jueves, 9 de septiembre de 2010

Desplazados formados por el SENA se insertaron al sector productivo


· 275 personas que recibieron capacitación técnica y empresarial crearon y mantienen 286 empleos.

Riohacha, 6 de septiembre de 2010.- Este logro es el resultado de una alianza entre el SENA con Pastoral Social, la Agencia para el Desarrollo Internacional, USAID y Acción Social en el marco del Programa de Atención a Desplazados y Grupos Vulnerables implementado en Colombia por la Fundación Panamericana para el Desarrollo, FUPAD.

La formación se fundamentó en principios de gestión hacia encadenamientos que garantizan la inserción a mercados, de acuerdo con los sectores económicos de la región, entre ellos artesanías, producción agropecuaria, servicios y alimentos. Estos procesos fueron respaldados con incentivos económicos, no retornables, para la operación de unidades productivas en las cuales aplican sus conocimientos en emprendimiento y fortalecimiento empresarial.

El proyecto se ejecutó en Riohacha y en desarrollo del mismo se hizo énfasis en la construcción de ciudadanía, valores familiares y comunitarios, lo que facilitó la consecución de la permanencia de los beneficiados, articulado con el Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada (SNAIPD). También se promovieron los derechos fundamentales, propiciando que sean gestores de su propio desarrollo.

Otros componentes del programa fueron los temas de salud, capacitación laboral y generación de ingresos, con los cuales quedó definida la estabilidad emocional y económica a los integrantes de este grupo, que hoy han mejorado sus condiciones de vida, tienen más oportunidades en el mercado laboral y su recuperación económica a través de la implementación y consolidación de actividades productivas.

Los beneficiados se proponen continuar la formación y motivar a más personas que se beneficien de estas acciones, gracias a las cuales se integran a una sociedad que les ha recibido después de sufrir un desplazamiento territorial por distintas circunstancias.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Don Mariano Fonseca, el hombre de los granos de mostaza


Artículo.org
Cuando por fin pude tener llena mi primera alcancía tuve claro lo que iba a comprar con esas monedas que me parecían todo el dinero del mundo: un atlas universal para conocer menor los países que me describían los cuentos de los hermanos Grimm y Don Quijote de la Mancha. El día que fui a comprarlo pude conocer a uno de los más interesantes libreros de la Guajira, el mismo que me rebajó los dos pesos que me hacían falta para comprar el ansiado impreso.

La primera impresión que da don Mariano Fonseca cuando alguien comienza a tratar con él es la de estar hablando con un hombre ligado a la intelectualidad. Por lo menos ese es el pensamiento que se deriva de verlo entre los numerosos textos de la Librería Jel, una de las más antiguas de La Guajira. “Ponga Librería, me dice, no solo ‘librería y papelería’ como dicen ahora”

Mariano Fonseca: Ministro, librero y amigo

En efecto, el local está repleto de muy buenos libros con la firma de García Márquez, Sábato, Calderón de la Barca, Cervantes, Benedetti, Salgari… Hacer cultura a través de enseñar a sus contemporáneos a leer y a encontrarle qué leer ha sido parte de su vida, pero no lo único, pues parte del tiempo lo ha dedicado a la política, al análisis del diario acontecer, a la producción de sus propios libros y a la predicación de la Palabra de Dios.

Cuando pude meterme en el selecto grupo de sus amigos lo celebré con un elogio que creí justo: “usted es una persona muy virtuosa”, le dije, mientras revisaba un ejemplar de “El fútbol a sol y sombra” de Eduardo Galeano.

Con la paternal sonrisa propia de los patriarcas guajiros me respondió “no lo crea mucho, yo tengo dos defectos incorregibles: soy godo y protestante (sic)” Él se define como un conservador de pura cepa, de quienes creen en la defensa y el fortalecimiento de la familia y en los valores aprendidos de los mayores. En su condición de creyente cristiano tiene el honor de haber fundado la Primera Iglesia Evangélica de Maicao, la más antigua de la ciudad y la primera en dedicarse a la evangelización de las comunidades wayúu a través de los medios a su alcance: su verbo profundo, los programas de las emisoras cristianas cuyas ondas llegaban a la península y un aceptable dominio del idioma.

Hace unos años el corazón de Mariano Fonseca quiso jubilarse primero que su dueño. Primero comenzó a trabajar con lentitud como un plan para desactivarse definitivamente. Los planes de Dios y los de Eneida y Josué, sus hijos, eran otros. La oportuna ayuda médica, el acompañamiento familiar y la cercanía al Creador, le permitieron tener una nueva oportunidad y él ha decidido aprovecharla haciendo lo que más le gusta: hablar, escribir, leer, enseñar, predicar, acariciar los libros, promoverlos entre los nuevos lectores y a remodelar el edificio del templo en el cual cada domingo toma la palabra en calidad de pastor.

Maicao escribe poco a poco su historia, y ésta incluye a personas que desde diferentes ámbitos le ayudan a construir su identidad. En mi historia va a aparecer siempre como la persona que puso en mis manos el libro en donde pude conocer la ubicación exacta de países y ciudades y como la primera persona que nunca me cobró los dos pesos que me hacían falta para hacer realidad mi sueño de niño.


Cultura en Maicao: foto del recuerdo


En la foto aparecen de izquierda a derecha, Ahmed Fakih, Munib Baydoun, Samir Waked, Jorge García Usta (poeta fallecido), Jabib Ruiz Pichón y Roberto Villanueva Peña, en la exposición "La carpa árabe".

Por: Vespasiano Ruiz
Hubo una época remota en Maicao en la cual quedaba tiempo para dedicárselo a las actividades culturales, no había casa de la cultura, tampoco había la preocupación de alegrarla para que la tristeza no la invadiera y la tumbara a pedazos. No obstante, los eficientes gestores culturales de entonces hacían programaciones conjuntas con sus amigos árabes de "Centro Cultural Islámico" y no se miraban con desconfianza. Munib Baydoun, Samir Waked, Jorge García Usta (poeta fallecido), Jabib Ruiz Pichón y Roberto Villanueva Peña, en la exposición "La carpa árabe".

Medio ambiente: el fotógrafo y su obra



Maicao-. El fotógrafo Luis Gutiérrez posa al lado de su obra en la cual denuncia la masacre que se comete contras las aves migratorias cuando éstas llegan al humedal Washington ubicado en zona rural al occidente de la ciudad.

Gutiérrez realizó un completo trabajo en el que ha puesto al descubierto el avicidio cometido por los cazadores quienes se divierten acabando con la vida de patos, palomas y otras especies que aterrizan para descansar de su largo viaje desde los Estados Unidos hasta el cono sur del continente durante el cambio de estación.


Los cazadores magtan indiscrimidamente a estas aves delante de los chiquillos de la etnia wayú, quienes reciben el ejemplo de la violencia y luego utilizan los cartuchos de la muerte para utilizarlos en sus inocentes juegos.

Esperen, ya casi

Maicao-. "Esperenun poco, ya casi", eso es lo que parece decirnos el profesor Ramiro Choles. "Esperen un poco más" es lo que responde cuando se le pregunta por la publicación de su primer libro de poemas.
El libro se encuentra casi listo y será presentado próximamente, según lo ha dicho el propio autor.

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