Martin Luther King: Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.
Por: Pedro Delgado Moscarella
Al despertar a diario, lo primero que hago es revisar la habitación donde duerme mi hija cálida y placenteramente fijando mi atención en la tranquilidad, calma y silencio que rodea su sueño, miro al interior de mi casa y con la resonancia de mis pasos irrumpo el silencio que trae la calma de la noche, no sin antes escuchar el canto de los gallos que aún subsisten en los alrededores de mi barrio. Como si se tratase de una programación diaria, por instinto salgo al patio donde por fin se descubre ante mis ojos la inmensidad de firmamento y la complejidad infinita de sonidos anunciando el inicio de una nueva jornada.
Allí, en ese momento y desde no sé cuantos años hace, doy gracias a Dios por haberme permitido vivir en un ambiente de paz, donde mi familia, mis vecinos y amigos pueden disfrutar a pesar de las dificultades diarias, la seguridad de encontrar a los suyos libres y subordinados a los ajetreos en que nos sumerge la cotidianidad.. Allí pronuncio las frases “Alabado sea Dios el Señor de los mundos, el Clemente el Misericordioso…”
Sin embargo las noticias de la radio y la lectura de los titulares de los diarios nacionales funcionan como un pesado objeto que se estrella contra el frágil adorno de porcelana que se sitúa en el lugar más especial de nuestra sala. La armonía del momento se torna turbulenta, el subconsciente proyecta la realidad en la que he estado inmerso por varios años; me he convertido en espectador pasivo e insensible a una realidad que nos compete a todos. Einstein dijo en algún momento:”El mundo es un lugar peligroso. No a causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada para evitarlo”. ¿Será que me he convertido en elemento peligroso para el mundo? ¿Qué he hecho para aliviar los males que aquejan a nuestra nación? Sobre estos males no me voy a referir en este espacio por una sencilla razón; el postre de la mirada a la realidad mundial lo colma el sufrimiento de millones de seres, compatriotas que sufren por la obstinación de unos pocos en continuar sus ideales de terror y dolor.
Recordemos lo dicho por el pastor alemán Martín Niemöller, héroe de la resistencia alemana durante la II Guerra Mundial encarcelado por el gobierno de Hitler: “Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”. Esta misma frase la popularizó el dramaturgo y poeta también alemán Bertold Bretch.
El último mensajero de Dios para toda la humanidad, el Profeta Muhammad dijo: “Ninguno de vosotros llegará a ser un verdadero creyente hasta que quiera para su hermano lo que quiere para él mismo”. Y lo que yo más deseo es seguir viendo a mi hija durmiendo dulcemente, deseo que mis familiares, mis vecinos y amigos puedan sentir el olor de la mañana mezclado con el suave aroma de esperanza por un mundo mejor. Por eso saldré a caminar este 20 de Julio, es el cumpleaños de mi mejor amigo, debo visitar a un vecino enfermo, incluso antes que liberaran a los 15 secuestrados por las FARC había programado una reunión familiar, pero todo esto podré hacerlo en otro momento, el 20 de julio quiero decirle a los violentos ¡basta ya!