viernes, 30 de junio de 2023
Develaron el retrato del profesor Ramiro Choles Andrade
viernes, 1 de julio de 2022
viernes, 6 de mayo de 2022
Grado del Colegio San José de Maicao en los años ochenta
Johann Paul Friedrich Richter: "La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados"
En 1978 el Colegio San José marcó un hito en la historia de Maicao al graduar su primera promoción de bachilleres y fue, además, la primera vez que los nativos de Maicao podían estudiar la secundaria completa sin necesidad de emigrar a otras ciudades como ocurría antes.
Otra nota de mucho interés: Ramiro Choles Andrade, la reserva moral de un pueblo
Esta bella
y significativa postal corresponde a un día de diciembre de principios de los
años 80, probablemente 1980 y registra el
día en que se efectuó la ceremonia de grados de ese año.
Después del
evento un fotógrafo anónimo les pidió a los profesores y directivos que posaran
para su cámara y de esa forma registró el momento para la posteridad y por eso
hoy podemos disfrutarla aun cuando algunos de sus protagonistas habitan hoy en las moradas de la eternidad.
En la
fotografía aparecen, de izquierda a derecha, Robinson Bocanegra de Oro
(profesor de francés), Sixto Amador (matemática y física), Fadul Rincones
(rector del colegio), Cilia Pimienta (ciencias naturales), Edgardo Cabeza
(contabilidad), María Escudero
(secretaria eterna del colegio), Eduardo
Romero (trigonometría) y Ramiro Choles Andrade (español y literatura).
En la parte
superior se encuentra Julio Manuel Larios (educación estética) y Arturo Carrillo el legendario portero wayüu que cuidó los bienes de la institución durante cuarenta años.
Eran otros
tiempos, en los que Maicao tenía un solo colegio con bachillerato completo, el
colegio San José de la calle 13 con carrera 16, sus once aulas y sus 400
estudiantes ubicados en cuatro salones de primero de bachillerato (hoy sexto);
dos segundos (A y B); dos terceros (A y B); un cuarto, un quinto y un sexto.
Recordar es vivir
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos. (Jorge Luis Borges)
viernes, 15 de abril de 2022
El primer motocarro en Maicao
Ramiro Choles y Julio Larios junto al primer motocarro que llegó a Maicao |
Te invitamos a leer también: "La edad dorada de la radio en Maicao"
El primer motocarro llegó a Maicao en los años setenta y su flamante propietario fue el profesor Ramiro Choles Andrade
Era de color vinotinto, tipo furgón y contaba con tres ruedas.
Un día el profe Choles tuvo la desafortunada idea de guardar su vehículo en los patios del colegio San José y entonces pasó lo que tenía que pasar: los estudiantes se dieron gusto haciéndole bullying al rodante hasta dañarlo de forma total.
En la foto aparece un Ramiro Choles cariacontecido en compañía de su colega Julio Larios quien le ayudó a hacer el inventario de las múltiples averías.
En lo sucesivo Choles y Larios tuvieron otro tipo de vehículos, pero nunca más los parquearon en los patios del colegio
lunes, 8 de julio de 2013
El Maicao que me gusta
El recuerdo del Maicao peligroso en que cada mañana anunciaban por la radio que habían amanecido cinco o seis muertos, no me gusta. El Maicao de las calles llena de barro y lodo, fuentes de mosquitos y enfermedades, tampoco me gusta. El Maicao de los tiros al aire para celebrar cualquier acontecimiento no me gusta para nada como tampoco el de las sequías prolongadas en el que la ciudad se divide en dos: los que tienen plata para comprar el agua a los carro tanques y los que no tienen agua ni para remedio.
No me gusta el Maicao del matadero antihigiénico ni el de sus calles y andenes repletos de basura, por que a algunos no se le ocurre mejor idea que tirar los desechos del comercio en la vía pública. No me gusta el Maicao de las bocinas estridentes, de los carros parqueados en cualquier lugar y el de los caminantes sin espacio para andar. Les soy sincero, el Maicao anteriormente descrito no me gusta y creo que tampoco le gusta a la mayoría de sus habitantes.
Si por casualidad usted alguna vez visitó la tierra “del ensueño de mi edad primera” y en su mente y sus pensamientos quedaron las imágenes que hemos relatado, déjeme decirle que usted no conoce aún al verdadero Maicao. Por eso se me ocurre que es mi deber hablarle del Maicao que a mí me gusta, al que amo y por el que tengo una “traga” parecida a la del adolescente por la primera mujer que ha sido capaz de moverle el piso y las hormonas. En primer lugar me gusta el Maicao de las algarabías infantiles en la puerta de los colegios.
Soy feliz situándome en la acera del frente, a la hora de la entrada o de la salida y ver ese desfile de pequeños ángeles con rostro humano y escucharlos en el infinito compartir de sus sueños, de sus dulces travesuras, de sus increíbles ilusiones y de sus pequeñas disputas y su inexplicable capacidad para comer mango viche con sal y limón.
Cuando veo la puerta de las escuelas convertidas en un hormiguero o humano, sonrío convencido de que Dios no se ha aburrido todavía de la humanidad y tampoco de Maicao.
Me gusta el Maicao de los periodistas legendarios, algunos de los cuales disfrutan de un lugar en su morada de la eternidad, pero aún así resisten a los embates del olvido. Recuerdo sus voces torneadas por la experiencia de miles de horas al aire y su olfato para encontrar la noticia aunque estuviera escondida debajo de las piedras a orillas de la laguna de Majupay o en las profundidades de una pegajosa canción de Roberto Solano.
Me gusta, a propósito el Maicao que por años fue casa del maestro Carlos Huertas y cuna de sus hijos. Me gusta el Maicao, vuelve y juega, de Roberto Solano y Mario Valdelamar. El Maicao en el que se incubaron buena parte de los versos primigenios de Víctor Bravo y en donde Abel Medina decidió un día que su pluma servía no solo para enhebrar historias sino para auscultar en la historia del vallenato.
Me gusta el Maicao de las tertulias matinales en las esquinas de los barrios en las que, aún antes de que el sol derrame su poderosa luz desde el oriente, los vecinos se encuentran para hablar de esto y de aquello y de éstos y de aquellos. Conversaciones familiares y comunitarias de las que casi no se ven en los tiempos del internet y de los celulares. Conversaciones en las que junto a la olla de café humeante se arreglan buena parte de los problemas de Maicao y del mundo.
Este Maicao, el del celo intensamente azul, el de su cultura variopinta, el de los tres idiomas el de la limonada fría en frascos de vidrio y el tinto durante las veinticuatro horas del día, es el que a mí me gusta. Y por el que tengo una “traga” parecida a la del que se enamora por primera vez.
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jueves, 24 de abril de 2008
Institución Número 5 rinde homenaje a escritores guajiros
sábado, 5 de abril de 2008
¿Relaciones de Cristal?
Dios ha de querer que las relaciones de hermandad entre los pueblos Bolivarianos, sigan mejorando sustancialmente, y muy especial con la fructífera frontera con el Estado Zulia – Venezuela .
La Semana Mayor que acaba de expirar, debió servir de éste y de aquel lado, para conscientes reflexiones y sesudos análisis; por lo que pudo ser y no fue
Los hilos invisibles del Genio de Bolívar, unido a la sensatez, a los compromisos abonados por un destino y una historia común; fue la alquimia que generó el restablecimiento de un cordial ambiente, capaz de perdurar como aquel antiguo Nudo Gordiano reseñado por mi amigo y maestro, Roberto Gutiérrez Castañeda en el caliente Liceo Almirante Padilla, en la década de los sesenta.
Es muy saludable para los gobiernos vecinos, priorizar en todas las fronteras profundos cambios en todos los niveles; con políticas interiorizadas y consensuadas con los verdaderos centinelas de los hitos fronterizos, en donde aun hay racimos humanos cargando pesadas cruces, descritos por el ilustre Rómulo Gallegos cuando afirmó que eran unos seres que “ Sufren, Aman y Esperan”.
Dejar solas a las fronteras, al azar, al libre vaivén, a la buena de Dios; se constituye en poderosas bombas de tiempo, en fortín para toda clase de desmanes con intenciones Maquiavélicas
A las fronteras se les debe dotar de los mejores planes reivindicativos .Ya es hora que se les pague la alta deuda acumulada desde largo rato y que aun pervive como mala leche.
Hay que reiterar hasta el cansancio, que es en las fronteras donde comienzan los primeros vagidos de nacionalidad y de patria. Es allí también en donde se agitan las palpitaciones al ondear de banderas tejidas con el calor humano, fortaleciendo lazos de paz y convivencia.
A las fronteras hay que brindarles mayores cuidados y corazón. La sociedad Civil debe constituirse en atalayas, para defender hasta los tuétanos, el pensamiento “Que ellas, no nos dividen, sino que nos unen “Que no son espacios fértiles ni para el Patrioterismo,ni para el imperio de la soldadesca con clarines y tambores ; llamando a la topa tolondra a que se caben mas sepulturas , con los arabescos del subdesarrollo social y mental .
Nadar contra oscuras corrientes y serrarles paso a pretensiones suicidas, debe constituirse en la mejor bandera; izada en el corazón de todos aquellos que comulgamos en que en la unión está la fuerza y que en éstos duros tiempos, es mejor inscribirnos como bomberos, que incendiarios de medio pelo.
Hay necesidad en seguir invocando a todos los Dioses Tutelares fronterizos, para que las fronteras no sean de cristal, sino de vitales encuentros, de unificación, de dignidad terrígena --- de nacionalismo sano y productivo y finalmente que sean fronteras de entusiasmo, para que cada morador de acá y acullá en las fronteras, lleven a Dios escriturado en lo mas profundo del pecho .
“ Lo sucedido en el presente, no necesariamente debe repetirse en el futuro; ya que después de superado el conflicto no se retornará a la realidad inicial ; y sí por alguna circunstancia llegare a ser igual o parecida, el conflicto podría alcanzar magnitudes impredecibles.”
martes, 1 de abril de 2008
El profesor Choles opina
En las pocas décadas (8) de la existencia legal de nuestro terruño, muchas han sido las personas de diferentes espacios geográficos que regalaron su granito de tierra para que Maicao encontrara su norte , por los verdaderos caminos de prosperidad a que tiene derecho, por designios del Todopoderoso y de sus Dioses tutelares
Todas esas personas de carne y hueso, con aciertos y errores. Muchas veces solidarias hasta con la uñas, hacen parte de un ejército silencioso que lleva el sentir maicaero, hasta en los mas ocultos e inimaginables agujeros del cuerpo.---todos ellos seguirán inscritos en las paginas de la historia de nuestro pueblo, con la tinta indeleble con que Escribieron sus nobles actuaciones con el mero sabor a pueblo.
Este espontáneo reconocimiento, dista muy lejos de la adulación o de oscuros intereses - Pero si bien cercano en reconocerles sus aportes significativos y se cumpla aquello de Que “ Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios, lo que es de Dios “. En todos ellos primó un denominador común: Profirieron ser solidarios con la causa maicaera, realizando ingentes esfuerzos, en el fortalecimiento humano de una comunidad con Anhelos de grandeza en sus prácticas y en sus sentimientos religiosos.