sábado, 14 de julio de 2018

La veeduría integral

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

La honradez va ligada al respeto. Una persona honrada se respeta en  primer término a sí misma, a su familia, a su conciencia y a los valores que le hayan inculcado desde temprana edad. Esa educación, doméstica y hogareña, es irremplazable.    

Te recomendamos leer también: El niño que era culpable de todo

Indudablemente  está relacionada también con el respeto a las normas que rigen en la sociedad y a las autoridades que hacen cumplir esas normas. Una persona escrupulosa tendrá cuidado de no incurrir en contravenciones o faltas con las cuales viole alguna norma y se someta, por lo tanto, a las consecuencias derivadas de dicha transgresión.  

Sin embargo, el temor a la ley parece no ser suficiente. Algunos no solo no la temen sino que la burlan y se convierten en verdaderos expertos en desobedecerla.  “Hecha la ley hecha la trampa”, dicen algunos.   O, “hay que buscarle la comba al palo”, manifiestan otros.   La honradez verdadera no consiste únicamente en el respeto aparente a la norma sino en el acatamiento integral a la misma, en el entendido de que en algún momento tendremos que darle cuentas a la persona que nos mira desde el otro lado del espejo o a los niños que claman por recibir buenos ejemplos.

También te recomendamos leer: 

Tierra de inmigrantes

Esas son veedurías morales de gran peso para quienes tienen un fuerte sustento moral en su formación inicial. Pero también están, muy alertas por cierto, los órganos de control, legítimamente constituidos, la fuerza cada vez más poderosa de la opinión pública y el control social  ejercido por los medios de comunicación, así como otras formas de expresión ciudadana, cada una desde su propia tribuna.
Sin embargo, ninguna veeduría, ningún órgano de control, ningún ejercicio de la opinión pública se asemeja a la veeduría suprema e integral de Dios, ante la cual todos debemos comparecer cada día de nuestras vidas.
Dios practica un particular ejercicio de vigilancia cuya eficiencia está sustentada en la  omnisciencia de Él como ser supremo; en  su presencia en todo lugar y momento y en el poder ilimitado que tiene para perdonar y castigar.  La veeduría de Dios le permitió conocer el pecado del hombre en la antigüedad e imponer castigos severos como el diluvio universal o la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, pero su infinita misericordia y amor a los seres humanos lo conllevó a ofrendar la vida de su Hijo como precio para alcanzar el perdón de la humanidad.

Te invitamos a conocer más sobre: El profesor Justo Pérez Van Leenden
La veeduría de Dios está aquí y allá. Se produjo ayer y está presente hoy. Continuará por siempre y no terminará mañana ni nunca. No le podemos ocultar las pruebas, ni lo podremos engañar con falsos testimonios o con argumentos falaces. El Juez  de lo absoluto no necesita orden judicial para escuchar nuestras conversaciones. Tampoco tiene barreras para introducirse en nuestros pensamientos y viajar a las profundidades de nuestro corazón.  A donde vayamos nosotros irá Él, en el tiempo que vivamos estará Él y todo lo que hagamos o dejemos de hacer entrará inmediatamente en la esfera de su conocimiento.
El temor a Dios es suficiente. Y más grande que el temor a la ley de los hombres. Dios es justo, es bueno, es maravilloso y perdona nuestras faltas.  No hay nada oculto que no vaya a ser descubierto por Él. No hay plan perfecto para engañarlo ni hay manera de eludir su perfecta justicia.
El bálsamo que más alivia nuestras conciencias es la convicción de que no tenemos nada que ocultar a Dios ni a los hombres. Es una tranquilidad que no tiene precio.
Si el temor a Dios estuviere presente en nuestras vidas seremos honestos y honrados. Y podremos mirar a la cara a nuestros semejantes sin tener de qué avergonzarnos. Y podremos mirar sin remordimientos a la persona que nos ve desde el otro lado del espejo. Y podremos sonreírles con sinceridad a los niños y jóvenes que esperan de nosotros el buen ejemplo.

Manito Ballesteros, ganadero ejemplar

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

El jueves 4 de julio, murió en la ciudad fronteriza de Maicao, a los 95 años de edad, uno de los grandes patriarcas que ha tenido La Guajira en su devenir histórico: Manuel Ballesteros Galván, conocido cariñosamente en toda la región como “Manito” Ballesteros. De los ganaderos ejemplares que ha tenido la península en toda su historia. Un hombre probo, sin mácula, recto en todos sus procederes, que es la mejor herencia que les ha dejado a sus hijos y para ejemplo William Ballesteros López, ganadero transparente como su padre, el primer alcalde elegido popularmente en Maicao donde demostró solvencia moral y solvencia profesional. Ahí está también otro de sus hijos Alex con la misma impronta de su padre. Su nieta Ingrid Ballesteros Solano, alta ejecutiva de Carbones del Cerrejón, con la misma huella indeleble de su padre y de su abuelo: rectitud moral en todas sus actuaciones en su vida pública y privada.

Hace algunos años, FEDEGAN de quien era miembro activo le hizo un reconocimiento público por todo su trasegar como ganadero. Tomando una de sus palabras que quedan en la memoria de la gente correcta y de los ganaderos de valía “El robo de ganado era un delito…, ahora es un comercio”.

Transcribo apartes de ese homenaje de FEDEGAN para honrar a su memoria: “Manuel es, sobre todo, un buen conversador, como los hombres de su tierra y un recipiente de anécdotas de la vieja ganadería, a la que se dedicó su abuelo desde finales XIX, luego su padre y ahora él, desde 1948. Hoy vive en Maicao pero tiene su finca en la zona rural de Riohacha, desde 1970, cuando le tocó vender la anterior porque estaba en el área que hoy ocupa El Cerrejón. En este tiempo no había si no criollo, pero hoy, en “El Salao” – así se llama la finca porque la riega el arroyo del mismo nombre, Manuel tiene ganado en su mayoría mestizo (Cebú – Pardo).

“Era el año 1947 – mi padre contaba con 34 reses, 2 mulas y 3 burros, y me encargó que pidiera un préstamo en la Caja Agraria en Valledupar, porque en Riohacha no existían bancos. Solicité entonces uno por $1.000, pero me tocó conformarme con los $800 que me aprobaron. Esa sí, no se hizo efectivo sino hasta después del informe del visitador que enviaron, el señor “Pipe Socarras”. Corrijo, el visitador de esa época era el famoso “Tite” Socarras de los cantos de Escalona.

Poco después, y a pesar de las críticas de sus hermanos compro 25 puercos y viajó a Maracaibo, donde esperaba venderlos y regresar el día siguiente. “El regreso se demoró – recuerda Manuel – porque, estando allá – eso fue en el año 50 -, asesinaron al presidente de Venezuela y hubo una gran confusión. Después de haber recuperado el dinero continué viajando y comercializando ganado con el vecino país. El precio de una vaca buena en aquel tiempo era de $10 pesos”.

Manuel sigue pegado a sus recuerdos ganaderos y nos cuenta como, por ejemplo, no era común castrar los animales y las vacas se ordeñaban “Por no dejar” para el consumo de la familia y trabajadores y para hacer queso, porque no había quien comprara la leche para procesarla y tampoco el queso; el que se hacía en la finca se usaba para hacer trueques por yuca u otro producto con otros finqueros de la zona. Los animales se sacrificaban en los patios – no había mataderos – y contra las enfermedades lo único eran los remedios caseros de hierbas, como la contragavilana, un bejuco que abunda en la región y al que se le atribuían propiedades curativas. Los ganaderos de los daban a los animales por vía oral con una botella.

“Hoy todo es más moderno, más fácil, de que sirve, si la seguridad y la confianza se perdieron”. Manuel se aferra otra vez a la nostalgia: “No existían las divisiones de terrenos, cada habitante de le región respetaba la propiedad ajena, prácticamente no había documentos que respaldaran la propiedad privada. El robo de ganado era un delito, ahora es un comercio”.

Un hombre sano en todo el sentido de la palabra, se nos ha ido, dejando una huella indeleble en su tierra Papayal, donde fue su sepelio, en su Maicao que lo acogió como uno de sus hijos, en todos los ganaderos que lo conocieron y en sus hijos que les dejó la mejor herencia: Su legado moral. Ahora descansa en paz.      


Mundial al día


Escrito por: Ignacio Escudero Fuentes
Ex futbolista de la Selección Juvenil de Futbol de Colombia, Chile 1974.

Mundial al día


Nadie gana nada, hasta que gana. Está ocurriendo en el Mundial de Futbol con los grandes con ínfulas de ganadores y ya no están. Desde, la génesis del Campeonato Mundial de Futbol, luego que la Federación Internacional de Futbol Asociado-FIFA-decide otorgar a Uruguay para que en el año 1930, realizara el Primer Campeonato Mundial de Futbol, como reconocimiento a los logros deportivos por haber sido Campeón Olímpico de Futbol en 1924 y 1928 en Paris y AMSTERDAM, hasta Brasil 2014, nunca como ahora en Rusia 2018, se había presentado tantos países con alcurnia de Campeones Mundiales, descabezados, antes y durante las máximas justas deportivas del balompié orbital.
Antes del Mundial, se quedaron en el camino, Italia, Holanda, Chile. En la primera fase, España, Alemania, Portugal. Octavos, Brasil, Uruguay. Cuartos, Inglaterra,  Con ellas también se fueron los mejores futbolistas del mundo: Messi, CR7, Neymar Jr.
También, sorpresa que, dentro de los finalistas no aparece ninguna Selección de Suramérica. Aun cuando no es el primero. Antes, se quedaron por fuera en los Mundiales de Italia 1934; Inglaterra 1966: España 1982;
Para confirmar lo antes dicho echemos un vistazo a los Campeonatos Mundiales de Futbol y las Selecciones que se han alzado con los primeros cuatro lugares:
Uruguay 1930, Campeón Uruguay; Subcampeón Argentina; Tercero Estados Unidos; y Cuarto Yugoslavia.
Italia 1934, Campeón Italia; Subcampeón Checoslovaquia; Tercero Alemania; y Cuarto Austria.
Francia 1938, Campeón Italia; Subcampeón Hungría; Tercero Brasil; y Cuarto Suecia.
Brasil 1950, Campeón Uruguay; Subcampeón Brasil; Tercero Suecia; y Cuarto España.
Es importante resaltar que, los Campeonatos correspondientes a 1942 y 1946, no se realizaron debido a la Segunda Guerra Mundial.
Suiza 1954, Campeón Alemania; Subcampeón Hungría; Tercero Austria; y Cuarto Uruguay.
Chile 1962, Campeón Brasil; Subcampeón Checoslovaquia; Tercero Chile; y Cuarto Yugoslavia.
Inglaterra 1966, Campeón Inglaterra; Subcampeón Alemania Federal; Tercero Portugal; y Cuarto URSS.
En las eliminatorias, como hecho histórico para reseñar es que por primera vez un futbolista guajiro integra la Selección de Futbol de Mayores de Colombia, el barranquero Olinto Fonseca Medina.
México 1970, Campeón Brasil; Subcampeón Italia; Tercero Alemania; y Cuarto Uruguay.
Alemania 1974, Campeón Alemania Federal; Subcampeón Holanda; Tercero Polonia; y Cuarto Brasil.
Argentina 1978, Campeón Argentina; Subcampeón Holanda; Tercero Brasil; y Cuarto Italia.
España 1982, Campeón Italia; Subcampeón Alemania; Tercero Polonia; y Cuarto Francia.
México 1986, Campeón Argentina; Subcampeón Alemania Federal; Tercero Francia; y Cuarto Bélgica.
Italia 1990, Campeón Alemania Federal; Subcampeón Argentina; Tercero Italia; y Cuarto Inglaterra.
Estados Unidos 1994, Campeón Brasil; Subcampeón Italia; Tercero Suecia; y Cuarto Bélgica.
Francia 1998, Campeón Francia; Subcampeón Brasil; Tercero Croacia; y Cuarto Holanda.
Korea – Japón 2002, Campeón Brasil; Subcampeón Alemania; Tercero Turquía; y Cuarto Korea del Sur.
Alemania 2006, Campeón Italia; Subcampeón Francia; Tercero Alemania; y Cuarto Portugal.
Sudáfrica 2010, Campeón España; Subcampeón Holanda; Tercero Alemania; y Cuarto Uruguay.
Brasil 2014, Campeón Alemania; Subcampeón Argentina; Tercero  Holanda; y Cuarto Brasil.
Colombia, ocupó el honroso quinto lugar, máximo logro de la cafetera en Campeonatos Mundiales de futbol en su historia.
Actualmente, se disputa la final en Rusia 2018, Francia y Croacia, por Primer y Segundo; y Bélgica e Inglaterra, por Tercer y Cuarto puesto.
Adenda 1: Teniendo en cuenta que este es el Mundial, caracterizado por truncar a los mejores del mundo, no descarten que, Bélgica gane a Inglaterra y se alce Croacia “David” con el título, descabezando a Francia “Goliat”
Adenda 2: Me solidarizo con el crack Neymar Jr. A quien,  a través de las Redes Sociales, critican por sus recurrentes caídas. El futbolista, talentoso “en vía de extinción”, como el brasilero, por los planteamientos técnicos y la tolerancia arbitral, utiliza esa estrategia como instinto de conservación ante la crueldad del adversario, no es “payasada”. Lo digo, por vivencia personal.

Escribió:

IGNACIO RAFAEL ESCUDERO FUENTES
Ex futbolista de la Selección Juvenil de Futbol de Colombia, Chile 1974.
Mundial al día

domingo, 31 de diciembre de 2017

Mi mensaje de fin de año

Pido perdón

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

En este final de año quiero agradecer la amistad de todas las personas que hicieron parte de mi mundo. Los amigos con los que hablé, aquellos con los que últimamente no pude conversar, con quienes me ayudaron a transitar por los sinuosos caminos de la vida, los que hablaron bien de mí y los que me dieron la oportunidad de entrar en la lista de sus amigos.

Aprovecho también para pedir perdón. Le pido perdón a aquellos a quienes por descuido no llamé en la fecha de su cumpleaños, a los que me reclamaron porque en un momento de enlagunamiento olvidé su nombre, a  aquellos a quienes les pasé por el lado y no saludé, a quienes esperaban más de mí,    a quienes omití saludar en una reunión en que saludé a todos, a los que me pidieron favores que no pude hacer, a los que me llamaron y no les contesté, a los que me buscaron y no me encontraron, a quienes me prestaron libros que no devolví, a los que les hice reclamos airados y, peor aún, a los que debí hacerles un reclamo y preferí guardarme el sentimiento.

A los que les incumplí una cita, a los que nunca llamé, a los que llamé demasiado, a los que no les he pagado alguna deuda, a los que no invité a la celebración de mis mejores momentos. Pido perdón a aquellos a quienes lastimé con una palabra insensata o un mensaje inoportuno, a los que burlé porque su equipo perdió un partido o un campeonato a los que me les escondí cuando perdió el mío y negarles de esa manera el derecho a disfrutar el sabor de la revancha.

Soy un ser humano y por eso hoy, al caer el telón de una año que se va para no volver jamás, quiero pedirles perdón.  

Al fin y al cabo, no soy más que un ser humano y como tal un ser en construcción y en constante lucha contra el olvido de las pequeñas cosas (que a veces son las más importantes), contra la miopía, contra la timidez y muchos otros defectos.


Dios los bendiga, los quiero mucho y, después de pedirles perdón, paso a decirles que les deseo en 2018 el mejor año de sus vidas, con 365 días llenos de las más grandes bendiciones de parte de Dios. 

martes, 21 de noviembre de 2017

Valledupar y la “apropiación” de la música vallenata

"Con este escrito estoy asumiendo en nada honroso rol de abogado del Diablo o aún más abyecto, el de apátrida"


Escrito por:  Abel Medina Sierra 

Comienzo estas líneas previniendo que para algunos, con este escrito estoy asumiendo en nada honroso rol de abogado del Diablo o aún más abyecto, el de apátrida.
En mi ámbito de desempeño como analista y melómano de la música vallenata como proceso cultural, he escuchado miles de veces la expresión que en Valledupar le “robaron” la música vernacular a  La Guajira, en este caso,  la hoy llamada vallenata, pero que antes se le llamaba “de parranda”, “provinciana” o simplemente “de acordeón”.  
El celo de los guajiros, y especialmente de los riohacheros con los valduparenses por el vallenato, se exacerbó desde que esta música pasó del estadio folclórico, campesino y localizado a ser el principal referente sonoro del país, la música popular y masiva de mayor dinámica en Colombia. Antes de esto, el vallenato tenía pocos dolientes en el norte de La Guajira y todavía hay gente en Riohacha que asevera,  que esa música nunca ha representado a la ciudad aunque esa es  una mentira insostenible.
Recuerdo el día, por allá en el 2006 cuando en el Centro Cultural, maestro Escalona nos enrostró que el vallenato fue acunado por Valledupar porque “el riohachero era muy pretencioso en gustos musicales y no le pararon bolas al acordeón”.  Aunque exagerado en sus calificativos, algo de razón tenía Escalona.     
No se sabe  aún con exactitud dónde nació la música vallenata, parece ser que fue una expresión que se fue gestando por creación colectiva en varios lugares de manera simultánea y luego, esos rudimentos se fueron agrupando en un género musical. Bien es   cierto que los documentos más antiguos registran la trifonía de acordeón, caja y guacharaca en Riohacha y eso le da protagonismo también el norte de La Guajira.
También es cierto que la llegada del vallenato a Valledupar fue a través de colonos campesinos que fueron, en su mayoría del sur de La Guajira. Así como Barranquilla recibió y se apropió de las danzas y músicas ribereñas a partir de su carnaval, Valledupar se convirtió en el epicentro del vallenato que llevaron los provincianos  y vecinos de Patillal, Atánquez, San Diego o El Paso. Mientras en Riohacha se miraba de soslayo esta música, la élite cesarense vio en esta música un referente identitario y un instrumento cultural   en el proceso de departamentalización y de creación de industrias culturales.
 ¿Hubo apropiación del vallenato  por parte de los natos del valle? Primero hay que aclarar el sentido de la palabra “apropiación”. Para la Rea Academia de la Lengua, significa “Tomar para sí alguna cosa, haciéndose dueña de ella”Si alguien toma esta primera acepción, dirá         que si en Valledupar se apropiaron del vallenato, eso quiere decir que no era de ellos y que se lo robaron a otro, en este caso a La Guajira.
Pero resulta que esta música es una manifestación del patrimonio cultural y allí se aplica el concepto de  “apropiación social”. Esto implica que el patrimonio cultural tiene un valor real y simbólico para el grupo humano que lo ha heredado, no vale en sí mismo sino porque el grupo humano le da una valoración positiva. Una comunidad se apropia de una música  cuando la mayoría de los actores sociales son conscientes de su valor patrimonial, particularmente del inmaterial y eso ocurrió en Valledupar con esta música que hoy reclamamos.
Si bien es cierto, con relación a esta música, a veces se hacen injustas  exclusiones y se obra con espíritu centralista en Valledupar, no es menos cierto que allá le han dado un valor al vallenato, lo han integrado a su economía que eso dinamiza más el nivel de apropiación social. En Valledupar no han sido tan celosos como lo son algunos guajiros con relación al vallenato, tanto así que el acordeonero más querido  de la élite valduparense ha sido Colacho Mendoza; el habitante de Valledupar que ha sido más famosos en toda su historia ha sido Diomedes Díaz y allá auparon como nuevo ídolo a Silvestre Dangond.  Nunca se pusieron con reparos que eran guajiros.
Con mi experiencia personal puedo refrendar esto. Recientemente fue postulado para hacer parte de la Academia de Estudios del Caribe por  actores de Valledupar y no por la institucionalidad de La Guajira. La Gobernación del Cesar me ha llamado en varias ocasiones para ser oferente u organizador  de eventos sobre música vallenata. Hace tres años en un evento organizado por el Ministerio de Cultura sobre música vallenata en Aguachica, en lugar de invitar a investigadores cesarenses, me escogieron a mí. La Universidad Popular del Cesar me encarga de coordinar la revista Vallenatología del Encuentro de investigadores de la música vallenata, me está ofreciendo honorarios solo para sea su investigador exclusivo de esta música y está interesado en publicar mis obras mientras llevo 22 años en la Universidad de La Guajira y nunca he podido publicar ni que se me reconozcan mis investigaciones.
El innegable protagonismo de La Guajira sobre el vallenato se demuestra con políticas públicas y privadas de apropiación social fomento, formación e investigación y no con golpes de pecho y dudosos certificados de paternidad. Nos    falta la apropiación del vallenato que sobra en Valledupar, y el patrimonio no es de donde emerge sino de donde tiene mayor relevancia social y valor para la comunidad.

Analytic