Escrito por: Alejandro Rutto MartínezMe siento muy
orgulloso del idioma que me legaron mis padres. A parte de que no estoy muy de
acuerdo con la forma violenta en que el español llegó a América, creo que la
mejor herencia que nos dejaron Colón y los suyos fue, precisamente el bello
idioma en el que usted y yo nos comunicamos a esta hora, en este preciso
instante.
Así que, al aproximarse
el día del idioma, los invito a disfrutar de un fascinante recorrido por las páginas
de su historia. Abróchese el cinturón de
seguridad y comencemos.
Te invito a leer: Algunas de las palabras más extrañas que existen
Un día del año 959 el
monje Ximeno, quien estaba a cargo de llevar las cuentas de la despensa en el
monasterio Justo y Pastor, decidió escribir su informe en la lengua que él y
sus compañeros usaban en la vida cotidiana y no en el latín, que era el idioma
culto y legal de aquellos años. Sin
proponérselo, había escrito un documento que hoy, muchos años después, cobra gran vigencia histórica porque se le
considera el documento más antiguo escrito en lengua castellana.
Ximeno, sus compañeros y su monasterio,
ubicado en La Rozuela, muy cerca de León en España son mencionados con
frecuencia gracias a esa hoja de papel en la que no se escribía nada distinto a
cuántos víveres teníamos y cuántos hemos consumido. Algo parecido a las listas
de compras que las abuelas hacían hace unos años para que no se le olvidara
nada cuando iban de compras al mercado. O las que se les dan a los niños para
que vayan a la tienda y traigan la compra sin que falte nada. Mejores listas (y más largas) ha hecho usted seguramente, querido lector,
que le ha tocado lidiar con las de los útiles escolares, las de los repuestos
que le ha pedido el mecánico para reparar el automóvil, pero nada de eso lo ha
hecho famoso todavía.
La ventura del buen
monje estuvo en que decidió apartarse el lenguaje refinado que todos hablaban y
garrapateó sus letras en una lengua poco conocida en el ámbito de las grandes
oficinas de los castillos y las oficinas de Gobierno, para hacerlo en otra
menos conocida pero que se abría paso desde la oralidad.
Bueno, tenemos que
decir que la gloria no es completa para el autor de “Nodicias de Keso”, nombre
del documento al que nos hemos referido, pues se habla de algunos escritos que
probablemente sean aún más viejos. Además, como no hay valor literario en dicho
inventario de víveres, se considera que el documento fundacional sería “Glosas Emilianenses”
también conocidas como Manuscritos de San Millán de la Cogolla, unas notas escritas al margen de un documento
en latín conocido como Códice 60 o
Aemilianensis 60, un libro de oraciones que contenía vidas de santos, un misal,
exhortaciones y sermones de San Agustín.
Se ha llegado a la conclusión de que su anónimo autor (o autores) tenían
la intención de ayudar a sus contemporáneos a comprender el texto inicial. Fue escrito por allá en 959, dieciocho años
después de la lista de Ximeno, y tampoco son el deliciosos pan horneado en la mejor cocina literaria.
Pese a su origen
humilde y poco claro el castellano se irradió
a lo largo y ancho de España y luego se embarcó desde los puertos de
Sevilla hacia el Nuevo Mundo en el Siglo XV.
Con el tiempo se volvería viral de manera que un buen porcentaje de la
humanidad lo tiene como su lengua materna y numerosos países lo utilizan cada
día como lengua oficial.
España ocupó el lugar
más alto del podio entre los países con más hispanohablantes en el mundo, y no
podía ser de otra forma, siendo como es la cuna de esa bellísima lengua y la
que le dio brillo y prestigio gracias a la fértil pluma de sus escritores,
especialmente Miguel de Cervantes Saavedra. Sin embargo, hoy las cosas han
cambiado tanto y la población de las antiguas colonias ha crecido tanto, que el
mapa de los países con mayor número de hablantes ha cambiado de manera
dramática.
México con 133
millones de habitantes el país con mayor población hispanohablante en el mundo,
seguido de Colombia con 50 millones.
España ha pasado al tercer puesto con 47 millones de habitantes, los cuales en
su mayoría hablan el español como primera o segunda lengua. Estados Unidos es
un fenómeno muy especial por su gran cantidad de ciudadanos que hablan español como
primera o segunda lengua. Todo se debe a la gran cantidad de migrantes que
durante años han llegado a su territorio y han conservado su lengua natal,
además de los miles de ciudadanos norteamericanos que han aprendido a hablar el
idioma de Cervantes.
Es fácil predecir que
el español va a seguir su proceso de evolución en el que algunas palabras y
expresiones caerán en desuso y serán reemplazadas por otras de acuerdo con las
necesidades de los hablantes de la época.
Dentro de unos años el idioma español que hablen nuestros descendientes
será más "cool”, según ellos y menos parecido a la lengua del buen y tranquilo monje que en el siglo diez garrapateó las primeras
palabras y frases en castellano.