sábado, 23 de abril de 2016

Consejos para sobrevivir a una reunión aburrida


Escrito por: Alejandro Rutto 


Las reuniones siguen gozando, increíblemente y contra toda lógica, de buena prensa en las organizaciones. La gente les rinde culto porque en ellas, según se dice, se tratan los problemas, se resuelven dudas, se buscan soluciones y se encuentra la felicidad.

Y la gloria, dirían sus apologistas. Sin embargo, detrás de todos estos anuncios favorables hay algo más, sobre lo cual guardan silencio inexplicable no solo los medios de comunicación sino los altos ejecutivos de las empresas; los empleados de nivel medio; los líderes comunitarios y toda persona a quien alguna vez en la vida le ha correspondido el turno de someterse a una tortura de dos tres cuatro o cinco horas a la cual llaman con el llamativo y maquillado nombre de “reunión”.

No se trata de que las reuniones no sirvan para nada. No señor, ni más faltaba que alguien cometa el atrevimiento de hacer semejante afirmación. Las reuniones sirven para muchos fines: para perder el tiempo, para conversar de todos los temas del mundo; para encontrar a los amigos a quienes hace tiempo no vemos; para dibujar mamarrachos en las hojas en blanco gratuitas que nos reparten; para hacernos los entendidos tomando la palabra una y otra vez; para conocer las enfermedades, las dificultades, los trances, conflictos y apuros de quienes no pudieron llegar a tiempo o no llegaron nunca. Y finalmente una reunión, lo que se dice una “buena reunión”, es decir , de esas que comienzan una hora después de lo previsto y que termina cinco horas después, en el mejor de los casos, sirve para perder mucho dinero.

Si no lo cree calcule cuánto cuesta, en promedio, una hora del tiempo de cada uno de los concurrentes y multiplíquelo por el total de la asistencia y luego por el tiempo en que estuvieron reunidos.

De la especie humana que todavía goza de un empleo, o al menos pertenece a un grupo en donde tiene la suficiente simpatía como para ser invitado habitual a reuniones, es muy posible que con cierta frecuencia se vea en la necesidad de someterse al martirio de pasar una buena parte de su vida asistiendo a reuniones en las que no quiere y definitivamente no le interesa estar.

Usted, querido amigo, reciba con afecto este consejo: no se deje sancionar ni regañar. En la vida no se puede dar papaya y menos cuando se trata de asuntos laborales.

Así que, resígnese, despídase de sus otros planes, de su trabajo serio, de sus compromisos verdaderos y asista obediente y sumisamente a su reunión.
Sin embargo, aquí entre nos, sin que se entere nadie más, quiero darle una buena noticia: el sufrimiento no es ineludible. Por lo menos no lo será si sigue las siguientes instrucciones:

1. Nunca llegue puntual. Normalmente quienes convocan a reuniones no están interesados en comenzarlas a tiempo. Así que, no se afane, tómese su tiempo para sus otras actividades y preséntese, cuando menos, con media hora de retraso. Si otros idiotas no se le han adelantado, usted será el primero en llegar.

2. Lleve suficiente papel para que dibuje mamarrachos y garrapatee frases que solo usted entiende. Con esto logrará dos objetivos: por una parte creerán que usted está muy concentrado en la reunión y, por la otra, le quedará a usted un buen material probatorio para cuando




vaya a escribir un artículo sobre la inutilidad de las reuniones.

A la cifra anterior súmele los gastos de transporte, refrigerios, electricidad y otras erogaciones y tendremos como resultado una cantidad de dinero que bien pudo haberse invertido en propósitos muy nobles que hablar paja durante jornadas interminables.

Pero mucha atención: si usted es un simple mortal perteneciente a esa secta privilegiada

3. Ponga su teléfono móvil en silencio para que no pase por la vergüenza de cortarle la inspiración a quien esté haciendo uso de la palabra. Pero no lo apague: aproveche para mandar mensajes de textos. Y si no tiene a quién enviarle mensajes, mándeselos a usted mismo. Así tendrá un bonito recuerdo de la temporada.

4. Participe con frecuencia aunque no tenga la menor idea del tema. De esta manera usted dará la impresión de que es una persona comprometida con la organización y, sobre todo, con quienes lo han invitado. Además usted contribuirá de manera talentosa a prolongar la reunión y se ganará el aplauso de las mayorías.

El único inconveniente de esta estrategia consiste en que en el futuro le van a llover nuevas invitaciones a un buen número de reuniones.

5. Nunca se le ocurra pedir una mayor agilidad en el desarrollo de las discusiones. Cualquiera podría argumentar que usted desea evitar o tratar superficialmente las sustanciales cuestiones de las cuales depende el futuro del país y de la humanidad.

6. Cuando el debate se encuentre empantanado usted puede ganarse el derecho a ingresar a la galería de la fama e inmortalizarse por sus propuestas inteligentes: sugiera la creación de un comité. No le aseguro que de esta manera salgan definitivamente del atolladero pero logrará dos cosas: convertir un problema pequeño en un problema gigante y crear la necesidad de nuevas reuniones.

7. Vuelva a tocar temas sobre los cuales se ha hablado lo suficiente. Esta es una buena forma de reanimar una reunión cuando se encuentra a punto de terminar.

8. Insinúe, con toda la seriedad del mundo, que dada la importancia de los temas tratados y “el poco tiempo” (solo seis horas) que se ha tenido para hacer los estudios, los análisis y las discusiones, es necesario continuar las deliberaciones en horas de la tarde o al día siguiente según sea el caso. No de su brazo a torcer: si usted se rinde en este tema podría estar renunciando a la gloria.

9. Felicite a los organizadores de la reunión y hágales saber que éstas deben hacerse con más frecuencia. Al terminar la reunión, póngase serio de nuevo. Recoja sus cosas con cuidado (procure que no se le queden los mamarrachos y las hojas en que ha escrito frases como “maldita reunión” o “¿a qué hora se irá a terminar esta farsa?”, “¿Por qué el desgraciado de mi jefe habla tanto?”.

Encomiéndese a su Creador y pida con devoción que se acaben pronto en el mundo todas las formas de tortura. Incluso aquellas que parecen inofensivas. Como las reuniones, por ejemplo.


¡Qué terco es el sapo!




Escrito por: Alejandro Rutto Martínez


El personaje llegó sin saludar y se acomodó sin pedir permiso a los dueños de la casa, el hecho no me hubiera molestado en lo más mínimo de no ser por dos cosas: La singular criatura de enorme fealdad a los ojos de la mayoría no había sido invitada. Y segundo porque el lugar al que había llegado con semejante frescura era, ni más ni menos, mi propia residencia: Se instalo en cierto lugar en el que no tardó en amañarse, porque allí encontró lo que necesitaba alojamiento, y comida.

Esta última, vale decirlo,  la ganaba con el sudor de su propia frente o, para ser más preciso,  con el sudor de su propia lengua. Mi inesperado huésped era un individuo del grupo de los batracios definido por el Diccionario de la Real Academia Española como “anfibio, anuro, de cuerpo rechoncho y robusto, ojos saltones, extremidades cortas y piel de aspecto verrugoso”.  Era dueño de dos enormes ojos y de cuatros extremidades  terminadas en manos multifuncionales y completaba su dotación una boca gigantesca y una lengua larga y pegajosa con la cual casaba toda clase de pequeños insectos.

Con el paso de los días ya no me resultó tan extraño y a decir verdad comencé a tenerle algo parecido al afecto y hasta me habría convertido en su amigo, de esos que le preguntan al otro por su trabajo, por las ganancias del día, cosas por el estilo, pero surgió algo inesperado: los de mi familia me pusieron  a elegir:  el sapo o ellos.

Y  tuve que escoger y no propiamente me incliné por el intruso. Le comunique mi decisión  y aunque el idioma sapuno es de los que nunca aprendí a hablar,  debió entenderme porque se abandonó a los brazos del nerviosismo y empezó desesperadamente a cumplir mi perentoria  orden de desalojo solo que a bases de una estrategia alocada y a todas luces equivocada y en lugar de salir por la puerta,  completamente abierta,


pretendía hacerlo saltándose lo que para él debía ser una infinita pared de tres metros, coronada por un techo de concreto cuya perforación hubiera dado un buen trabajo al mismísimo Clark Kent entalegado en el uniforme de Superman.

Quise ayudarlo con una escoba. Lo empujé con cuidado pero logró escabullirse de nuevo y continuó con su inútil ejercicio de saltar contra la pared con la intención de destrozarla o de pasar por encima de ella.  Un poco confundido por su actitud  recordé a Biroco el más alto de mis compañeros de 7º quien resolvía sus diferencias con los sapos y los demás animalitos utilizando métodos criminales que hoy,  en los tiempos de la protección al medio ambiente,  le habrían valido como mínimo una demanda  ante la Corte Penal Internacional.

Reprendí el momento en que me vino a la cabeza Biroco y su salvajismo; y regrese a la realidad de mis pobres resultados en el prolongado operativo de desalojo, dejé las cosas como estaban confié en el que el tiempo haría su parte, y dejé al sapo en paz en su refugio.

Un buen día desapareció de mi vista y entonces respiré alivio, pues también declino la presión que me hacia la familia, dudo mucho que el sapo hubiera salido por un sitio diferente a la puerta, y no puedo dejar de  pensar en todo el tiempo perdido por él y de paso por mí, debido a su terquedad de tratar de salir por el lugar que no era; tampoco fue posible ignorar el número de personas   pertenecientes al género humano,  intelectual y evolucionado,   utilizan la estrategia sapuna de estrellarse  contra la pared dura de la terquedad sin concederse la opción  de mirar a otro lado y encontrar  lugares, villas, y caminos despejados a través de los cuales puedan iniciar su tránsito hacia la cumbre del ÉXITO.

Nómina parcial del Deportivo Maicao en Torneo Interclubes Sub-17




Éstos son algunos de los jugadores que hacen parte de la nómina del Deportivo Maicao que adelanta una buena campaña en el Torneo Nacional Interclubes categoría sub 14. Aparece al frente del nombre la fecha y la ciudad de nacimiento

JESUS DAVID CABANA ALGARIN1999-09-20MAICAO
JOSE ALEJANDRO TORRADO SEPULVEDA2000-04-15MAICAO
SLEIDER JOSE MARTINEZ VILLALOBOS2000-08-28MAICAO
WALKIN DE JESUS MONTILLA RODRIGUEZ2000-12-06MAICAO
JOHSTIN RICHARD GUERRA DE AGUAS2000-08-03MAICAO
DANIEL DAVID FLORIAN PAJARO2001-04-10MAICAO
LUIYEN KALED DUARTE GUERRA2000-02-24MAICAO
SAMIR JUNIOR FUENTES MERCADO2000-06-07MAICAO
ALFONSO MARIO HENRIQUEZ CORONADO2000-04-06MAICAO
ROYMER JOSE MANGA TERRAZA2000-03-19MAICAO
KLEIDER ADRIAN TORRES NARVAEZ2000-01-13MAICAO
LUIS DAVID USTARIZ HERNANDEZ1999-06-14VALLEDUPAR

Promigas explica por qué Maicao está sin gas





Ante la imposibilidad de realizar las labores de mantenimiento necesarias para garantizar la operación segura y continua del gasoducto Riohacha-Maicao (72 Km), Promigas suspenderá su servicio a partir de las 6:00 a.m. del 23 de abril del presente año. A través de este gasoducto se transporta el gas natural que se distribuye a través de Gases de La Guajira a los municipios de Maicao y corregimientos de Paraguachón y Carraipía.
Desde 2012 la empresa viene denunciando ante las autoridades locales y, más recientemente, ante las nacionales, sin obtener respuesta de las mismas, los obstáculos para realizar estas actividades, principalmente por la oposición de las comunidades asentadas a lo largo de la infraestructura, las cuales no permiten el acceso al personal técnico para atender la reparación de las múltiples fugas que

se han presentado en este lapso y que cada vez son mayores por las condiciones precarias en las que actualmente opera el gasoducto en esa zona.
Miembros de comunidades de la etnia Wayúu impiden los trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo requeridos en el gasoducto Riohacha-Maicao, sumado a esto, no se ha contado con el respaldo de las autoridades locales competentes para dar solución a la situación.
Por lo anterior, al representar un riesgo apremiante, Promigas se ve obligado a suspender el servicio hasta que cuente con las garantías para desarrollar sus labores normalmente y culminar  el proyecto de adecuación que se está desarrollando para atender los aspectos más críticos del gasoducto.

viernes, 22 de abril de 2016

La obra grandiosa de Dios: el universo y todo lo que en él existe

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez


Dios creó el universo y dentro de éste su obra linda , grande, buena…surge de un poder difícil de explicar y prácticamente incomprensible para el entendimiento humano.  En el libro de Génesis se narra la forma dedicada, juiciosa, seria y amorosa con la que Dios inicia la más grande empresa de la historia con base en su infinito talento creador del cual van saliendo poco a poco la luz, el cielo, los mares y la tierra seca, las luminarias, las aves, los animales terrestres y, finalmente,  el hombre.


Dios es un Dios de orden y cada una de sus obras es cuidadosamente planeada. 

De esa manera podemos extasiarnos contemplando el firmamento ilimitado en una noche salpicada de hermosas luces colgadas en las profundidades del universo. Y al mismo tiempo somos felices viendo el mensaje bondadoso de Dios en la tierna sonrisa de los niños.

Acostumbrados como estamos a nuestra rutinaria cotidianidad nos exponemos a perder de vista lo extraordinario de la obra del  Ser Supremo. Por eso es necesario recuperar la capacidad de asombro y volver a mirar las obras de dios en su grandiosa e inefable dimensión.  

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