martes, 24 de mayo de 2016

Nando Deluque: hombre sencillo, gobernador brillante




Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

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Hernando Deluque Freyle es un hombre lleno de paz y de tranquilidad, que pocas veces se ve quieto, sobre todo cuando se trata de hacer algo para ayudar a alguien que puede ser un poco más feliz con lo que él le pueda dar. 

Y eso cuenta para todo, desde regalar una bolsa de mangos en una comunidad indígena hasta llamar desesperadamente a todos sus amigos para conseguir el traslado de un enfermo grave a otra ciudad.

Su registro civil indica que nació en la mitad el siglo XX: 30 de enero 1950, el mismo año en el que Uruguay dio una de las más grandes sorpresas del fútbol al vencer a Brasil en el partido final de la Copa Mundo Celebrada en el estadio Maracaná en una nueva versión de la pelea desigual en que David, el pequeño, derrota a Goliat, el gigante.    

Ese día la comadrona, con los ojos iluminados por contagiosa alegría puso el niño en manos de Alfredo Deluque Panaflett y le dijo: tu hijo es un varoncito y va a ser muy inquieto.  En la habitación contigua doña Remedios Freyle Magdaniel se reponía del trabajo de parto y esperaba con desespero que le entregaran a su hijo para amamantarlo por primera vez.

Carisma y algo más

El chico comenzó a crecer y se volvió el centro de todas las reuniones y fiestas e niños: jugaba y hacía travesuras que a sus amiguitos les agradaba. “Tiene carisma”, dijo una vez un amigo de la familia. “los demás ‘pelaos’  juegan siempre lo que él dice y le caminan para donde él va.

Carisma, esa es la palabra que mejor lo definiría en adelante. Nadie sabe dónde lo aprendió o de dónde lo sacó. Es como una gracia especial concedida por Dios y la vida para caerle bien a quienes les rodean. Y esa sería su impronta, su marca personal en las diversas etapas de la vida.

Pero el carisma no sería su única característica. A ésta hay que sumarle su vicio de leer hasta los clasificados del periódico, su espíritu de caminante incansable, su verbo fácil y campechano y las ganas inagotables de convertir en propias las angustias de otras personas, aún aquellas a las que no ha tratado tanto.

Habíamos dicho que no se sabe de dónde sale su carisma. Pero su generosidad sí es de origen conocido: en la casa sus padres Alfredo y Remedios le habían hecho aprender, a fuerza de repetírselo mil veces, el dicho preferido de la familia. “haz el bien y no mires a quien”.

Simplemente "Nando"

Cuando el joven Hernando se hizo mayorcito dejó de llamarse como lo habían bautizado los curas franciscanos de la Catedral y pasó a llamarse simplemente Nando, pues sus amigos guajiros, fieles a la costumbre de economizar letras y de encaquetarle apodos a sus congéneres, decidieron llamarlo de esa manera.


Se traslada a Bogotá: ciudad del estudio y el trabajo

Nando se fue a estudiar derecho y se graduó como con honores en la Universidad Externado. 

Y comenzó su carrera laboral en la que hacía lo que los abuelos le habían enseñado en la infancia, y le había repetido los profesores de la Divina Pastora,  en donde se graduó como bachiller: “Cuando comiences a trabajar, tienes que llegar de primerito y esperar a que todos se vayan. Después te vas tú”.

Y así lo hizo durante el tiempo que trabajó en como Jefe de la División de Auxilios y como Jefe de Personal de la Contraloría Nacional en Bogotá a finales de los años setenta y principio de los ochenta.


De regreso a su tierra

De regreso en su tierra fue nombrado subdirector de Corpoguajira hasta 1.998 y después pasó a ser asesor del gobernador Álvaro Cuello, su compañero de militancia y amigo personal.  

En un corto tiempo logró que los ojos de la comunidad, las cámaras y las grabadoras de los medios y los reflectores de la opinión pública estuvieran puestos sobre él y su accionar dentro del gobierno.   


El secretario estrella

Para la época Nando era, lo que llaman en “el congresito” del parque Padilla el secretario estrella de la administración Cuello Blanchar.

¿Cómo lo había logrado?  Sin trabajar para lograr ese título, sino para ayudar a la gente.

Cuando se encontraba con los líderes comunales de los pueblos y veredas de La Guajira paseándose de un lugar a otro sin encontrar a la persona que buscaban, él los tomaba casi de la mano y los llevaba a la oficina misma del secretario o del director que necesitaban y, si era necesario, a la oficina del mismísimo gobernador.  

Se quedaba en la reunión y se convertía en el compromisario de los acuerdos a que se llegaran. Cuando el líder se desocupaba, lo invitaba a almorzar, le daba para los pasajes,  y lo llevaba al sitio en que debía tomar su transporte de regreso.   

Unos días después lo  llamaba para saber si le habían cumplido lo pactado.  

Si la respuesta era negativa se dedicaba a “patinar” el asunto en las diferentes dependencias y no se quedaba tranquilo hasta lograr su objetivo.


Candidato a la Gobernación

En 1.999, cuando faltaba algo más de un año para las elecciones e nuevo gobernador el grupo político Nueva Guajira buscaba un candidato que le permitiera ganar las elecciones por tercera vez consecutiva. 

Debía ser una persona muy bien preparada, con gran carisma, buenas capacidades y un prestigio que le permitiera sobreponerse al desgaste natural de seis años de seis años de gobierno.

Nando les dijo a los jefes del grupo que él prefería seguir trabajando muy cerca de la gente y les imploró que no lo incluyeran en la baraja de precandidatos. 

Quienes participaban en la decisión le prometieron tener en cuenta su decisión pero no le prometieron nada.  

Nando sospechaba que en las toldas del movimiento se fraguaba una encerrona para designarlo como candidato y optó por irse de Riohacha por unos días mientras las aguas se calmaban.

Cuando regresó se encontró con que le estaban solicitando la renuncia y, como para que no le quedaran dudas, le presentaron a su sucesor, con quien debería iniciar el empalme de inmediato.

Cuando preguntó por qué lo trataban así le respondieron: “Ya no te  necesitamos como asesor sino como Gobernador, eres el candidato a la gobernación y tienes que irte rápido antes de que te inhabilites”.

Después se enteró de que los líderes de los barrios, corregimientos y pueblos habían dicho que era Nando o no era ninguno.  Ellos querían elegir a quien tanto le había servido de manera desinteresada.


Una campaña muy particular

Hernando Deluque Freyle se tomó la campaña como un evento de su vida que debía disfrutar en lo que le más le gustaba: conversando con  la gente y metiéndose a cualquier hora las profundidades del barrio, a las entrañas de la ranchería o a la casa más distante del pueblo más pequeño, para ir a saludar a una matrona que le había mandado la razón de que fuera a visitarla.

El carro de la campaña era casi un lujo, puesto que el candidato decidió hacer su campaña caminando y lo hacía desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Solo se subía al vehículo para ir de un pueblo a otro o a una ranchería. Cuando llegaba, era capaz de caminar hasta 12 y 14 horas diarias. 

Era tanto su esfuerzo y derroche de energías que la campaña le asignó una doctora para que valorara su salud de manera permanente y le hiciera las recomendaciones a que hubiera lugar.

Un día le pidió cinco minutos para dialogar con él y le dijo: “doctor, usted debe dosificarse, porque si no, se nos va a fundir. No va a resistir tanto trajín”

Nando prometió que lo haría pero apenas entró a la siguiente reunión se olvidó de las recomendaciones de su médico. Ella anduvo detrás de él hasta que la venció el cansancio y se dedicó a menesteres menos agotadores de la campaña.

El candidato no dejó lugar a donde no fuera: desayunaba en el mercado de un municipio, visitaba dos o tres barrios, almorzaba en otro lugar y llegaba a donde nunca habían ido ni los candidatos ni los gobiernos. 

La gente se revolucionaba cuando sabía que el hijo de la señora Remedios  estaba cerca y armaban unos tumultos gigantescos para hablar con él y ofrecerle su apoyo.


Las “perdidas” del aspirante

El candidato disfrutaba de todos sus actos de campaña: de las reuniones masivas en las cuales era acogido como una celebridad; los festivales en donde le robaba el protagonismos los artistas invitados; las entrevistas en los medios de comunicación especialmente la radio en donde atendía todas las preguntas de los periodistas y la comunidad sin eludir ninguna. 

Pero lo que más gozaba era su presencia en las remotas rancherías de la Alta Guajira en donde tenía la oportunidad de gozar escuchando la sabiduría de los mayores, quienes desde ese momento le daban consejos sobre buen gobierno.  

Varios momentos especiales los vivió también en sus visitas a los establecimientos educativos, colegios y universidades en donde prometió que al ser elegido decretaría la gratuidad de la educación pública.


El slogan obvio

Nunca a un grupo de publicistas y expertos en marketing le fue tan fácil escoger el eslogan de una campaña. Sólo tenían que tomar el nombre acortado del candidato y fusionarlo con el verbo que mejor lo describía; caminar. De esta manera surgió la frase “CAMINANDO por los buenos tiempos”

Victoria estrecha

El día de las elecciones Nando lo asumió como cualquier otro: visitó el comando, dio instrucciones, fue a votar en compañía de su esposa Denis y se acercó a los puestos de votación, a observar cómo se movían las elecciones.   Después regresó a casa a esperar los resultados.

Cuando se cerraron las urnas y comenzaron a conocerse los guarismos hubo nerviosismo porque al principio punteaba Jorge Ballesteros, excelente candidato, quien ya había sido gobernador y tenía miles de seguidores en toda la Guajira. 

Jorge era hombre serio, buen político y un experto en ganar las elecciones. Eso le dio mayor colorido a las elecciones y conllevó a que estas se definieran por una diferencia de tan solo cinco mil votos a favor de Hernando Deluque Freyle.

El Gobierno de la Educación

Nando Deluque se posesionó el 1º. De enero del 2000, un día en que el mundo entero celebraba la llegada del tercer milenio con diversas festividades.   Sin pérdida de tiempo comenzó a poner en marcha una agenda de trabajo en que la educación ocuparía un lugar muy importante.   

Desde el inicio de su Gobierno dio instrucciones para asesorar al municipio de Maicao para que éste lograra certificarse y tener una relación directa con el Ministerio de Educación, sin necesidad de tener la tutela de la Secretaría Departamental.

En esos tiempos se hablaba mucho de la necesidad de sembrar las regalías en obras que le garantizaran a la región ver con optimismo los días de un porvenir cercano pero incierto.

-“Sembremos las regalías en la gente”, dijo el nuevo gobernador

-¿A qué se refiere con eso? Le preguntaron sus asesores

"Me refiero a que  hagamos la inversión en lo mejor que tiene la Guajira que es la gente. Vamos a darle matrícula gratis a todos los estudiantes para que nadie se quede sin estudiar porque no tiene con qué pagar lo que cuesta la matrícula. Y para que los colegios tengan una platica con la que puedan mejorar sus condiciones”

Después de un intenso debate, en el que la mayoría de los participantes no estaba de acuerdo, Nando hizo valer su autoridad y definió que en adelante la educación de todos los guajiros sería gratuita desde el preescolar hasta la Universidad, gracias al apoyo que la Gobernación le daría a las instituciones educativas y a la Universidad de La Guajira.   

La medida hizo que los padres de familia respiraran tranquilos, pues podían llevar a sus hijos al colegio con la confianza de que no les cobrarían. 

Ahora los niños podían estudiar sin que sus padres incurrieran en este costo o se comprometieran con los políticos que les consiguieran una beca, como antes sucedía.   

En el año 2011 el Gobierno Nacional tomó la decisión de crear la gratuidad educativa para todos los estudiantes de preescolar, básica y media en el país, pero La Guajira le llevaba 11 años de ventaja a trascendental medida.


El mejoramiento urbano participativo

El Gobernador quiso cumplir su promesa de campaña de pavimentar las calles y carreras de los municipios, las cuales eran intransitables en verano a causar de la arena e imposible de transitar en invierno a causa de los charcos en que quedaban convertidos. 

Junto con sus asesores ideó el plan de Auto gestión comunitaria mediante el sistema de costos compartidos  en el que la Gobernación aportaba la mayor parte de los recursos. Otra partida era entregada por los municipios y una pequeña parte por la propia comunidad.  Se le llamó pavimentación comunitaria.

El proceso fue un éxito y sirvió para cambiarle la cara a cientos de calles y carreras que ahora adquirían otro aspecto gracias a la pavimentación liderada por el hombre de las largas caminatas.

Convenios con el Gobierno Nacional para mejorar salud
La Gobernación sembró regalías, además, el un convenio, el primero de su género en el país, con el Gobierno nacional para ampliar la cobertura de salud, para una mejor atención a todos los ciudadanos, pero sobre todo para mejorar las condiciones en que se atendía a los indígenas del departamento.

Para el sector salud y para los niños y niñas fue una buena noticia también la puesta en marcha de los Centros de Recuperación Nutricional, en los que los niños con problemas de desnutrición eran atendidos hasta que recuperaran el peso que debían tener de acuerdo con su edad. Los primeros de estos centros funcionaron en los municipios de Manaure, Uribia, Maicao y Riohacha.


El inicio de la represa

Nando Deluque convenció al Gobierno central para que se iniciara la construcción de la primera etapa de la represa y distrito de riego del ranchería, obra  de gran importancia para el suministro de agua a los habitantes del semi desierto guajiro y proyecto clave para darle un impulso muy importante a la agricultura de la región, especialmente a la del sur del departamento.   

El día en que finalmente el proyecto se culmine, la Guajira reconocerá la visión de su primer gobernador del siglo XXI.

Final anticipado

Una orden judicial que él acató con respeto lo obligó a entregar la gobernación seis meses antes de que se cumpliera el período constitucional para el cual había sido elegido.    Cuando atravesó por la puerta de la casa de Gobierno por última vez en condición de mandatario los periodistas le preguntaron qué iba a hacer en adelante. 

Él, fiel a su estilo descomplicado respondió: “voy a seguir caminando por toda La Guajira”
-¿Volverá a ser candidato?, le preguntaron

- “Uno no necesita ser candidato para acordarse de sus amigos. Yo los visito por que los quiero. Y camino porque me gusta” les respondió

Siete años después

Nando Deluque cumplió su promesa y recorrió el departamento como un aldeano más. En algunas partes se sentaba a conversar. A otros lugares llegaba a dar el pésame. Y en ocasiones se aparecía en los festivales. Siempre encontró a los amigos dispuestos a pasar un buen rato con él.

Por aquella época, siete años después de su salida de la gobernación, su hijo Alfredo Deluque se presentó como candidato a la Cámara de Representante y fue elegido como nuevo parlamentario de La Guajira.

“El muchacho es inteligente, tiene lo suyo y cae bien” decía Nando el día en que festejaban la entrega de la credencial.

Era cierto, pero había algo más: siete años después, La Guajira aún recordaba con cariño la gestión y la figura de Nando Deluque, el hombre que le propuso a la Guajira caminar por los buenos tiempos. 

La gente, definitivamente no olvidaba al hombre de la palabra popular y la sonrisa carismática que no se cansaba ni de caminar ni de servir.

viernes, 20 de mayo de 2016

Dos nombres que Oneida Pinto cambió en su pueblo

Albania era el  pueblo más olvidado del mundo, pero en los años 90  comenzaban a llegar muchas personas atraídas por su cercanía con las minas de El Cerrejón, y especialmente con la garita desde donde podía accederse a uno de los complejos mineros más importantes del continente y el mundo de oportunidades que había de la puerta para adentro. 

También comenzaron a regresar los muchachos que se habían ido a estudiar y encontraron a pueblo casi igual que como lo dejaron, con la diferencia de que algunas personas de otras latitudes ahora se movían por sus escasas calles con actitud de quedarse a vivir a allí. 

Los que regresaron tenían un bulto de ilusiones, una carpeta de sueños y un diploma profesional. 

Una de esas personas fue Oneida Pinto, graduada como Trabajadora Social, a quien la vida y el esfuerzo de sus padres, le habían dado la oportunidad de estudiar lo que le gustaba y ahora pensaba aplicarlo en servirle a los amigos de su pueblo. 

 Hubo cosas que le gustaron y otras que no. Le gustó mucho la felicidad del reencuentro con los amigos de la infancia y con la sonrisa de los mayores, cuyas cabezas estaban adornadas con nuevas hebras plateadas que antes no les había visto. 

Y entre lo que no le agradaba, era la imagen de pueblo colgado en el balcón del olvido con sus casitas viejas y derruidas y los sardineles derruidos por la acción del tiempo. 

Otras cosas que tampoco le gustaban: una de ellas era el nombre con el que se conocía la amada patria chica y otra el nombre de una de sus calles más conocidas e importantes. 

 Al pueblo le decían Calabacito algunos y Albania otros. Y a la calle, larga, angosta y situada en una pronunciada pendiente, la llamaban con el sonoro nombre de "Rabolargo". 

 La nueva trabajadora social propuso cobrar una multa de cincuenta pesos al que se le ocurriera decir "Calabacito" y otra de 20 pesos al que llamara a la inclinada calle por el malhadado nombre. 

 No se sabe cuántos pagaron la multa. Ni siquiera si alguien alguna vez la pagó. Nadie quería dejarse sorprender pronunciando los nombres impronunciables,  

Hoy pocos se acuerdan del antiguo Calabacito y nadie menciona a ese rabo inclinado, angosto y largo. Albania ahora es Albania y la calle...bueno la calle tiene su número. Mejor no repetir su antiguo nombre no sea que la multa aún esté vigente.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Música tradicional vallenata

Escrito por:  Hernán Baquero Bracho

En el último trimestre del año 2015, la UNESCO declaró a la música tradicional vallenata como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad. 

Léase bien música tradicional, la que inmortalizaron nuestros juglares y que por ello la UNESCO después de un estudio de investigación y gracias a unos héroes de nuestro folclor que se encaminaron a que la música vallenata tuviera tal reconocimiento como Rosendo Romero Ospino, “Beto” Murgas, Félix Carrillo Hinojoza, entre otros, se logró este gran hito histórico en bien de nuestra música vernácula.

Pues bien, los primeros en prepararse con las exigencias de la UNESCO fue la fundación de la leyenda vallenata, con su icono el festival vallenato, el primero en este género a nivel mundial. 

Por ello para la versión 49, el consejo directivo en cabeza de su presidente ejecutivo Rodolfo Molina Araujo, lo primero que hicieron fue darle un vuelco al reglamento de los concursos, comenzando que en los concursos de acordeón profesional, aficionado, juvenil e infantil las cajas a partir de este año además de cilíndricas de madera y con parches de cuero templado, y las guacharacas de caña lata, el acordeón diatónicos de botones en cualquiera de sus marcas, tamaños y tonos. 

Como testigo excepcional en base a que tengo años de estar ejerciendo el papel de jurado en este gran festival, nos explicaba su vicepresidente “El Mono” Quintero, que para esta versión que pasó, la UNESCO a través del Ministerio de Cultura envío supervisores para ver si el festival estaba cumpliendo con la música tradicional vallenata.

Recordándose que un conjunto típico de música tradicional vallenata es un grupo de tres personas y que en los conjuntos juveniles e infantiles podrán agregarle un cantante, que en forma melodiosa y armónica interpreten la música tradicional vallenata con los tres instrumentos organológicos: Acordeón, caja y guacharaca en los cuatro aires tradicionales: merengue, paseo, puya y son.

Si hiciéramos un análisis rápido de los diferentes festivales y en especial  los que se llevan a cabo en La Guajira, ninguno cumpliría con los requerimientos de la UNESCO. 

El festival más tradicional después del vallenato es el Cuna de Acordeones de Villanueva. 

Hace unos años y actuando de buena fe su presidente ejecutivo Israel Romero Ospino y su consejo directivo aprobaron un  quinto aire llamado “ROMANZA” pero hoy ese quinto aire le quita la propiedad a dicho festival en la tradicional música vallenata. 

Por ello es importante que estudien los requerimientos de la UNESCO para que   este importante festival cumpla con el lema de patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.

Y si es el festival francisco el hombre que se realiza en Riohacha ese sí que menos cumple con la función de música tradicional vallenata, porque de eso adolece en su conjunto.

Y de ahí la preocupación de Diario del Norte, que en su editorial del viernes 6 de mayo del año en curso se refirió al tema en mención: “¿Cuál es nuestro Clúster?” y puso el dedo en la llaga con este editorial, porque Valledupar a la cabeza, viene liderando la Corporación Clúster de la Cultura y la Música Vallenata y que por el contrario en La Guajira estamos en cero. 

En especial que los directores de cultura así como el Fondo Mixto en primera instancia ni conocen ni están comprometidos con la música tradicional vallenata y como lo expresa el mismo editorial no son los llamados para implementar la resolución 1321 del 16 de Mayo de 2014, firmada por la Ministra de Cultura, mediante la cual se considera muy importante para el país y el mundo, lo que es la música de acordeón. 

¿Cuándo en La Guajira se pondrá en práctica en Clúster vallenato?.


lunes, 16 de mayo de 2016

Laid del Socorro Díaz, maestra sabia y mujer esforzada

Laid del Socorro Díaz nació en Fonseca, sur del departamento de La Guajira en un hogar lleno de fe, de amor y de hijos fundado por Arcadio Díaz e Idalis Frías, fonsequeros humildes de sueños grandes cuyos padres eran oriundos de Barrancas.

Don Arcadio Díaz, un campesino de manos recias y costumbres nobles, tomó como esposa a la bella Joven Idalis Frías, a quien sus padres criaron como a las niñas de antes: con decencia, respeto y la instrucción necesaria para que fuera una buena esposa y madre.   Cuando unieron sus vidas se prometieron fidelidad, apoyo y compañía para siempre.  A la luz de una esplendorosa luna fonsequera elevaron su plegaria a Dios para que les diera muchos y buenos hijos.

Dios los complació en todo, especialmente en regalarles una familia numerosa. Primero nació Laid del Socorro, luego Wilder Alfonso, y después Wilmer Alberto, Dalis Leonor, Daexis María, Lenisbeth, Lisbeth Caterine y Yenis Josefina.
En ese hogar, lleno de cariño nació “La seño” Socorro como todos la conocen en La Guajira.

Infancia
Además de unos padres que la amaban y le brindaban todo lo necesario para crecer como una niña sabana y hermosa, Laid tuvo siempre el apoyo de su madrina María Marcelina Amaya.  Cuando la niña tenía cinco años habló con sus compadres Arcadio e Idalis para que le permitieran llevarla a Maicao en donde se ocuparía de su crianza y de su educación.

De esa manera llegó a Maicao, ciudad que la  marcaría para siempre  y en donde recibiría sus mejores oportunidades para crecer como persona y como profesional.  

Primeros estudios
Sus estudios de preescolar y primaria los inició en el colegio Niño Dios, ubicado en donde años más tarde funcionaría el Colegio Sindelima. Allí cursó hasta segundo de primaria y regresó a Fonseca para continuar sus estudios en el Colegio  en La Inmaculada. 

Tiempos de la secundaria
Regresa a Maicao y cursa otros dos grados en el Colegio Cooperativo Femenino.   La familia decide enviarla al interior del país para que se forme como normalista. Sólo alcanzó a estudiar el tercero de bachillerato (octavo grado) en el municipio de Nemocón, pues su madrina le pidió que regresara a su lado en Barranquilla. 

Se matricula en la Normal Mixta Costa Norte en donde termina su secundaria y recibe su grado como Normalista en Educación Preescolar. 

Estaba por finalizar la década de los  70 y en La Guajira se vivía el ambiente pesado y enrarecido de la bonanza marimbera.  

La educación no era una prioridad y las escuelas no atravesaban por sus mejores tiempos.  La siembra, recolección y comercialización de la yerba era un negocio muy bueno. 

Ser maestro, en cambio, no era muy llamativo para los jóvenes.  Pero para ella sí. De manera que siguió adelante con sus sueños de ser maestra y de realizarse como mujer y como profesional.

Inicio de una brillante carrera como educadora
A Laid del Socorro no le interesaba nada que no fuera iniciar lo más pronto posible su carrera como educadora y ganar algún dinero para apoyar a sus padres, quienes estaban afrontando dificultades para sostener a su numerosa familia.

El 12 de junio de 1.979 Dios la ayuda a cumplir uno de sus sueños. Ese día recibió su nombramiento como maestra en la Escuela Urbana Mixta Loma Fresca de Maicao.  

El día antes de su primera clase no pudo dormir, pues imaginaba una y otra vez su entrada al salón y su encuentro con los 30 niños a los cuales amaría como si fueran sus propios hijos.

Amigos para toda la vida
Sus primeros años en la docencia la marcaron para siempre y le proporcionaron la amistad de sus compañeros de trabajo, con quienes conformó una gran familia. Entre ellos se encuentran su querida directora y consejera Elfa Viecco de Cuello, Cenira Tapias, Elena Gil, Lucía Jiménez, Dolly Manjarrez y Alexis Iguarán, entre otros.

Alumnos que la llenan de orgullo
De  esos primeros años también tiene gratos recuerdos sobre la cara hermosa de aquellos niños que día a día entraban al salón arrastrando el bolso en el que tenían sus útiles escolares. 

Los mismos que de vez en cuando dejaban asomar una lágrima de tristeza porque les hacían falta sus padres o sus hermanos y ella debía hacer uso de sus palabras más dulces, sus gestos más tiernos y su sabiduría para contentarlos.  Esos niños crecieron y se educaron y hoy son eminentes profesionales, dedicados a servirle a la comunidad en diferentes ámbitos.

El tiempo ha pasado pero su memoria la auxilia para recordar a John Alex Villadiego, quien hoy ejerce como médico; su querida alumna Audrenys Miranda, convertida hoy en una excelente profesional del derecho y Henry Villa, dedicado a actividades sociales y cívicas y miembro del concejo municipal.

Otras instituciones piden sus servicios
Su fama de buena profesora corría por los hogares y barrios de la ciudad. Donde quiera que había un estudiante suyo había un niño, un papá  y una mamá que la recomendaban. Por eso no tardó en recibir ofertas de instituciones privadas que desean contar con sus servicios.

Es así como empieza a trabajar en el Liceo Luis A. Robles, en donde se desempeña como rectora, en el Instituto Fronterizo y en el Jardín Infantil Rosa Agazzi.
El trabajo es muy duro pero a ella le gusta servir. Y además, el esfuerzo le permite ahorran algunos recursos que cada mes envía a sus padres en Fonseca para ayudarlos en la educación de sus hermanos.

La seño que prende la alegría
Siempre se caracterizó por su espíritu festivo y por su alegría.  Además tenía un gran liderazgo y  era la experta en fechas especiales. Por eso tuvo a su cargo las grandes celebraciones de las escuelas y colegios en los que trabajaba. 

Sus compañeros y la comunidad educativa la respaldaban para que fuera ella la que organizara la celebración del Día del Idioma, Día del Maestro, Día de las Madres y los grados.   Cuando decimos organizar era participar en todo, desde la consecución de los fondos, hasta la presentación del programa. Si había que participar en un baile o en una obra de teatro ella era la primera bailarina o la primera actriz en presentarse a los ensayos.  

Podemos decir que Laid del Socorro gozó cada uno de los días que permaneció en el magisterio.

Mujer de familia
En 1.975, durante una temporada de vacaciones en Fonseca conoció al profesor Orángel Plata Frías, quien trabajaba en Maicao.  

Entre los dos nace una relación muy especial que los lleva a unir sus vidas en el vínculo del matrimonio. Van al altar el día 22 de octubre de 1.976, uno de los días más felices de su vida.

Dios le permite ver realizado otro sueño cuando nace su hija Mónica Mileth Plata Frías. Un poco más adelante llegaría Yojana Virginia y Más tarde Luis Alejandro.

Su deseo de prodigar amor y de tener una familia grande es ilimitado. Por tal razón adopta a dos niñas a las que les da todo su afecto y cariño. Son ellas Mayerlin Virginia y Alejandra Marcela, quienes la adoran con todo su corazón.

Además de una buena crianza era necesario brindarles a sus hijos la mejor educación y así lo hizo siempre.    Gracias a su dedicación y trabajo duro sus hijos se hicieron profesionales. Mónica se graduó como fonoaudióloga y Especialista en Gerencia de Salud en la Universidad de Santander; Johana Virginia terminó Enfermería Superior en la Universidad de Simón Bolívar y Luis Alejandro es Ingeniero Civil de la Udes.

Sus hijas menores aún se encuentran en proceso de terminación de estudios, para lo cual les está brindando todo su apoyo.

Sus estudios Universitarios
Laid del Socorro es una buena estudiante, pero durante muchos años se concentró exclusivamente en el trabajo.  En 1994 inició sus estudios en la Universidad del Magdalena, en donde obtuvo el título de Licenciada en Ciencias Sociales. Y más adelante concluyó estudios como abogada en la Universidad Americana en Barranquilla.  

Decidió estudiar derecho para tener todas las herramientas conceptuales y legales para atender otro de los llamados de su condición de mujer esforzada: la vocación de servicio por la comunidad.

Servicio Cívico y Social
Además del trabajo en el magisterio ha trabajado arduamente en beneficio de las comunidades.   Tanto, que los habitantes de cierto sector vulnerable de la ciudad decidieron escoger su nombre para bautizar su barrio. Así nació  “Villa Socorro”.

En el año 2003 se postuló como candidata al Concejo Municipal y obtuvo una alta votación que le permitió convertirse en una de las más brillantes coadministradoras Maicao.  

Fueron años intensos en los que compartía el ejercicio de la docencia con las agitadas sesiones en el cabildo de Maicao.

En el año 2007 renunció al magisterio después de 28 años de servicio y se postula nuevamente como candidata al concejo. 

De nuevo la ciudadanía la respalda de manera amplia y se convierte en concejal por segunda vez.

En este segundo período es escogida como presidenta de la corporación en reconocimiento a su liderazgo, a sus buenas relaciones y a su capacidad para lograr la unidad de los diferentes sectores políticos alrededor de una noble causa: el progreso de Maicao.

Recuerda con cariño a todos los concejales de la época con los que se hizo un gran equipo, como si todos pertenecieran al mismo partido político y a la misma familia. Entre sus compañeros más cercanos figuran Federico Pinto, Indira Issa, Camilo Mendoza, Hermis Gómez, Hugo Montalvo, Germán Arrieta, Jorge Luis Solano, Enrique Suárez y Eliécer Quintero.

El libro de Socorro
“Mi libro es la Biblia, siempre la llevo conmigo y la leo todos los días”

Una frase que le gusta
Extraída de la Biblia: “¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo?”  (Lucas 6:42)

El día más triste de su vida
26 de agosto del 2000. Ese día me destrozaron el corazón al asesinar a José María “Chema” Benjumea, Idwin Benjumea y Elías Plata

Una persona que admira:
El papa Francisco

Una frase propia
“Renuncié del magisterio porque hay muchos jóvenes que necesitan trabajar. Y yo no me iba a poner viejita como maestra negándoles a los demás su derecho al trabajo”



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