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viernes, 11 de junio de 2010

Condenan a 30 años al coronel (r) Alfonso Plazas Vega por caso de Palacio de Justicia



Fuente: Revista Cambio 16

Una jueza de Colombia condenó el miércoles a 30 años de prisión a un coronel retirado del Ejército por la desaparición de 11 personas durante la recuperación de un edificio asaltado por guerrilleros en 1985, en un fallo que pidió investigar a un ex presidente.

La sentencia contra el coronel retirado Alfonso Plazas Vega, como responsable del delito de desaparición forzada agravada, es la primera que se produce después del asalto al Palacio de Justicia de Bogotá por parte de la desmovilizada guerrilla del M-19, hace más de 24 años.

La tercera jueza especializada de Bogotá, María Stella Jara, halló a Plazas Vega responsable de la desaparición de los empleados de la cafetería del Palacio de Justicia y de la guerrillera Irma Franco, quien salió viva de la edificación, de acuerdo con las investigaciones.

La Fiscalía demostró a la jueza que a las víctimas las trasladaron a un batallón del Ejército en el norte de Bogotá, por orden de Plazas y luego desaparecieron. El oficial retirado dirigió la operación para recuperar el Palacio de Justicia después de la toma de la guerrilla, en noviembre de 1985, acciones que dejaron casi un centenar de muertos, algunos carbonizados por el incendio que consumió la edificación.

En la condena, la jueza ordenó investigar al ex presidente Belisario Betancur, quien gobernaba el país en la época, así como a toda la cúpula militar y de la Policía Nacional. Plazas se declaró inocente, anunció que apelará el fallo y se dijo que es víctima de una persecución política.

El Congreso de Colombia aprobó en 1991 el indulto y la amnistía contra los integrantes de la guerrilla del M-19, que entregó las armas y se desmovilizó en 1990. El ex presidente Betancur fue investigado y absuelto por una comisión legislativa. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, dijo que el asalto al Palacio de Justicia fue producto de una alianza entre la guerrilla y el Cartel de Medellín y lamentó que ninguno de los criminales responsables esté en la cárcel.

'Ahora veo que condenan a un integrante de las Fuerzas Armadas de Colombia que simplemente cumplió con su deber, duele, da tristeza', dijo el mandatario durante una conferencia de prensa con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton. Amnistía Internacional calificó el fallo de la jueza como una condena histórica que se impuso sobre la decisión de las Fuerzas Armadas de Colombia de ocultar la verdad.

'Con esta sentencia pionera para las familias de las víctimas, que durante casi un cuarto de siglo han hecho campaña por la justicia, se ha comenzado a romper el silencio que durante tanto tiempo ha protegido a los responsables', dijo Marcelo Pollack, investigador de Amnistía Internacional para Colombia.

Familiares de víctimas reaccionan

Luego de conocerse la noticia de la condena, el presidente de la República Álvaro Uribe Vélez dijo que lamentaba la decisión. "Duele, da tristeza", "veo con dolor que condenan a un integrante de las Fuerzas Armadas" que estaba "defendiendo la democracia", dijo.

El mandatario convocó a la cúpula militar y al ministro de Defensa en la Casa de Nariño con el propósito de examinar el caso y aseguró que la condena de 30 años de prisión contra el militar y la investigación a Belisario Betancur constituyen "inseguridad jurídica".

Por su parte, la cúpula militar expresó su mayor solidaridad al coronel Plazas Vega y expresó el "profundo dolor por la decisión". "Ese sentimiento de dolor es compartido en todos los niveles por los militares ...se exhorta a la Fuerza Pública de tierra y aire para que mantengan la moral en alto". Los militares también señalaron que esperan que la decisión sea evaluada en segunda instancia por las autoridades competentes.

Mientras tanto, los familiares de las víctimas de la toma del Palacio de Justicia le escribían una carta a Uribe Velez en la que, "de manera respetuosa", le dicen que "la sentencia al coronel Plazas obra en derecho, no vulnera la integridad de las fuerzas militares, marca un hito en la historia de lucha contra la impunidad y muestra que el país puede estar a la altura de los estándares internacionales de justicia".

"No entendemos como usted que encarna la máxima instancia del ejecutivo usando la popularidad que le acompaña, intente interferir en el poder judicial cuestionando decisiones de los administradores de justicia, sin argumentación alguna diferente a que los dirigentes del entónces grupo M19 deben ser judicializados, si ese es su interés sabe usted bien que existen procedimientos e instancias propias, a las cuales usted debe acudir, maxime si se trata de ayudar a un amigo y ex funcionario suyo", concluye el documento.

jueves, 30 de abril de 2009

La vida sin valor, la muerte con precio.

"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona"
Declaración universal de los Derechos Humanos. Artículo tercero.

Por: Martín López González*

Se ha llegado al extremo de justificar la barbarie, condenando no al homicida, sino a las propias víctimas de asesinatos despiadados e implacables, haciéndolas culpables y merecedoras de su propia muerte. Muchos coterráneos señalan que el o la ultimada, bien se lo merecía, pues quizás qué había hecho; sin cuestionar al delincuente.

Éste pasa a ser un pobre "gatillero" rebuscador, que por la módica suma de $200.000, pagaderos en cómodas cuotas, elimina al primero que se le ordene, y rebaja el costo del segundo encargo...

En una ocasión alguien se preguntaba maliciosamente, qué cosa horrible había hecho una joven mujer, que fue prácticamente tasajeada con arma blanca para merecer esa muerte tan horrenda, sin cuestionar al asesino sanguinario.

De esta forma se censura a la víctima y se le declara culpable y merecedora de ese terminal castigo y no al victimario. De paso se justifica la pena de muerte, en este caso no de una providencia judicial, sino de la voluntad de alguien que tomó la extrema y ya muy normal y popular decisión.

No es importante el criminal agresor, cualquier joven de 20 ó 21 años, en la mayoría de los casos venido de otras tierras, viaticando para cumplir la nefasta y ejemplarizante misión.

Mucho menos lo es, el autor intelectual. Se escuchan los rumores de las futuras víctimas, como quien comenta los pronósticos de un partido de fútbol. Incluso, algunos llegan a la premonición morbosa de la cantidad de tiros y del tipo de armas que se usarían en el eventual atentado.

Se asemejan las acciones del cuchicheo con detalles de las típicas películas violentas de Al Pacino y Robert De Niro, donde el guionista hace que se simpatice con el delincuente.

Es tanto el nivel de aceptación de esta serie de cosas, que se llega a consentir y justificar las amenazas de limpieza social, pues las "lacras" amenazadas, drogadictos, sidosos, ladronzuelos, prostitutas entre otros, representan un grave peligro, según ellos, para la sociedad.

Ésta lógica demencial creada por el entorno inquisidor de que si alguien es drogadicto cometerá un crimen, o si es prostituta es perversa, o si tiene sida contagiará; a ellos pena de muerte por la sola sospecha de ser culpable. Las manzanas podridas terminan dañando al resto del canasto, es la reflexión. Esta conducta aberrante olvida el valor de la vida (precepto del Estado Social de Derecho) como el máximo supremo, donde comienzan los otros.

Es un país de muerte fácil, democrática, con precio; o lo que es equivalente, de vida sin valor. Los que matan, en su mayoría lo hacen por que se mueren de hambre o por desesperación. Lo hacen con saña, perversión y descaro como valor agregado para aumentar el número de contratos, ante los patrones invisibles que evalúan sus destrezas y los promocionan.

Los inician con los casos fáciles de los "desechables" de la limpieza social, pasando por la maestría del desempeño superior del magnicidio nacional, hasta el doctorado macabro en el exterior. ¡Toda una escalera perversa profesional del sicariato!

Un gran porcentaje de colombianos y particularmente de guajiros, se han vuelto insensibles ante el asesinato. Las imágenes de cientos de muertos que se muestran o mencionan en los medios de comunicación contribuyen con esta patología social.

Estos mensajes penetran bruscamente en la estructura mental de las personas, especialmente de los niños en una explosión incesante que modifica la visión del mundo, reconstruyendo las percepciones, las opiniones y los sentimientos.

Esas arremetidas mediáticas alienantes, transforman la conciencia hasta hacerla contradictoria a lo que normalmente debería esperarse. Se manipula el verdadero sentir. Se repite una y otra vez un suceso sin mayor importancia, hasta hacer llorar a la audiencia. La vuelven insensible ante otras que casi ni se mencionan de magnitudes horrorosamente desproporcionadas.

Algunas veces, los macabros relatos, no pasan de ser simples comentarios a las horas de mayores audiencias, sin mayor repudio dependiendo de los autores. Locuras criminalmente monstruosas propias de mentes enfermas, que deben ser condenadas en forma rotunda todas las veces, con igual o mayor contundencia que el secuestro y demás violaciones de los Derechos Humanos.

Lo más terrible y preocupante es que muchos ciudadanos aceptan como concepto definitivo: si matan a alguien…… lo hicieron con razón porque, andaba metido en algo malo. Con este acto de fe pública, se justifica el asesinato colectivo y de esa forma nos jodemos todos.

*Psicólogo Social, Universidad Nacional Abierta y a Distancia

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