viernes, 10 de diciembre de 2010

El sol esplendoroso de Maicao


Maicao-. Así luce el sol en lo alto de la ciudad a las horas del mediodía. Por las brisas decembrinas y por la intensidad con que se reflejan los rayos del astro rey, podría pensarse que ha terminado la peor parte del fuerte invierno que azotó a la ciudad en los días pasados.
Algunos charcos han desaparecido y la mayoría de las personas se encuentran dedicados a las actividades propias de su día a día.

Llegaron las vacaciones

Maicao-. LLegaron las vacaciones y la felicidad se refleja en este grupo de estudiantes del curso Administración Empresarial del SENA.

Miles de jóvenes regresarán a descansar en sus hogares luego de un intenso semestre académico. En el caso del SENA las clases se reanudarán en la segunda semana de enero.

La prudencia: una virtud necesaria para afrontar la vida

Friedrich Engels: “Tanta prudencia se necesita para gobernar un imperio, como una casa”.

Refrán popular: “La conciencia vale por mil testigos”
Por: Alejandro Rutto Martínez

Antes que nada es necesario desmitificar esta virtud, pues en los últimos años se ha usado el término “prudente” para designar a una persona refugiada en el palacio de la inoperante comodidad, a quienes son alérgicos a correr riesgos, a quienes son aficionados a la quietud extrema, a la inoperancia total y a la tranquilidad sin resultados. Se le llama así también a quien, en el colmo del cinismo, se acomoda por interés a diversas posiciones así estas sean contrarias.

Dejemos claro, para comenzar que no se les puede llamar prudentes a las personas taimadas, expertas en ocultar sus sentimientos, sus emociones y sus verdaderas intenciones detrás de una muy ensayada sonrisa que resulta ser de engaño. Tampoco lo es quien aplica sus actorales para fingir un comportamiento mediante el cual disfraza sus verdaderas intenciones y sus bajas pasiones.

La prudencia no es una técnica, ni una manifestación de la despreciable hipocresía. Nada más alejado de la realidad. La prudencia no puede ser una máscara ni un disfraz. Tampoco un freno de mano para quienes deseen mantenerse en constante movimiento hacia el logro de sus más altos propósitos.

La prudencia es la buena costumbre de razonar recta y cuidadosamente en todo lo que se debe hacer. El prudente no actúa de manera impulsiva ni se deja llevar por las emociones: ni por la alegría ni por la rabia; ni por el afecto ni por el rencor. El prudente conoce la situación, piensa en ella y luego actúa de manera sabia.

Si nos damos un paseo por la etimología encontramos que prudente viene del latín “prudens”, “prudentis” cuyo significado es conocedor, experto, cauto. Prudencia también viene del latín, de la palabra prudentia y ésta a su vez de pro videntia, el que ve por adelantado, o el que ve para adelante, el que es prudente. En una definición simple de diccionario podemos decir que la prudencia es la “cualidad que consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños”

La prudencia, al enseñarnos a analizar y comprobar antes de decidir y actuar teniendo en cuenta las consecuencias, tiene una alta incidencia en nuestra vida, en la forma en que nos desenvolvemos dentro de la comunidad a la que pertenecemos y en nuestra escala personal de valores.

Cuando prescindimos de la prudencia o simplemente la dejamos a la orilla del camino nos metemos en los vericuetos de la imprudencia, que nos lleva a la indiscreción a las salidas desafortunadas y a los innecesarios enredos que nos ponen en situaciones difíciles. Un imprudente, cuando visita al enfermo, le dice sin anestesia: “Debes tener cuidado. De eso se han muerto cuatro personas esta semana” y de esa manera su visita al hospital desemboca en un resultado contrario al esperado.

Pero mucho cuidado, la prudencia en exceso puede ser dañina porque suele conducir a indeseable inacción, a la cuestionada negligencia o al pecado por omisión, contenido en el capítulo 4, versículo 17 del libro de Santiago: “El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. La prudencia es, pues, buena consejera, pero deja de ser virtud, cuando existe la necesidad de actuar y nos tomamos todo el tiempo del mundo sin tomar una decisión, lo cual es a la larga otra forma de tomar una mala decisión.

Ser prudente es una expresión humana y una forma de abrirnos espacio en el mundo de la caballerosidad, la decencia y la sana convivencia entre todos los ocupantes de la nave planetaria.

Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitadocomo conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

martes, 7 de diciembre de 2010

La resiliencia y el trabajo social

Te invitamos a disfrutar de esta interesante conferencia en la cual ampliarás tus conocimientos sobre el tema de la resiliencia. Conferencista: Alejandro Rutto Martínez ( Producción: Edwin Cárcamo )

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las campañas cívicas del profesor Choles

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Maicao. Después de una brillante carrera de más de cuarenta años en la docencia, 28 de elos dedicados a la rectoría del colegio San josé, el profesorRamiro Choles Andrade está dedicado ahora a las campañas cívicas, como la recuperación de los andenes de la calle 17 entre carreras 19 y 20.
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A esta actividad, a leer y a su producción literaria dedica parte del tiempo en la actualidad.

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