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lunes, 18 de septiembre de 2023

Homenaje a Roberto Solano: un auditorio llevará su nombre


El pasado viernes 15 de septiembre el alcalde Mohammad Dasuki develó el nuevo nombre de este importante centro de reuniones y de eventos culturales y académicos: Roberto Solano Sanclemente, en homenaje al excelso compositor y cantante de música caribeña y autor de la emblemática canción "Los Charcos", grabada por Fruko y sus Tesos.
En adelante no diremos "La conferencia será en el auditorio de la Casa de la Cultura". En cambio, la invitación dirá: "La conferencia se efectuará en el auditorio Roberto Solano Sanclemente".
Merecido homenaje a quien ha hecho tanto por la música y la cultura en general.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Roberto Solano y Rosendo Romero en El Molino

Los maestros Roberto Solano y Rosendo Romero fueron dos de los grandes protagonistas del XV Encuentro de Escritores de El Molino, que en su versión 2017 versó sobre la íntima relación entre la música y la literatura.  

lunes, 8 de julio de 2013

El Maicao que me gusta

Por: Alejandro Rutto Martinez

El recuerdo del Maicao peligroso en que cada mañana anunciaban por la radio que habían amanecido cinco o seis muertos, no me gusta. El Maicao de las calles llena de barro y lodo, fuentes de mosquitos y enfermedades, tampoco me gusta. El Maicao de los tiros al aire para celebrar cualquier acontecimiento no me gusta para nada como tampoco el de las sequías prolongadas en el que la ciudad se divide en dos: los que tienen plata para comprar el agua a los carro tanques y los que no tienen agua ni para remedio.

 No me gusta el Maicao del matadero antihigiénico ni el de sus calles y andenes repletos de basura, por que a algunos no se le ocurre mejor idea que tirar los desechos del comercio en la vía pública. No me gusta el Maicao de las bocinas estridentes, de los carros parqueados en cualquier lugar y el de los caminantes sin espacio para andar. Les soy sincero, el Maicao anteriormente descrito no me gusta y creo que tampoco le gusta a la mayoría de sus habitantes.

Si por casualidad usted alguna vez visitó la tierra “del ensueño de mi edad primera” y en su mente y sus pensamientos quedaron las imágenes que hemos relatado, déjeme decirle que usted no conoce aún al verdadero Maicao. Por eso se me ocurre que es mi deber hablarle del Maicao que a mí me gusta, al que amo y por el que tengo una “traga” parecida a la del adolescente por la primera mujer que ha sido capaz de moverle el piso y las hormonas. En primer lugar me gusta el Maicao de las algarabías infantiles en la puerta de los colegios.

Soy feliz situándome en la acera del frente, a la hora de la entrada o de la salida y ver ese desfile de pequeños ángeles con rostro humano y escucharlos en el infinito compartir de sus sueños, de sus dulces travesuras, de sus increíbles ilusiones y de sus pequeñas disputas y su inexplicable capacidad para comer mango viche con sal y limón.

Cuando veo la puerta de las escuelas convertidas en un hormiguero o humano, sonrío convencido de que Dios no se ha aburrido todavía de la humanidad y tampoco de Maicao.

 Me gusta el Maicao de los periodistas legendarios, algunos de los cuales disfrutan de un lugar en su morada de la eternidad, pero aún así resisten a los embates del olvido. Recuerdo sus voces torneadas por la experiencia de miles de horas al aire y su olfato para encontrar la noticia aunque estuviera escondida debajo de las piedras a orillas de la laguna de Majupay o en las profundidades de una pegajosa canción de Roberto Solano.

 Me gusta, a propósito el Maicao que por años fue casa del maestro Carlos Huertas y cuna de sus hijos. Me gusta el Maicao, vuelve y juega, de Roberto Solano y Mario Valdelamar. El Maicao en el que se incubaron buena parte de los versos primigenios de Víctor Bravo y en donde Abel Medina decidió un día que su pluma servía no solo para enhebrar historias sino para auscultar en la historia del vallenato.

 Me gusta el Maicao de las tertulias matinales en las esquinas de los barrios en las que, aún antes de que el sol derrame su poderosa luz desde el oriente, los vecinos se encuentran para hablar de esto y de aquello y de éstos y de aquellos. Conversaciones familiares y comunitarias de las que casi no se ven en los tiempos del internet y de los celulares. Conversaciones en las que junto a la olla de café humeante se arreglan buena parte de los problemas de Maicao y del mundo.

Este Maicao, el del celo intensamente azul, el de su cultura variopinta, el de los tres idiomas el de la limonada fría en frascos de vidrio y el tinto durante las veinticuatro horas del día, es el que a mí me gusta. Y por el que tengo una “traga” parecida a la del que se enamora por primera vez.


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viernes, 11 de febrero de 2011

Sentido Homenaje a Roberto Solano


Maicao-. En un sentido homenaje al canta autor Roberto Solano se convirtió la presentación del documental "Roberto Solano Bacano", producido por el investigador e historiador Freddy González Zubiría.

Más de cuatrocientas personas se congregaron en la plazoleta de la Casa de La Cultura de Maicao para presenciar la premier de esta obra en la que González Zubiría explora la vida del artista nacido en Fonseca y residenciado desde su infancia a Maicao, ciudad en la cual compuso su emblemática canción "Los Charcos", considerada como un verdadero himno a la maicaeridad.

En varias ocasiones el público se emocionó con las imágenes que veía en la pantalla y lo expresó con sus sonoros aplausos.

Roberto Solano agradeció a Freddy González por la elaboración de este programa y cerró la velada como el público se lo pidió: cantando la canción "Los Charcos"

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