lunes, 18 de abril de 2016
Las dos Guajiras y los provincianos
Escrito por: Hernán Baquero Bracho
En la actual administración de nuestra gobernadora Oneida Rayet Pinto Pérez, se ha venido suscitando susceptibilidades que para muchos estaban ya olvidadas.
Es el caso de poner en primer orden en el escenario departamental el tema de las dos guajiras: el norte y el sur. No sé si inconscientemente o adrede nuestra gobernadora, en la reunión del CONPES, realizada en Riohacha, en el auditorio del SENA hizo hincapié en su informe que el norte habita el 78.6% y en el sur el 21.4% de sus habitantes, lo peor que lo expresó dos veces. He hablado con varios alcaldes del sur y muestran su molestia, porque
Historias del aeropuerto (Parte 1)
Forugh Farrojzad: "Hay una calle que mi corazón se ha robado de los barrios de mi infancia".
Escrito por: Alejandro Rutto Martínez
Ir todas las mañanas al aeropuerto San José era todo un deleite por aquella época en que en las tertulias familiares aprendí que tenía nueve años bien cumplidos y estaba comenzando a ser “todo un hombrecito”. Contrariando las recomendaciones de sus amistades más cercanas mi padre había comprado un lote en lo más remoto de la ciudad, a solo trescientos metros del aeropuerto, en un lugar desde donde, según el decir popular, se devolvía la brisa. Pero como Ernesto (así se llamaba mi papá) no era de los que cambiara de opinión fácilmente, siguió adelante en su singular proyecto de construir su casa cerca del lugar en donde anidaban los ruidosos aviones de la época. Y decidió construirla como se hace lo que uno más quiere: a puro pulso. Literalmente, a puro pulso.
La educación es un compromiso de todos
José Ortega y Gasset: “Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.”
Primero que todo es bueno aclarar que estudié en nuestro querido y viejo colegio San José en los tiempos en que era una institución privada. Así como lo leen: el más emblemático de nuestros planteles públicos era privado: privado de acueducto, privado de laboratorios, privado de profesores licenciados, de abanicos, de baños, de libros nuevos…de todo.
Sequía y otras crisis
Escrito por: Alejanro Rutto Martínez
Sabiduría indoamericana: “Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero.” –
Kelya es una niña wayüu de 15 años que hoy está más cansada que nunca después de haber hecho su acostumbrado viaje hacia el jagüey de donde su familia toma el agua necesaria para la supervivencia diaria: anduvo más de tres horas sobre el lomo de un burro pero regresó con noticia triste de que
no hay una sola gota de agua en el reservorio. Ni siquiera el agua turbia y contaminada con la que se habían defendido en los últimos meses.
no hay una sola gota de agua en el reservorio. Ni siquiera el agua turbia y contaminada con la que se habían defendido en los últimos meses.
El cansancio no es por el esfuerzo físico al que se ha acostumbrado a fuerza de la costumbre sino por la frustración de regresar con las manos y las múcuras vacías y el corazón oprimido porque en los últimos tiempos ha visto morir de sed a casi todos los animales de la comunidad.
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