miércoles, 8 de octubre de 2008

Economía regional: un ataque sin precedentes al comercio de La Guajira

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Benjamín Disraelí: "Nunca el hombre ideó más perniciosos sinsentidos que en los tratados de comercio".


Los habitantes de la Península de la Guajira han sido comerciantes por siglos y lo han hecho sin que nadie les enseñe: es lo natural para quienes están frente al océano inmenso, un amigo que le sirve para estar en contacto con el mundo y al lado de la frontera, la cual atraviesan libremente en uno y otro sentido como uno de los escenarios de la cotidianidad.

Los guajiros has sido negociantes consagrados incluso desde antes de que aparecieran en escena los conquistadores españoles. Durante decenios Maicao fue el epicentro de la actividad comercial de La Guajira.

Atraídos por su ubicación geográfica llegaron a esta localidad personas procedentes desde diferentes lugares de Colombia y el mundo quienes lograron convertir al pequeño poblado en una ciudad próspera, promisoria y vigorosa, punto de llegada y salida de mercancías desde los puertos más importantes del Caribe hacia varias ciudades de Colombia y Venezuela.

Los empresarios organizados del país siempre vieron con desconfianza el comercio de La Guajira y presionaron al gobierno nacional para que impusiera medidas de control y así sucedió especialmente en los años ochenta cuando el país se embarcó en la denominada apertura económica.

Fue en esa misma década cuando los dirigentes locales, luego de intensas negociaciones con el gobierno central lograron la creación de la Zona de Régimen Aduanero Especial de Uribia, Manaure y Maicao y, posteriormente, la creación del Fondo de Desarrollo de La Guajira.

Con las normas expedidas se reguló la actividad comercial y se puso fin (o eso quiso hacerse) al estigma de considerar a los guajiros como contrabandistas y causantes de graves daños a la economía nacional.

Diversas situaciones hicieron que el comercio de Maicao perdiera su atractivo y cientos de comerciantes emigraron hacia otras regiones y países en busca de mejores condiciones para sus negocios. El comercio de Maicao se convirtió en un muy pobre reflejo de lo que fue en las décadas de los setenta y los ochenta y se dedicó, prácticamente a sobrevivir.

Pero la supervivencia no fue fácil: debió soportar nuevas adversidades como el retiro de las entidades bancarias y nuevas restricciones de las autoridades.

Sin embargo, lo más absurdo, perjudicial y discriminatorio aun estaba por venir y llegó envuelto en la figura repudiable del decreto 3038, una medida confeccionada con la talla justa del condenado a muerte, con las especificaciones precisas para afectar a una víctima en especial y eliminarla del escenario de la libre competencia, de la igualdad de condiciones y de la estabilidad jurídica en la cual se basan las economías sanas y las democracias de los pueblos libres.

El decreto, concebido de forma artera y malintencionada, tiene el sospechoso propósito de eliminar el comercio de licores de Maicao para favorecer intereses distintos a los del departamento de La Guajira.

Por fortuna la mesa de trabajo creada luego del debate promovido en buena hora por el representante Wilmer González, ha logrado retardar los efectos de la norma aunque, en ese mismo escenario de concertación, se ha podido palpar la intransigencia de quienes representan al Gobierno.

El comercio de Maicao y el de La Guajira han debido luchar contra todo. Incluso contra la incomprensión de algunos de sus hermanos colombianos quienes no han entendido aún que en la península el comercio no es un asunto de comprar y vender solamente sino que es la opción casi única de generar recursos para el sostenimiento de miles de familias.

Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso académico colombiano dedicado a la docencia, el periodismo y al mundo de las conferencias y los seminarios. Póngase en contacto con él a través del correo alejandrorutto@gmail.com o visite su página MAICAO AL DÍA: http://maicaoaldia.blogspot.com/

Fuente del artículo http://www.articulo.org/autores_perfil.php?autor=525

martes, 7 de octubre de 2008

Por resolución de la SIC: Trabajadores de gas, a certificarse

-SENA convoca a empresas de gas para hacer alianzas y certificar trabajadores por competencias laborales.

-El Certificado de Competencia Laboral es otorgado por el SENA o por envides acreditadas ante la Superintendencia de Industria y Comercio -SIC-.

-Empresarios y trabajadores pueden consultar en http://observatorio.sena.edu.co/snft.html
las Normas de Competencia Laboral, definidas por la Mesa Sectorial del Gas.
Bogotá, D.C. 6 de octubre de 2008.- Todas las personas vinculadas con instalaciones domiciliarias de gas, deben contar con el Certificado de Competencia Laboral.

Así lo establece la Resolución No 14471, de la Superintendencia de Industria y Comercio, por medio de lo cual se establecen los requisitos de idoneidad de las instalaciones para el suministro de gas en edificaciones residenciales y comerciales, que permitan eliminar y prevenir riesgos que atenten contra la salud y la seguridad de los colombianos.

La citada norma señala que, tanto los trabajadores vinculados a las empresas, como las personas dedicadas a construcción, ampliación, reforma, revisión, o aprobación de instalaciones de gas, podrán certificarse en el SENA por Competencias Laborales.

De acuerdo con la referida resolución, el Certificado de Competencia Laboral, exigido a las personas que desempeñan trabajos relacionados con instalaciones de gas, es expedido por el SENA y por entidades de certificación de personal, acreditadas ante la Superintendencia de Industria y Comercio, tales como el Icontec y SGS.

Certificación obligatoria
“En Europa y EEUU, los técnicos e instaladores de gas obligatoriamente deben estar certificados por parte de organismos acreditados por el Estado, para garantizar la prevención de accidentes y la vida y salud de los usuarios”, aseguraron los expertos españoles Fernando García Dalmaut y Carlos Gonzalo, expositores invitados al seminario internacional “Logros y Desafíos del Sector Gas en la Competitividad Nacional”, organizado por el SENA, a través del Centro del Hábitat y la Construcción, de la regional Antioquia, y de la Dirección del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo, en asocio con las empresas Gas Natural, EPM, Gases de Occidente y Surtigas.

Reiteran García y Gonzalo, que “como la tendencia mundial es la de asegurar la vida y la salud de los usuarios, las empresas de gas permanentemente están desarrollando nuevos productos y sistemas, tales como sustancias para ponerle olor al gas natural, detectores electrónicos de fugas, monitoreo virtual de redes, y recubrimientos especiales para las tuberías que trasportan el combustible”.

El seminario internacional, realizado recientemente en Bogotá y al que asistieron cerca de 300 empresarios, directivos y expertos del gas, de todo el país, se orientó a sensibilizar a las empresas sobre las ventajas que ofrece el Certificado de Competencia Laboral; presentar la nuevas tendencias tecnológicas en materia de materiales y equipos, que garanticen la vida de las personas; mostrar las Normas de Competencia Laboral, construidas por la Mesa Sectorial del gas; y dar a conocer el portafolio de los servicios que presta el SENA para apoyar el mejoramiento y calidad de desempeño de empresas y trabajadores del gas.

¿Qué es la certificación?

La Certificación de la Competencia Laboral hace parte del Programa Colombia Certifica y de las estrategias que adelanta el SENA para impulsar la competitividad de los diferentes sectores económicos y del país.

Otra de las estrategias de competitividad del SENA son las mesas sectoriales, en la que participan empresarios, trabajadores, gremios de la producción, entidades gubernamentales, instituciones educativas y de formación para el trabajo, y centros de investigación y desarrollo tecnológico. En estas mesas se definen los estándares de calidad -Normas de Competencia- que debe reunir los trabajadores para un desempeño competitivo en el mundo del trabajo

Además de la de Gas, el SENA ha puesto en marcha y liderado otras 67 mesas sectoriales, de igual número de sectores y actividades económicas colombianas.

Invitación a empresas

Las empresas interesadas en vincularse a la Mesa Sectorial de Gas, pueden ponerse en contacto con Nohora Judith Hernández, subdirectora del Centro del Hábitat y la Construcción, del SENA en Antioquia, tel: 094-4442800, ext.3010/3060.

Igualmente, los trabajadores del gas, interesados en recibir la certificación por competencias laborales, deben ponerse en contacto con el respectivo centro de formación del SENA, especializado en atender las necesidades de los sectores industriales (gas).

MISIÓN EDUCATIVA

Por Yonis Cuisman
Docente Informática y Sistemas (I.E. Almirante Padilla)

No se si el orgullo de ser liceísta, o los doce años de estar ejerciendo mi labor docente –que comparados con lo vivido por otros profesores que hoy son mis compañeros, es una insignificancia- me dan alguna autoridad para hacer estos comentarios.

Gran número de docentes, muchos de los cuales todavía hacen parte de la institución donde ejerzo mi labor, fueron mis Maestros. Lo recuerdo bien, lo digo bien, lo escribo bien.

Lo resalto porque así fue su labor. Así lo reconocimos y lo reconocemos aun, quienes tuvimos la gran oportunidad y mayor fortuna, de hacer parte de esa hermandad, en una época dura, pero que para algunos de nosotros fue Dorada, porque en ella aprendimos lo que es el amor propio, el respeto por el compañero, el sufrimiento por el amigo, el apego por la institución, la solidaridad por el pueblo y sobre todo, recibimos el calor del maestro; ese maestro que marcó nuestro sendero en el tiempo que además, siempre ha sido difícil.

Fueron otros tiempos dirán algunos. Pero en ese tiempo, 2 + 2 también era 4. Y todo lo aprendimos por mero ejemplo. Y eran tiempos difíciles; sin más comodidades. El liceísta no nació con ellas, pero si con la convicción de que hay un mañana mejor. Y ese mañana lo comenzaba a labrar el maestro; el gran ejemplo, el señor, la figura pública, el camino a seguir. Si no ¿por qué muchos, después de bachiller siguieron su ejemplo?

Y en esos tiempos también existía gran diversidad cultural. Y comenzaba con maestros: de la Guajira, Atlántico, Magdalena, Chocó y de otras regiones; y que decir de los alumnos: de todo pueblo, de toda edad, de todo color, de toda creencia.

Era una época donde estudiar era un privilegio por toda la situación social y cultural del departamento –siempre nos han tildado de “indios”. Un departamento sumido en el olvido. Se imaginan, ¿A qué edad leímos el primer periódico? ¿En qué momento utilizamos el primer teléfono? ¿Cuándo recibimos el primer correo desde otra ciudad? ¿A qué edad se entraba a la escuela?

Sí. Eran otros tiempos. Pero eran nuestros tiempos y lo convertimos en el mejor de todos. Porque aprendimos a valorar todo. Aprendimos el concepto de pertenencia, de amor por lo nuestro, por nuestra bandera, por nuestro escudo, por nuestro uniforme. En ese tiempo el discurso era lo de menos. “La práctica hace al maestro”, lo escuché siempre. Y entonces practicábamos; competíamos para ser mejor que los mejores.

De maestros hay tantos nombres como hombres (siempre incluiré a las mujeres), y desde aquí hago un reconocimiento a todos ellos. Los que han sobrevivido a esos tiempos. Los que aun no han perdido la vocación docente. Los que siguen siendo el ejemplo, los que marcan nuestro destino, los que nos educan para ser mejores hombres…El Maestro.

UNA VIDA PADILLISTA

Por: ANTENOR DURAN CARRILLO

En estos espacios de reflexión y de enseñanzas, podríamos recordar a Homero cuando dijo “La raza de los hombres, es como la raza de las hojas, cuando una generación declina, otra florece”.

La institución educativa Almirante Padilla tiene como unas de sus misiones el formar hombres y mujeres críticos, creativos, investigativos que saben hacer a partir de la estrategia pedagógica aprender haciendo.

Así mismo propiciara espacio de reflexiones mediados por procesos investigativo que faciliten la convivencia, participación y cooperación defendiendo nuestra identidad pluricultural multiétnica como estrategia para conservar nuestra cultura.

Reconociendo el esfuerzo histórico de tantos hombres y mujeres que a través de los tiempos han dado brillo y luz a nuestro querido centro educativo Liceo Nacional Almirante Padilla y que además seria muy extenso recordar tantas anécdotas de profesoras, estudiantes, padres de familia y trabajadores me permito hoy hacer con motivo de un aniversario mas un recuento sucinto de lo que ha sido mi modesto, pero sincero aporte, haciendo hoy en primera instancia un reconocimiento eterno a todos mis profesores.

En el año 1972, cursando el sexto de bachillerato, con la compañía de sobresaliente estudiantes que me honraron y me distinguieron siempre con su amistad, como Martín López González, Estivinson Pimienta Solano, Antonio Monroy Toro, Olimpo Ochoa, Roger Romero, Juan José Cotes, Hernando Móvil Sierra, Jaime Pinto, Marqueza Barros y Emilio Castrillon Gómez ( estos dos últimos que en paz descansen) entre tantos otros, con las motivaciones estudiantiles de la época participamos en manifestaciones de apoyo y solidaridad con los campesinos en el Departamento y por la mejora de los servicios públicos con algunos lideres cívicos y dirigentes como Lacides Toro Avila y Andres Palacio Velásquez, que reiteradamente nos convocaban a marchar y a protestar. Que en medios de las discusiones e inquietudes con los profesores y compañeros, Creamos el periódico estudiantil “el Padilla Grita”.

Fundado este órgano estudiantil en ese momento para recoger las inconformidades estudiantiles, del cual fui su director. Por falta de patrocinio o recursos nuestro periódico no sobrevivió lamentablemente por mucho tiempo como era nuestro deseo.

Después de haber egresado de la universidad libre de Bogota donde me gradúe como abogado y estando en el ejercicio como litigante en una reunión con algunos compañeros también egresado del Liceo propuse el premio al mejor bachiller, para que fuera entregado todo los años como un estimulo al excelente estudiante así calificado. Este premio se otorgó durante muchos años hasta que algunos directivos decidieron ignorarlo en las graduaciones.

Desde la asamblea del Departamento a donde llegue en el año 1982 motivado por un puñado de jóvenes dentro de ellos muchos Liceístas presentamos y aprobamos la ordenanza 005 de 1985 que ordenó la construcción de la efigie de nuestro Prócer José Prudencio Padilla frente al plantel educativo que lleva su nombre logrando que ese anhelo de toda la comunidad educativa se hiciera realidad.

No era justo por los demás que uno de los más importantes colegios, que sirve a todo el Departamento y que lleva el nombre del héroe de la batalla del lago de Maracaibo se le negara ese deseo de tener nuestra más importante gloria que luchara por la libertad y vuestra independencia, mientras otros sitios o lugares con anterioridad ya lo tenían como muestra de orgullo.

Desde el Congreso de la Republica donde pude llegar gracias al respaldo del pueblo de la Guajira especialmente con el apoyo de la gente mas humilde. Desde la Cámara de Representante logramos sacar adelante la ley 63 del 93, conocida como la ley de honores del Liceo Padilla con motivo de sus cincuenta años de existencia.

Varios Parlamentarios especialmente de la costa me colaboraron en esta difícil lucha, pero me advertían constantemente las dificultades que tendría para que el Ministro de hacienda del Gobierno de Cesar Gaviria le diera el aval, por los gastos que implicaba en el presupuesto de la Nación. Era mas fácil me decían sacarle una muela a un gato que esos recursos al Ministro Rodulf Homes.

Finalmente gracias también al todo poderoso este sueño también se hizo realidad, con las obras que toda la comunidad conoce.

Me reclamaban algunos compañeros que el periódico Padilla vive que impulsamos desde la Cámara de Representante también a dejado de circular desde mi salida del Congreso.

A parte del cariño por mi institución reflejada siempre, debo decirlo que tuve en mi mente y en mi corazón de hombre publico el tema de la educación como prioridad de mis acciones y así creo que hoy lo reconocen los educadores del Departamento con mi apoyo permanente desde el congreso, durante el Gobierno del Presidente Ernesto Samper, para hacer posible muchos de sus logros.

Así mismo los estudiantes de la Universidad de la Guajira, con la (ley 374 del 97) los Institutos Agrícola del Departamento, entre ellos el de Fonseca, Urumita, el Molino y Mingueo; y muchos colegios de bachillerato de Maicao, Uribia, Fonseca, Distracción, Dibulla, Villanueva y San Juan que recibieron ese apoyo.

También debo recordar la creación del colegio Helión Pinedo Ríos en la ciudad de Riohacha, la defensa y autoría del colegio Denzil Escolar de la ciudadela Dividivi, del colegio Eugenia Herrera de Matitas y en las Flores el Adolfo Mindiola, entre otros que son reflejos de ese trabajo de servicio a la educación, como una muestra de humildad, pero también de lo que debe ser la política buena del Departamento y que muchos todavía recuerdan pero que además es también un legado Pandillista que queremos recordar hoy cuando se cumplen sus 65 años de haber sido fundada.

VIOLENCIA, MALDITA VIOLENCIA…

Por: (*) Elbert Romero Barrios.

El caso del niño Luis Santiago, Secuestrado el 24 de septiembre en el municipio de Chía (Cundinamarca) y posteriormente asesinado por su padre Orlando Pelayo Rincón, de 50 años, desencadenó en los colombianos los más hondos sentimientos de quebranto, indignación, rechazo y violencia contra la red de actores que intervinieron en la planificación y ejecución bestial del Maquiavélico hecho.
Indudablemente es un acto demencial, de barbarie que raya lo dantesco, sin embargo, no debemos dejarnos arrastrar por la campaña mediática que en su afán de publicidad amarilla producto del sensacionalismo de las pantallas, pretenda generar amplia sintonía y lucros a costa del ciudadano desprevenido que actúa de acuerdo a la emocionalidad del momento generando más y más violencia.

Comparto las declaraciones del abuelito del niño cuando expresa: “Dios tome cuenta y la justicia del hombre de acuerdo a las leyes”.

Desde tempranas horas de la mañana los medios nos preparan el menú con sensacionalistas titulares que de manera consiente algunos por fuerza aceptamos e inconscientemente muchos la disfrutan.
Violencia que consumimos y digerimos a toda las hora, al medio día como aperitivo, antes del almuerzo y otra ración para reiterar y reafirmar el ejercicio mental en horas de la noche, acumulándose en nuestro subconsciente o disco duro, que recibe la orden de “aceptar”, efecto notorio en cada uno de nosotros cuando damos muestras de intolerancia en nuestros hogares, en nuestros ambientes laborales y en los círculos donde frecuentamos a diario dejando de lado la racionalidad.

Atribuyo como una de las causante de esta temible enfermedad a la pantalla chica, a la “telecracia” nicho de anti valores cuando se orienta de manera perversa, sin censura; medio tan poderoso que con treinta segundos diarios de publicidad puede convertir a un tonto en presidente, dado que el ojo cree en lo que ve y las ondas que viajan al interior del cerebro complementan el resto.
Me pregunto ¿que engendran en cada ser, en cada uno de nosotros? ¿En cada niño que presencia y disfruta más horas de televisión que clases en el colegio, con innumerables homicidios, porno e inducción al delito?

Me respondo con gran preocupación: ¡Monstruos dormidos! que ojalá, por siempre, así permanezcan y viajen con nosotros cuando Dios nos llame a cuentas.

Qué bueno sería orientar a través de los medios televisivos y de manera permanente, constantes cruzadas para salvar a los tantos Luis Santiago, que deambulan con una mano tendida bajo la sombra de la mendicidad por todo el territorio Nacional; cruzadas para salvar a los tantos Luis Santiago, que mueren por enfermedades de fácil tratamientos; cruzadas para salvar a los tantos Luis Santiago, que agonizan en puertas de clínicas y hospitales producto de los tantos inhumanos Herodes y mercaderes de la salud, que actúan motivados por el brillo del metal y que son tan crueles y desalmados como el personaje que arrancó la vida a la inocente criatura.

Respetando sus opiniones.
(*) elbetromero@gmail.com.

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