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jueves, 27 de mayo de 2010

Así contesta Jaime Araujo Renteria cuando se le pregunta por que se dice el

candidato de la Paz
Boletines De Prensa
Jueves, 27 de Mayo de 2010 15:52

El humanista y filósofo Español Juan Luis Vives, decía que: La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla. En Colombia generaciones y generaciones, década tras década hemos comprobado que el uso de la fuerza y la represión no han solucionado nada, al contrario, han socavado mayormente los factores del conflicto y nos han mantenido en una guerra prolongada que por eso mismo se degrada a límites inconcebibles.

Este domingo 30 de mayo, las colombianas y colombianos que tengan las condiciones para ejercer su derecho a voto, deben pensar que en ese acto que materialmente requiere de unos minutos, están decidiendo su propia forma de vida; deben pensar que son sujetos de derechos y como tal, no deben esperar que se los “regalen”, ni se los ofrenden, sino que se los otorguen; si la sociedad entiende esto, también entiende que cuando se tienen derechos, igual se tienen deberes. El tener mejor calidad de vida integral, nos hace necesariamente mejores ciudadanos. Entre más garante sea un Estado de los derechos de sus ciudadanos, más legitimidad tiene para su seguridad como estamento, es cuestión de lógica, y en el caso nuestro, es cuestión de razonamiento humano.

Desde mi ejercicio y mi experiencia como magistrado, no me cabe duda que los factores educativos, productivos, económicos están íntimamente ligados a la paz como derecho.

Mi propuesta hoy como candidato no dista de mi convicción como jurista: hacer cumplir la Constitución y la Ley. No olvidemos que nuestra Carta Política, esa que es de todos los colombianos, nos dice que tenemos derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la vivienda, a ser diferentes, a la autonomía, a la libre asociación, a la paz, y, nos consagra el derecho fundamental a la vida. En mi criterio ese contrato que como sociedad hemos acordado para la convivencia colectiva, es uno de los más completos y garantes que existe; no obstante la letra no hace lo que le corresponde a la voluntad política. Si los gobernantes de este país centraran su actividad en cumplir y hacer cumplir nuestra Carta Política, muy probablemente las banderas políticas de las diferentes campañas, cuatrenio tras cuatrenio, no esgrimirían como bondades y cualidades lo que son derechos de la sociedad y lo que son obligaciones de un gobernante y todos los servidores públicos.

Yo creo que nos hace falta lo fundamental para lograr la paz, voluntad política para materializar socio-culturalmente nuestra Constitución; es éste mi propósito, y si se cumple, en el futuro la dinámica de quienes aspiren a gobernar deberá ser diferente, pues todos los programas necesariamente tendrán que encaminarse a la manera progresiva de desarrollo social, mientras esto no suceda y se sigan pregonando como cualidades extraordinarias el “no roba, es honesto, si cumple” el país seguirá embelesado con el maquillaje de la democracia. Nos han hecho creer que depositar el voto en una urna es democracia, desconociendo los factores que inciden en dicho acto; nos han hecho creer que democracia es asumir la mitad más uno sin chistar y eso supuestamente es participación, sin tener en cuenta las estrategias para lograr esa condición.

En mi criterio _ya lo he demostrado una y otra vez al defender los derechos de mujeres, trabajadores, víctimas de la violencia y del capital financiero, pensionados_ la democracia es la garantía de participación real en todo el escenario social, político y cultural, es decir, en el universo social todas las voces tienen el mismo derecho a ser escuchadas, todas las propuestas vitales tienen el derecho de ser respetadas, todas las minorías tienen el derecho de ser reconocidas como sujetos de derechos iguales, claro siempre con la claridad de la legitimidad y el bien colectivo, para eso es la ley. Materializar nuestro pacto socio-político, es decir, respetar y hacer cumplir nuestra Constitución, con toda seguridad mejorará nuestras relaciones sociales, políticas y culturales internas y por ende externas. Todas y todos debemos darnos la oportunidad de probar con la paz para solucionar nuestra problemática histórico-política, de no ser así los odios, las venganzas y la ilegitimidad de la fuerza, seguirá regando el suelo de este país y dejándolo cada vez más árido de vida. A todas y todos los invito a que me acompañen el 30 de mayo marcando en el tarjetón el Nº 1 y que cuando estemos votando, tengamos la certeza de que sí hay posibilidad de cambio en los destinos políticos con miras a la dignificación del ser humano.


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