Bogotá, 2 de septiembre de 2009. A través de tres convenios sucritos por el SENA, 500 pequeños y medianos cultivadores de café, plátano y banano, en Quindío, Risaralda y Antioquia, podrán incorporar a sus sembrados modernas tecnologías de productividad y competitividad.
Los convenios, que se ejecutarán por medio de proyectos de transferencia de tecnología en agricultura de precisión y en buenas prácticas agrícolas (BPA), les permitirá a los cultivadores disponer de herramientas para optimizar sus procesos agrícolas y elaborar planes específicos para su manejo, mediante el uso del conocimiento y de instrumentos y equipos de alta precisión para evaluar y monitorear los niveles de producción de los cultivos. Estos instrumentos incluyen tecnologías de georeferenciación, de localización geográfica, y sensores remotos.
La información y los datos que arrojan estos modernos instrumentos hacen posible que los pequeños y medianos cultivadores puedan delimitar las áreas sembradas, elaborar planes de manejo de las mismas, y obtener mapas de productividad, entre otros.
Los tres convenios -con sus respectivos proyectos-, que demandarán una inversión superior a $ 2.700 millones, de los cuales el SENA aportará más de 1.350 millones, se desarrollarán en departamentos reconocidos por su vocación agropecuaria. En Quindío, Cenicafé se encargará de liderar la implementación de nuevas tecnologías en el cultivo de café; en Risaralda, la Alcaldía de Pereira y el comité de cafeteros departamental serán los responsables de adelantar la transferencia tecnológica en el cultivo de plátano hartón; y Augura, hará lo propio en el Urabá antioqueño, en el cultivo de plátano y banano.
La prueba piloto de estos proyectos se adelantará en fincas localizadas en las tres regiones mencionadas, y para cuya escogencia se tendrán en cuenta diferentes factores ambientales y de productividad.
Adicionalmente, y en forma complementaria, los beneficiarios de este programa del SENA tendrán la oportunidad de implementar y certificarse en Buenas Practicas Agrícolas, para ponerse a tono con las condiciones de calidad que se exigen en los mercados internacionales y que garantizan que los productos agrícolas poseen unos determinadas estándares de calidad y salubridad, y que en su proceso de siembra y cultivo se respetaron las normas de protección y conservación del medio ambiente y de justicia social con los trabajadores.
Durante el desarrollo de los proyectos los centros de formación del SENA estarán vinculados. Los resultados de los mismos se incorporarán a los programas de formación que imparte la entidad.
Los convenios, que se ejecutarán por medio de proyectos de transferencia de tecnología en agricultura de precisión y en buenas prácticas agrícolas (BPA), les permitirá a los cultivadores disponer de herramientas para optimizar sus procesos agrícolas y elaborar planes específicos para su manejo, mediante el uso del conocimiento y de instrumentos y equipos de alta precisión para evaluar y monitorear los niveles de producción de los cultivos. Estos instrumentos incluyen tecnologías de georeferenciación, de localización geográfica, y sensores remotos.
La información y los datos que arrojan estos modernos instrumentos hacen posible que los pequeños y medianos cultivadores puedan delimitar las áreas sembradas, elaborar planes de manejo de las mismas, y obtener mapas de productividad, entre otros.
Los tres convenios -con sus respectivos proyectos-, que demandarán una inversión superior a $ 2.700 millones, de los cuales el SENA aportará más de 1.350 millones, se desarrollarán en departamentos reconocidos por su vocación agropecuaria. En Quindío, Cenicafé se encargará de liderar la implementación de nuevas tecnologías en el cultivo de café; en Risaralda, la Alcaldía de Pereira y el comité de cafeteros departamental serán los responsables de adelantar la transferencia tecnológica en el cultivo de plátano hartón; y Augura, hará lo propio en el Urabá antioqueño, en el cultivo de plátano y banano.
La prueba piloto de estos proyectos se adelantará en fincas localizadas en las tres regiones mencionadas, y para cuya escogencia se tendrán en cuenta diferentes factores ambientales y de productividad.
Adicionalmente, y en forma complementaria, los beneficiarios de este programa del SENA tendrán la oportunidad de implementar y certificarse en Buenas Practicas Agrícolas, para ponerse a tono con las condiciones de calidad que se exigen en los mercados internacionales y que garantizan que los productos agrícolas poseen unos determinadas estándares de calidad y salubridad, y que en su proceso de siembra y cultivo se respetaron las normas de protección y conservación del medio ambiente y de justicia social con los trabajadores.
Durante el desarrollo de los proyectos los centros de formación del SENA estarán vinculados. Los resultados de los mismos se incorporarán a los programas de formación que imparte la entidad.