Escrito por: Alejandro Rutto Martínez
Los carros legendarios de Maicao
Los carros legendarios de Maicao
Mohamed Elnesser fue uno de los amigos que me regaló la vida a través de la literatura. Año tras año me invitaba a la Feria del libro del colegio Colombo Árabe (cuánta falta nos hace esa feria hoy desaparecida) y me presentaba a los grandes escritores que allí se presentaban.
Gracias a él conocí a David Sánchez Juliao, Meyra del Mar y Fernando Soto Aparicio. Con éste último tuve, además el privilegio de alternar en uno de los maravillosos conversatorios que por esa época se organizaban.
El día en que salió la primera edición de "Si mañana fuera Hoy", mi primer libro, estaba muy feliz, me invitó de nuevo a la Feria y se tomó el trabajo de ofrecer el libro a los visitantes, como si fuera uno de los más valiosos productos de su almacén. Ese año Si mañana fuera Hoy quedó en el top 1 de los libros más vendidos, y todo gracias a las cualidades de Mohamed como vendedor.
Algunas veces salimos juntos a tertuliar y a componer el mundo. A hablar de libros, un tema que tanto nos gustaba. Nos acompañaban siempre el profesor Pedro Delgado, el médico Omar Elnesser y el profe Ramiro Choles. La terraza del Maicao Juan Hotel nos albergó en alguna ocasión para que disfrutáramos de una hermosa velada en que degustábamos pizza, mirábamos las luces de la ciudad y pasábamos las páginas imaginarias de nuestros libros preferidos.
Una de sus mejores facetas la conocí después de su partida y me la hizo conocer su familia:
-Mi papá hablaba mucho de usted", me dicen sus hijas.
El mismo mensaje me lo ha dado su esposa.
¿Y yo que hice para que él hablara bien de mí?
Lo único que recuerdo es caminar a su lado unos minutos, visitarlo en su almacén y hablar de lo que más nos gustaba: los libros.
Pero él le dijo a su familia que me estimaba mucho...y eso me hace feliz.
Segundo episodio: Matrimonio y un descubrimiento de su esposa
Tercer episodio: Fundación de la primera emisora del pueblo
Episodio final: Nuevos planes activismo social
Resumen del episodio anterior: Mingo estaba dedicado a impulsar Ondas de Maicao, la emisora que había creado, pionera de la radiodifusión en el pueblo. Un día dejó a un lado la máquina de escribir y el radio, se puso a analizar la contabilidad de su novedosa empresa y lo que descubrió le causó una gran sorpresa.
Las cuentas no
cuadraban con la sintonía y el fervor que generaba la programación. Las huellas
del lápiz rojo sobre los números de la contabilidad delataban el mal momento
financiero por el que atravesaba la empresa. Los oyentes apoyaban a la emisora,
pero los anunciadores no pautaban.
La tristeza hizo su
aparición, pero no se desesperó. Llamó a su esposa y consultó con ella la
gravedad de la situación.
-
Tenemos que salvar la emisora dijo Mingo
-
Pero, ¿Cómo lo haremos, esos números que dejan
lugar a dudas? Estamos al borde de la
quiebra, le respondió Josefina.
-
No sé, pero no podemos cerrar Ondas de Maicao,
tenemos que salvarla.
Y encontraron la
fórmula para salvarla, aunque para ello se vieron obligados a tomar una
dolorosa decisión: venderla a un empresario que tuviera el suficiente músculo
financiero para mantenerla en el aire.
Logró contactarse con
empresarios radiales de Barranquilla quienes a su vez la vendieron a Aroldo
Zapata y de esta operación nacieron
Radio Península y Radio Tribuna, dos de las más recordadas estaciones de radio
del departamento de La Guajira.
Tomás Domingo, por su parte, se dedicó de nuevo al comercio y
a la familia. El cariño y el tiempo que le dedicaba a la emisora lo orientó
hacia su flamante campero Nissan Patrol, que en adelante sería su compañero
inseparable y su mejor amigo y compañero
de trabajo.
Incursionó en la compra de sal, pero prefería la de Bahía Honda, porque según sus conocimientos esta era de mejor calidad para el consumo humano y la curtiembre. Después la trajo también desde Manaure.
También en el procesamiento de sal fue pionero, el suyo fue el primer molino para el procesamiento del mineral en Maicao. En algún momento fue distribuidor del hilo que utilizan las artesanas guajiras para elaborar sus artesanías.
El negocio
avanzaba bien y tenía cara de que mejoraría en las siguientes temporadas. Y se volvió tan buen cliente que sus
proveedores le hicieron una sorprendente propuesta: le enviarían sólo hilos
blancos y él se encargaría de tinturarlos de acuerdo con la demanda del mercado local.
Una vez manifestara
su aceptación le dieron las instrucciones necesarias y las herramientas para
montar su pequeña factoría. El proveedor
le enviaba los hilos blancos y él, a través de un complejo proceso químico, los
teñía de rojo, verde, morado amarillo…de acuerdo con las solicitudes de la
clientela.
En el plano familiar
contemos que el hogar se llenó de
alegría con la llegada de sus siete hijos Shirley de Jesús, Tomás Domingo,
Indira Jazmín, Lenin Jesit, Osiris Carolina, Henry Rafael, Erica Joselina.
Incursionó también en el trabajo social a través de programas de pavimentación comunitaria lo que le valió el agradecimiento de decenas de familias y dirigentes locales quienes decidieron bautizar con su nombre un barrio de la ciudad, el cual se levantó en los mismos terrenos en donde se instalaron por primera vez los transmisores de Ondas de Maicao.
También
existe una avenida llamada Mingo Ocando: la carrera 12 en el tramo que va desde
el Cuerpo de Bomberos hasta la antigua pista del Aeropuerto San José.
Jaime Mendoza Pitre,
el gran profesor Pitre, define a Mingo Ocando como un ícono de los maicaeros,
éstas son sus palabras:
- “Mingo Ocando es un ícono por su seriedad, su permanencia y su querer y amor a Maicao. Lo considero y lo he llamado 'mi jefe único' por que es la persona que se ha ganado el cariño de los maicaeros. A través de la emisora logró que La Guajira y Colombia supieran qué era Maicao y cómo era Maicao. Aún sigue insistiendo en eso. Quien no conozca a Mingo Ocando es porque es muy joven o no es de Maicao. Es un mito, muy popular y su Nissan Patrol lo hace aún más popular, cuando pasa la gente dice “ahí va Mingo Ocando. Es una persona a quien le tengo gran aprecio, cariño y estima”
Mingo Ocando camina
por las calles de Maicao como el hombre del millón de amigos, al que todos
quieren y respetan, como un símbolo del civismo y del progreso y como pioneros
de la emisora y las aerolíneas.
FIN
Resumen del episodio anterior: Tomás Domingo Ocando se ha casado con su novia Josefina Brito, natural de Fonseca. A los pocos días de convivir con su esposo Josefina descubre una de las grandes aficiones del hombre al que había unido su vida
Después de varios viajes a Bogotá y a Tunja, desde donde vino el transmisor, Ondas de Maicao, identificada ante el Ministerio de Comunicaciones como H J I O comenzó sus transmisiones a través de la frecuencia 1290 khrtz el 20 de julio de 1969, día de la Independencia nacional.
Lo primero que se escuchó fue el himno nacional y después algunas
canciones de moda en la época. Ondas de
Maicao se convirtió en la novedad del último año de la década de los sesenta.
Su improvisada cabina y sus estudios estaban ubicados en la salida a
Paraguachón, margen derecha y allí mismo quedaban los estudios.
Mingo recuerda esos tiempos con nostalgia, como
se aprecia en su narración:
-
“Eran tiempos muy duros, a mí me tocaba recoger a los locutores y
periodistas para llevarlos a la emisora porque esta quedaba muy lejos. Además,
pasaba toda la noche pegado al radio para copiar las noticias nacionales e
internacionales para que las leyera Roberto Pineda. Eran noticias frescas que
los periódicos solo publicaban al día siguiente”
Después la empresa consiguió un enlace de FM y
pudieron trasladar las cabinas al centro de la ciudad en la esquina de la
carrera 12 con calle 14. Ondas de Maicao se convirtió en la escuela en donde comenzaron a formarse periodistas
y locutores de la talla de Roberto Enrique Pineda y Amaranto pájaro
Murieles.
Mingo demostraba que siempre lograba lo que se
proponía, por eso es tan difícil definirlo como ser humano y describir su
generosa personalidad. El exalcalde Ovidio Mejía Marulanda, uno de sus mejores
amigos, al referirse a él lo hace con estas elogiosas palabras:
- “Para describir a Mingo Ocando se necesita el cincel de Miguel Ángel y el pincel de Leonardo Da Vinci. Con él he construido una amistad y una hermandad. Lo conocí cuando implementamos el plan de pavimentos comunitarios, él era un hombre prevenido con la clase política.
Lo
conocí como un hombre pulcro, de manos limpias, que no propone ni se deja
proponer actos indecentes que puedan manchar su honorabilidad y honradez. Por
eso aconsejo, recomiendo que el que busque un amigo de verdad, que busque a Mingo
Ocando”
Volvamos a los tiempos de la radio en los que
el dueño de la emisora fungía, además como uno de los “cazadores de
información”. No era lo que pudiéramos llamar un reportero, pero él se las
ingeniaba para rastrear las noticias nacionales e internacionales:
-
“Yo tenía un radio de onda corta, marca Phillips, muy potente. Me pasaba la
noche escuchando radio y transcribiendo las noticias nacionales e
internacionales en mi máquina de escribir para que al día siguiente las leyera
Roberto Enrique Pineda. De esa forma
logramos que En Ondas de Maicao se difundieran noticias del mundo y del país
primero que las grandes cadenas de radio”
Por esta razón Ondas de Maicao se ganó el
respeto y aprecio de su multitudinaria audiencia. Además, prestaba servicios sociales
muy importantes como felicitaciones a quienes cumplían años o tenían otro
motivo de celebración como grados o matrimonios; invitaba a las honras
fúnebres; ayudaba a encontrar documentos
perdidos y daba a conocer los servicios de las empresas y establecimientos
comerciales.
Un servicio social común en aquellos tiempos
era:
-
“Se le informa a Marina González que su hermana Eudosia llegó procedente de San Onofre y desconoce su dirección. Se le agradece pasar por nuestros
estudios a recogerla”
No pasaban cinco minutos antes de que Marina
fuera a buscar a Eudosia a la emisora.
Un día Mingo dejó a un lado la máquina y el
radio, se puso a analizar la contabilidad de su novedosa empresa y lo que descubrió le
causó una gran sorpresa.