jueves, 5 de noviembre de 2009
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Campaña de Eurípides Pulido respalda toma de la Registraduría
Así lo expresa en un comunicado a la opinión pública
El siguiente es el texto del documento emitido por la campaña del candidato a la alcaldía Eurípides Pulido:
El grupo político que lidera y orienta el candidato a la Alcaldía de Maicao EURÍPIDES PULIDO RODRÍGUEZ, se permite informar a la opinión pública de Maicao, La Guajira y de país en general, que no existen garantías administrativas y de seguridad para enfrentar el próximo proceso electoral atípico que está señalado para el día 22 de noviembre del presente año.
Que a pesar de haber hecho las gestiones ante la Registraduría Municipal y Nacional para que se designen de manera heterogénea e imparcial el grupo de jurados para el próximo debate en cumplimiento del artículo 5º de la Ley 163 de 1994, persisten en designar los jurados mediante sorteo de la lista de de los empleados públicos y oficiales del municipio, colocándonos en clara desventaja frente al candidato de la administración municipal.
Es una verdad inocultable que los integrantes de las lista de los jurados de empleados públicos y oficiales están en condición de subordinados de la administración Municipal que tiene candidato propio y que eso lo coloca en situación de privilegio y de mucho peligro para la trasparencia del debate electoral, que debe ser imparcial y otorgar plenas garantías a los ciudadanos, de tal manera que ningún partido o grupo político pueda derivar ventaja sobre los demás.
Cierto es y existe prueba de ello, que muchísimos de esos jurados acostumbra a sufragar dos veces, adulterando los resultados finales de los escrutinios municipales, razón adicional que nos permite dudar la idoneidad de esos jurados.
Por ello para Proteger el ejercicio del derecho al sufragio con imparcialidad, respaldamos la decisión de un grupo de ciudadanos representantes de la sociedad civil, que en el día de hoy manifiestan de manera pacifica al interior de las instalaciones de la Registraduría Municipal, su inconformidad y exige el cumplimiento de la ley 163 de 1994, artículo 5º.
De esta manera las dos campañas que aspiran a la Alcaldía Municipal puedan aportar igual número de jurados para que las mesas de votación queden conformadas por un número heterogéneo y equilibrado de jurados y cada campaña puedan de manera igualitaria ejercer su auto control que le corresponde a cada partido representado en la mesa de votación.
Esperamos que la manifestación pacífica de ese grupo de ciudadanos honestos, sea entendida como un clamor popular y cívico, sustentado en el derecho fundamental consagrado en el artículo 37 de nuestra constitución Política y por medio de la concertación y de la aplicación de la ley 163 de 1994, se fortalezca nuestra democracia.
¡POR UNAS ELECCIONES LIMPIAS, TRASPARENTES Y EN EQUILIBRIO PARA LAS DOS CAMPAÑAS… ADELANTE!
El siguiente es el texto del documento emitido por la campaña del candidato a la alcaldía Eurípides Pulido:
El grupo político que lidera y orienta el candidato a la Alcaldía de Maicao EURÍPIDES PULIDO RODRÍGUEZ, se permite informar a la opinión pública de Maicao, La Guajira y de país en general, que no existen garantías administrativas y de seguridad para enfrentar el próximo proceso electoral atípico que está señalado para el día 22 de noviembre del presente año.
Que a pesar de haber hecho las gestiones ante la Registraduría Municipal y Nacional para que se designen de manera heterogénea e imparcial el grupo de jurados para el próximo debate en cumplimiento del artículo 5º de la Ley 163 de 1994, persisten en designar los jurados mediante sorteo de la lista de de los empleados públicos y oficiales del municipio, colocándonos en clara desventaja frente al candidato de la administración municipal.
Es una verdad inocultable que los integrantes de las lista de los jurados de empleados públicos y oficiales están en condición de subordinados de la administración Municipal que tiene candidato propio y que eso lo coloca en situación de privilegio y de mucho peligro para la trasparencia del debate electoral, que debe ser imparcial y otorgar plenas garantías a los ciudadanos, de tal manera que ningún partido o grupo político pueda derivar ventaja sobre los demás.
Cierto es y existe prueba de ello, que muchísimos de esos jurados acostumbra a sufragar dos veces, adulterando los resultados finales de los escrutinios municipales, razón adicional que nos permite dudar la idoneidad de esos jurados.
Por ello para Proteger el ejercicio del derecho al sufragio con imparcialidad, respaldamos la decisión de un grupo de ciudadanos representantes de la sociedad civil, que en el día de hoy manifiestan de manera pacifica al interior de las instalaciones de la Registraduría Municipal, su inconformidad y exige el cumplimiento de la ley 163 de 1994, artículo 5º.
De esta manera las dos campañas que aspiran a la Alcaldía Municipal puedan aportar igual número de jurados para que las mesas de votación queden conformadas por un número heterogéneo y equilibrado de jurados y cada campaña puedan de manera igualitaria ejercer su auto control que le corresponde a cada partido representado en la mesa de votación.
Esperamos que la manifestación pacífica de ese grupo de ciudadanos honestos, sea entendida como un clamor popular y cívico, sustentado en el derecho fundamental consagrado en el artículo 37 de nuestra constitución Política y por medio de la concertación y de la aplicación de la ley 163 de 1994, se fortalezca nuestra democracia.
¡POR UNAS ELECCIONES LIMPIAS, TRASPARENTES Y EN EQUILIBRIO PARA LAS DOS CAMPAÑAS… ADELANTE!
La Policía, incauta más de 3 mil galones de ACMP de contrabando
Comunicado ANNP
Distracción -La Guajira. En desarrollo de diferentes operativos encaminados a contrarrestar el tráfico de hidrocarburos en la Guajira, en las últimas horas la Policía Nacional, se incautó 3 mil 300 galones de ACPM de contrabando, avaluados en 19 millones de pesos.
Los controles ejercidos por la Policía Nacional en el eje vial y la información ciudadana, permitieron en un puesto de control ubicado a la altura del kilómetro 36 de la vía que de Distracción conduce a Cuestecitas, interceptar al camión marca Dogde, color azul, modelo 1973 colombiano, donde era trasportado el hidrocarburo, el automotor era conducido por una persona de 47 años de edad, quien fue puesto a disposición de la autoridad competente por el delito de Favorecimiento al contrabando de hidrocarburos.
El comando del departamento de policía Guajira agradece a toda la comunidad por el suministro oportuno de información y a la vez le suministra las líneas de emergencia 112, gaula 165, 7282811, 7272200. Se garantiza absoluta reserva.
Los "Tuchineros": la sangre zenú de la Guajira Intercultural
CRÓNICA
Por: Abel Medina S.
La leyenda se cumplió con inexorable certeza, ya lo decían las ancianas de trajes largos y mangas recogidas, ya lo aseguraban los abuelos de abarcas tres puntá y sombrero vueltiao. Bajo la iglesia de San Andrés de Sotavento ondeando su cola en un río subterráneo, como en un sacro contubernio sincrético, estaba enterrado el caimán de oro, tótem tutelar de los zenú.
La cola se extiende hasta la ciénaga de Betancí, la extremidad izquierda se prolonga hasta Palmito, la derecha alcanza a Sampués, la pata trasera toca Ciénaga de oro y la otra acaricia Chimá y Momíl.
El caimán supo cubrir con su cuerpo todo el resguardo indígena zenú de San Andrés de Sotavento, ubicado entre Sucre y Córdoba, el cual tiene una extensión de 83.000 hectáreas cuadradas. La sentencia señalaba: el día que desenterraran el caimán de su sueño ancestral los zenú se condenarían a convertirse en seres acuáticos, el pueblo se inundaría.
Los guaqueros de siempre, sin que los zenú lo notaran como que sacaron el caimán porque la maldición cobró vida.
El torrente de la hegemonía occidental desgastó la sangre con sus descoloridas aguas, desdibujó la lengua: el guajivo, desmembró el pasado saqueando los restos, las huellas del ayer se perdieron en el alienante comercio de piezas arqueológicas.
Para Uriel Baquero Paternina, quien ha sido capitán y líder natural del cabildo zenú en Maicao, la lectura de la leyenda no podría ser más desesperanzadora: “Eso significa que por la influencia occidental perdemos la tradición cultural, si esto pasa nosotros pasamos de ser indígenas puros a ser occidentales, cambiamos de territorio y de identidad, esto es pasar de seres terrestres a seres acuáticos, es retroceder”.
Hoy los zenú fluyen por los meandros del desarraigo, son remeros en las corrientes veleidosas de la alineación cultural, asomándose en la orilla nostálgica del mestizaje, hundiéndose en el fluir incesante de la asimilación cultural y étnica.
La leyenda auguraba la situación actual de la mayoría de zenúes que han tenido que abandonar su territorio impulsados por circunstancias forzosas como la colonización española, las encomiendas del siglo XVI, la violenta y silenciosa explotación de los terratenientes, el posterior desplazamiento que generó el proyecto de Urrá, y por último la violencia política y los actores armados que desencadenaron los flujos migratorios. Una suerte de coyunturas adversas que conspiraron contra la tranquilidad del caimán de oro.
El caimán los sigue convocando desde la atávica tradición, desde los ecos del pasado que alimentan su presente. Para ellos se nutren con la energía que este lagarto les legó: la comida ancestral de los zenú es la babilla. “El caimán nos protege, resguarda a todos los zenú” dice el capitán Baquero. Ya desde la antigüedad los zenú representaban al caimán en figuras zoomorfizadas, siempre han usado aceite de caimán para curar el asma y otras enfermedades respiratorias, en sus viviendas tradicionales las vigas reciben el nombre de “caimanes ” pues resguardan y fortalecen la casa, usan además seis postes cada uno con nombre propio.
Aunque muchos censuren su inclinación a consumir babilla, ellos saben que además de saciar su apetito, este plato típico nutre su esencia indígena con la fortaleza totémica y la magia simpática (pues heredan sus cualidades) de su ente protector.
Los zenú habitaron, desde mucho antes de la colonización europea, los territorios ribereños del Nechí, Cauca, Magdalena, San Jorge y Sinú. Cultura de río, su creencia en “Encantos” acuáticos, la veneración hacia animales como el caimán, la babilla, el sapo, la hicotea son trasunto de esta condición.
Era una cultura caracterizada por su organización, por su carácter laborioso sufrieron la explotación laboral de los españoles a través de las encomiendas instituidas en el 1540.
Su vocación agrícola aún alienta los sembradíos y huertas, los ríos le enseñaron a explotar los sueños auríferos.
Diezmados por los encomenderos y saqueados en su fe por los misioneros consiguieron que en 1773 la corona le titulara un resguardo para flanquear sus últimos hitos de identidad: se constituyeron resguardos zenúes en San Andrés de Sotavento (Córdoba), en Tolú (Sucre) y San Sebastián. Solo hasta 1927, y luego de varias marchas y movimientos indígenas lograron copia de la escritura pública que les confería el carácter de resguardo.
Hoy en día, los zenúes puros son una página del pasado y otro capítulo triste del etnocidio cultural. Los que sobreviven mantienen los rasgos físicos y los sistemas tradicionales de producción pero no han podido encontrar los rastros de la lengua nativa, creencias occidentalizadas animan su afán trascendente, poco recuerdan sobre su vestuario y rituales autóctonos. La diáspora contribuyó con la aculturización, los caminos de la errancia se volvieron mixturas para el sentido colectivo de etnia. Los zenú hoy revalidan el compromiso con su pasado y tratan de rastrear los pasos ancestrales y legitimar su estatus de minoría étnica.
En la memoria se pierde la creencia en sus deidades primigenias, hoy un sincretismo difuso concilia la cosmogonía ancestral con la devoción por la virgen. Los zenú creen en Ixtioco como dios creador, también en la pareja original representada en sus hijos Mexión y Manezca, las primeras creaciones del dios Ixtioco. La pareja primigenia tuvo como hijos a Momíl, Arachi, Chimá, Betancí y Tuchín de cuyos nombres surgen topónimos de la región de influencia zenú.
Estos tuvieron como descendientes a Panzenú, Finzenú y Zenúfana, ellos se convirtieron en caciques con sus respectivas provincias y sistema productivo tradicional: los Panzenú por sus sistemas de irrigación, sus canales artificiales para la siembra, los Finzenú se distinguirían por sus sombreros vueltiaos, los Zenúfana por sus artesanías y cerámicas.
El territorio de influencia zenú, abarca parte de Córdoba y otro tanto de Sucre. Los núcleos geográficos de mayor presencia cultural zenú son: San Andrés de Sotavento, Tuchín, Vidales, Molina, Algodoncillo, Flechas, San Juan de la Cruz y Petaca en Córdoba, y Palmito, San Antonio de Palmito, Pueblecito y Sampués en Sucre. Algunos apellidos en esta zona son referentes de linaje indígena zenú: Chantaca, Talaigua, Flórez, Mendoza, Bravo y Ortiz.
El símbolo universal de la cultura zenú es el sombreo vueltiao, aunque su elaboración se ha extendido a territorios vecinos como San Jacinto (Bolívar) sus mejores diseños proceden del epicentro de la cultura zenú: Tuchín. Uriel Baquero sostiene al respecto: “ya que perdimos la lengua, el sombrero vueltiao es nuestra identidad, significa la relación del hombre zenú con la naturaleza, mediante sus figuras expresa nuestra religiosidad”.
El sombrero tuchinero, el espiral de palma flecha que hoy no solo es referente de los zenú sino de las sabanas de Sucre, Córdoba y Bolívar en el Caribe colombiano, y del Caribe ante el país. Son, junto a las abarcas tres puntá, símbolos señeros de pervivencia zenú, marcas culturales de un pasado que se resiste y componente sustancial de la economía domestica en esta etnia.
Para elaborar los sombreros, abanicos y carteras se utiliza la palma flecha, que luego de un proceso de secado y tinturado se intrinca bajo las manos diestras de las mujeres zenú. “El zenú aprende a tejer primero que a hablar” dice Baquero. Este oficio era antes, exclusivamente femenino pero en la actualidad los hombres también lo desempeñan con propiedad. Los sombreros se distinguen por el tipo de tejido: existe el diecinueve, el veintiuno, el veintisiete.
Se adorna con motivos o símbolos étnicos como El piloncito, la Flor del limón, la Manito del gato entre otras. Además de los sombreros los zenú se destacan por la elaboración artesanal de balay, canastos, pulseras, anillos, abarcas. Recientemente las artesanías zenúes recibieron un impulso promocional por las tiendas creadas por Jerónimo, hijo del presidente Uribe.
Al respecto Uriel Baquero se queja: “El hijo del presidente esta divulgando esto no como cultura sino como negocio, ellos tienen una finca cerca de Tuchín, llegan y compran artesanías muy baratas y las venden carísimas, su interés solo es económico. Lo usan para representar hegemonía económica y no la identidad zenú”.
La falta de oportunidades forzó a muchos zenúes a movilizarse hacia zonas urbanas para desempeñar trabajos ocasionales y luego regresar a su casa con recursos. La errancia no tuvo regreso para algunos, otros fueron y regresaron, regresaron y fueron en un vaivén de incertidumbres. Maicao sería uno de los enclaves donde se consolidó una fuerte presencia de los zenú. Esta babel fronteriza abrió sus hospitalarias puertas a los laboriosos mestizos herederos del caimán. Escogieron la tierra de San José, patrono del trabajo, eligieron una ciudad que no descansa, el pueblo que vive para el trabajo.
En Maicao pocos se refieren a esta etnia como zenú, para el grueso de los maicaeros son “los Tuchineros”. La gran mayoría de ellos provienen de este corregimiento de San Andrés de Sotavento fundado en 1826 por las familias Mendoza, Flórez y Talaigua. En Tuchín se consolida el nivel de mayor arraigo indígena de los zenú, es su capital ancestral. Aunque en la actualidad es una población floreciente con presencia multicultural el barniz cetrino del pasado indígena cubre la tez de sus habitantes.
El cabildo de Maicao ha comenzado a reconstruir su historia en esta nueva y distante patria, en los años 60’s llegaron los primeros zenúes a esta frontera. Remberto Matías, residente aún en el barrio Divino Niño, parece ser el precursor de esta romería andariega. En 1965 llegó Heladio Clemente, le siguieron Juvenal Talaigua, Gregorio “El chino” Hernández. Fueron colonos que como muchos poblaron este territorio donde el estado abrió resquicios para que la informalidad germinara una bonanza comercial. Cada uno por su lado, sin el hilo cohesivo del mismo camino, solo el tiempo les haría reconocerse como unidos por un ancestro común.
La laboriosidad del zenú ha sido condición facilitadora para engranar en una cultura y territorio tan distante como la maicaera. Sobre esto Baquero expresa con certeza “El zenú tiene disciplina de trabajo, aquí en Maicao encontramos paisanos que tienen 20 o 30 años trabajando en el mismo lugar, nunca se ha escuchado aquí que un zenú se ha ido porque robó, porque mató”.
Su carácter taciturno, su condición honesta, sus principios de no violencia son garantes para mantenerse en un medio que veces es agreste e intolerante, eminentemente patriarcal y violento. El tuchinero sabe escamotear los problemas, sabe que a Maicao se viene a trabajar.
No se ha podido rastrear quién sería el primer “tuchinero” que fundó la nueva tradición de la venta de tintos en Maicao. En su territorio de origen nunca se ha cultivado café, tampoco es una práctica recurrente en la economía de su tierra.
El oficio de tintero es otro emblema de desarraigo, quizás un indicador de la sentencia legendaria: hombres acuáticos. Su capitán recuerda “No sabemos quien fue el primero que vino a Maicao, vio el espacio y le fue bien, fue al pueblo y dijo –allá en Maicao el tinto se vende bien – y trajo otros, y luego estos trajeron otros, lo cierto es que el noventa por ciento de los tinteros son zenú, y todo el mundo dice que el mejor tinto es el de los “Tuchineros”.
El tinto tuchinero sacude a los maicaeros de la somnolienta madrugada, los mantiene despiertos en el trajín bullanguero de la agitada vida comercial de esta ciudad.
El tinto es lenitivo para los corros esquineros y las tertulias ocasionales, el tuchinero entra sin permiso a las más importantes reuniones para paliar la abulia con su tintico caliente y sus aromáticas infusiones. El café de los Tuchineros es ya un componente espurio de la diluida identidad de este pueblo, es un modo de reconocer la presencia zenú en este territorio.
Casi la totalidad de vendedores de tinto en la ciudad son de descendencia zenú, este es su primer renglón de economía familiar. La mayoría de ellos trabajan bajo el auspicio de algún paisano ya bien posicionado en el negocio que le facilita vivienda, alimentación y trabajo del cual obtiene porcentaje por ventas.
Muchos de estos “Tuchineros” llegan a Maicao para trabajar ocasionalmente mientras deja la familia en su pueblo, laboran por unos meses y luego retornan a su lar patrio. Pero una parte muy notoria de ellos se ha establecido con la familia en la ciudad, además de dedicarse a la venta de tinto, bebidas aromáticas, cigarros y confitería encuentran posibilidades laborales en sectores informales como: las carretillas que cargan mercancías, ventas ambulantes o estacionarias de frutas o a las artesanías. Son también campeones del rebusque, eje informal de la economía subterránea que labra oportunidades para todos.
El cabildo indígena zenú comenzó a consolidarse en 1999, estuvo bajo la égida sabia de Uriel Baquero, con más de 20 años residiendo en Maicao, se aglutinan unas 380 familias. Hoy tienen en el concejal Nervel Reyes su principal líder aglutinador. Antes de esta iniciativa organizacional los zenú residentes en Maicao no se asumían como etnia, como indígenas. El cabildo logró suficiente cohesión social como para generar procesos identitarios y de reafirmación cultural. “No creamos el cabildo para competir recursos con las otras etnias, sino por la necesidad de ayudarnos, de ser solidarios, los otros cabildos como los wayuú nos han asesorado”.
El cabildo de Maicao además del capitán fortalece su institucionalidad con varios alguaciles y fiscales que apoyan la estructura organizativa del grupo. Se reúnen semanalmente para desempolvar recuerdos, para fortalecerse de la dispersión que la falta de un espacio común propicia, para nutrir el tejido social con principios de comunitariedad Así han podido jalonar a los que habían perdido la savia nutricia de la etnia, han rescatado del desarraigo a muchos paisanos que ya tenían la memoria desdibujada por la asimilación cultural.
Así viven en Maicao, de la nostalgia del caimán de oro a la esperanza de las bonanzas coyunturales de este pueblo. De la nostalgia de una lengua desvanecida al contacto permanente con árabes, wayuú y criollos colombianos y venezolanos. Añoran los patios florecidos y los sembradíos sonrientes en un territorio tostado por el sol de siempre, escuchan lejanos quejidos de la chuana y el pito atravesao entre el barullo de la champeta y el vallenato. Han tenido que adaptarse a nuevos hábitos alimenticios: del revoltillo de babilla, el guiso de hicotea, el mote de queso, la pava de ají, la chicha de masato y la mazamorra al frichi y chivo guisado o asado, al soso pollo venezolano, a la dieta sustentada en la carne más que en el pescado y las verduras.
Los “Tuchineros” siguen alimentando una tradición peregrina como su errancia. El café de los zenú aviva la vigilia en una ciudad que se resiste al fantasma de la recesión, despierta los ánimos para no dormirse en bonanzas lisonjeras. Mientras aportan su silenciosa laboriosidad, estos hermanos del sueño diverso construyen con su tono indígena un Maicao multicultural. Los sueños de su capitán alientan una gestión común y un anhelo de territorialidad “Si seguimos dispersos, viviendo separados, llega el momento en que perdemos contacto, luchamos por que el gobierno nos ayude a tener un barrio para todos nosotros, nuestro pequeño Tuchín”. Lejanos del rumor ribereño, en la calcinante frontera, tan solo con el rumor sanguíneo del caimán que convoca desde muy adentro, los zenú buscan la semilla ancestral para encontrar la mismidad indígena en un territorio de otredades.
Tomada la sede de la Registraduría en Maicao
Maicao-. Una toma pacífica de las oficinas de la Registraduría protagoniza a esta hora un grupo de aproximadamente cincuenta personas.
Uno de los tomistas, en diálogo telefónico con Maicao al Día, manifestó que la protesta se lleva a cabo en protesta por lo que denominaron falta de garantías para el proceso eleccionario del próximo 22 de noviembre para escoger el nuevo alcalde de Maicao.
Señala la fuente que no ha habido equilibrio en la designación de jurados y testigos electorales. En el caso de los jurados éstos son funcionarios oficiales, condición que favorecería a una de las campañas participantes en el proceso electoral.
Expresaron que la toma se prolongará hasta cuando haya un compromiso de la registraduría de actuar con total imparcialidad en las tres semanas que faltan para el día de las elecciones
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