lunes, 11 de abril de 2016

Evangelios sinópticos


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Los evangelios son probablemente los libros más importantes del Nuevo Testamento por una razón sencilla pero poderosa: son los únicos libros en donde se narra la vida de Jesús. Más aún: son los libros en los cuales conocemos a Jesús en diálogo personal con los discípulos presenciales y con todos sus seguidores de todas las épocas.

Para conocer las enseñanzas del maestro, las proezas del Hijo de Dios; los mandamientos del Hijo de Dios y los portentosos milagros de la figura más importante de la humanidad, nada mejor que leer con entusiasmo, cuidado y fruición estos cuatro libros en donde Jesús aparece visto desde diferentes ,  ángulos.     

Un desprevenido lector se preguntará por qué son cuatro evangelios si con uno hubiera sido suficiente.  Por lo menos con uno que incorporara todas las enseñanzas que figuran en los cuatro libros.  Esa posición es respetable, pero hay que entender lo siguiente: los evangelistas fueron como cuatro reporteros, o enviados especiales que fueron destinados a  cubrir una serie de cruciales sucesos para la historia de la humanidad y trabajaban para medios de comunicación distintos. Por eso, a pesar de que la figura de Jesús es la misma y los hechos relatados también, cada uno de ellos tenía su propio encuadre, sus intereses, su enfoque y, sobre todo, estaban pensando  cada uno en un público diferente.    

Imagínese a usted que a cuatro periodistas los envían a cubrir un encuentro de fútbol entre las selecciones de fútbol de Colombia y Perú, el cual se disputa en Caracas. Uno de los profesionales de la información es colombiano y debe escribir para un diario de su país; el otro es peruano y enviará sus informes para una emisora de su patria; el tercero es venezolano, territorio en donde se juega el partido,  y tiene el deber de informar para un canal  televisión de su país.  El otro periodista no pertenece a ninguno de los países involucrados en el evento pero también deberá informar con todo el profesionalismo del caso para su medio de comunicación.

Después del juego todos informarán de la misma manera sobre los hechos más relevantes como el resultado, las alineaciones de los equipos, quienes anotaron los goles, el nombre del árbitro central y el de sus auxiliares.  Sin embargo, cada uno de ellos tendrá un enfoque diferente: el peruano hará énfasis en cómo jugó la selección de su país y alabará o criticará al técnico; dedicará más atención a cómo jugaron los suyos, entrevistará preferiblemente a sus compatriotas. De la misma forma los demás periodistas presentarán sus informaciones de acuerdo con las necesidades y los intereses de su audiencia y las emociones que él mismo tenga. Sin embargo, emociones aparte, todos tratarán de cumplir con el deber de su oficio y serán leales a la verdad.

Los evangelistas tenían una formación diferente, sus fuentes de información eran un poco distintas y cada uno de ellos estaba pensando, en principio, en un lector diferente.  He ahí la importancia de que sean cuatro evangelios y no tan solo uno.

Por ejemplo, Mateo  escribió para los judíos convertidos y por eso no explica las costumbres judías ni traduce los vocablos hebreos, pues no era necesario, ya que sus lectores los conocían.
Marcos, según una antigua tradición, escribe en Roma para creyentes romanos, por lo que no le da mucha importancia a la Ley Mosaica, al no considerarla de interés para sus destinatarios. En cambio hace énfasis en explicar las costumbres judías, desconocidas por sus lectores y por ello la necesidad de explicárselas.

Lucas escribe para paganos convertidos, especialmente de origen griego y romano.
El evangelio de Juan no estaba destinado a un grupo nacional o cultural específico sino a todo el mundo, en especial el mundo de los creyentes.
En este módulo nos dedicaremos a estudiar los tres primeros evangelios, denominados sinópticos debido a su afinidad y sus semejanzas en cuanto al orden de la narración, el contenido y lenguaje empleado.

¿Por qué se les llama Evangelios Sinópticos?
La palabra sinóptico viene del idioma griego y  de acuerdo con su etimología significa “ver junto”. Esta definición nos indica que los tres evangelios pueden verse juntos, bien en columnas verticales paralelas o  bien en sentido horizontal.

El conocido biblista alemán Johann Jakob Griesbach presentó en 1776 un libro titulado Synopsis en el que hace un estudio sobre Mateo, Marcos y Lucas. El texto tiene la particularidad de presentar los libros en columnas paralelas, lo que facilitaba el estudio simultáneo y se podían observar con facilidad sus semejanzas y diferencias.  Dicho estudio adquirió una gran popularidad y de ahí en adelante se les llamó sinópticos a todos los evangelios, menos el libro de Juan que por sus especiales características no permite una comparación con los tres primeros salvo en algunos pasajes.

¿Para qué ha servido la sinopsis?
Ha permitido apreciar las coincidencias que existen entre los evangelios, como, por ejemplo, textos que están redactados casi con las mismas palabras y en el mismo orden. Así mismo se pueden encontrar algunas diferencias  cuando se examinan en detalle. Las similitudes entre los tres o a veces solo entre dos,  evidencian que los autores utilizaron una misma fuente o se leyeron entre ellos.  Las diferencias comprueban el grado de independencia que hubo entre sus autores.

Algunos teólogos han llegado a la conclusión de que Mateo y Lucas se basaron en el libro de Marcos y en otra fuente desconocida que ha sido designada con la letra Q, inicial de la palabra alemana Quelle, que significa fuente. La Q, consistiría, principalmente, en una colección de dichos y breves discursos de Jesús.


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Biografía de Édgar Perea


Tomado de Wikipedia
Edgar José Perea Arias (CondotoChocó, el 2 de junio de 1940), más conocido como "El negro Perea" , es un locutor deportivo y político colombiano. Es muy conocido a nivel nacional como narrador de fútbol desde la década de 1980 en radio y televisión. Desde finales de la década de 1990 hasta la actualidad se ha desempeñado como político en distintos cargos, como el deSenador de la República y Embajador de Colombia en Sudáfrica.
Locutor deportivo
Perea vivió sus primeros años en Cartagena, donde además hizo sus estudios secundarios. Desde 1966 trabajó en Barranquilla narrando los partidos como local del Junior (club del cual es fanático), convirtiéndose en uno de los relatores más importantes de fútbol en Caracol Radio. De estilo aguerrido y picante, se destacó por ser el promotor de los "coros celestiales" cuando el árbitro pitaba mal, y por ser el creador del apodo "Junior tu papá".1 De la misma forma, fue locutor de béisbol, boxeo y ciclismo durante muchos años. Desde finales de la década de 1980 hasta 1998, Perea trabajó con Caracol narrando los partidos de la Selección Colombia. En 1990 se radicó definitivamente en Bogotá, donde se desempeñó como relator de los partidos de Santa Fe yMillonarios. También fue el presentador deportivo de NTC Noticias.
"El Campeón", como es conocido popularmente, integró el equipo periodístico de La Polémica radial, junto a otros periodistas deportivos como Hernán Peláez, Adolfo Pérez, Óscar Rentería JiménezWbeimar Muñoz, entre otros. El formato de La Polémica pasó a televisión en 2004 y se llamaba La Telepolémica y se transmitía por el Canal Uno, pero en 2008 pasó a Telmex Eventos (actualmente Canal Versus) y el programa se llama TVpolémica, trabajando allí hasta el año 2009, cuando fue nombrado embajador en Sudáfrica. Su reemplazo fue Hugo Illera.2
Actualmente Edgar Perea trabaja en la radio en la Cadena Todelar en donde retornó de su trabajo de la embajada en Sudáfrica. Enero de 2012, con una condena de 33 meses de prisión y el pago de una multa de 150 millones pesos proferida por el Juez Sexto Penal del Circuito de Barranquilla terminó el litigio emprendido por RCN Radio de la capital del Atlántico contra Perea por el delito de defraudación a los derechos patrimoniales de autor.
El juez también inhabilitó al narrador de derechos y funciones públicas y la suspensión de la tarjeta profesional de periodista o licencia de locutor por el mismo periodo de la pena.
El caso se remonta al año 2004, cuando Perea transmitió los partidos de béisbol de las Grandes Ligas, derechos exclusivos de RCN Radio Barranquilla, en la época en que se enfrentaron por la Serie Mundial los Cardenales de San Luis y Los Media Rojas de Boston. Por lo anterior, fue demandado por el fallecido abogado Fernando Prada, debido a que Perea también comercializó los partidos a través de su emisora Mar Caribe.
Senador de la República
En 1998, Perea fue elegido Senador de la República luego de obtener el aval del Partido Liberal Colombiano, siendo su bandera de campaña la creación del Ministerio del Deporte y el apoyo a la candidatura presidencial de Horacio Serpa Uribe. En 2000 le fue revocada su investidura como senador luego de transmitir un partido de fútbol ejerciendo su cargo público. No obstante, una decisión de la Corte Constitucional hizo que se le restituyera su derecho a elegir y ser elegido, tras una tutela interpuesta por Perea.3
Candidato a la Alcaldía de Barranquilla
En el año 2003, luego de que el Consejo de Estado fallara a favor de Perea, dejó el liberalismo y comenzó a apoyar el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En octubre de 2007 fue postulado para la alcaldía de Barranquilla, ocupando el tercer lugar de las preferencias electorales.3
Embajador en Sudáfrica
A finales del año 2008, Perea fue nombrado en reemplazo de Carlos Moreno de Caro como embajador colombiano en Sudáfrica, concretamente en la ciudad de Pretoria donde desempeñó la labor diplomática hasta el 4 de abril de 2011. Dentro del cargo de embajador en Sudáfrica también le correspondió representar diplomáticamente a Colombia en Namibia y Mozambique.


Fallecimiento[editar]


Édgar Perea Arias murió en la clínica Fundación Santa Fe de Bogotá el lunes 11 de abril de 2016, como consecuencia de una bacteria que desencadenó problemas respiratorios y renales que lo llevaron a su muerte.


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Guerra de acordeones

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

Colombia desde la década de los 40 ha vivido siempre una guerra civil no declarada: nuestra organización social pareciera que día a día se desmoronara y en el inmediato plazo parece imposible mantenerla en equilibrio, o sea en paz y dentro de una convivencia civilizada. Por un lado las FARC y el ELN continúan en lo suyo y por otro lado la polarización que vive el país es cada día más efervescente.

Nuestra guerra cuenta y despiadada no es comparable. Sus causas no son identificables y sus apasionamientos no tienen las características genéticas de las guerras civiles, causadas corrientemente por las rivalidades raciales, las incomprensiones religiosas o el fanatismo político. Debemos hacer un pare ante esta violencia y sobre todo de sacudirnos de la indiferencia ante el dolor y el sufrimiento ajeno en la violencia urbana. Es una violencia fracticida sin vencedores, sino solamente vencidos. Los actores somos colombianos. No sabemos por qué tenemos que matar y por qué tenemos que morir.

  Al igual que las terapias utilizadas por la sicología clínica en el comportamiento humano, Colombia requiere de símbolos  más que mágicos que logren identificar nuestras raíces, nos sensibilicen y penetren en las entrañas de la patria y sus gentes. Para Colombia como enfermo terminal, la terapia debe consistir en el rescate de los valores culturales de las regiones que enorgullezcan a los pueblos y hagan sentir la grandeza de nuestras tradiciones.

Vale la pena recordar las palabras de Alonzo Salazar, publicadas en el diario El Tiempo el 9 de Noviembre de 1997 y que continúan vigentes, donde escribió “… No estaría mal una guerra de acordeones con todos los bandos juntos, en un estadio abarrotado, para caer en cuenta que nos estamos matando a nombre de los mismos ideales. Mejor sería que la música y nuestro folclore, reemplazaran la artillería”. Ahí está resumido lo que debe imperar en nuestro país. La violencia urbana en las ciudades está generando  miedo y terror. Salimos de una guerra y entramos en otra. Es como una cadena o de un eslabón que nunca termina.

En el sicoanálisis, la terapia debe ser retroactiva, capaz de exteriorizar e identificar los conflictos y las frustraciones pasadas como únicos causantes de los traumas presentes. En el programa clínico requerido por Colombia, los símbolos culturales expresados por nuestro folclore, nuestras artesanías y las costumbres regionales que simbolizan a nuestra historia, nuestra geografía, nuestros climas y la grandeza de nuestras tradiciones, deben constituir la esencia básica de la terapia eficaz requerida, que nos sensibilice e identifique.

Al folclor musical le corresponde el valor masificador más eficaz como herramienta terapéutica por la capacidad de divulgación y sensibilización que produce la poesía regional, acompañada de los instrumentos musicales tradicionales y animadas por loa bailes típicos de cada región y cada geografía.

  Las obras representativas de nuestro folclore como muestras folclóricas, como herramientas de identificación personal, deben ser majestuosas para lograr la elocuencia, verdaderamente grandes para que pertenezcan al país entero, auténticas e inéditas  y que no modifiquen la esencia. Deben representar las glorias de nuestros antes pasados  y medir los medios que emplearon para adquirirlas.

Creemos firmemente en la necesidad de derrotar la violencia, pero no con las armas que silencien vidas. Debemos vivir en un país donde no se toleren los atropellos a la dignidad humana. Colombia ha sido testigo de un genocidio mudo, sin igual en ninguna otra sociedad democrática.

El arte y la cultura deben constituirse en los símbolos patrios que es la esencia del alma y de sus gentes y como tal debemos por ejemplo combatir la violencia con esa cultura y esas raíces y para el caso específico del tema en mención  que mejor una guerra de acordeones donde se olviden las penas y las penurias y se reconcilien los corazones a punta de música de la buena.


domingo, 10 de abril de 2016

viernes, 8 de abril de 2016

Panorama Bíblico

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

La Biblia es el libro de los libros. Esto se explica, primero porque es el más importante de  todos los textos que se haya escrito y el más leído de la historia, pero también porque contiene una sabiduría ilimitada mediante la cual Dios expresa su voluntad al género humano. 

Cuando iniciamos su lectura nos sumergimos en un mundo de lecciones poderosas que incluyen historias, poesía, mensajes de aliento, promesas de Dios a los hombres, compromisos del hombre para con Dios, profecías para una nación escogida como Israel y sobre la venida del Mesías y Salvador del mundo…en fin la lectura de la Biblia nos proporciona un mundo de conocimientos y nos permite sentirnos parte importante de la obra creadora.

Pero mucha atención: una cosa es leer la Biblia y sumergirse en ella y otra muy distinta es mirarla con el ánimo de un investigador o simplemente de un estudiante juicioso.

Imagínese que la Biblia es un territorio y usted está situado en una montaña que es la única del lugar.   Desde ahí tiene una vista privilegiada sobre el inmenso valle cubierto de verdes praderas; puede ver con claridad los ríos y arroyos que serpentean en medio del bosque y de las tierras cultivadas; también verá los caminos veredales por donde transitan los campesinos en sus ágiles monturas y verá desfilar algunos asnos sobre cuyos lomos se transportan los frutos de la tierra; si aguza la vista podrá ver un puñado de niños corriendo detrás de una rudimentaria pelota de trapo hecha por ellos mismos y un poco más allá un pequeño pueblo con un parque en el centro y locales comerciales a su alrededor.

Del otro lado de la montaña podrá ver la gran ciudad, con sus ruidosos camiones de carga, sus buses atestados de pasajeros que van un poco retrasados al trabajo y una fila de personas que esperan pacientemente para comprar un boleto que le permitirá asistir a la presentación de algunas de las celebridades del momento.

En ese sitio privilegiado usted podrá verlo todo: el hermoso paisaje al fondo con una montaña pintada de verde y azul y la presencia de seres humanos que interactúan entre sí. En otras palabras, usted no es un espectador limitado por su precaria posición como la del que se asoma a una pequeña ventana y solo puede ver la parte posterior de un derruido edificio a punto de caerse o un lote repleto de hierros viejos que dentro de poco serán comercializados como chatarra.

Usted en realidad no tiene una vista cualquiera sino todo un panorama en el que solo debe dar un giro de 360º. Para ver todo, todo lo que está a su alrededor.

De la misma forma esta asignatura se propone que el estudiante pueda tener una “vista panorámica de la Biblia” y conozca a fondo sobre la forma en que fue escrita, quiénes fueron sus autores, la forma en que se clasifican sus libros y los tiempos de la historia de la humanidad según los sucesos ocurridos y los que aún han de transcurrir en la historia del hombre y de la relación del hombre con Dios.

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jueves, 7 de abril de 2016

El desequilibrio de poderes

(El enroque del centralismo)

Escrito por: Amylkar D. Acosta M[1]

¡Las regiones deben dejar de ser alfil sin albedrío del centralismo,
            para alcanzar una paz estable y duradera!

El inveterado centralismo en Colombia hunde sus raíces en la regeneración de Rafael Núñez en el siglo XIX, una vez derrotado el radicalismo liberal en memorable batalla en el curso de una de las tantas guerras civiles que asolaron a Colombia por aquellas calendas. Como la historia la escriben los vencedores,

miércoles, 6 de abril de 2016

Jornada única sí, pero con condiciones


Por: Alonso Mendoza contreras (Secretario de asuntos sindicales ASODEGUA-Subdirectiva Maicao).


Estanislao Zuleta: “Si la educación no enseña al hombre a luchar por sí mismo, a criticarse a sí mismo, a criticar a la sociedad en que vive esa educación es nefasta”.  

En algunas regiones de Colombia  la implementación de la jornada única ha tenido muchos reparos por parte de docentes, padres de familia y estudiantes.

Como era de esperarse el municipio de Maicao en el departamento de la Guajira no es la excepción y la improvisación rebosó los limites basta con mirar los sitios designados como comedores escolares donde no cumplen los requerimientos mínimos en el aspecto sanitario y estructural.

La  tristeza que nos produce los casos de muerte por desnutrición de muchos niños Wayuú es inmensa pero es un ejemplo de la desidia por parte de nuestros gobernantes que no sabemos quién es el mediocre:  si ellos en la forma como han desempeñado su mandato o nosotros por elegirlos; este sentimiento de impotencia es comparable con la sensación experimentada cuando vemos el hacinamiento en que se encuentran los estudiantes en varias sede de las 15 instituciones de Maicao donde pareciera que el todo vale cuando se trata de recibir estudiantes así no haya espacio suficiente donde ubicarlos.

Para cualquier residente en el municipio de Maicao es común la envidia sana cuando vemos en los noticieros y programas educativos en canales nacionales esas mega estructuras de municipios más pequeños que Maicao y cuyo presupuesto es ínfimo comparado con el que se maneja en nuestro municipio. 

Para la construcción de megacolegios no les ha alcanzado a nuestros mandatarios ni el dinero ni el tiempo y es fácil aplicar el populismo como llamar al colegio Manuel Rosado Iguaran “el megacolegio” porque es muy notorio  que la planta física de esta sede no corresponde a esta categoría.

Ante esta situación los rectores apostaron por la improvisación con el fin de cumplirle a la ministra Gina Parodi con la jornada única sin importarle las incomodidades y otras consecuencias. A todo esto habría que añadirle que mientras mayor sea el número de estudiantes mayor es el presupuesto de la institución.

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El anacronismo en la investigación de la música vallenata


Escrito por:  Abel Medina Sierra
En días reciente envié a mi listado de contactos de investigadores, comentaristas, analistas y periodistas que suelen escribir sobre la música vallenata una invitación para participar en la edición de un libro sobre el cantante y compositor Jorgito  Celedón  con el auspicio de la Corporación Festival Francisco El Hombre y la Universidad de La Guajira.  La incitación iba dirigida a  no menos de cuarenta personas de las cuales, solo una respondió positivamente.     
El silencio fue más que elocuente, pero una de las respuestas sirvió para confirmar mis sospechas, o más que sospechas, mi certeza. El analista, de quien por respeto omito el nombre, decía, palabras más palabras menos: “canta bien el muchachito pero aún hay que esperar muchos años para que ese adolescente merezca escribir sobre él, su carrera aun esta en pañales como para analizarla”.
Es posible que aún se debe esperar mucho de tan exitoso intérprete y que que  cualquier mirada crítica o panegírica de su obra  será parcial y sincrónica. Pero de allí a decir que su obra está en ciernes y que por lo tanto no amerita siquiera que un vallenatólogo pueda  hacer una lectura valorativa de su trayectoria, es un exagerado y miope sesgo. 
En mi respuesta al colega le recordé que Jorge Celedón  nació en  1968, que ya en 1981, a los 12 años,  había grabado con su tío Daniel Celedón y que  dos años después ya había grabado  su primer disco  larga duración al lado de Ismael Rudas.  Es decir, “el pelaito”  que apenas comienza tiene nada menos que 35 años de vida artística, 13 producciones de larga duración, tres premios Grammy Latino y muchos reconocimientos. 
Más que detenernos en la respuesta de nuestro amigo, este tipo de posturas lo que pone en evidencia es que uno de los males que padece la investigación  sobre la música vallenata: el marcado anacronismo.  Es tan anacrónico que el análisis crítico, biográfico, musical o de otro tipo aún está en mora de   llegar a otros intérpretes que en nada se puede calificar de recién aparecidos. Jorge Oñate está a solo dos años de alcanzar los 50 años de vida artística profesional y aun no  conocemos un libro que dé cuenta de su trayectoria musical con todo que ha estado entre los dos mejores cantantes del género en toda su historia. Ni qué decir de Silvio Brito y Beto Zabaleta y se vinieron a conocer libros de Diomedes solo cuando falleció.   
Afortunadamente, desde el nacimiento del Festival Francisco El Hombre, esta organización en asocio con la Universidad de La Guajira, ha emprendido la labor formativa de dar cuenta de la vida y obra de los intérpretes contemporáneos. En esta serie de publicaciones se han editado obras sobre Juancho Roys, Alfredo Gutiérrez, los Zuleta,  Rafael Orozco, Rafael Manjarrez y se proyecta la de Jorge Celedon, todos ellos homenajeados en el Festival Francisco El Hombre.
Eso nos lleva a pensar, ¿será que los seguidores y no seguidores de Silvestre, Peter Manjarrez, Felipe Peláez y Martin Elías tiene que esperar que estos se mueran o estén caminando con bastón para que alguien pueda dar cuenta valorativa de su obra artística? Espero que no. 
En el caso de la música vallenata, ha existido un paradigma canónico de tradicionalismo folclórico que contagia  a las instituciones que, de alguna manera,  se relacionan con su difusión, promoción e investigación (festivales, escuelas,  medios, investigadores y hasta intelectuales).  Investigadores como Emmanuel Pichón Mora así lo corroboran cuando sostiene que  este paradigma presenta lecturas nostálgicas, museográficas, rígidos esteticismos, generacioncentrismos, considerando las identidades como estáticas y ahistórica y que parece haber sido la escuela de la mayoría de investigadores. 
El  background  ideológico  romántico de este paradigma nos  habla en tono nostálgico, a veces apocalíptico. Se parte de la premisa irrenunciable que según la cual  tales músicas son estáticas,  esenciales, y que sus instrumentos representan la esencia incambiable del alma de la región. Estos discursos nostálgicos y esencialistas sobre la pureza de estilos olvidan que, más allá de su arraigamiento en un determinado contexto cultural y geográfico, las músicas tradicionales poseen una historia constantemente reinterpretada y adaptada a las exigencias de cada época, exigencias que están en relación coyuntural con los cambios ideológicos, demográficos, mediáticos, económicos.
La música vallenata, a pesar que le están tratando de expedir certificado de defunción a cada rato, no murió con Alejo Duran y Luis Enrique Martínez aunque muchos investigadores se quedaron en ese periodo. Se han publicado tres libros sobre Francisco El Hombre de quien se conocen tan poco sobre su vida y su obra y ninguna de Poncho Zuleta a pesar que toda su discografía se consigue en cualquier esquina.   Tampoco es sano pensar que solo estamos llamados a escribir sobre lo que nos gusta o la música de nuestra generación, hay que tratar de interpretar el sentir de nuestros hijos y nietos. 
Una posible causa de este anacronismo según el cual la música le lleva años luz a la investigación y la escritura, es que la  música tanto como producto como proceso se ha vuelto difícil de etiquetar, de clasificar y por ello es más compleja. Son muchos grupos, muchos autores, muchas grabaciones y actores que entran en juego. Los cambios van muy rápido, las hibridaciones se van intensificando. Ya no se trata de una música elemental   ni del escenario de la parranda sino que entran en juego nuevos circuitos de producción, ejecución, difusión y disfrute. 
Una realidad tan compleja no es fácilmente analizable, faltan categorías de análisis para poder explicar el fenómeno Diomedes Díaz o  Silvestre Dangond. Ya las formas de paseo, merengue, son y puya no son suficientes,  o la organología de caja, guacharaca y acordeón.    
La invitación a los colegas es  atreverse a aventurar una lectura de lo que pasa con la contemporaneidad y la postmodernidad. La música no solo son las canciones sino lo que dice de ella.  De no hacerlo  reducimos el vallenato a la pluralidad, el anacronismo,  la falta de estatuto científico, el escaso rigor, el vacío metodológico, temático  y  sistemático.  


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