Lideró numerosas campañas en favor de las personas humildes, de la etnia wayüu.
Los establecimientos comerciales a su cargo generaban decenas de empleos los cuales eran desempeñados por las personas que fueran capaces de demostrar honradez y gran capacidad de trabajo.
Promovió entre sus coterráneos una campaña para dotar a Maicao de un nuevo camposanto que reemplazara al antiguo Cementerio San José, el cual había cumplido su ciclo.
Walid donó un lote en la antigua vía a Uribia y gestionó los aportes de la colonia libanesa para que se construyera el Cementerio Colombo Árabe de Maicao, el cual aún se encuentra en funcionamiento.
Fue asesinado el 17 de abril de 1.990 a las 2 de la tarde en un atraco ocurrido en la vía que de Maicao conduce a Riohacha, triste hecho protagonizado por una banda de delincuentes.
El cuerpo de Walid Hachem fue embalsamado y viajó con destino a Líbano, pero su corazón fue sepultado en el Cementerio que él le regalara al pueblo de Maicao. Se puede decir que, de manera literal, su corazón permanecerá siempre en la tierra a la que le sirvió en cuerpo y alma.