acabar con los mismo que han gobernado por 16 años y reconstruir nuestra Pampa Querida.

La única esperanza está en los jóvenes, que solo hemos escuchado del buen Maicao y hemos vivido en el peor.

¡Hagamos esto por Maicao!

Analytic