jueves, 25 de julio de 2019

Marcos Barros Pinedo: el niño que leía periódicos


Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Les voy a contar la historia de un niño muy niño que, en vez de jugar fútbol, como todos los demás de la cuadra, se dedicaba era...a leer los periódicos del día.    Imagínense esta escena en la Riohacha de finales de los cincuenta en la casa de Santander Brito, alguien que había creado el hábito de leerse todos los días los dos periódicos más importantes del país: EL TIEMPO y EL ESPECTADOR.  Uno de los muchachos del barrio se le sentaba al lado y, tomaba el periódico que estaba desocupado y lo despachaba desde la primera página hasta la última; desde la portada hasta los clasificados; desde las tiras cómicas hasta los avisos clasificados. 


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Con el tiempo infante aprendió a leer más rápido que el adulto y, después de terminar con el diario que en suerte le había correspondido, se concentraba en observar a su benefactor como rogándole con la mirada    "termine rápido para leerme ese otro periódico".     

Parecía a esos niños que terminan de desayunar y se quedan a la mesa para ver si su papá le deja un trozo de la carne que aún queda en su plato o al menos el codiciado medio jarro de avena que aún no ha consumido. Santander miraba de reojo a su acompañante y le pasaba la sección de deportes, mientras él terminaba de leer las noticias y editoriales de la página principal.  

El niño creció y más adelante se encontró con un profesor que potenciaría sus habilidades comunicativas. Se trata de Dencil Escolar, quien lo animaba a leer no sólo periódicos sino libros que el mismo le recomendaba. Después le preguntaba sobre los personajes, la forma en que vestían, cómo caminaban, de qué color era su caballo, cuántas ciudades había visitado y en qué años. Lo anterior le sirvió al alumno no solo para consolidar su hábito de lector impenitente sino para desarrollar una memoria prodigiosa, capaz de guardar los más pequeños detalles de lo que leía y de lo que ocurría a su alrededor. Su amor por la lectura le sirvió para enamorarse del periodismo. Bueno, en cierto sentido no ha sido solo amor sino casi una enfermedad de la que no quiere curarse.  

¿Saben de quién estamos hablando?   Ni más ni menos que de Marcos Antonio Barros Pinedo, uno de los más destacados periodistas de La Guajira. El mismo que ha trabajado en todos los periódicos y emisoras  de La Guajira desde 1.963 hasta la fecha, el que ha entrevistado a todos los gobernadores y alcaldes, el que ha prendido su grabadora para captar la voz de personalidades como los presidentes Julio César Turbay y Juan Manuel Santos, a los exministros Nohemí Sanín y Andrés Felipe Arias, a casi todos los deportistas famosos de Colombia, a Ingrid Betancur y al inmolado líder Luis Carlos Galán Sarmiento, la cual publicara completa en el periódico EL NUEVO  de Carlos Herrera Fernández. 

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De sus aventuras periodísticas recuerda trabajos publicados en Despertar Peninsular periódico de Carlos Serrano Cotes, que tenía su sede en Maicao. También sus escritos en Guajira Gráfica de Germán Rojas y Causa Guajira, de Pepe Palacios.  

Trabajó en Radio Almirante de Riohacha y en Radio Península de Maicao en donde dirigió el legendario programa deportivo "Península y los Deportes".  En Radio Delfín fue el periodista que inauguró los espacios noticiosos por allá en 1.986 con la dirección de Emiliano J. Pacheco y en compañía de su amigo de toda la vida Charles Dawn Calderón.  

Su característica principal ha sido la de serle fiel a los dictados de su conciencia, por eso llama blanco a lo que es blanco y negro a lo que es negro. Le dice bueno a lo que es bueno y malo a lo que es malo.  Esto le ha servido para dos cosas: para ganarse el respeto que siempre ha tenido y para ser blanco de las antipatías de algunas personas que han sido objeto de sus críticas.  

Sus momentos más tristes en el periodismo han sido aquellos en que el deber lo ha llamado a cubrir noticias sobre accidentes u homicidios en los que las víctimas ha sido amigos suyos. Recuerda por ejemplo el 25 de julio de 1.985 cuando se sentó a escribir una crónica sobre el accidente del avión FAC-902 de la Fuerza Aérea Colombiana en Leticia, en el cual perdieron la vida 81 personas, entre ellas el dirigente deportivo maicaero Hernando René Urrea Acosta y su esposa Alba Luz Tamayo.  Ese día Marcos debería estar muy contento porque cumplía años, pero debió cumplir con la triste tarea de registrar para la historia los pormenores de una tragedia que enlutó a La Guajira y al país.  

A lo largo de su carrera ha trabajado en todos los medios: prensa escrita, radio, televisión e internet. En la actualidad presta sus servicios a Uniguajira Estéreo y al Noticiero de Guajira Estéreo. Y todos los días publica deliciosas píldoras históricas en sus redes sociales, especialmente en Facebook, en las cuales revela otra de sus facetas, como lo es la de historiador de las cotidianidades que vivió como ciudadano y reportero.  

Marcos Antonio Barros Pinedo nació el 25 de julio de 1.947 y comenzó a hacer periodismo en 1.963 cuando solo tenía 17 años de edad.  Es una enciclopedia humana, una biblioteca ambulante, una memoria de las que ya no vienen, un periodista de los que no aprendió a hacer otra cosa que a hacer periodismo con ética y honestidad. Por eso siempre mantuvo la carta de renuncia a la mano, para no dejarse imponer el criterio de los dueños de los medios y para vivir con la frente en alto y ser el orgullo de sus hijos.  

Esta no es una crónica sobre la vida de Marcos, ni más faltaba que alguien pudiera hacerle una buena crónica al mejor cronista. Pero sí es un humilde reconocimiento a quien, en La Guajira, tierra donde las cosas no son fáciles y menos si se trata de ejercer el periodismo, ha dejado una huella como persona de bien y como profesional íntegro.  

Y pare de contar... 

lunes, 22 de julio de 2019

El sapo trapichero


Escrito por: Arturo Peña Barbosa


Suena el despertador en un viejo reloj de cuerda comprado a los gitanos en uno de sus  primeros viajes que estos realizaron por las veredas de Nocaima;  es la una de la madrugada, hay un poco de pereza o digamos,  más bien,  cansancio acumulado, pues la jornada del día anterior fue dura y muy agotadora, pero tocaba ponerse de pie, la molienda no da espera.

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Feliciano, un hombre forjado por las labores del campo y de regio carácter, emprendedor y cumplidor de su deber, fue el primero en decir: 

-Arriba muchachos, llegó la hora de emprender la jornada
Su séquito integrado por 4 hijos varones y dos mujeres quienes eran el apoyo de doña Emérita esposa de Feliciano, era todo un batallón para enfrentar esa dura labor como lo es la fabricación del dulce sabor a miel que a la postre se convertirá en panela.

Eliseo era el mayor de sus hijos, muy serio y responsable frente a las labores y compromisos con su padre; Fernando el segundo tenía la manía de ser un poco perezoso para la levantada, tanto que Feliciano lo amenazó en varias oportunidades de echarle un baldado de agua fría de la madrugada para que se levantara; Gallo,  el tercero de los hombres, era toda una fiesta para todo, no paraba de hablar desde que se levantaba hasta caer rendido de tanto dar lora durante el día, pues era más lo que perturbaba que lo que trabajaba; Milo el cuba como suelen llamar al menor de la camada, a quien se le permitía dormir unas cuantas horas más en consideración a su edad; Dalia y Laurentina ayudaban a su madre en los quehaceres de la cocina... y a apurar el tinto, que antes de prender el motor de moler la caña degustaban con pan traído de la tienda de don Rito que estaba a una corta distancia de esta bella estancia.

-Bueno mijo, le gritó Feliciano a Eliseo, ponga la perrita a aullar. La expresón se refería a prender el motor para dar vuelta al trapiche de moler la caña. Pero, cosa curiosa, éste no arrancaba.  
Feliciano revisó el ACPM del motor y todo estaba  en orden, pero nada, otro intento y nada.  
Fernando que era bien agüerista,  dijo: 

-Papá….¿¿no será el jurringas????  
Era una forma de referirse al demonio

-Qué jurringas ni qué jurringas, venga más bien a darle vuelta a este aparato a ver si prende, le respondiò Feliciano

Gallo que era bien lambericas se acercó al volante del trapiche y gritó: 

-Lo encontré

-¿Qué encontró?, preguntó Feliciano, 

-Un enorme sapo que tiene trancado el volante, pues le atravesó una pata y no lo deja girar

En ese momento todo fue algarabía pero el condenado sapo nada que quería quitarse de ahí. 

De pronto  a Gallo que era el más charlatán se le ocurrió hablarle al sapo: 
-Quítese  de ahí compadre que en minutos va a haber mucho caldo de caña para tomar. 

Al pronunciarse palabras desapareció el espanto. 

Gran sorpresa se llevaron porque después de una hora de estar moliendo, fueron a revisar el fondo del aparador del caldo para ver si ya podían distribuirlo en las diferentes vasijas y así prender la hornilla. 

En ese momento pudieron comprobar que allí no había una sola gota, no lo van a creer, pero estaban instalados un centenar de sapos gigantes en hileras de dos en dos, tomándose el caldo que venía por la canal conductora hasta el fondo del  aparador; qué cosa inaudita, en ese preciso momento en que fueron sorprendidos, un eructo ruidoso salió de la boca del sapo mayor que con voz de satisfacción dijo: 

-Ahora sí nos vamos.

Feliciano no podía dar explicación a lo sucedido, pero Eliseo que era muy creyente y devoto a la Virgen del Perpetuo Socorro dijo: 

-Esas son cosas de mi Dios y no hay más remedio que seguir moliendo. 

Después de semejantes sucesos cualquiera pensaría que todo volvería a la normalidad, pero no fue así, Fernando que estaba gaveriando dijo en tono airado: 

-Quién carajo cogió un palo que le hace falta a la gaveraaaa

Nadie dio razón, Gallo como siempre atento a los detalles y señalando en forma precisa indicó el lugar donde se encontraba el palo faltante, allí precisamente en la boca de una serpiente, se lo había atravesado un sapo para defenderse y evitar ser comido por este enorme reptil, la pelea fue sin cuartel, golpe va golpe viene, en el rigor de esta riña quedó tendida en el suelo tanta caña la cual tocó terminar de cortar para llevarla al trapiche, que de paso sirvió para suplir el desastre de la pérdida del caldo ocasionada por el centenar de batracios abusivos de unas horas atrás.

Feliciano recuperó el palo faltante, le hizo hacer las paces a reptil y batracio para así poder continuar su molienda y fabricar la panela que estaría vendiendo en el mercado ese fin de semana.

LUARPE54 


GLOSARIO.

VOLANTE: Pieza del trapiche donde se coloca la correa que conecta al motor.
FONDO: Recipiente metálico para almacenar el caldo o jugo de la caña.
LAMBERICAS: Persona muy metida o imprudente.
GAVERA: Molde para fabricar panela.
GAVERIANDO: Oficio de moldear la panela.




sábado, 20 de julio de 2019

Mohamed Dasuki se inscribió en medio de tambores y fuertes aplausos de la gente


Era un día de sol intenso y de una temperatura terrible en la frontera. Mohamed Dasuki había invitado a un grupo de sus colaboradores a la 1:30 en su residencia con el fin de que llegaran junto con él al Salón Amaluq, desde donde se desplazaría hasta la sede de la Registraduría, ubicada a unas pocas cuadras.   En ese espacio de tiempo el candidato ultimó algunos detalles y empezó a recibir las visitas previstas. Sirvió café preparado por él mismo y, junto con Alejandro Rutto Martínez, su adversario de otros tiempos y uno de sus mejores aliados en la actualidad, repasaron el discurso que pronunciaría después.  

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A las dos en punto partieron hacia el punto de encuentro en donde ya lo esperaban personas que espontáneamente se habían acercado: líderes de los barrios, amigos personales, compañeros de lucha, jóvenes, en fin.  
Dasuki apretó la mano de algunos, abrazó a otros, dio un respetuoso beso en la mejilla a las damas y avanzó hacia la Registraduría acompañado de los palabreros wayüu y de Nibal, una de las autoridades de la Mezquita Omar.  

Todos querían saludar al candidato, todos deseaban expresarle su cariño y apoyo y él atendía a cada uno de manera personal. El recorrido que habitualmente puede hacerse en tres minutos se extendió a media hora. Cuando por fin llegó a la Registraduría pudo encontrarse con Santander Restrepo y José de los Santos Ramírez, representantes de los partidos ASI y MAIS, quienes habían adelantado lo necesario para que el acto fuera sencillo y rápido.  

Los funcionarios del organismo rector de los procesos electorales atendieron a la comisión con amabilidad y procedieron a llenar los formularios correspondientes. El acto duró escasamente 10 minutos. Luego vinieron las fotos de rigor con los acompañantes, tales como los palabreros, miembros de la comunidad musulmana y directivos de los partidos.  

Bajar del segundo piso fue bastante complicado porque decenas de personas lo esperaban para saludarlo y felicitarlo.  En la puerta, levantó los brazos, mientras la multitud gritaba con entusiasmo ¡Ese es! ¡Ese es!   ¡Dasuki! ¡Dasuki! ¡Dasuki! 

El sonido de un pequeño dron que filmaba la fiesta de la democracia se confundía con los gritos de la
multitud.   Luego se escuchó el ruido de un cañonazo. Se trataba de una máquina lanzadora de confeti que inundó la tarde con papelitos rojos, amarillos, blancos y verdes, los mismos del partido que respaldan a Dasuki con su aval.  


Los asistentes  se desplazaron felices de nuevo al salón Amaluq en donde se desarrollaría el programa de presentación formal de un líder que había dejado de ser un simple aspirante para convertirse en candidato para ganar las elecciones a la alcaldía 
El club estaba a reventar como lucen los estadios del país cuando juega la selección Colombia. De hecho, el amarillo era el color predominante. La mayoría de los ciudadanos había decidido utilizar la camiseta de la Selección Colombia y el candidato vestía una elegante camisa amarilla con la cual homenajeaba a la bandera nacional pero también a los partidos comprometidos con su candidatura.  

El programa fue muy bonito: colorido, ruidosos y lleno de mucha alegría.  Se cantó el himno nacional y el himno a Maicao. Luego una oración de acción de gracias a Dios en español y una más en árabe, como demostración de que a Dasuki lo respalda l pueblo que habla en toda las religiones y las congregaciones que hablan a Dios en distintas lenguas.  


Vinieron después el discurso emotivo del profesor Alejandro Rutto, que movió las fibras íntimas de los asistentes, y las palabras de Santander Restrepo, director municipal de ASI y de José de los Santos Ramírez, representante de MAIS.   Acto seguido fueron presentados los candidatos al concejo de los dos partidos


Finalmente, entre las aclamaciones del público, los aplausos de la gente del barrio y la alegría de la multitud, se produjo el acto central del evento: las palabras de Mohamed Dasuki, quien le hablaba al pueblo por primera vez en condición de candidato. Fue un discurso conciliador, bien estructurado en el que se comprometió una vez más con la seguridad, la salud la educación, el comercio, las acciones para afrontar la crisis migratoria y la lucha frontal contra la corrupción.  

Un grupo de niños wayüu le dio aún más colorido a la tarde con la presentación de la yonna, eran 10 bellas majayut y dos elegantes muchachos, quienes mostraron sus habilidades para poner en escena uno de los bailes típicos de su pueblo. Ya se iban los niños a descansar pero, de repente se les pidió que se quedaran.   

- ¿Para qué?, se preguntaron 

- El candidato quiere bailar también les respondieron 

El tambor volvió a sonar y Dasuki se lanzó al ruedo como uno de los mejores parejos. Por más que las niñas lo intentaron no pudieron derribarlo. Antes de que esto sucediera, él prefirió levantar las manos y saludar con la V de la victoria. El público no dejaba de aplaudirlo.  

La voz de Rafa Peñalosa, presentador del evento, despidió al público con palabras de aliento: "Llegó la hora del cambio y tú eres importante", les dijo a los asistentes cuando éstos emprendían, felices, el camino de regreso a sus casas. 

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