viernes, 24 de diciembre de 2010

"Deportes y letras": Un libro muy atractivo


Por: Naudín Gracián Petro

Muy seguramente con el fin de incentivar la vida sana a través de la promoción del deporte y la lectura, la Fundación Confiar publicó este bello libro, bajo el lema “Confiar en la cultura siempre da ganancias”.

Como sabemos que los lectores empedernidos tienden a ser sedentarios, podemos sospechar que más bien el objetivo es incentivarlos a hacer deportes. O de pronto lo que se pretende es que, como los deportistas tienden a ser apáticos a la lectura, incentivarlos para que lean, para que vean que la literatura también puede ser atractiva para ellos.

Enseguida se le viene a la mente maliciosa la sospecha de que como a un amplio porcentaje de mujeres (y aún más las amantes del estudio) no les atrae el deporte competitivo, este libro de plano las elimina como público; o será más bien que trata de aprovechar el amor de muchas mujeres por la lectura y el intelecto para que se acerquen al deporte. Quizá lo que intenta es aprovechar la gran popularidad que tienen los deportes en el público común para hacer más popular la lectura…

En fin, Deportes y letras, un libro con un título tan escueto que ni siquiera parece el de un texto literario sino más bien el de una investigación, termina siendo una obra que acude a diversos intereses para acercarse a los lectores. Esto lo podemos decir aún sin conocer su contenido.

Y, si revisamos la nómina de estrellas que figuran entre los autores que fichó el seleccionador (expresión válida tanto para un equipo deportivo como para una antología de textos), la cosa se torna aún más interesante: Roberto Fontanarrosa (caricaturista y humorista), Julio Cortázar (nombre cumbre en la cuentística universal), Ernest Hemingway (Premio Nobel de Literatura) Janusz Kusocinski (figura legendario del atletismo polaco, récord mundial y récord olímpico), Albert Camus (también Premio Nobel de Literatura) entre otros escritores y periodistas menos reconocidos por el público pero igualmente respetables. Padecen y festejan en estas páginas futbolistas y fanáticos del fútbol, ajedrecistas, atletas, beisbolistas, boxeadores, esquiadores, equitadores, nadadores; en distintas clases de textos como cuentos, canciones, ensayos, memorias, crónicas: para todos los gustos.

En definitiva un libro muy, pero muy interesante, por los temas que aborda, por los autores, por los estilos, por la variedad de textos, por las joyas de la literatura que reúne, por la bella edición, e incluso por algo aún más atractivo, aunque parezca mentira: ¡es de distribución gratuita!

Un libro propositivo: "Reinventar a Colombia Congoja y sueños en la alborada del Siglo XXI"

Por: Naudín Gracián Petro
William Fadul, cereteano, es un reconocido hombre de empresa que se ha desempeñado en altísimos cargos, incluido un viceministerio. Esa faceta suya, la más visible, no le ha curado del amor a la escritura. Es así como ha publicado libros de poesía, cuentos, novelas y, por supuesto, algunos de carácter empresarial.

Su más reciente creación es la obra Reinventar a Colombia, que lleva como subtítulo Congoja y sueños en la alborada del Siglo XXI. Se trata de un libro en el que, con claridad y rigurosa coherencia en las ideas, lleva al lector casi de la mano, abriéndole poco a poco el paisaje, hacia una panorámica completa de lo que es nuestro país; le muestra cómo nos hemos constituido en lo que somos, con nuestras posibilidades, falencias y taras frente al mundo.
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Casi como una novela que va intensificando el ritmo, apoyado en un buen uso del lenguaje y en datos, personajes y hechos de la historia, da cuenta en pocas páginas de algo más de 500 años de historia y 200 de independencia, para presentarnos el futuro al que estamos abocados, casi obligados a construir si queremos posicionarnos en el mundo y cimentar una vida digna para todos los colombianos.
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Al final incluso hace algunas propuestas para los gobiernos actual y futuros, pues no se queda en la sola crítica y lamento por lo que se ha despilfarrado, hecho o dejado de hacer, sino que, desde el conocimiento de lo local y del derrotero mundial, plantea un camino con miras no a que nos estabilicemos como sociedad, sino a ubicarnos en la vanguardia como país.

Es éste, entonces, un texto escrito por alguien que está muy preocupado por dejar un legado a su patria: encender una luz que indique hacia dónde buscar nuestro norte, aunque el camino esté por hacerse en un terreno sumamente abrupto. Es éste un libro (y un autor) para ser leído y tenido en cuenta.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El cumpleaños nùmero cien de "Tori"


Maicao-. La comunidad del Barrio San Martín y numerosos amigos se congregaron el pasado 21 de diciembre alrededor de la señora Toribia Galván, una de las primeras habitantes del sector, para celebrarle su cumpleaños número cien.

La señora Toribia ha sido siempre un gran ejemplo de superación, de vitalidad y de apoyo a las demás personas, según lo testimoniaron sus vecinos al hacer uso de la palabra en el programa organizado en su honor.



Luis Tovar: el patriarca del civismo



Por: Alejandro Rutto Martínez

La Calle 12 de Maicao en realidad no es una calle sino un hormiguero humano que atraviesa la zona comercial desde la carrera 8 hasta la 17, en donde muere, vaya casualidad, en la propia puerta del Cementerio San José. Uno de sus tramos más congestionados va desde la carrera 14 hasta las 16. Allí se concentran varias librerías, almacenes de víveres, ventas informales de comestibles de origen venezolano y algunas de las líneas de transporte que cubren la ruta entre Maicao y el estado Zulia en Venezuela.

lunes, 20 de diciembre de 2010

La Indigencia En Maicao, Un Problema De Todos

Por: Edwin Solano García
Contador Público

Hace días, mientras caminaba con mi esposa por la avenida de la carrera 12, observábamos como una señora de cincuenta años de edad aproximadamente, con vestidos harapientos y con su intimidad al aire, dormía a pleno mediodía en el bulevar de esta vía, rodeada de basuras, animales rumiantes husmeando el olor penetrante de su piel y moscas alimentándose de las llagas que decoraban sus voluminosos muslos.

En ese momento, se vino a mi mente la siguiente pregunta, ¿esta mujer ha dejado de ser nuestra semejante por ser indigente?; desde luego que no, respondo hoy. Este caso no es único en Maicao, puesto que el fenómeno de la indigencia social ha venido creciendo desmedidamente en nuestro pueblo, sin que nos percatemos de ello. Cuando observamos estas personas caminando sin que tengan destino de llegada, nos cambiamos de acera, tapamos nuestras narices o simplemente nos escondemos para evitar el roce con sus ropas o manos y la insinuación de que le ayudemos con dinero o comida.
Si bien es cierto que es incomodo y desagradable el aspecto y olor de estas personas, también es cierto que lo único que los hace diferente a nosotros es su condición de vida actual, pero igual que a usted y a mí, ellos los rige las mismas leyes espirituales y naturales, por dentro están compuestos de los mismos órganos y un día iremos a reposar en muerte de la misma forma.

Quizás en este momento, este usted pensando, ciertamente e ignorado la situación de estas personas, si es así lo felicito, pues ha iniciado el primer paso para valorar a los demás sin importar las diferencias sociales, religiosas o políticas; el siguiente paso, es actuar y ayudar a que estos hermanos indigentes, empiecen a valorar su propia vida, no les de dinero, invítelos a comer, como usted comería, regálele una motilada, o una jornada de belleza física, ellos lo merecen, apadrine uno de ellos y sentirá lo hermoso que es devolverle las ganas de seguir viviendo a un ser humano.

Más allá de esta ayuda primaria a este grupo de personas, deberíamos motivar a los gobiernos en sus distintas esferas, para iniciar programas serios de rehabilitación social de estos amigos, pero no hacerlo para obtener un reconocimiento político únicamente, si no por lo que realmente vale la pena, que es la sensibilidad humana.
Por último quiero pedirles a todos los que lean estas líneas por cualquier medio, que no olvidemos y que combatamos el Sistema de Indigencia Política que se viene imponiendo en gran parte del territorio colombiano.

De esta forma he denominado la práctica que realizan algunos grupos o personas dedicadas al ejercicio político, la cual consiste en mantener entretenido con limosnas periódicas a un gran número de personas, lo que provoca que los más necesitados, no exploren posibilidades laborales de auto sostenimiento económico, si no que lleguen a convertir desprevenidamente a aquel que los esclaviza con miseria, en su dios, a quien le rinden culto, con la firme convicción de que lo que reciben es por bondad, mientras estos se burlan de la ignorancia de este tipo de indigentes, quienes son socios y dueños de las riquezas del estado sin que puedan llegar a saberlo y lo que es peor aun a creerlo.

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